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martes, 30 de marzo de 2010

RAFAEL BARRETT - GERMINAL: ANTOLOGÍA / edición de MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ / BIBLIOTECA VIRTUAL CERVANTES (LIBRO DIGITAL 100%)

GERMINAL: ANTOLOGÍA
por RAFAEL BARRETT;
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
Edición de MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ,
Editorial El Lector, Asunción-Paraguay
Edición digital: BIBLIOTECA VIRTUAL CERVANTES
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CUESTIONES PRELIMINARES
** La consideración de la vida y de la obra de Rafael Barrett presenta aún hoy una serie de dificultades que no será inútil exponer antes de intentar una aproximación biográfica y crítica, que en esta ocasión ha de ser todavía provisional y sumaria.
** Barrett suscitó, después de su muerte y con motivo de la publicación de sus obras, en su mayor parte póstumas, un cierto número de opúsculos e incontables ensayos y artículos. Su figura fue exaltada y su obra comentada con entusiasmo, al mismo tiempo que sus libros eran reeditados y sus textos reproducidos por diarios y revistas de Uruguay, Argentina, España y Paraguay. Sin embargo, el historiógrafo, el crítico o el simple lector, apenas encontrarán, en medio de esa profusión de textos, unas pocas referencias documentadas y escasos estudios realizados con el debido rigor metodológico.
** Aunque parezca increíble, durante treinta o cuarenta años, cuando las fuentes de información aún eran accesibles, se perdió la oportunidad de trazar una biografía fidedigna de Barrett. En cambio, abundaron las versiones más o menos fantasiosas acerca de su vida y las interpretaciones «impresionistas» de su obra. Durante mucho tiempo se ignoró o se conjeturó erróneamente sobre el lugar de nacimiento del autor de Moralidades actuales, se divagó respecto a su extracción social y se dijo poco, o nada, acerca de las circunstancias reales en que produjo su obra. La publicación, en 1967, de sus Cartas íntimas -dirigidas a su esposa, Francisca López Maíz- vino a arrojar nuevas luces sobre su vida en el Paraguay, no obstante lo cual subsisten, en este aspecto, zonas en penumbra. De su existencia en España casi nada se sabía más allá de las fragmentarias noticias que dio Ramiro de Maeztu y de las borrosas y distorsionadas imágenes de Pío Baroja. Sólo recientemente en España se han logrado algunas precisiones sobre el origen familiar y la extracción social de Barrett.
** En lo que respecta a su obra, se tropezaba con serias dificultades de orden filológico. Hay que tener en cuenta que, con excepción de Moralidades actuales y del folleto El terror argentino, todos los libros de Barrett fueron publicados después de su muerte, sobre la base de recortes periodísticos. Sólo El dolor paraguayo, además de los títulos que hemos citado, fue ordenado por el propio autor. Por lo demás, en ninguna edición se había indicado nunca -antes de la aparición de los cuatro tomos publicados en el Paraguay entre 1988 y 1990- la localización y fecha de aparición de los textos, originariamente redactados para diarios y revistas. Súmese a esto el hecho, poco conocido, de que un considerable número de sus escritos no habían sido reunidos en volumen y no figuraban, por tanto, en las dos primeras ediciones de sus Obras completas.
Demás está decir que en cuanto al estudio riguroso de la obra de Barrett, salvando algún hecho aislado y reciente, queda mucho por hacerse.
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LA CHINA Y EL OPIO
** La Emperatriz manda cerrar los fumaderos públicos, atentando así al genio nacional, que es el genio de lo inmutable. En China obrar es copiar, vivir es repetir, un camino nuevo, una nueva idea son algo sacrílego. Esa civilización colosal y complicadísima ha recorrido su cielo, y después de miles y miles de años de oscilaciones y de estremecimientos, ha descendido al punto del equilibrio absoluto. El péndulo ha quedado por fin inmóvil. Hace siglos que en China se ha escrito el último poema, se ha construido el último palacio y se ha dictado la última ley. Todo es definitivo, todo está previsto. El Imperio Celeste es prisionero de un espejo alto y frío, que oculta todos los horizontes bajo la vana imagen del pasado. Y allí esperar no es más que recordar.
** El flanco del inmenso continente de sangre se contamina. La tercera parte de la humanidad, amontañada en un bloque único, siente sus bordes corroídos por la lepra europea. Construir acorazados, seguir los cursos franceses y alemanes, obligarse a tomar al Occidente sus armas y su ciencia para intentar resistirle, será un adelanto en el Japón; en China ha de ser una enfermedad. Lo que en otros sitios renueva y vivifica, en China pudre. Es que la China es un cuerpo en catalepsia, suspendido al filo del sepulcro. Cambiar, para ella, equivale a descomponerse; es un mecanismo inexorable a quien sólo le está permitido pararse, devorado por el orín. La orilla oriental supura; el odio al extranjero fermenta en las conspiraciones bóxer, y los escalofríos del tétanos hacen temblar las embajadas.
** Puntos de gangrena, apenas perceptibles en la masa enorme. Cada chino es una máquina y continúa siéndolo. Se cuenta que habiendo un sastre de Hong Kong recibido unos pantalones viejos con el encargo de hacer otros iguales, reprodujo concienzudamente las manchas y agujeros de la prenda entregada. El reloj de bolsillo constituye para el celeste un juguete encantador. La hora le es indiferente. El disco minutero, que para el blanco es una rueda veloz sobre el camino sin fin de lo posible y de lo deseable, es para el amarillo un eterno girar, un círculo idéntico donde todo vuelve, donde nada importa la efímera posición de la aguja. Lo que al amarillo maravilla es el monótono y misterioso tictac, y se pasa larguísimos ratos escuchándolo religiosamente. En una de las más crueles batallas de la guerra chino-japonesa, empezó a llover; los chinos, bajo un fuego terrible, abrieron sus paraguas. Y en el conjunto de máquinas, el Estado es la gran máquina impasible, la que lamina las inteligencias bajo la presión uniforme del mandarinato, la que archiva y clasifica hasta los órganos sexuales arrancados a los eunucos.
** Los egipcios consagraban su existencia a embalsamar y empaquetar los cadáveres; los chicos han embalsamado las almas, han enterrado en ellos mismos sus antepasados difuntos; se han convertido en momias vivas. Y como también se sueña más allá de la tumba, los chinos sueñan y sueñan con el sueño y con la muerte. No quieren el alcohol que irrita la delicada sensibilidad de los occidentales, sino el opio que embrutece enseguida. Poco a poco sienten sus nervios agotarse; son precisos los suplicios espantosos del jardín de Octavio Mirbeau para producir algún dolor en su carne lívida y blanda. Necesitan la poesía funeraria de las tablas, parecidas a tablas de ataúd, donde envueltos en humo mortífero yacen los fumadores de opio; necesitan el opio, necesitan dormir, porque la poesía de los pueblos es la visión del destino, y para la China no hay ya destinos; necesitan detener el tictac formidable de la máquina inútil. La emperatriz no debió estorbar a su raza la ilusión consoladora del reposo.
[LOS SUCESOS, 16 de enero de 1907]
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LA HUELGA

** Huelgas por todas partes, de Rusia a la Argentina. ¡Y qué huelgas! Veinte, cincuenta mil hombres que de pronto, a una señal, se cruzan de brazos. Los esclavos rebeldes de hoy no devastan los campos, ni incendian las aldeas; no necesitan organizarse militarmente bajo jefes conquistadores como Espartaco para hacer temblar al imperio. No destruyen, se abstienen. Su arma terrible es la inmovilidad.
** Es que el mundo descansa sobre los músculos crispados de los miserables. Y los miserables son muchos; cincuenta mil cariátides humanas que se retiran no es nada todavía. El año próximo serán cien mil, luego un millón. El edificio social no parece en peligro; está cerrado a todo ataque por sus puertas de acero, sus muros colosales, sus largos cañones; está rodeado de fosos, y fortificado hasta la mitad de la llanura. Pero mirad el suelo, enfermo de una blandura sospechosa; sentidlo ceder aquí y allí. Mañana, con suavidad formidable, se desmoronará en silencio la montaña de arena, y nuestra civilización habrá vivido.
** Hay un ejército incomparablemente más mortífero que todos los ejércitos de la guerra: la huelga, el anárquico ejército de la paz. Las ruinas son útiles aún; el saqueo y la matanza distribuyen y transforman. La ruina absoluta es dejar el mármol en la cantera y el hierro en la mina. La verdadera matanza es dejar los vientres vírgenes. La huelga, al suspender la vida, aniquila el universo de las posibilidades, mucho más vasto, fecundo y trascendental que el universo visible. Lo visible pasó ya; lo posible es lo futuro. Asesinar es un accidente; no engendrar es un prolongado crimen.
** No importa tanto que la sangre corra. Los ríos corren; lo grave es el pantano. El movimiento, aunque arrolle, afirma el designio eficaz y la energía. El hacha que os amputa una mano no se lleva más que la mano; mas si los dedos no obedecen a vuestra voluntad, estremeceos, porque no se trata ya de la mano solamente, sino de vuestra médula. La huelga es la parálisis, y la parálisis progresiva, cuyos síntomas primeros padece la humanidad moderna, delata profundas y quizá irremediables lesiones interiores.
** Todo se reduce a un problema moral. Es nuestra conciencia lo que nos hace sufrir, lo que envenena y envejece nuestra carne. Hemos despreciado y mortificado a los menos culpables de entre nosotros, a los humildes artesanos de nuestra propiedad; no hemos sabido incorporarlos a nuestra especie, fundirlos en la unidad común y en la armonía indispensables a toda obra digna y durable; hemos querido que la suma total de los dolores necesarios cayera únicamente sobre ellos. Y ese exceso de dolor torpemente rechazado y acumulado en el fondo tenebroso de la sociedad vuelve sobre nosotros, y se levanta y crece a la luz del sol y al aire libre, de donde jamás debió haber desaparecido.
[LOS SUCESOS, 3 de enero de 1907]
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EL PORNO-CINEMATÓGRAFO

** Había un predicador que consagraba todos sus sermones a condenar la lujuria. «Ya se ve, le dijo una penitenta, que no piensa usted más que en eso». Por mi parte no insistiré mucho; sobre todo, no lo haré con tono de predicador. No me halaga la idea de convertimos en un catálogo de virtudes. «Los hombres, dice Anatole France, honran la virtud como a una vieja; le dirigen un saludo respetuoso, y se alejan rápidamente». Es que no pueden divorciarse largo tiempo de sus apetitos. La moral no consiste en cegar los instintos, esos manantiales de la vida, sino en utilizarlos, en canalizarlos. No nos hagamos ilusiones; la salacidad de nuestra especie es grande. La de los monos también; son nuestros parientes -¿qué remedio? Se trata de rasgos definitivos, y felizmente no está en nuestro poder el que sean otros. Una epidemia de castidad comprometería la conservación de la raza. El elefante se extingue; es virtuoso con exceso. No se acerca a la elefanta más que una vez al año.
** Y, sin embargo, protesto contra el porno-cinematógrafo, cuyas vistas obscenas, toleradas por la policía, van invadiendo las ciudades latinas, Buenos Aires, Madrid, París, Barcelona. Entendámonos: protesto contra la publicidad. Los fenómenos del amor no deben hacerse públicos. El desnudo mismo, si no es bello, es indecente, fuera de las mesas de disección. La belleza, como la ciencia, atañe a la colectividad. Las carnes que se muestran al pueblo tienen la obligación de parecerse al mármol. El arte salva el resto: las escenas de algunos libros de Zola, contadas por un burgués, serían de un odioso cinismo. El estilo las limpia. Hay en Nápoles el famoso grupo de Leda y el Cisne, de un atrevimiento absoluto; pero el vicio se consume en el resplandor de aquella hermosura. Si los modelos del cinematógrafo pornográfico fueran Apolos y Venus, vacilaría en condenarlo. Por desgracia, sospecharéis qué tipos lamentables se prestan a semejantes funciones...
** La belleza es de carácter social: un estimulante cuya eficacia se multiplica con la presencia de la multitud. El amor es individual y secreto: es lo único inadaptable a lo múltiple; es un vértice que avanza solo. La belleza no tiene nada que ver con el amor. Las estatuas no se aman. No lo necesitan. Admíralas y punto concluido. En cambio una mujer fea tiene doble derecho al amor; el ideal se ha fatigado en transfigurarla. La fealdad se disuelve entre los brazos del amante: en amor, como dice Nietzsche, el alma cubre el cuerpo. El público desaparece; las dos personas indispensables a los misterios amorosos son todavía muchas: de ahí el afán que sienten de confundirse en un ser. Y aun es demasiado; llega el instante de inconsciencia en que todo lo humano se ha desvanecido; en que solamente lo divino obra.
** Imponer espectadores al amor es desnaturalizarlo. La verdadera voluptuosidad es púdica. Los gérmenes se ocultan bajo tierra. Levantad los velos; exponed el santuario a la curiosidad imbécil, y las generaciones futuras lo expiarán. Son los salvajes los que andan desnudos. El vestido es el primer culto a la augusta delicadeza del amor. Está en nuestro interés dejar libres a las fuerzas desconocidas y creadoras, ahorrarlas testigos. No sabemos lo que llevamos con nosotros, qué hijos saldrán de nuestra sangre. Todo cálculo es ilusorio: no se hereda el genio, el talento, la belleza ni el crimen. Somos un pretexto, un vehículo, y sólo nos toca abandonarnos ingenuamente y en una discreta soledad.
** Apaga tu foco, cinematógrafo atrevido. Ante tus vergonzosos espectros los hombres se ríen. No los invites a tal profanación. Si se ríen del amor, la muerte se reirá de ellos, y no los perdonará.
[LA RAZÓN, 18 de diciembre de 1908
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MI ANARQUISMO

** Me basta el sentido etimológico: «ausencia de gobierno». Hay que destruir el espíritu de autoridad y el prestigio de las leyes. Eso es todo.
** Será la obra del libre examen.
** Los ignorantes se figuran que anarquía es desorden y que sin gobierno la sociedad se convertirá siempre en el caos. No conciben otro orden que el orden exteriormente impuesto por el terror de las armas.
** Pero si se fijaran en la evolución de la ciencia, por ejemplo, verían de qué modo a medida que disminuía el espíritu de autoridad, se extendieron y afianzaron nuestros conocimientos. Cuando Galileo, dejando caer de lo alto de una torre objetos de diferente densidad, mostró que la velocidad de caída no dependía de sus masas, puesto que llegaban a la vez al suelo, los testigos de tan concluyente experiencia se negaron aceptarla, porque no estaba de acuerdo con lo que decía Aristóteles. Aristóteles era el gobierno científico; su libro era la ley. Había otros legisladores: San Agustín, Santo Tomás de Aquino, San Anselmo. ¿Y qué ha quedado de su dominación? El recuerdo de un estorbo. Sabemos muy bien que la verdad se funda solamente en los hechos. Ningún sabio, por ilustre que sea, presentará hoy su autoridad como un argumento; ninguno pretenderá imponer sus ideas por el terror. El que descubre se limita a describir su experiencia, para que todos repitan y verifiquen lo que él hizo. ¿Y esto qué es? El libre examen, base de nuestra prosperidad intelectual. La ciencia moderna es grande por ser esencialmente anárquica. ¿Y quién será el loco que la tarde de desordenada y caótica?
** La prosperidad social exige iguales condiciones.
** El anarquismo, tal como lo entiendo, se reduce al libre examen político.
** Hace falta curarnos del respeto a la ley. La ley no es respetable. Es el obstáculo a todo progreso real. Es una noción que es preciso abolir.
** Las leyes y las constituciones que por la violencia gobiernan a los pueblos son falsas. No son hijas del estudio y del común asenso de los hombres. Son hijas de una minoría bárbara, que se apoderó de la fuerza bruta para satisfacer su codicia y su crueldad.
** Tal vez los fenómenos sociales obedezcan a leyes profundas. Nuestra sociología está aún en la infancia, y no las conoce. Es indudable que nos conviene investigarlas, y que si logramos esclarecerlas nos serán inmensamente útiles. Pero aunque las poseyéramos, jamás las erigiríamos en Código ni en sistema de gobierno. ¿Para qué? Si en efecto son leyes naturales, se cumplirán por sí solas, queramos o no. Los astrónomos no ordenan a los astros. Nuestro único papel será el de testigos.
** Es evidente que las leyes escritas no se parecen, ni por el forro, a las leyes naturales. ¡Valiente majestad la de esos pergaminos viejos que cualquier revolución quema en la plaza pública aventando las cenizas para siempre! Una ley que necesita del gendarme usurpa el nombre de ley. No es tal ley: es una mentira odiosa.
** ¡Y qué gendarmes! Para comprender hasta qué punto son nuestras leyes contrarias a la índole de las cosas, al genio de la humanidad, es suficiente contemplar los armamentos colosales, mayores y mayores cada día, la mole de fuerza bruta que los gobiernos amontonan para poder existir, para poder aguantar algunos minutos más el empuje invisible de las almas.
** Las nueve décimas partes de la población terrestre, gracias a las leyes escritas, están degeneradas por la miseria. No hay que echar mano de mucha sociología, cuando se piensa en las maravillosas aptitudes asimiladoras y creadoras de los niños de las razas más inferiores, para apreciar la monstruosa locura de ese derroche de energía humana. ** ¡La ley patea los vientres de las madres!
** Estamos dentro de la ley como el pie chino dentro del borceguí, como el baobab dentro del tiesto japonés. ¡Somos enanos voluntarios!
** ¡Y se teme el caos si nos desembarazamos del borceguí, si rompemos el tiesto y nos plantamos en plena tierra, con la inmensidad por delante! ¿Qué importan las formas futuras? La realidad las revelará. Estemos ciertos de que serán bellas y nobles, como las del árbol libre.
** Que nuestro ideal sea el más alto. No seamos prácticos. No intentemos mejorar la ley, sustituir un borceguí por otro. Cuanto más inaccesible aparezca el ideal, tanto mejor. Las estrellas guían al navegante. Apuntemos enseguida al lejano término. Así señalaremos el camino más corto. Y antes venceremos.
** ¿Qué hacer? Educarnos y educar. Todo se resume en el libre examen. ¡Que nuestros niños examinen la ley y la desprecien!
[LA REBELIÓN, N.º 10, 15 de marzo de 1909]
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GUARANÍ

** Para algunos, el guaraní es la rémora. Se le atribuye el entorpecimiento del mecanismo intelectual y la dificultad que parece sentir la masa en adaptarse a los métodos de labor europeos. El argumento comúnmente presentado es que, correspondiendo a cada lengua una mentalidad que por decirlo así en ella se define y retrata y siendo el guaraní radicalmente distinto del castellano y demás idiomas arios, no sólo en el léxico, lo que no sería de tan grave importancia, sino en la construcción misma de las palabras y de las oraciones, ha de encontrar por esta causa, en el Paraguay, serios obstáculos la obra de la civilización. El remedio se deduce obvio: matar el guaraní. Atacando el habla se espera modificar la inteligencia. Enseñando una gramática europea al pueblo se espera europeizarlo.
** Que el guaraní es diferente del castellano, en su esencia, no se discute. Se trata de un lenguaje primitivo, en que las indicaciones abstractas escasean, en que la estructura lógica a que llegan las lenguas cultivadas no se destaca aún. El guaraní demuestra su condición primordial por su confusión, su riqueza profusa, la diversidad de giros y de acepciones, el desorden complicado en que se aglutinan términos nacidos casi siempre de una imitación ingenua de los fenómenos naturales. «Lejos de comenzar por lo simple, dice Renan, el espíritu humano comienza en realidad por lo complejo y lo obscuro». Vecino a la misteriosa inextricabilidad de la naturaleza, el guaraní varía de un lugar a otro, formando dialectos dentro de un dialecto que a su vez es uno de los innumerables del centro de Sudamérica. Nada sin duda más opuesto al castellano, hijo adulto y completo del universal latín.
** Todo esto es un hecho, mas no un argumento. En Europa misma vemos que no son los distritos bilingües los más atrasados. Y no se crea que la segunda habla, la popular y familiar, en tales distritos usada, es siempre una variante de la otra, de la nacional y oficial. Vizcaya, región en que se practica un idioma tan alejado del español como el guaraní, es una provincia próspera y feliz. Algo parecido ocurre en los Pirineos franceses, en la Bretaña, en las regiones celtas de Inglaterra. Y si consideramos las comarcas en que es de uso corriente un dialecto de la lengua nacional nueva, sacamos una enseñanza, la de la tenacidad con que el lenguaje, por fácil que parezca su absorción en el seno de otro lenguaje más poderoso y próximo, perdura ante las influencias exteriores. Cataluña es un buen ejemplo de lo apuntado, y asimismo Provenza, cuya luminosa lengua ha sido regenerada y como replantada por el gran Mistral.
** La historia nos revela que lo bilingüe no es una excepción, sino lo ordinario. Suele haber un idioma vulgar, matizado, irregular, propio a las expansiones sentimentales del pueblo y otro razonado, depurado, artificial, propio a las manifestaciones diplomáticas, científicas y literarias. Dos lenguas, emparentadas o no; una plebeya, otra sabia; una particular, otra extensa; una desordenada y libre, otra ordenada y retórica. Casi no hubo siglo ni país en que esto no se verificara.
** Pobre idea se tiene del cerebro humano si se asegura que son para él incompatibles dos lenguajes. Contrariamente a lo que los enemigos del guaraní suponen, juzgo que el manejo simultáneo de ambos idiomas robustecerá y flexibilizará el entendimiento. Se toman por opuestas cosas que quizá se completen. Que el castellano se aplique mejor a las relaciones de la cultura moderna, cuyo carácter es impersonal, general, dialéctico, ¿quién lo duda? Pero ¿no se aplicará mejor el guaraní a las relaciones individuales estéticas, religiosas, de esta raza y de esta tierra? Sin duda también. Los enamorados, los niños que por vez primera balbucean a sus madres, seguirán empleando el guaraní y harán perfectamente.
** Se invoca la economía, la división del trabajo. Pues bien, en virtud de ellas se conservará el guaraní y se adoptará el castellano, cada cual para lo que es útil. Las necesidades mismas, el deseo y el provecho mayor o menor de la vida contemporánea regularán la futura ley de transformación y redistribución del guaraní. En cuanto a dirigir ese proceso por medio del Diario Oficial, ilusión es de políticos que jamás se han ocupado de filología. Tan hacedero es alterar una lengua por decreto como ensanchar el ángulo facial de los habitantes.
[ROJO Y AZUL, 3 de noviembre de 1907]
**/**
DECADENTE
¡Oh vírgenes desnudas!
¡Oh cabelleras de color de otoño!
¡Oh rocío inocente
Que luce en la sonrisa de los ojos,
Ojos silvestres, ágiles y nuevos,
Los más dulces de todos!
¡Oh pies desnudos, caricia de la tierra,
Pies que besa el arroyo
Temblando! ¡Oh senos en capullo, donde,
El sol hace bailar sus manchas de oro
Debajo de las hojas!
¡Oh muchachas!
Jugad. Os reconozco,
Tropel de mis lejanas primaveras...
Dejadme contemplaros. Ya no corro
Con mi pasado a cuestas tras vosotras,
Y a la sombra que baja me abandono.
Huisteis, maliciosas, con las alas
De mi propia ilusión, dejando plomo
En mis plantas cansadas, y en mi vida
Amargura sin fondo...
¡Oh vírgenes desnudas!
¡Oh cabelleras de color de otoño!
[CRI-CRI, N.º 38, 1.º de octubre de 1905]
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ENLACE A LA BIBLIOTECA VIRTUAL CERVANTES - GERMINAL ÍNDICE

Germinal
Antología
Introducción
I. Artículos
El esfuerzo
Buenos Aires
La China y el opio
El cinematógrafo
De deporte
La lucha
La huelga
Represalias evangélicas
El robo
La conquista de Inglaterra
Diplomacia
La elocuencia
La dinamita
La justicia
Los niños
El que fue
La ruleta
Pasionales
La regla
Deudas
El río invisible
Lo viejo y lo nuevo
Actos de esperanza
Las máquinas de matar
El porno-cinematógrafo
La policía
Año nuevo
La ciencia
El loco
El carnaval
El anarquismo en la Argentina
El derecho a la huelga
Marcar el paso
Suicidas anónimos
La plegaria del burro
Dios
La mujer y la muerte
La beneficencia
Insubordinación
La obra que salva
El mito naturista
El altruismo y la energía
La antinomia y la probabilidad
Castigos corporales
Poetas vencidos
Perros
Artículos de señora
La rehabilitación del trabajo
Epifonemas
Mi anarquismo
Razas inferiores
Niñerías
Los jueces
El materialismo católico
La sinceridad
El azar
El día de difuntos
El valor
El odio
Lápida
El duelo
La moral y la ciencia
Patriotismo
Más allá del patriotismo
El antipatriotismo
El anticristo
El revólver
La nueva religión
Máscaras
El prójimo
El vulgo y el genio
La guerra
Inmoralidad de los exámenes
Reflexiones religiosas
La torre de marfil
Polémicas
Vacuna
Los médicos
Exámenes
La violencia
Energías perdidas
La cortesía
El retorno a la tierra
La patria y la escuela
Gallinas
Guaraní
Herborizando
Sueños
Diabluras familiares
El pombero
Magdalena
Doctores
Un intelectual
El veterano
El manicomio
Lo que he visto
El odio a los árboles
El maestro y el cura
Los niños tristes
Hogares heridos
Suicidios
Revoluciones
Pío X
Mañas que pasarán
La poesía en los salones
Extravagancias
Johnson
Los prestigios de la guerra
Terror
La pluma
La evolución de los mundos
II. Ensayos
De estética
III. Texto de análisis social
Lo que son los yerbales
La esclavitud y el estado
El arreo
El yugo en la selva
Degeneración
Tormento y asesinato
El botín
La cuestión social
IV. Diálogos
La oración del huerto
El orden
La divina jornada
V. Cuentos
El maestro
El leproso
VI. Otros textos literarios
Rincón de selva
Aguafuertes
Póstuma
Las manos
Hoy
Sobre el Atlántico
Decadente
.
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del PORTALGUARANI.COM
Amplio resumen de autores y obras
de la Literatura Paraguaya.
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.
.
Enlace al
CATÁLOGO POR AUTORES
del portal LITERATURA PARAGUAYA
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