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en la GALERÍA DE LETRAS del
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I. LA TEATRALIZACIÓN PRIMIGENIA PRE-HISPÁNICA: EL ARTE DE HACER FLUIR EL SER EN LA DANZA RITUAL GUAHU
** Se insiste en marginar la contribución del tetã (país) guaraní en la formación de la nación paraguaya. Se utiliza hasta nuestros días el punto de vista unilateral, al considerar que la nación paraguaya es exclusivamente obra de los conquistadores españoles. En todo caso, se valoriza la civilización que impusieron en nuestra tierra y se niega la contribución de los nativos, ignorando su previa existencia colectiva casi continental y negando la contribución de su saber que posibilitó a los invasores su acción colonizadora.
** En este sentido, no se puede explicar ni interpretar con equidad la cultura paraguaya sin una nueva lectura de la historia. En el tema específico del arte, se constata el mismo desafío: no se puede comprender su inserción en la universalidad, sin verificar su proceso en el contexto de la formación de la nacionalidad. En relación al teatro paraguayo, surge el mismo imperativo: si la cultura que reconocemos nuestra deviene exclusivamente como reflejo de lo ajeno o interviene en ella lo propio, sería una pregunta imprescindible para explorar desde sus raíces la evolución que llegó a tener desde su origen hasta hoy.
** Para no entrar en complejidades que no vienen al caso, la primera constatación que tenemos es el tema del idioma. Al mismo tiempo, el idioma nos remite nuevamente a la cultura. Y simultáneamente, a su vez, la cultura nos remite a la historia.
** Si enfocamos la formación de la cultura desde el punto de vista etnocentrista europeo, como se viene haciendo (con algunas excepciones), nuestro análisis se limitaría al universo de la cultura impuesta en nuestra tierra desde la conquista hasta el momento histórico que nos toca vivir. Pero, si decidimos incluir en nuestro análisis la cultura que heredamos -mediante el idioma de nuestros antepasados- durante el curso de la historia, desde una perspectiva ya nacional, descubrimos en las raíces la dimensión mestiza, bilingüe, fusionándose lo nativo en la forma extranjera y fusionándose la forma extranjera en lo nativo. Siguiendo esta última dirección en relación al origen del teatro paraguayo, señalaría que en el tetó guaraní pee-hispánico ya existía (y hasta hoy existe en las comunidades de aborígenes en proceso de dispersión y agonía) una teatralización que no tiene mucha diferencia con el origen del teatro griego, o inclusive con el del teatro español.
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I. LA TEATRALIZACIÓN PRIMIGENIA PRE-HISPÁNICA: EL ARTE DE HACER FLUIR EL SER EN LA DANZA RITUAL GUAHU
** Se insiste en marginar la contribución del tetã (país) guaraní en la formación de la nación paraguaya. Se utiliza hasta nuestros días el punto de vista unilateral, al considerar que la nación paraguaya es exclusivamente obra de los conquistadores españoles. En todo caso, se valoriza la civilización que impusieron en nuestra tierra y se niega la contribución de los nativos, ignorando su previa existencia colectiva casi continental y negando la contribución de su saber que posibilitó a los invasores su acción colonizadora.
** En este sentido, no se puede explicar ni interpretar con equidad la cultura paraguaya sin una nueva lectura de la historia. En el tema específico del arte, se constata el mismo desafío: no se puede comprender su inserción en la universalidad, sin verificar su proceso en el contexto de la formación de la nacionalidad. En relación al teatro paraguayo, surge el mismo imperativo: si la cultura que reconocemos nuestra deviene exclusivamente como reflejo de lo ajeno o interviene en ella lo propio, sería una pregunta imprescindible para explorar desde sus raíces la evolución que llegó a tener desde su origen hasta hoy.
** Para no entrar en complejidades que no vienen al caso, la primera constatación que tenemos es el tema del idioma. Al mismo tiempo, el idioma nos remite nuevamente a la cultura. Y simultáneamente, a su vez, la cultura nos remite a la historia.
** Si enfocamos la formación de la cultura desde el punto de vista etnocentrista europeo, como se viene haciendo (con algunas excepciones), nuestro análisis se limitaría al universo de la cultura impuesta en nuestra tierra desde la conquista hasta el momento histórico que nos toca vivir. Pero, si decidimos incluir en nuestro análisis la cultura que heredamos -mediante el idioma de nuestros antepasados- durante el curso de la historia, desde una perspectiva ya nacional, descubrimos en las raíces la dimensión mestiza, bilingüe, fusionándose lo nativo en la forma extranjera y fusionándose la forma extranjera en lo nativo. Siguiendo esta última dirección en relación al origen del teatro paraguayo, señalaría que en el tetó guaraní pee-hispánico ya existía (y hasta hoy existe en las comunidades de aborígenes en proceso de dispersión y agonía) una teatralización que no tiene mucha diferencia con el origen del teatro griego, o inclusive con el del teatro español.
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JEROSY: JEROKY
** Esta teatralización se realiza en las danzas rituales que practican los aborígenes en la selva. Tiene como objetivo reconstruir la armonía de los seres en la comunidad. En su transcurrir, la vida terrenal hace incurrir en el proceso de la convivencia, en un impulso que genera rupturas en la relación cotidiana entre los seres, y deviene en el olvido o en la profanación del bien comunitario. El ñe’ẽ, la palabra, vehículo de comunión entre seres, se desvaloriza (Hoy decimos "se trivializa"...) al transgredir las normas del teko porã (vivir y convivir como verdadero ser humano) y actúa en contravención al arakuaáve (el saber que dejó como enseñanza Ñande Rupavẽ, El Ser Supremo, Absoluto, Inmortal). Conduce a los transgresores al teko vai o al teko'y (pérdida del dominio sobre su naturaleza humana o regresión al no ser nadie o nada). En la comunidad, la primera instancia en que se trata estas transgresiones es el diálogo (ñomongeta). Este diálogo se realiza en el aty (reunión). En la reunión se reflexiona en forma horizontal y participativa. No se cuestiona a la persona que incurrió en la transgresión del teko (ser), sino se sustantiva una recapitulación sobre el Ñande Reko (Nuestro Ser). Se considera que existe una interdependencia entre los seres humanos y todo acto individual que pone en riesgo la vida propia o la ajena; uno tiene el compromiso de reorientar su vida: respetando el ser, el quehacer y la finalidad que tiene la vida en común sobre la tierra, para ser dignos herederos de la voluntad y el amor del Ser Supremo (Ñande Rupavẽ). Si en la instancia del diálogo (ñomongeta) no se reconstruye la armonía de los seres en la comunidad (tekoha), se pasa a la instancia del jerosy (danza ritual).
** En la danza ritual se solicita el auxilio del Ser Supremo (Ñande Rupavẽ). Se remite la reflexión del ámbito terrenal al ámbito sagrado, donde el chaman actúa de intermediario entre el Ser Supremo y su pueblo, iniciando la danza donde va desgranando, en el transcurrir del ñembo'e (rezo), la narración sobre el origen de su vida y su misión en la tierra, como seres que vinieron a honrar a la divinidad, consagrándose a conservar la vida en armonía con todos los seres vivientes y todo lo creado en la naturaleza, al ritmo universal, eterno e infinito del cosmos. Los seres humanos son chispas de la creación y se deben a ella. Deben ser fieles a su latido y en la tierra ese latido no debe interferir con la armonía cósmica. Por eso, danzar es hacer fluir el ser entre los seres en la comunidad humana, porque sin armonía no existe meta para ingresar en el corazón divino que dio su sabiduría para que cada uno, y entre todos, exploren en su ser el camino del amor, la igual dignidad y la unidad de la familia humana.
** Las danzas rituales de los aborígenes son una teatralización religiosa donde se explicita mediante simbolismos: la tragedia y la comedia humana en busca de la perfección de la nación guaraní. El fuego, el mbaraka (la guitarra), el jeguaka (adornos), el canto, la ubicación de los participantes, el kaguĩ (la chicha), son elementos que integran la ritualidad escenificada. Se toman de las manos y forman una cadena circular donde van danzando al mismo tiempo que cantan, las mujeres tocan el takua (instrumento aborigen utilizado en danzas rituales) porque así todos juntos, al repetir su unidad original, desnudan los nudos de la desunión de sus seres hasta recuperar la armonía entre todos y con el Ser Supremo. Esas danzas rituales todavía se practican. El teatro paraguayo más históricamente propio se origina en estas danzas. Requiere de nosotros una investigación comparada entre el teatro universal y esta teatralización, para completar nuestra memoria escénica nacional.
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** Esta teatralización se realiza en las danzas rituales que practican los aborígenes en la selva. Tiene como objetivo reconstruir la armonía de los seres en la comunidad. En su transcurrir, la vida terrenal hace incurrir en el proceso de la convivencia, en un impulso que genera rupturas en la relación cotidiana entre los seres, y deviene en el olvido o en la profanación del bien comunitario. El ñe’ẽ, la palabra, vehículo de comunión entre seres, se desvaloriza (Hoy decimos "se trivializa"...) al transgredir las normas del teko porã (vivir y convivir como verdadero ser humano) y actúa en contravención al arakuaáve (el saber que dejó como enseñanza Ñande Rupavẽ, El Ser Supremo, Absoluto, Inmortal). Conduce a los transgresores al teko vai o al teko'y (pérdida del dominio sobre su naturaleza humana o regresión al no ser nadie o nada). En la comunidad, la primera instancia en que se trata estas transgresiones es el diálogo (ñomongeta). Este diálogo se realiza en el aty (reunión). En la reunión se reflexiona en forma horizontal y participativa. No se cuestiona a la persona que incurrió en la transgresión del teko (ser), sino se sustantiva una recapitulación sobre el Ñande Reko (Nuestro Ser). Se considera que existe una interdependencia entre los seres humanos y todo acto individual que pone en riesgo la vida propia o la ajena; uno tiene el compromiso de reorientar su vida: respetando el ser, el quehacer y la finalidad que tiene la vida en común sobre la tierra, para ser dignos herederos de la voluntad y el amor del Ser Supremo (Ñande Rupavẽ). Si en la instancia del diálogo (ñomongeta) no se reconstruye la armonía de los seres en la comunidad (tekoha), se pasa a la instancia del jerosy (danza ritual).
** En la danza ritual se solicita el auxilio del Ser Supremo (Ñande Rupavẽ). Se remite la reflexión del ámbito terrenal al ámbito sagrado, donde el chaman actúa de intermediario entre el Ser Supremo y su pueblo, iniciando la danza donde va desgranando, en el transcurrir del ñembo'e (rezo), la narración sobre el origen de su vida y su misión en la tierra, como seres que vinieron a honrar a la divinidad, consagrándose a conservar la vida en armonía con todos los seres vivientes y todo lo creado en la naturaleza, al ritmo universal, eterno e infinito del cosmos. Los seres humanos son chispas de la creación y se deben a ella. Deben ser fieles a su latido y en la tierra ese latido no debe interferir con la armonía cósmica. Por eso, danzar es hacer fluir el ser entre los seres en la comunidad humana, porque sin armonía no existe meta para ingresar en el corazón divino que dio su sabiduría para que cada uno, y entre todos, exploren en su ser el camino del amor, la igual dignidad y la unidad de la familia humana.
** Las danzas rituales de los aborígenes son una teatralización religiosa donde se explicita mediante simbolismos: la tragedia y la comedia humana en busca de la perfección de la nación guaraní. El fuego, el mbaraka (la guitarra), el jeguaka (adornos), el canto, la ubicación de los participantes, el kaguĩ (la chicha), son elementos que integran la ritualidad escenificada. Se toman de las manos y forman una cadena circular donde van danzando al mismo tiempo que cantan, las mujeres tocan el takua (instrumento aborigen utilizado en danzas rituales) porque así todos juntos, al repetir su unidad original, desnudan los nudos de la desunión de sus seres hasta recuperar la armonía entre todos y con el Ser Supremo. Esas danzas rituales todavía se practican. El teatro paraguayo más históricamente propio se origina en estas danzas. Requiere de nosotros una investigación comparada entre el teatro universal y esta teatralización, para completar nuestra memoria escénica nacional.
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II. CONQUISTA ESPIRITUAL: CON EL ARTE
** La conquista territorial fue al mismo tiempo espiritual. Tenía que ser así. Siempre se admira la conservación del idioma guaraní como idioma del pueblo paraguayo. Contribuyeron muchos factores que deseo puntualizar, sin ánimo de generar polémica. Pero sí es preciso señalar cuanto sigue: el primer aspecto que influye es la íntima relación que existe entre el Guaraní y el Tupí. Más allá de la leyenda que se conoce sobre la desmembración de ambos idiomas, convendría puntualizar que son casi gemelos. Asimismo, si bien se nacionalizaron con el correr del tiempo, sus raíces descubren un saber similar en cuanto a sus respectivas naturalezas para nombrar el universo humano, en su doble vertiente material y espiritual. La influencia del idioma guaraní se extendió a toda América. Cuando sobreviene la conquista española, así como la selva resultaba impenetrable sin ayuda de los aborígenes guaraníes, también resultaba impenetrable acceder al conocimiento de los territorios y los pueblos nativos sin dominar el guaraní. Los mismos conquistadores se vieron obligados a conocer el idioma para avanzar en sus proyectos de llegar a las minas de plata y oro. Pero este conocer el idioma para un objetivo tan estrecho, como la búsqueda del tesoro material, no resolvía el problema del dominio sobre los aborígenes guaraníes. La cultura del tener que obsesivamente impulsaba a los españoles a explorar las tierras, fue revelando a los ava (indígena) guaraní un aspecto totalmente antagónico a su cultura del ser. Para ellos: ser es ser libre, es ser considerado igual, es ser valorado con reciprocidad, es ser respetado en el nivel jerárquico; ser es ser hospitalario, sin perder autonomía; ser es ser capaz de entrar en el intercambio del servicio, sin ninguna subalternidad en ninguna de las etapas de convivencia.
** Domingo Martínez de Irala no podía regresar y, en razón de su débil posición para imponerse por la razón de la fuerza, recurrió a la fuerza de la razón para sobrevivir. Usó la estrategia de la negociación de su poder, aceptando una concesión de mutuo apoyo con los mburuvicha (jefe) guaraní. Al correr el tiempo, no fue suficiente. La rebelión de los mburuvicha fue extendiéndose. Los sucesores vieron que necesitaban encontrar una salida para continuar la conquista territorial. Fue cuando surgió la idea de la conquista espiritual. Esa misión se les cedió a los Franciscanos y a los Jesuitas. Ambas congregaciones se establecieron para la pacificación de las almas. Se establecieron los pueblos de aborígenes para recibir la evangelización. Los Jesuitas fueron más allá: además de la evangelización, crearon una colonización que se extendía a la producción sin intervención de los españoles ajenos a la congregación. Defendieron a los indígenas que fueron presionados por los bandeirantes del Estado de San Pablo y por los españoles encomenderos de la Madre de Ciudades: Asunción.
** Los Franciscanos a su vez se mimetizaron entre los aborígenes para encauzar su evangelización dentro de la filosofía de la encomienda española. Los sacerdotes jesuitas eran previamente formados no sólo en la doctrina cristiana. Aprendían el idioma general de los ava guaraní en la vasta región del territorio que hoy abarca los países del Mercosur. Asimismo, eran instruidos en las diferentes áreas del saber: construcción, veterinaria, agricultura, educación, arte. En teología resultaba difícil la evangelización, porque los ava guaraní eran exigentes exponentes de la creencia guaraní. Discutían de igual a igual. Los líderes religiosos nativos dejaban ver la contradicción en la teología cristiana que explicitaban francamente y ante esta dificultad, los jesuitas recurrieron al arte. Trajeron instrumentos musicales, obras teatrales del género religioso que en Europa fueron utilizados en la Edad Media. Introdujeron primero a los niños en oficios varios como fabricación de imágenes, construcción de altares. Una vez conquistados los niños, fueron conquistadas las voluntades de los jóvenes y las mujeres. Finalmente, fueron incorporados los adultos. Pronto florecieron espectaculares procesiones en fiestas patronales para recibir a los superiores que visitaban las misiones jesuíticas. En poco más de 150 años consiguieron desarrollar más de 33 pueblos que aceptaban la evangelización, porque si bien dicha práctica constituía rechazo de su cultura propia, encontraron en la cultura religiosa recibida el reconocimiento a su espiritualidad original que ahora era suplantada por la religión cristiana. Los franciscanos también consiguieron gire los asentamientos aborígenes se transformaran en pueblos donde fueron practicando habilidades que posibilitaron conservar sus conocimientos propios y enriquecerlos con los recibidos de los misioneros de Francisco de Asís.
** Entre las múltiples adquisiciones que llegaron a tener los aborígenes en oficios y artes, se puede citar el teatro. Mediante el teatro se catequizaba a los neófitos, escenificando historias extraídas de la Sagrada Escritura y de la Vida de los Santos Patronos de los pueblos. Los temas en que más insistían en las escenificaciones se referían a la antropofagia, la poligamia, la costumbre de vivir desnudos y el rechazo a lo que los sacerdotes llamaban hechicerías. También se representaban: La Celebración de Corpus Christi, Auto de Adán y Eva, La Pasión de Cristo, entre otros temas. En nuestro país, hasta hoy no se han rescatado las obras representadas en las misiones jesuíticas, excepto fragmentariamente. En Brasil, se conservan obras de José de Anchieta (1534-1597), uno de los más importantes autores del teatro jesuítico (1607-1767).
** En el teatro jesuítico se usaban idiomas como el guaraní, el castellano y hasta el portugués (este último idioma cuando se aludía a los bandeirantes). En las presentaciones se movilizaban muchos intérpretes: niños, niñas, jóvenes, adultos, especialmente hombres. Las decoraciones y los vestuarios eran de mucho despliegue y colorido. Se intercalaban, además, música, canciones y poemas. Los géneros predominantes eran el auto sacramental y el llamado "misterio", dramas de contenido religioso y lo alegórico.
** En el teatro jesuítico tuvo mucha preponderancia el purahéi ñembo'e (rezo cantado), origen de los cantos estacioneros, y a la vez origen del purahéi asy (canción triste), que serán las matrices de las canciones del yerbal y de los obrajeros; a la vez vuelven a servir de fundamento al purrahéi jahe’o (canción lamento) de nuestros días: el lamento de los peones. Del teatro jesuítico y franciscano a su vez llegan las fiestas patronales y las expresiones teatrales gire en nuestro tiempo van perdiendo vigencia: La Pasión de Cristo y los Pesebres Navideños, como también la fabricación de los Instrumentos musicales más populares -el arpa, la guitarra y el violín- y de otros como tambores, flautas y órganos, ya sin fabricación. De los instrumentos indígenas, hasta hace pocos años atrás, se conservaba la utilización del gualambáu. También es importante señalar que la "velada", jerarquizada y llevada a nivel de gran espectáculo popular por José L. Melgarejo, tuvo su origen en las parodias que los aborígenes hacían en sus comunidades de los espectáculos jesuíticos, desde su libre y genuina capacidad de naturalizar las costumbres impuestas por los evangelizadores.
** En cuanto al teatro colonial, nada importante dejó como herencia. El predominio de lo religioso como centro de la manifestación cultural limitaba el surgimiento del arte escénico, tanto el de procedencia extranjera como el de origen nativo. Es poco lo que se enseñaba fuera de los conocimientos elementa-les como leer v sumar. También se limitaba la circulación de los libros, funda-mentalmente el Catecismo y la Sagrada Escritura.
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** La conquista territorial fue al mismo tiempo espiritual. Tenía que ser así. Siempre se admira la conservación del idioma guaraní como idioma del pueblo paraguayo. Contribuyeron muchos factores que deseo puntualizar, sin ánimo de generar polémica. Pero sí es preciso señalar cuanto sigue: el primer aspecto que influye es la íntima relación que existe entre el Guaraní y el Tupí. Más allá de la leyenda que se conoce sobre la desmembración de ambos idiomas, convendría puntualizar que son casi gemelos. Asimismo, si bien se nacionalizaron con el correr del tiempo, sus raíces descubren un saber similar en cuanto a sus respectivas naturalezas para nombrar el universo humano, en su doble vertiente material y espiritual. La influencia del idioma guaraní se extendió a toda América. Cuando sobreviene la conquista española, así como la selva resultaba impenetrable sin ayuda de los aborígenes guaraníes, también resultaba impenetrable acceder al conocimiento de los territorios y los pueblos nativos sin dominar el guaraní. Los mismos conquistadores se vieron obligados a conocer el idioma para avanzar en sus proyectos de llegar a las minas de plata y oro. Pero este conocer el idioma para un objetivo tan estrecho, como la búsqueda del tesoro material, no resolvía el problema del dominio sobre los aborígenes guaraníes. La cultura del tener que obsesivamente impulsaba a los españoles a explorar las tierras, fue revelando a los ava (indígena) guaraní un aspecto totalmente antagónico a su cultura del ser. Para ellos: ser es ser libre, es ser considerado igual, es ser valorado con reciprocidad, es ser respetado en el nivel jerárquico; ser es ser hospitalario, sin perder autonomía; ser es ser capaz de entrar en el intercambio del servicio, sin ninguna subalternidad en ninguna de las etapas de convivencia.
** Domingo Martínez de Irala no podía regresar y, en razón de su débil posición para imponerse por la razón de la fuerza, recurrió a la fuerza de la razón para sobrevivir. Usó la estrategia de la negociación de su poder, aceptando una concesión de mutuo apoyo con los mburuvicha (jefe) guaraní. Al correr el tiempo, no fue suficiente. La rebelión de los mburuvicha fue extendiéndose. Los sucesores vieron que necesitaban encontrar una salida para continuar la conquista territorial. Fue cuando surgió la idea de la conquista espiritual. Esa misión se les cedió a los Franciscanos y a los Jesuitas. Ambas congregaciones se establecieron para la pacificación de las almas. Se establecieron los pueblos de aborígenes para recibir la evangelización. Los Jesuitas fueron más allá: además de la evangelización, crearon una colonización que se extendía a la producción sin intervención de los españoles ajenos a la congregación. Defendieron a los indígenas que fueron presionados por los bandeirantes del Estado de San Pablo y por los españoles encomenderos de la Madre de Ciudades: Asunción.
** Los Franciscanos a su vez se mimetizaron entre los aborígenes para encauzar su evangelización dentro de la filosofía de la encomienda española. Los sacerdotes jesuitas eran previamente formados no sólo en la doctrina cristiana. Aprendían el idioma general de los ava guaraní en la vasta región del territorio que hoy abarca los países del Mercosur. Asimismo, eran instruidos en las diferentes áreas del saber: construcción, veterinaria, agricultura, educación, arte. En teología resultaba difícil la evangelización, porque los ava guaraní eran exigentes exponentes de la creencia guaraní. Discutían de igual a igual. Los líderes religiosos nativos dejaban ver la contradicción en la teología cristiana que explicitaban francamente y ante esta dificultad, los jesuitas recurrieron al arte. Trajeron instrumentos musicales, obras teatrales del género religioso que en Europa fueron utilizados en la Edad Media. Introdujeron primero a los niños en oficios varios como fabricación de imágenes, construcción de altares. Una vez conquistados los niños, fueron conquistadas las voluntades de los jóvenes y las mujeres. Finalmente, fueron incorporados los adultos. Pronto florecieron espectaculares procesiones en fiestas patronales para recibir a los superiores que visitaban las misiones jesuíticas. En poco más de 150 años consiguieron desarrollar más de 33 pueblos que aceptaban la evangelización, porque si bien dicha práctica constituía rechazo de su cultura propia, encontraron en la cultura religiosa recibida el reconocimiento a su espiritualidad original que ahora era suplantada por la religión cristiana. Los franciscanos también consiguieron gire los asentamientos aborígenes se transformaran en pueblos donde fueron practicando habilidades que posibilitaron conservar sus conocimientos propios y enriquecerlos con los recibidos de los misioneros de Francisco de Asís.
** Entre las múltiples adquisiciones que llegaron a tener los aborígenes en oficios y artes, se puede citar el teatro. Mediante el teatro se catequizaba a los neófitos, escenificando historias extraídas de la Sagrada Escritura y de la Vida de los Santos Patronos de los pueblos. Los temas en que más insistían en las escenificaciones se referían a la antropofagia, la poligamia, la costumbre de vivir desnudos y el rechazo a lo que los sacerdotes llamaban hechicerías. También se representaban: La Celebración de Corpus Christi, Auto de Adán y Eva, La Pasión de Cristo, entre otros temas. En nuestro país, hasta hoy no se han rescatado las obras representadas en las misiones jesuíticas, excepto fragmentariamente. En Brasil, se conservan obras de José de Anchieta (1534-1597), uno de los más importantes autores del teatro jesuítico (1607-1767).
** En el teatro jesuítico se usaban idiomas como el guaraní, el castellano y hasta el portugués (este último idioma cuando se aludía a los bandeirantes). En las presentaciones se movilizaban muchos intérpretes: niños, niñas, jóvenes, adultos, especialmente hombres. Las decoraciones y los vestuarios eran de mucho despliegue y colorido. Se intercalaban, además, música, canciones y poemas. Los géneros predominantes eran el auto sacramental y el llamado "misterio", dramas de contenido religioso y lo alegórico.
** En el teatro jesuítico tuvo mucha preponderancia el purahéi ñembo'e (rezo cantado), origen de los cantos estacioneros, y a la vez origen del purahéi asy (canción triste), que serán las matrices de las canciones del yerbal y de los obrajeros; a la vez vuelven a servir de fundamento al purrahéi jahe’o (canción lamento) de nuestros días: el lamento de los peones. Del teatro jesuítico y franciscano a su vez llegan las fiestas patronales y las expresiones teatrales gire en nuestro tiempo van perdiendo vigencia: La Pasión de Cristo y los Pesebres Navideños, como también la fabricación de los Instrumentos musicales más populares -el arpa, la guitarra y el violín- y de otros como tambores, flautas y órganos, ya sin fabricación. De los instrumentos indígenas, hasta hace pocos años atrás, se conservaba la utilización del gualambáu. También es importante señalar que la "velada", jerarquizada y llevada a nivel de gran espectáculo popular por José L. Melgarejo, tuvo su origen en las parodias que los aborígenes hacían en sus comunidades de los espectáculos jesuíticos, desde su libre y genuina capacidad de naturalizar las costumbres impuestas por los evangelizadores.
** En cuanto al teatro colonial, nada importante dejó como herencia. El predominio de lo religioso como centro de la manifestación cultural limitaba el surgimiento del arte escénico, tanto el de procedencia extranjera como el de origen nativo. Es poco lo que se enseñaba fuera de los conocimientos elementa-les como leer v sumar. También se limitaba la circulación de los libros, funda-mentalmente el Catecismo y la Sagrada Escritura.
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III. INDEPENDENCIA: BÚSQUEDA DE LA EXPRESIÓN ARTÍSTICA NACIONAL
** La Independencia Nacional fue por eso un cambio: del poder español por el poder paraguayo. En 1811 nace la República del Paraguay. Se establece una verdadera revolución. Además de los próceres que protagonizaron la emancipación: Fulgencio Yegros. Pedro Juan Caballero, Vicente Ignacio Iturbe, Mauricio José Troche, Fernando de la Mora, pronto emerge el ideólogo que desde el principio fue encauzando el proceso de la liberación nacional, no sólo del poder español, sino también de la ambición de la República Argentina, entonces interesada en integrar al Paraguay a sus Provincias.
** El doctor José Gaspar Rodríguez de Francia fue enérgico en su gestión gubernativa para defender la soberanía territorial, la libre navegación de los ríos y la no intervención en los asuntos internos de la nación, como asimismo, el derecho a legitimar su libertad, y al del pueblo paraguayo con plena autonomía de la República del Paraguay, para autogobernarse sin inmiscuirse en asuntos de otros países. Durante su gobierno, desde 1814 hasta 1840, impuso una política de no negociación sobre asuntos de autonomía para establecer relaciones, si no era en igualdad de condiciones en todos los órdenes: economía, política, derecho, religión, educación, idiomas, tenencia de tierra, cultura y fuerzas armadas. Alentó la moralización de la vida nacional, impugnando las injusticias con los débiles y carenciados. Fomentó la honradez y el trabajo, como obligación y responsabilidad. Promovió la recuperación de la tierra no explotada por los latifundistas y la nacionalizó, otorgándola a los campesinos y a los indígenas. Fiscalizó la importación y la exportación. Prohibió el contrabando. Implementó la educación primaria, creó la fuerza armada con sujeción al poder civil, nacionalizó la iglesia, liquidó la prostitución y la mendicidad. No aceptaba regalos en su cumpleaños y en función de gobierno sus parientes no tenían más privilegios que los que tenía cualquier ciudadano. Riguroso consigo mismo, la independencia de la patria se garantizaba en primer lugar. Nadie podía atentar contra ese deber y ese principio. La población aumenta de 100.000 habitantes a 400.000, cuando muere el Ser Supremo.
** La administración del Estado Paraguayo se documentó hasta en los mínimos detalles. No se registra atención a la promoción teatral pero sí preocupación por la música. La artesanía y los oficios en general fueron valorados.
** Le sucede en el gobierno de la República del Paraguay Carlos Antonio López, después de dos años de inestabilidad. Este asume la Presidencia en 1842 y se mantiene en el cargo hasta fallecer en 1862. Continúa la política que estableciera su antecesor y profundiza la transformación del país, cimentando la industrialización y creando una Constitución Nacional, que fija rumbos a la consolidación del Estado Paraguayo. Fomenta la educación superior y moderniza con la tecnología la infraestructura para cimentar el progreso: compra máquinas y contrata de Europa técnicos en fundición de hierro, instalación del ferrocarril, telégrafo, construcción de edificios; adquiere barcos para navegar en océanos. Envía a Europa becados a los jóvenes para estudiar, incorpora la imprenta donde él mismo escribe el periódico, donde divulga su pensamiento. En este contexto no se le escapa el teatro. No sólo impulsa su promoción en condiciones de apoyo irrestricto para su divulgación, también se preocupa por su institucionalización, solicitando planos para construir una sala que tiene como referencia la Scala de Milán.
** Le sucede en la Presidencia de la República Francisco Solano López, desde 1862 hasta 1870. Este continúa la política de sus antecesores, con el mismo ímpetu. Intensifica la autogestión del desarrollo nacional y la soberanía irrestricta de la nación en su derecho a elegir el sistema de gobierno: no al capital extranjero y sí al comercio internacional equitativo de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda. Esta posición le ocasiona la Declaración de la Guerra de la Triple Alianza, tragedia que culmina en Cerro Corá el 1° de marzo de 1870.
** La destrucción no es solamente la ocasionada en los campos de batalla. Todo lo que se puede robar se roba, todo lo que se puede destruir se destruye, todo lo que se puede exterminar se extermina: hasta niños y niñas. Se desmembra el territorio entre Argentina y Brasil. El Paraguay de Gaspar Rodríguez de Francia, de Carlos Antonio y Francisco Solano López queda reducido a la ruina.
** El lúgubre canto del urutaú reemplaza al canto del guyrá campana en las selvas guaraníes. Los sobrevivientes son despreciados por los legionarios que se instalaron en el Palacio de López para regir la nación sobre las reglas de juego del capital privado y no de los intereses patrióticos que por más de 50 años fueron defendidos por los tres gobiernos de la Independencia Paraguaya.
** En la Guerra de la Triple Alianza murieron casi todos los músicos y los intelectuales que fueron surgiendo en las últimas décadas. Quedaron diseminados por el extenso territorio de la patria, sobrevivientes que volvieron a transmitir los aires nacionales, las danzas tradicionales, las poesías, las artesanías, las muchas creaciones de todo orden que en la gloriosa época de paz fueron dando gestación al arte nacional.
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** La Independencia Nacional fue por eso un cambio: del poder español por el poder paraguayo. En 1811 nace la República del Paraguay. Se establece una verdadera revolución. Además de los próceres que protagonizaron la emancipación: Fulgencio Yegros. Pedro Juan Caballero, Vicente Ignacio Iturbe, Mauricio José Troche, Fernando de la Mora, pronto emerge el ideólogo que desde el principio fue encauzando el proceso de la liberación nacional, no sólo del poder español, sino también de la ambición de la República Argentina, entonces interesada en integrar al Paraguay a sus Provincias.
** El doctor José Gaspar Rodríguez de Francia fue enérgico en su gestión gubernativa para defender la soberanía territorial, la libre navegación de los ríos y la no intervención en los asuntos internos de la nación, como asimismo, el derecho a legitimar su libertad, y al del pueblo paraguayo con plena autonomía de la República del Paraguay, para autogobernarse sin inmiscuirse en asuntos de otros países. Durante su gobierno, desde 1814 hasta 1840, impuso una política de no negociación sobre asuntos de autonomía para establecer relaciones, si no era en igualdad de condiciones en todos los órdenes: economía, política, derecho, religión, educación, idiomas, tenencia de tierra, cultura y fuerzas armadas. Alentó la moralización de la vida nacional, impugnando las injusticias con los débiles y carenciados. Fomentó la honradez y el trabajo, como obligación y responsabilidad. Promovió la recuperación de la tierra no explotada por los latifundistas y la nacionalizó, otorgándola a los campesinos y a los indígenas. Fiscalizó la importación y la exportación. Prohibió el contrabando. Implementó la educación primaria, creó la fuerza armada con sujeción al poder civil, nacionalizó la iglesia, liquidó la prostitución y la mendicidad. No aceptaba regalos en su cumpleaños y en función de gobierno sus parientes no tenían más privilegios que los que tenía cualquier ciudadano. Riguroso consigo mismo, la independencia de la patria se garantizaba en primer lugar. Nadie podía atentar contra ese deber y ese principio. La población aumenta de 100.000 habitantes a 400.000, cuando muere el Ser Supremo.
** La administración del Estado Paraguayo se documentó hasta en los mínimos detalles. No se registra atención a la promoción teatral pero sí preocupación por la música. La artesanía y los oficios en general fueron valorados.
** Le sucede en el gobierno de la República del Paraguay Carlos Antonio López, después de dos años de inestabilidad. Este asume la Presidencia en 1842 y se mantiene en el cargo hasta fallecer en 1862. Continúa la política que estableciera su antecesor y profundiza la transformación del país, cimentando la industrialización y creando una Constitución Nacional, que fija rumbos a la consolidación del Estado Paraguayo. Fomenta la educación superior y moderniza con la tecnología la infraestructura para cimentar el progreso: compra máquinas y contrata de Europa técnicos en fundición de hierro, instalación del ferrocarril, telégrafo, construcción de edificios; adquiere barcos para navegar en océanos. Envía a Europa becados a los jóvenes para estudiar, incorpora la imprenta donde él mismo escribe el periódico, donde divulga su pensamiento. En este contexto no se le escapa el teatro. No sólo impulsa su promoción en condiciones de apoyo irrestricto para su divulgación, también se preocupa por su institucionalización, solicitando planos para construir una sala que tiene como referencia la Scala de Milán.
** Le sucede en la Presidencia de la República Francisco Solano López, desde 1862 hasta 1870. Este continúa la política de sus antecesores, con el mismo ímpetu. Intensifica la autogestión del desarrollo nacional y la soberanía irrestricta de la nación en su derecho a elegir el sistema de gobierno: no al capital extranjero y sí al comercio internacional equitativo de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda. Esta posición le ocasiona la Declaración de la Guerra de la Triple Alianza, tragedia que culmina en Cerro Corá el 1° de marzo de 1870.
** La destrucción no es solamente la ocasionada en los campos de batalla. Todo lo que se puede robar se roba, todo lo que se puede destruir se destruye, todo lo que se puede exterminar se extermina: hasta niños y niñas. Se desmembra el territorio entre Argentina y Brasil. El Paraguay de Gaspar Rodríguez de Francia, de Carlos Antonio y Francisco Solano López queda reducido a la ruina.
** El lúgubre canto del urutaú reemplaza al canto del guyrá campana en las selvas guaraníes. Los sobrevivientes son despreciados por los legionarios que se instalaron en el Palacio de López para regir la nación sobre las reglas de juego del capital privado y no de los intereses patrióticos que por más de 50 años fueron defendidos por los tres gobiernos de la Independencia Paraguaya.
** En la Guerra de la Triple Alianza murieron casi todos los músicos y los intelectuales que fueron surgiendo en las últimas décadas. Quedaron diseminados por el extenso territorio de la patria, sobrevivientes que volvieron a transmitir los aires nacionales, las danzas tradicionales, las poesías, las artesanías, las muchas creaciones de todo orden que en la gloriosa época de paz fueron dando gestación al arte nacional.
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IV. ALBORES DE UN NUEVO SIGLO: RECONSTRUCCIÓN DEL PAÍS ENTRE LO AJENO Y LO PROPIO
** Durante la reconstrucción del país, que recorre todo el resto del siglo XIX y prosigue su marcha al siglo XX, vuelve a repetirse la difícil lucha entre lo propio y lo ajeno, para no decir entre el arte extranjero y el arte nacional. Seguirá un proceso lento, el surgimiento del arte paraguayo, con fisonomía propia. Primero se requerirá la fundación del Colegio Nacional de la Capital y después la fundación de la Universidad Nacional. Con estas instituciones, desde la mano de brillantes educadores y precoces intelectuales que van interviniendo en la vida pública y privada, germinan las preocupaciones por la creación artística. Ya en la primera década del siglo, jóvenes que acceden a la instrucción secundaria y universitaria asumen protagonismo en la búsqueda de la expresión artística nacional, muchas veces en las horas que hurtan a sus militancias en la lucha por encauzar la vida nacional en otras esferas como la política, la economía, la medicina, la ingeniería, el derecho, la docencia o simplemente en subsanar sus necesidades de sobrevivencia.
** El tema prioritario es la investigación histórica: se debate sobre la formación de la nacionalidad, se investiga el pasado, se levanta polémica sobre el sentido que se dio a la Revolución de Mayo, surgen detractores y defensores de los próceres, reivindicadores y también impugnadores de la tragedia de la Triple Alianza. Con todo, entre las luces y las sombras del devenir histórico, el arte va cosechando incuestionables talentos que escuchan el latido de su pueblo y su patria con oídos y sensibilidad excepcionales.
** Algunos tienen la formación adquirida mediante estudios y muchos son autodidactas. Así emerge una sostenida generación de artistas que van dejando a su paso obras que identifican al pueblo paraguayo en sus dos idiomas: el castellano y el guaraní, a nivel culto y a nivel popular, a veces fusionándose, a veces distanciándose, a veces explorando las corrientes artísticas del exterior y otras veces explorando las venas soterradas del alma colectiva nacional.
** Para situar al teatro en su plasmación como género artístico nacional, resulta imprescindible recorrer todas las disciplinas que fueron encontrando su cauce en la cultura paraguaya.
** En el primer decenio del siglo XX, el teatro nacional recibía espectáculos de ópera, zarzuelas, teatro de procedencia extranjera. Al mismo tiempo, se enseñaba música, dibujo y canto, especialmente, en instituciones privadas: en el Instituto Paraguayo, y también en la Banda de Música de la Policía de la Capital. En los colegios y facultades se publicaban revistas que daban difusión a las creaciones literarias. Se realizaban tertulias donde concurrían los artistas a exponer sus cualidades. A nivel popular, en los barrios, se organizaban fiestas de carácter familiar o conmemorativas del santo patrono o patrona, con banda y conjuntos nativos, danzas como galoperas, santa fe o directamente tradicionales como mamá che mosé, guãiguĩ pysapẽ o el pericón.
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** Durante la reconstrucción del país, que recorre todo el resto del siglo XIX y prosigue su marcha al siglo XX, vuelve a repetirse la difícil lucha entre lo propio y lo ajeno, para no decir entre el arte extranjero y el arte nacional. Seguirá un proceso lento, el surgimiento del arte paraguayo, con fisonomía propia. Primero se requerirá la fundación del Colegio Nacional de la Capital y después la fundación de la Universidad Nacional. Con estas instituciones, desde la mano de brillantes educadores y precoces intelectuales que van interviniendo en la vida pública y privada, germinan las preocupaciones por la creación artística. Ya en la primera década del siglo, jóvenes que acceden a la instrucción secundaria y universitaria asumen protagonismo en la búsqueda de la expresión artística nacional, muchas veces en las horas que hurtan a sus militancias en la lucha por encauzar la vida nacional en otras esferas como la política, la economía, la medicina, la ingeniería, el derecho, la docencia o simplemente en subsanar sus necesidades de sobrevivencia.
** El tema prioritario es la investigación histórica: se debate sobre la formación de la nacionalidad, se investiga el pasado, se levanta polémica sobre el sentido que se dio a la Revolución de Mayo, surgen detractores y defensores de los próceres, reivindicadores y también impugnadores de la tragedia de la Triple Alianza. Con todo, entre las luces y las sombras del devenir histórico, el arte va cosechando incuestionables talentos que escuchan el latido de su pueblo y su patria con oídos y sensibilidad excepcionales.
** Algunos tienen la formación adquirida mediante estudios y muchos son autodidactas. Así emerge una sostenida generación de artistas que van dejando a su paso obras que identifican al pueblo paraguayo en sus dos idiomas: el castellano y el guaraní, a nivel culto y a nivel popular, a veces fusionándose, a veces distanciándose, a veces explorando las corrientes artísticas del exterior y otras veces explorando las venas soterradas del alma colectiva nacional.
** Para situar al teatro en su plasmación como género artístico nacional, resulta imprescindible recorrer todas las disciplinas que fueron encontrando su cauce en la cultura paraguaya.
** En el primer decenio del siglo XX, el teatro nacional recibía espectáculos de ópera, zarzuelas, teatro de procedencia extranjera. Al mismo tiempo, se enseñaba música, dibujo y canto, especialmente, en instituciones privadas: en el Instituto Paraguayo, y también en la Banda de Música de la Policía de la Capital. En los colegios y facultades se publicaban revistas que daban difusión a las creaciones literarias. Se realizaban tertulias donde concurrían los artistas a exponer sus cualidades. A nivel popular, en los barrios, se organizaban fiestas de carácter familiar o conmemorativas del santo patrono o patrona, con banda y conjuntos nativos, danzas como galoperas, santa fe o directamente tradicionales como mamá che mosé, guãiguĩ pysapẽ o el pericón.
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RAÍCES BILINGÜES DEL TEATRO NACIONAL
** Esta diversidad de manifestaciones artísticas fueron estimulando a los creadores, en ambos idiomas y diferentes esferas de la cultura, a sentir la necesidad de promover el arte teatral.
** Tenemos que señalar que entre las primeras manifestaciones artísticas que adquieren preeminencia está la música: AGUSTÍN BARRIOS en la guitarra, JOSÉ ASUNCIÓN FLORES en la Banda de Músicos de la Policía, pulsaron el alma nacional, con severa formación musical. Detrás de ellos, llega de su tierra natal: FÉLIX PÉREZ CARDOZO. Y muchos otros, como HERMINIO GIMÉNEZ, SAMUEL AGUAYO, AGUSTÍN BARBOZA, REMBERTO GIMÉNEZ, FÉLIX FERNÁNDEZ, NARCISO R. COLMÁN. Y sigue. Es un jardín de melodías y cantares. Con la música despega la poesía en los dos idiomas: ALEJANDRO GUANES, MANUEL ORTIZ GUERRERO, EMILIANO R. FERNÁNDEZ, DARÍO GÓMEZ SERRATO, ELOY FARIÑA NÚÑEZ. No se hace esperar el dibujante popular: JUAN SORAZÁBAL. También está la cerámica, con sus temas tropicales y folklóricos, con JULIÁN DE LA HERRERÍA; y el arte visual, con HOLDENJARA, PABLO ALBORNO e IGNACIO NÚÑEZ SOLER.
** Era así preciso que naciera el teatro. Escriben EUSEBIO AVEIRO LUGO, LUIS RUFFINELLI, ARTURO ALSINA. MANUEL ORTIZ GUERRERO, PEDRO JUAN CABALLERO. LEOPOLDO RAMOS GIMÉNEZ. RIGOBERTO FONTAO MEZA, FRANCISCO MARTÍN BARRIOS Y FÉLIX FERNÁNDEZ. Son los precursores, entre otros, que cederán a la falta de apoyo. Esto sucede en los años finales de la segunda década y en la tercera década del siglo XX.
** La Guerra con Bolivia produce la recuperación de la memoria sobre la Guerra de la Triple Alianza. Se reivindica la causa de la patria en la defensa territorial nuevamente amenazada. Vuelve en el campo de batalla a reconocerse que primero está la nación. Y la nación se defiende con liberales y colorados, con sindicalistas y militares, con labriegos y estudiantes, con sacerdotes e intelectuales. Cumplida la misión en el escenario bélico, retornan los diferentes protagonistas a sus hogares, decididos a defender la paz y también a cambiar el rumbo de la vida nacional. Paz con justicia es la consigna, libertad con igualdad en el derecho a la vida y al bienestar.
** Con ese nuevo ideal se imponen el deber de luchar: los músicos, los poetas, los intérpretes, los intelectuales. Es el momento para llevar al escenario, además de la música, el canto, la danza y el teatro. Y en esta movilización artística surgen nuevos protagonistas para liderar el surgimiento final del teatro paraguayo. Son ellos: JOSÉ L. MELGAREJO, con la velada, JULIO CORREA, con las comedias y los dramas que agudizan la denuncia, la crítica y el verbo revolucionario en el resplandeciente idioma guaraní, ROQUE CENTURIÓN MIRANDA, en quien se da la triple vocación del actor, el director y el autor, y quien se adelanta a promover la formación del actor, para dignificar definitivamente el arte escénico, porque en él «se oficia la misa del arte». Interviene JOSEFINA PLÁ con una lucidez que no se daba todavía en su género. Distribuye su tiempo en la creación de obras, la crítica, la docencia y la investigación del teatro en el Paraguay. Resulta imprescindible citar su obra -CUATRO SIGLOS DE TEATRO EN EL PARAGUAY- porque es fundamental su lectura para tener una visión histórica del arte escénico, desde los orígenes de la llegada de los españoles a nuestra tierra en el siglo XVI, hasta la primera mitad del siglo del XX.
** Con los precursores y con los fundadores del teatro paraguayo se abre el camino para transitar otros autores que consolidarán la dramaturgia de nuestro país: AUGUSTO ROA BASTOS, EZEQUIEL GONZÁLEZ ALSINA, JAIME BESTARD, NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS, JOSÉ MARÍA RIVAROLA MATTO, MILCIADES JIMÉNEZ, NARCISO R. COLMÁN, MANUEL FRUTOS PARRE, JUAN CARLOS MORENO GONZÁLEZ (zarzuela paraguaya), ROGELIO SILVERO, BENIGNO VILLA, ERNESTO BÁEZ, CARLOS GARCETE, MARIO HALLEY MORA, ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE, OVIDIO BENÍTEZ PEREIRA, JUAN BAUTISLA RIVAROLA MATTO, RAMIRO DOMÍNGUEZ, HÉRIB CAMPOS CERVERA, REINALDO MARTÍ, DEMETRIO ORTIZ, ANTONIO ESCOBAR CANTERO, RENÉ FERRER DE ARRÉLLAGA, MONCHO AZUAGA. GLORIA MUÑOZ, EFRAÍN ENRÍQUEZ GAMÓN, LUCY MENDONÇA DE SPINZI, PEPA KOSTIANOVSKY, LUIS HERNÁEZ, SARA KARLIK y los relativamente recién llegados AGUSTÍN NÚÑEZ, EDDA DE LOS RÍOS, MARIO SANTANDER, HÉCTOR MICÓ Y RODOLFO DAMI (h).
** Los autores conocidos fueron conocidos con la contribución de los directores y la compañía que optaron por la escenificación de obras nacionales. Los más importantes: RIGOBERTO FONTAO MEZA, FRANCISCO MARTÍN BARRIOS, FÉLIX FERNÁNDEZ, JOSÉ L. MELGAREJO, JULIO CORREA, ROQUE CENTURIÓN MIRANDA, JACINTO HERRERA, FERNANDO OCA DEL VALLE, MERCEDES JANÉ, WASHINGTON RAMÍREZ. ERNESTO BÁEZ. CARLOS GÓMEZ, MARIO PRONO, ERENIA LÓPEZ. TERESA GONZÁLEZ MEYER, RAQUEL ROJAS, ROQUE SÁNCHEZ, RAFAEL ROJAS DORIA, DOMINGO REGALADO PÉREZ, NERY MARTÍN. Muchos ya fallecieron, transitando por escenarios nunca construidos para la labor escénica, excepto el Teatro Municipal.
** El teatro paraguayo se fue forjando en el crisol de los dos idiomas, el castellano y el guaraní, abarcando todos los géneros: LA COMEDIA, LA FARSA, LA ZARZUELA, EL DRAMA y LA TRAGEDIA. Se ha insistido en que no se escriben obras teatrales en nuestro país para justificar intereses creados ante quienes interrogan por el teatro nacional. Yo explicaría más bien que entre muchos directores existe preferencia por las obras extranjeras, en razón de que nuestro teatro carece de una fuerte tradición que le posibilite la producción de obras en cantidad y en calidad como sucede en países donde se ha consolidado la institucionalización de la labor escénica. Por otra parte, sí tenemos que señalar con énfasis que no se ha dado apoyo a sus obras con publicaciones y con presentaciones. Deja como resultado que muchas obras, y en particular al morir sus autores, fueron quedando en el olvido y hasta muchas obras fueron destruidas o conservadas por sus mismos familiares, como creación que carece de valor comercial. A estas realidades hay que sumar la inexistencia de una institucionalización efectiva del teatro paraguayo. Y cuando digo institucionalización estoy refiriéndome a la ausencia de un presupuesto estatal o privado, salas teatrales, compañías estables financiadas, registro y publicación de obras. Las editoriales que alguna vez publican obras teatrales, generalmente no cubren el pago de los derechos de autor. También ni se ha actualizado la enseñanza teatral, como para generar actores, directores, críticos y autores respaldados por una formación en todos los niveles de la dramaturgia. Se mantiene el arte escénico al margen de todas las demás disciplinas artísticas. Existen conservatorio de música y ballet folklórico, contemporáneo y clásico, orquesta sinfónica de cámara filarmónica, como asimismo las artes visuales tienen sus espacios y sus protecciones para sus específicas divulgaciones. La marginación del teatro no se explica ni se justifica. Sin embargo, existe -y se puede constatar- una diversidad de obras no estrenadas o estrenadas después de haber sido escritas, muchos años después. También se puede constatar que en las condiciones en que se desenvuelve la actividad escénica, se escribieron obras de inobjetable estructura, riguroso lenguaje, con un contenido vigente y nivel estético excelente.
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** Esta diversidad de manifestaciones artísticas fueron estimulando a los creadores, en ambos idiomas y diferentes esferas de la cultura, a sentir la necesidad de promover el arte teatral.
** Tenemos que señalar que entre las primeras manifestaciones artísticas que adquieren preeminencia está la música: AGUSTÍN BARRIOS en la guitarra, JOSÉ ASUNCIÓN FLORES en la Banda de Músicos de la Policía, pulsaron el alma nacional, con severa formación musical. Detrás de ellos, llega de su tierra natal: FÉLIX PÉREZ CARDOZO. Y muchos otros, como HERMINIO GIMÉNEZ, SAMUEL AGUAYO, AGUSTÍN BARBOZA, REMBERTO GIMÉNEZ, FÉLIX FERNÁNDEZ, NARCISO R. COLMÁN. Y sigue. Es un jardín de melodías y cantares. Con la música despega la poesía en los dos idiomas: ALEJANDRO GUANES, MANUEL ORTIZ GUERRERO, EMILIANO R. FERNÁNDEZ, DARÍO GÓMEZ SERRATO, ELOY FARIÑA NÚÑEZ. No se hace esperar el dibujante popular: JUAN SORAZÁBAL. También está la cerámica, con sus temas tropicales y folklóricos, con JULIÁN DE LA HERRERÍA; y el arte visual, con HOLDENJARA, PABLO ALBORNO e IGNACIO NÚÑEZ SOLER.
** Era así preciso que naciera el teatro. Escriben EUSEBIO AVEIRO LUGO, LUIS RUFFINELLI, ARTURO ALSINA. MANUEL ORTIZ GUERRERO, PEDRO JUAN CABALLERO. LEOPOLDO RAMOS GIMÉNEZ. RIGOBERTO FONTAO MEZA, FRANCISCO MARTÍN BARRIOS Y FÉLIX FERNÁNDEZ. Son los precursores, entre otros, que cederán a la falta de apoyo. Esto sucede en los años finales de la segunda década y en la tercera década del siglo XX.
** La Guerra con Bolivia produce la recuperación de la memoria sobre la Guerra de la Triple Alianza. Se reivindica la causa de la patria en la defensa territorial nuevamente amenazada. Vuelve en el campo de batalla a reconocerse que primero está la nación. Y la nación se defiende con liberales y colorados, con sindicalistas y militares, con labriegos y estudiantes, con sacerdotes e intelectuales. Cumplida la misión en el escenario bélico, retornan los diferentes protagonistas a sus hogares, decididos a defender la paz y también a cambiar el rumbo de la vida nacional. Paz con justicia es la consigna, libertad con igualdad en el derecho a la vida y al bienestar.
** Con ese nuevo ideal se imponen el deber de luchar: los músicos, los poetas, los intérpretes, los intelectuales. Es el momento para llevar al escenario, además de la música, el canto, la danza y el teatro. Y en esta movilización artística surgen nuevos protagonistas para liderar el surgimiento final del teatro paraguayo. Son ellos: JOSÉ L. MELGAREJO, con la velada, JULIO CORREA, con las comedias y los dramas que agudizan la denuncia, la crítica y el verbo revolucionario en el resplandeciente idioma guaraní, ROQUE CENTURIÓN MIRANDA, en quien se da la triple vocación del actor, el director y el autor, y quien se adelanta a promover la formación del actor, para dignificar definitivamente el arte escénico, porque en él «se oficia la misa del arte». Interviene JOSEFINA PLÁ con una lucidez que no se daba todavía en su género. Distribuye su tiempo en la creación de obras, la crítica, la docencia y la investigación del teatro en el Paraguay. Resulta imprescindible citar su obra -CUATRO SIGLOS DE TEATRO EN EL PARAGUAY- porque es fundamental su lectura para tener una visión histórica del arte escénico, desde los orígenes de la llegada de los españoles a nuestra tierra en el siglo XVI, hasta la primera mitad del siglo del XX.
** Con los precursores y con los fundadores del teatro paraguayo se abre el camino para transitar otros autores que consolidarán la dramaturgia de nuestro país: AUGUSTO ROA BASTOS, EZEQUIEL GONZÁLEZ ALSINA, JAIME BESTARD, NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS, JOSÉ MARÍA RIVAROLA MATTO, MILCIADES JIMÉNEZ, NARCISO R. COLMÁN, MANUEL FRUTOS PARRE, JUAN CARLOS MORENO GONZÁLEZ (zarzuela paraguaya), ROGELIO SILVERO, BENIGNO VILLA, ERNESTO BÁEZ, CARLOS GARCETE, MARIO HALLEY MORA, ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE, OVIDIO BENÍTEZ PEREIRA, JUAN BAUTISLA RIVAROLA MATTO, RAMIRO DOMÍNGUEZ, HÉRIB CAMPOS CERVERA, REINALDO MARTÍ, DEMETRIO ORTIZ, ANTONIO ESCOBAR CANTERO, RENÉ FERRER DE ARRÉLLAGA, MONCHO AZUAGA. GLORIA MUÑOZ, EFRAÍN ENRÍQUEZ GAMÓN, LUCY MENDONÇA DE SPINZI, PEPA KOSTIANOVSKY, LUIS HERNÁEZ, SARA KARLIK y los relativamente recién llegados AGUSTÍN NÚÑEZ, EDDA DE LOS RÍOS, MARIO SANTANDER, HÉCTOR MICÓ Y RODOLFO DAMI (h).
** Los autores conocidos fueron conocidos con la contribución de los directores y la compañía que optaron por la escenificación de obras nacionales. Los más importantes: RIGOBERTO FONTAO MEZA, FRANCISCO MARTÍN BARRIOS, FÉLIX FERNÁNDEZ, JOSÉ L. MELGAREJO, JULIO CORREA, ROQUE CENTURIÓN MIRANDA, JACINTO HERRERA, FERNANDO OCA DEL VALLE, MERCEDES JANÉ, WASHINGTON RAMÍREZ. ERNESTO BÁEZ. CARLOS GÓMEZ, MARIO PRONO, ERENIA LÓPEZ. TERESA GONZÁLEZ MEYER, RAQUEL ROJAS, ROQUE SÁNCHEZ, RAFAEL ROJAS DORIA, DOMINGO REGALADO PÉREZ, NERY MARTÍN. Muchos ya fallecieron, transitando por escenarios nunca construidos para la labor escénica, excepto el Teatro Municipal.
** El teatro paraguayo se fue forjando en el crisol de los dos idiomas, el castellano y el guaraní, abarcando todos los géneros: LA COMEDIA, LA FARSA, LA ZARZUELA, EL DRAMA y LA TRAGEDIA. Se ha insistido en que no se escriben obras teatrales en nuestro país para justificar intereses creados ante quienes interrogan por el teatro nacional. Yo explicaría más bien que entre muchos directores existe preferencia por las obras extranjeras, en razón de que nuestro teatro carece de una fuerte tradición que le posibilite la producción de obras en cantidad y en calidad como sucede en países donde se ha consolidado la institucionalización de la labor escénica. Por otra parte, sí tenemos que señalar con énfasis que no se ha dado apoyo a sus obras con publicaciones y con presentaciones. Deja como resultado que muchas obras, y en particular al morir sus autores, fueron quedando en el olvido y hasta muchas obras fueron destruidas o conservadas por sus mismos familiares, como creación que carece de valor comercial. A estas realidades hay que sumar la inexistencia de una institucionalización efectiva del teatro paraguayo. Y cuando digo institucionalización estoy refiriéndome a la ausencia de un presupuesto estatal o privado, salas teatrales, compañías estables financiadas, registro y publicación de obras. Las editoriales que alguna vez publican obras teatrales, generalmente no cubren el pago de los derechos de autor. También ni se ha actualizado la enseñanza teatral, como para generar actores, directores, críticos y autores respaldados por una formación en todos los niveles de la dramaturgia. Se mantiene el arte escénico al margen de todas las demás disciplinas artísticas. Existen conservatorio de música y ballet folklórico, contemporáneo y clásico, orquesta sinfónica de cámara filarmónica, como asimismo las artes visuales tienen sus espacios y sus protecciones para sus específicas divulgaciones. La marginación del teatro no se explica ni se justifica. Sin embargo, existe -y se puede constatar- una diversidad de obras no estrenadas o estrenadas después de haber sido escritas, muchos años después. También se puede constatar que en las condiciones en que se desenvuelve la actividad escénica, se escribieron obras de inobjetable estructura, riguroso lenguaje, con un contenido vigente y nivel estético excelente.
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V. TEATRO PARAGUAYO DE AYER Y DE HOY
** En la presente selección de nuestro teatro, apropiadamente titulada Teatro Paraguayo de Ayer y de Hoy, la investigadora Teresa Méndez-Faith rescata autores y obras que ofrecerán una visión muy integral de nuestro arte escénico.
** Siguiendo el orden alfabético que eligió para presentar a los autores -y que caracteriza a todos sus volúmenes antológicos anteriores- la selección se inicia con JOSÉ ARTURO ALSINA, quien está representado en este libro con dos obras: INTRUSO y LA SOMBRA DE LA ESTATUA. Aparentemente son dos obras muy diferentes: la primera es una obra realista en el mejor estilo del teatro que se sumerge en la decadencia de una sociedad dominante que desde su principio legionario no puede evitar el estallido de la crisis de valores en la que se desenvuelve el clima familiar y social de la oligarquía; en la segunda obra, se interioriza el tema y se desdobla en un conflicto del ser, donde la situación de la realidad humana proyecta su ambigüedad en la valoración de la vida en el mundo. JOSÉ ARTURO ALSINA dimensiona sus obras desde una tesis ideológica y la desgrana desde un acontecer histórico donde el lenguaje adquiere a veces temperatura filosófica y a veces temperatura poética, con un nivel estético, lírico y melódico al mismo tiempo. El eje de su dramaturgia es el problema ético en la vida individual familiar y social. Por eso, las situaciones humanas más reales se metaforizan en una atmósfera irreal o supraneal. Los personajes adquieren su fisonomía espiritual y su fisonomía material, en una dialéctica que se expresa entre la cruda realidad y la abstracta armonía teórica. Ninguna pasión espiritual puede concretarse sin una correspondiente acción material. ALSINA es el primer dramaturgo nacional que explora las vetas del teatro universal, para asegurar una crítica y una poética escénica humanista y humanizados. Escribió en castellano, pero fue un apasionado exponente de la cultura guaraní, en época en que a este idioma le proscribían de los círculos literarios.
** INTRUSO fue escrita y estrenada el 14 de agosto de 1934, en el TEATRO NACIONAL (hoy Teatro Municipal) por la Compañía de Comedia Karr-Prandi. Fue publicada en la Revista de la Municipalidad de Asunción en 1934. LA SOMBRA DE LA ESTATUA fue leída el 22 de noviembre de 1974 en el Auditorio de Radio Cáritas, por el Ateneo Paraguayo, bajo la Dirección de MARIO PRONO y MARÍA ELENA SACHERO. Tanto INTRUSO como LA SOMBRA DE LA ESTATUA son obras que forjaron la huella al mejor Teatro Paraguayo que sacrificadamente iba remontando la desconcertante historia nacional.
** De las numerosas obras que ya llegó a escribir MONCHO AZUAGA, sin duda la que mejor identifica su opción por las familias excluidas del desarrollo capitalista en nuestro país es LOS NIÑOS DE LA CALLE. Las familias expulsadas de sus valles hacia los bañados del Gran Asunción pertenecen a la Organización de las Familias Sin Techo. Son casi más de 300.000 habitantes. Durante todo el siglo XX, los sucesivos gobiernos se enfrentaron al drama de la lucha por la tierra y ninguno de los diferentes partidos que ocuparon el Palacio de López resolvieron esta crisis. ¿Por qué? Porque se ha mantenido el principio de los legionarios, donde primero se asegura el interés privado de los dueños de la tierra que monopolizan en grandes latifundios. En consecuencia, los hijos de la tierra que nacen en los hogares campesinos ya no tienen dónde habitar. Este no tener la tierra produce la migración de los campesinos a las ciudades. En las ciudades tampoco son integrados a la población habitual de la capital. Resumiendo: se puede decir que los niños de la calle tienen su origen en el temible drama de la falta de tierra para asentar a las familias que emigran de sus valles porque no tienen tierra. Son familias cuyos hijos se crían en la calle, donde la violencia de todos los poderes se descarga en forma irracional y a veces tiene la mueca misericordiosa de la caridad dominical. Se trata de una obra donde la estética del teatro burgués da paso a la estética del teatro que crea su propio lenguaje entre los códigos del idioma, ya sin estructuras gramaticales y sentimientos vaciados de paradigmas, como el bien y el mal, o pensamientos que apenas logran brotar como tímidas semillas de esperanzas. LOS NIÑOS LE LA CALLE saca el teatro de las cómodas salas para convertir en escenario la propia venda del dolor y el hedor de una sociedad desenfrenada e indiferente.
** OVIDIO BENÍTEZ PEREIRA, con la obra EL LOCO, escribe una verdadera denuncia contra la teología que se limita a construir "templos de piedra, oro y alabastro”, en vez de construir “templos de carne y espíritu”. En un autor que con sinceridad estética y honradez intelectual intentó sacar el teatro nacional de sus “comedias de costumbres" y sus "dramas de alcobas" que todavía en las salas se ofrecen en nombre del teatro profesional. Como en la fábula de Esopo, los directores de teatro prefirieron decir que no había obras, para no arriesgarse a estrenar la obra de este autor que fabulaba la realidad nacional desde un análisis con perspectiva diferente a las convencionales y conservadoras que dominaban el teatro tanto popular como universal.
** Precisamente EL LOCO tiene un desarrollo lineal donde todo sucede en un clima de realismo, con la particularidad del lenguaje que oscila entre el significado natural y simbólico que mantiene la interpretación de los acontecimientos en un doble juego entre lo sagrado y lo cotidiano. TEATRO ESTUDIO LIBRE estrenó del autor: MORITURI (1976), PUENTES SOBRE EL BARRANCO (1986) y EL LOCO (1977). Con el Taller de TEATRO DE YPACARAÍ DEL FESTIVAL DE LAGO, llegó a estrenar ¿DÓNDE ESTÁ? (1984) y con el CENTRO PARAGUAYO DE TEATRO (CEPATE) estrenó JESUCRISTO DE TODOS LOS DÍAS (1986).
** EL LOCO fue escrito en castellano. Estrenamos la obra tal como fue escrita. En la reunión de evaluación, después de algunas funciones, los integrantes señalaron que algo no funcionaba bien para que la comunicación fuera plena. Se resolvió traducir al guaraní. Y se volvió a ensayar con un nuevo enfoque en su lenguaje: el loco se expresaba en guaraní, mientras que el cura lo hacía en castellano; el sacristán se expresaba en guaraní con el loco y en castellano con el cura. Volvimos a presentar la obra y la mantuvimos en repertorio durante 4 años. Con EL LOCO se escribió una de las creaciones más perfectas en el género del teatro breve.
** HÉRIB CAMPOS CERVERA escribió JUAN HACHERO ocho meses antes de morir, exactamente del 5 al 9 de diciembre de 1952, en Buenos Aires. Se intentó escenificarla en el exilio ese mismo año. Con esa finalidad, llegaron a formar un elenco con JACINTO HERRERA, FRANCISCO MARÍN, NELLY PRONO, ANÍBAL RIVEROS y CÉSAR DE BRIX. Desgraciadamente no prosperó la escenificación. Recién la pudimos estrenar con el TEATRO ESTUDIO LIBRE, en 1996, en la Sala MOLIÉRE DE LA ALIANZA FRANCESA, con el auspicio del Elenco Municipal de Teatro de la Ciudad de Asunción (EMTCA).
** En el Paraguay, entre las obras escritas en lengua castellana, JUAN HACHERO tiene una calidad literaria que se impone con una coherencia cuyo antecedente únicamente se puede apreciar en las obras de ARTURO ALSINA. También sitúa a esta obra en un nivel de excelencia la estructura dramática donde el tiempo de la acción escénica integra la lectura de la historia social, política, económica y cultural de nuestro país, desde el universo de la vida obrajera en el Alto Paraguay.
** Los protagonistas son símbolos de modelos de explotación humana, establecida por la Empresa Extranjera en complicidad con nuestros poderes políticos y religiosos, para extraer la riqueza natural de nuestra tierra, en este caso el quebracho, con mano de obra de la población mestiza y aborigen, a quienes absolutamente se les niega todo derecho a organizarse como obreros y a reclamar sus derechos garantizados por la Constitución Nacional. En la obra se pulsa toda la veta del teatro revolucionario de JULIO CORREA y se incorpora la música como un coral griego con los sones de la guarania creada por JOSÉ ASUNCIÓN FLORES. En cuanto a representatividad del teatro paraguayo moderno, considero que la obra está a la altura del Teatro de Vanguardia Universal, tanto por la veracidad y crítica históricas, como también por su densa irradiación estética insobornable. Su lectura debería considerarse texto obligatorio en la Facultad de Filosofía, en la Carrera de Letras y Medios Modernos de Comunicación.
** En JUAN HACHERO. HÉRIB CAMPOS CERVERA expone, con fría lucidez, la tragedia de la vida humana y social de la mujer y del hombre paraguayos de las áreas rurales, donde la desigualdad y la injusticia predominan impunemente bajo las reglas del juego que impone la Empresa Extranjera y los gobiernos legionarios que sólo defienden sus beneficios adquiridos con el abuso del poder y la iniquidad.
** Levemente, como una fugaz brisa de verano, se advierte el esfuerzo de una generación generosa y solidaria que llegó a entregarse a la búsqueda de cambio con la Revolución de Rafael Franco. Sin embargo, apenas se extiende a los lugares de trabajo el sueño colectivo donde todo se incendia y se convierte en una inexorable tragedia.
** La comedia en tres actos AQUÍ NO HA PASADO NADA, de ROQUE CENTURIÓN MIRANDA y JOSEFINA PLÁ, escrita en 1942, marca la culminación de dos décadas de tenaz insistencia por encauzar el teatro paraguayo, que arranca más o menos por el año 1922. con EL CRIMEN DE TINTALILA de MANUEL ORTIZ GUERRERO, LA CHISPA ROBADA de FRANCISCO MARTÍN BARRIOS, LA EPOPEYA DEL MARISCAL de EUSEBIO AVEIRO LUGO, LA INQUISICIÓN DEL ORO de LEOPOLDO RAMOS GIMÉNEZ (en 1922), GUAVIRAMÍ de BENIGNO VILLA (en 1926), JUGUETE ROTO de FACUNDO RECALDE (en 1925), SORPRENDIDOS Y DESCONOCIDOS de LUIS A. RUFFINELLI (en 1924), LA MARCA DE HIERRO de ARTURO ALSINA (en 1926), MBORAYLHU HA TESAY de FRANCISCO MARTÍN BARRIOS (en 1922) y MHORAYHU PAHA de FÉLIX FERNÁNDEZ (en 1928).
** Todas estas obras (y otras que no se mencionan) forjan, en trozos primiciales, la fisonomía del teatro nacional en guaraní y en castellano, con motivos populares y temas vinculados a las vivencias ciudadanas de la sociedad tradicional y convencional. En esta etapa de construcción de su identidad, el arte escénico, nacional explora fondo y forma, experimenta el lenguaje en los dos idiomas, define perfiles de héroes y antihéroes en el curso de las acciones escénicas.
** La etapa siguiente define la Guerra con Bolivia (1932-1935). Aparecen JULIO CORREA, JOSÉ L. MELGAREJO y ROQUE CENTURIÓN MIRANDA. En general se ha considerado coyuntural el éxito de JULIO CORREA, por inspirarse sus primeras obras en la Guerra del Chaco. Sin embargo, resulta importante destacar que el suceso de la guerra ha rescatado el heroísmo paraguayo que tan radicalmente fuera cuestionado por los legionarios que se adueñaron del escenario político y económico nacional, después de la Guerra de la Triple Alianza (1870). La defensa del territorio devolvió el sentimiento patriótico, impugnándose en consecuencia los enfrentamientos ocasionados por los intereses sectarios de los partidos tradicionales. Seriamente, en toda la nación se aspira a una alternativa política que inaugure cambios en la sociedad.
** En efecto, el teatro se hace eco de esta inquietud colectiva general. Así las obras logran completar la fisonomía del teatro paraguayo. Precisamente ROQUE CENTURIÓN MIRANDA, con la co-autoría de JOSEFINA PLÁ, escribió: DESHEREDADOS y EPISODIOS CHAQUEÑOS (1932); y JULIO CORREA: SANDIA YVYGUY, GUERRA AJA, TEREHO JEY FRÉNTEPE (1933). Prosigue su creación escénica ROQUE CENTURIÓN MIRANDA. Esta vez su otra se titula: TUJU (1933). LUIS RUFFINELLI escribe CONCIENCIA JURÍDICA DEL BARRIO (1934) y entrega su GUARAÑIRO (COSAS DE LA GUERRA Y DEL AMOR) en 1935, "quizás la pieza mejor construida del teatro vernáculo", según JOSEFINA PLÁ.
** Al regresar la paz, los dramaturgos orientan sus obras a captar los temas humanos y sociales, con el propósito de incorporar el Teatro Nacional en la vertiente del teatro contemporáneo e incorporar el teatro contemporáneo como referencia del teatro en su evolución literaria y escénica. Contribuye a este objetivo la formación de la Compañía Teatral del Ateneo Paraguayo, con FERNANDO OCA DEL VALLE en la dirección de obras escritas en castellano, y JULIO CORREA en la dirección de obras escritas en guaraní. Este importante paso se daba en 1941.
** En 1942, el Ateneo Paraguayo organiza un Concurso Teatral, donde obtiene el Primer Premio AQUÍ NO HA PASADO NADA, de ROQUE CENTURIÓN MIRANDA y JOSEFINA PLÁ. La obra tiene como eje fundamental el conflicto de paternidad responsable, un tema que en 1942 todavía no preocupaba a la sociedad que se desenvolvía en la doble moral de practicar la decencia ocultando las miserias morales y erradicando toda toma de conciencia sobre situaciones de esa naturaleza. Esta pieza fue publicada por la Imprenta Nacional en 1945 y estrenada once años después, en 1956.
** En cuanto a SANDÍA YVYGUY de JULIO CORREA, hay que señalar, en primer lugar, que se trata de una obra breve, concebida y escrita con la misma perfección con la que fueron escritas las obras de la tragedia griega. Fue estrenada en 1933 por su autor, que también fue el actor principal de sus propias creaciones escénicas. Con el TEATRO POPULAR DE VANGUARDIA (TPV) la volvimos a escenificar en 1964 y con el Taller de TEATRO DEL SEMINARIO METROPOLITANO en 1982. KARU POKÃ, también de JULIO CORREA, con versión castellana realizada por su propio autor, es la creación escénica más trágica que se llegó a escribir sobre la lucha por la tierra. Cada día que pasa tiene más vigencia. Fue escrita en 1941, estrenada por la COMPAÑÍA DE COMEDIAS DEL ATENEO PARAGUAYO en 1942 (en el Teatro Municipal) y dirigida por el propio autor, donde también se desempeñaba como actor. ARTURO ALSINA dice: "Su obra en sus dos fases, la del dramaturgo y la del poeta, es el fruto original del desesperado amor a su tierra, de una apasionada defensa de su pueblo, un pueblo agobiado por el peso de una angustia secular. En su diálogo late entrañablemente la poesía, la verdad profunda de la tierra". NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS, por otra parte, escribe sobre JULIO CORREA: "Dolíale su pueblo, su tierra, su Patria. Pretender circunscribir la vigencia de su teatro a un momento histórico sería negarle su médula de perennidad, en suma, su universalidad". Con BARRANCA ABAJO de FLORENCIO SÁNCHEZ, KARU POKÃ es probablemente la obra teatral paraguaya más profundamente paraguaya y más entrañablemente latinoamericana. Desgraciadamente, de este autor se ha asimilado de manera insuficiente su enorme legado sobre lo visceralmente paraguayo en el arte escénico. No obstante, citaría a tres autores que bebieron en su magisterio: HÉRIB CAMPOS CERVERA, con JUAN HACHERO; JOSÉ MARÍA RIVAROLA MATTO, con EL FIN DE CHIPÍ GONZÁLEZ; y NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS, con MBOKAJA HAEÑO. En este sentido, la obra KARU POKÃ, en su versión original guaraní, durante muchos años continuará resonando como una obra de denuncia contra los latifundistas y las autoridades que abusan del poder en las áreas rurales.
** FÉLIX DE GUARANIA tiene la versatilidad de la diversificación en las disciplinas literarias. Con su empecinado oficio de poeta, se consustancia con la traducción literaria del castellano al guaraní, como así también con la investigación de la cultura guaraní. La última exploración que hace es en el área del teatro popular que se traduce en varias obras, donde recuperan sus voces los olvidados protagonistas de las luchas campesinas. TECHAGA'U REI OPÁMA (TERMINARON LAS AÑORANZAS) es una de ellas.
** En su comedia Y AHORA... ¿QUÉ? EDDA DE LOS RÍOS escruta el género de la comedia para interpelar las instancias convencionales de nuestra sociedad en su estéril marcha por la historia. En el proceso de cambio que va registrando el teatro nacional, el tema se vacía en la trivialidad que de pronto se vuelve dramática, al desnudar la vida que se va gastando en el vacío de la soledad en la familia y en la sociedad.
** CANTATA HEROICA A PEDRO JUAN CAVALLERO, de RAMIRO DOMÍNGUEZ, es una obra rigurosamente histórica y admirablemente poética. El TEATRO ESTUDIO LIBRE la estrenó en 1972 en Misión de Amistad, y diez años después, en 1982, también fue llevada a escena por el elenco de la Municipalidad de Villarrica, en el Teatro Municipal de la Capital del Guairá.
** Recuerdo, con respecto a dicha pieza, que una noche recibí la visita del Dr. RAMIRO DOMÍNGUEZ en el Centro Cultural Paraguayo-Americano. Entonces yo dirigía el TEATRO POPULAR DE VANGUARDIA (TPV). Me entregó el libreto de la obra. Después de leerla, volví a releerla con mis compañeros del elenco, con la idea de estrenarla. Uno de los integrantes objetaba la explícita intención cuestionadora a la dictadura del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia. Le expliqué al autor el criterio encontrado que se produjo en el elenco. Para mi sorpresa, el Dr. RAMIRO DOMÍNGUEZ me explicó que no hacía falta que el elenco estuviera de acuerdo con su tesis. Lo importante era precisamente esa discusión que tenía que hacerse sobre la dictadura. Le volví a plantear a mi compañero de elenco, con alegría, la feliz conversación con el autor de la obra. Finalmente decidimos estrenarla. Pero cuando comenzábamos a dar los primeros pasos, el compañero volvió a oponerse. Así quedó sin efecto la escenificación en el Teatro Popular de Vanguardia. CANTANTA HEROICA A PEDRO JUAN CAVALLERO inaugura el teatro poético crítico en la dramaturgia nacional. Siempre me pregunto cuánto le habremos decepcionado al autor que desde entonces no ha reincidido en la creación de otra obra teatral. En su homenaje explico este hecho para que en el futuro no se sacrifique más a los autores por no compartir su interpretación de la realidad nacional o su opción estética.
** LA AGONÍA DEL HÉROE (FRANCISCO SOLANO LÓPEZ, O EL VALOR MORAL), de EFRAÍN ENRÍQUEZ GAMÓN, fue escrita en la Comisaría de Luque, donde el autor fue preso político. La estrenamos en 1975 en Misión de Amistad. Integra actualmente su TETRALOGÍA PARAGUAYA juntamente con las siguientes obras: ANTEQUERA O LA REVOLUCIÓN DE LOS COMUNEROS; FRANCIA, UN HOMBRE INTERMINABLE; y LA GUERRA INCONCLUSA. Se trata de un rescate del patriotismo del Mariscal Francisco Solano López. Al respecto dice el autor: "Nuestro héroe no es un fruto accidental de la Historia, en razón de que ciertos acontecimientos le hicieron sobresalir para ser la figura principal del drama". López es un símbolo del pueblo. Encarna el caudal moral de toda una nación. Ha jurado en Villa del Pilar, en 1846: "Juro que esta sagrada enseña de la Patria jamás caerá de mis manos". En efecto, entre las obras históricas conocidas sobre la Guerra de la Triple Alianza, ésta es la que con más rigor histórico y más justicia a la verdad que defendió el mariscal, se plasma en el lenguaje escénico, con una indiscutible melodía poética que sostiene las sucesivas escenas que tienen como etapa final Ceno Corá.
** EL BURDEL de RENÉE FERRER, prolífica poeta y narradora que recientemente ha empezado a incursionar también en el teatro, es una pieza breve que forma parte de SOBRE EL LÍO... Y OTRAS HISTORIAS: EJERCICIOS PARA ACTORES (1998), conjunto de veinte obras cortas elaboradas en el taller de dramaturgia dictado por Rémi De Vos en marzo-abril de 1998 y estrenadas, casi todas, entre junio y agosto de ese mismo año.
** Aunque estrenada en Francia en 1963, LA CAJA DE FÓSFOROS, de CARLOS GARCETE, fue escrita cuando su autor estaba interviniendo en el movimiento del TEATRO INDEPENDIENTE ARGENTINO. Ya había iniciado su experiencia teatral en el Ateneo Paraguayo. Por su perseverante identificación con las luchas políticas de los pueblos latinoamericanos, su "caja de fósforos" se convierte en caja de resonancia de la rebelión que fue, o está en marcha, o sucederá en un día venidero.
** De BOLÍ obra de EZEQUIEL GONZÁLEZ ALSINA, escribe JOSEFINA PLÁ que "será por largo tiempo citado como una cota válida en el deslinde de áreas, en esa búsqueda de expresión auténtica que el teatro nacional efectúa desde hace años, sin comprender, sino pocas veces, que en la intención y no en la forma, reside lo posible de una literatura actual". BOLÍ fue estrenada por la COMPAÑÍA DE BÁEZ, REISOFER-GÓMEZ, en el Teatro Municipal, a fines de los años 50 o principios de los 60. Una vez más resulta un acto de justicia señalar que entre las obras escritas sobre la Guerra del Chaco, ésta llegó a la excelencia estética y a la ejemplaridad, en su hondura, para iluminar los secretos latidos de la condición humana. BOLÍ pertenece a la nómina de las obras que permanecerán como señeras en el proceso histórico del teatro paraguayo.
** PROCESADOS DEL 70 de ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE integra una trilogía escénica que hasta la fecha es la única contribución dramática concentrada en el drama humano de la Guerra contra la Triple Alianza. Las otras obras son: ELISA y SAN FERNANDO. El propósito del autor es, según sus propias palabras: "Dar una dimensión humana a los héroes, a quienes la historia oficial ha deformando siempre". Los protagonistas son hombres y mujeres del pueblo, que entregados a la defensa de la independencia y la soberanía de la tierra invadida, enfrentan con incalculable renunciamiento de su ser a los enemigos de la patria. Con esta trilogía dramática, ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE cuestiona el patriotismo retórico donde a los héroes se los convierten en legitimadores autoritarios, vaciando el proceso histórico verdadero con una reproducción que desnaturaliza el contenido y despierta fanatismos fetichizadores hacia líderes mesiánicos. En este sentido, tenemos que hablar de nuestra historia patria que ha sufrido una manipulación que todavía no se ha reencauzado. El teatro es una expresión artística ideal para explorar las vetas más fidedignas de nuestro pasado. No se trata de huir del pasado ni de condenar o marmorizar el legado histórico. Necesitamos criticar, desde el latido humano y social, en el escenario de los acontecimientos, las verdaderas causas de nuestras glorias y de nuestros infortunios.
** El teatro histórico es un excelente pretexto para interrogar el destino de los habitantes de nuestra nación, con una perspectiva crítica. Se han creado muchas interpretaciones interesadas sobre nuestra historia y, para construir el futuro, necesitamos recuperar la verdad sobre nuestra herencia cultural e histórica.
** ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE abrió ese camino, desde el teatro. Y el teatro paraguayo se ha enriquecido notablemente con su valiente creatividad y su reflexión histórica renovadora. PROCESADOS DEL 70 se estrenó en la Fonoplatea de radio Cháritas, con un elenco dirigido por Mario Prono, en 1968.
** LA MUJER EN EL TELÉFONO (monólogo), LA COMEDIA DE LA VIDA (teatro breve) y UN ROSTRO PARA ANA son tres obras que apenas llegan a dimensionar la producción dramatúrgica de MARIO HALLEY MORA. En total sus textos para el teatro suman más de 60 títulos, entre teatro para niños (PALABRAS MÁGICAS), teatro breve (EL PEQUEÑO TINGLADO y TEATRO BREVE), comedias, zarzuelas, dramas y algunas que pulsan las estremecidas notas de la tragedia, como en el caso de LA COMEDIA DE LA VIDA que integra esta muestra de su diversificada creación.
** LA MUJER EN EL TELÉFONO nos acerca al género del monólogo. En el texto se desarrolla esa guerra donde la lucha del género se manifiesta desde la perspectiva de la mujer alienada por cubrir un ocio que especialmente las nuevas ricas concentran excesivamente en la relación amorosa. MARIO HALLEY MORA es el que, desde la segunda mitad del siglo XX, más ha desenmascarado a esas familias paraguayas tradicionales y conservadoras que fueron empujadas a ingresar a la moderna sociedad de consumo, que con la filosofía del tener se traduce en un proceso de desnacionalización desde las esferas del poder económico, político, militar, religioso y universitario.
** No se ideologizó para interpretar la realidad nacional, fue más sutil y hasta más agudo, al enfocar la vida de sus personajes desde la instancia de la cultura sedimentada en el teko paraguayo, con sus luces y sus sombras, sus mezquindades y sus johechakuaa (reconocimientos) inmemoriales. En las tres obras que se rescatan en Teatro Paraguayo de Ayer y de Hoy se puede constatar que a MARIO HALLEY MORA fundamentalmente le interesa el ser humano que emerge en el escenario de la vida, con su vivencia desnuda, palpitante, en situación límite. No escribe para tener reconocimiento en el exterior, opta por establecer una relación íntima y hasta intimista, a veces escéptica y siempre afectuosa, con las vicisitudes, con los hombres y las mujeres de su pueblo, un pueblo que desde los centros mundiales del poder está sufriendo la desvalorización de su personalidad nacional, por un cosmopolitismo depredatorio y uniformador. El teatro de MARIO HALLEY MORA está, a la vez, profundamente consustanciado con sus cuentos y sus novelas. Después de GABRIEL CASACCIA, es el autor que con más sentido crítico penetró en el alma siempre en expiación de la vida paraguaya de la segunda mitad del siglo XX. Por eso, nos sentimos identificados con los miembros del jurado que le han distinguido con el Premio Nacional de Literatura 2001.
** LA CHISPA AZUL de LUIS HERNÁEZ debe considerarse entre las obras nuevas que decorosamente remontan el arte escénico nacional. La crisis de salas de teatro, la crisis de elencos en actividad permanente, la crisis de la formación actoral, la crisis de apoyo para las artes escénicas de parte del estado y de la municipalidad, como así también de otras instituciones como las universidades nacionales y privadas son factores que, sumados a otros que omito, impiden el surgimiento de nuevos autores y llevan al estancamiento de quienes distinguen al teatro con su creatividad. Desearíamos que LUIS HERNÁEZ siga activo en la fabulación para el arte teatral. La Sociedad de Escritores del Paraguay que preside se honra con su contribución al teatro paraguayo.
** Con NO HAY REFUGIO PARA TODOS, SARA KARLIK ofrece al teatro su exquisita sensibilidad para introducirnos en el complejo universo de la vida contemporánea. Si bien no está radicada en nuestro país, su inquietud se desliza por el tobogán de los conflictos humanos para crear un teatro que interroga el destino humano en un tiempo adverso a la coherencia de la unidad del ser en la diversidad del nosotros.
** De su ininterrumpida labor en el periodismo, PEPA KOSTIANOVSKY rescató monólogos y diálogos para llevar al escenario dramas de la vida, en su doble transcurrir en el aquí y el ahora de nuestra sociedad, como lo ejemplifican LA TAZA AZUL y CRIMEN IMPERFECTO, las dos obras aquí incluidas. La creatividad escénica en nuestra capital no tiene continuidad y oscila entre el teatro vocacional y el teatro profesional. PEPA KOSTIANOSVKY tiene ese fuego creativo para fabular escenificaciones. Tal vez si la realidad teatral hubiera sido otra, más propicia al oficio de la dramaturgia, contaríamos actualmente con más obras de su autoría.
** En ANÓNIMOS, LUCY MENDONÇA DE SPINZI deja su testimonio de cómo la vida que se desgrana en recuerdos o promesas, puede escapar al círculo de una histeria que siempre está regresando porque nunca aprendió a inaugurar nuevos amaneceres.
** NO HAY AGUA, QUEBRANTO (AÑORANZAS DE LUNÁTICOS) y LLEGÓ LA HORA, de HÉCTOR MICÓ, son obras que surgen de situaciones que concentran otras en las que están contenidas historias más complejas de la realidad histórica nacional. Es el caso de QUEBRANTO y también de LLEGÓ LA HORA. Exploran la historia actual del país, sin dejarse entrampar por el lenguaje tri-falista del teatro político ni las gárgaras patrioteras de los discursos serviles que se practican en las esferas oficiales del poder fáctico. Encaminan un hecho teatral que se desconecta de lo convencional y tradicional, para inaugurar una acción escénica que hace de lo breve, pretexto para llegar a lo esencial.
** ALMIRANTE DE SUEÑOS y VIGILIA (presentada como LA DIVINA COMEDIA DE COLÓN) de GLORIA MUÑOZ es, ciertamente, una obra escrita con motivo del V Centenario del "Descubrimiento de América". En obras como ésta siempre se nos plantea el problema del punto de vista a utilizar para interpretar la historia: el de los colonizadores o el de los colonizados. Por otra parte, resulta fundamental hacer el eterno retorno a nuestras raíces históricas, cualquiera sea la adhesión o el rechazo que tengamos hacia quienes hicieron la historia que hemos heredado. En este caso quiero referirme especialmente a la autora de la obra que se incluye en esta selección de Teatro Paraguayo de Ayer y de Hoy. GLORIA MUÑOZ viene del Movimiento TEATRAL INDEPENDIENTE de nuestro país (1960-1990) que supo trajinar el espacio histórico que se caracterizaba por su retardatoria ideología autoritaria, sin tolerancia para ninguna expresión divergente a la oficial, vertical y unilateral, que siempre y hasta donde pudo, llegó a ser. Su iniciación como actriz fue cediendo al impulso lúdico de la creación de obras. Su versación en la historia le familiarizó con episodios históricos nacionales que con mucho oficio traduce en una dramaturgia con fulgores poéticas. Así los conflictos humanos y el nivel estético se fusionan en un resultado que mucho afirma la evolución del teatro paraguayo contemporáneo. GLORIA MUÑOZ con ALMIRANTE DE SUEÑOS y VIGILIA abre el teatro nacional hacia una proyección que se vierte como un caleidoscopio, en múltiples signos y señales, como una imagen histórica o una historia hecha imagen en el presente.
** Con ARROZ CON LECHE, SUEÑOS, ANGELES y DELFINA, y desde un criterio casi intimista, AGUSTÍN NÚÑEZ forja sus dramas donde se enredan conflictos humanos que se sitúan en las esferas familiares o ámbitos sociales en que la relación hombre-mujer se martilla en acciones en las que las domesticidades se para volver a su centro, con serenidad y hasta con nobleza. El director de teatro, en su rol de autor teatral, tiene un seguro pulso para estructurar sus comedias dramáticas y/o sus dramas intimistas. Posee una estupenda conciencia para percibir con espíritu crítico las perversas desviaciones de la condición humana en su estar en el mundo. Su opción por los temas urbanos le permite desarrollar un teatro más consustanciado con las detonaciones psicológicas de los personajes. Aún así, no deja de impregnar el clima de las acciones de sus obras una atmósfera de la vieja sociedad nacional que, al entrar en el ritmo de la vida contemporánea, se tensiona y transforma en un drama sin motivo y sin final. AGUSTÍN NÚÑEZ también viene del MOVIMIENTO DE TEATRO INDEPENDIENTE que mucho ha luchado para nutrir el arte escénico paraguayo con las propuestas conceptuales, técnicas y estéticas del teatro contemporáneo universal.
** Una obra fundamentalmente poética, en el significado más exacto del término, es EL CRIMEN DE TINTALILA de MANUEL ORTIZ GUERRERO. Su tema recoge el ideal romántico de que la belleza es siempre el fruto de una experiencia llevada a una situación límite. En la circunstancia de esta obra, tiene una especial significación la situación anticlerical que contribuye a acentuar la tensión de la tragedia. MANUEL ORTIZ GUERRERO no llegó a ver estrenada su obra que recién fue realizada por el ELENCO MUNICIPAL DE LA CIUDAD DE VILLARRICA en 1986. Inaugura el género teatral poético. En este sentido, resulta un acto de justicia señalar cómo el autor guaireño no fue ajeno a la formación de la dramaturgia nacional, más allá de los resultados que llegó a tener en el momento histórico en que fue creada la obra. Así como fue un empecinado rimador de "estrofas de oro" para poner los cimientos de la poesía paraguaya en castellano y en guaraní y fue un precursor en el saludo al creador de la guarania, entregando sus primeras contribuciones para enjoyar con sus poesías las músicas de JOSÉ ASUNCIÓN FLORES, también fue un fino fabulador de obras teatrales con ARTURO ALSINA, JULIO CORREA, ROQUE CENTURIÓN MIRANDA, LUIS RUFFINELLI y FÉLIX FERNÁNDEZ, entre otros. Con EL CRIMEN DE TINTALILA se establecieron las fisonomías iniciales y esenciales del TEATRO PARAGUAYO DE AYER Y DE HOY.
** HISTORIA DE UN NÚMERO y HERMANO FRANCISCO: EL REVOLUCIONARIO DEL AMOR, ambas de JOSEFINA PLÁ, son dos obras que tienen análisis diferentes: En HISTORIA DE UN NÚMERO se exploran las consecuencias negativas que producen el crecimiento industrial y capitalista. Crudamente se evidencia, al transcurrir la obra, cómo el personaje ha perdido su identidad humana para transformarse en una simple cifra estadística en el proceso de la producción y la ganancia. El teatro expresionista de la sociedad industrial, que se desarrollara después de la primera y antes de la segunda Guerra Mundial, genera toda una corriente teatral donde se debate el problema de la deshumanización, especialmente de los trabajadores. Doña JOSEFINA PLÁ, insistentemente buscaba insertar el teatro paraguayo en las corrientes escénicas de vanguardia de la primera mitad del siglo XX. La segunda obra -HERMANO FRANCISCO: EL REVOLUCIONARIO DEL AMOR- fue escrita a pedido de la Congregación Franciscana, con motivo del 800° aniversario del tránsito a la inmortalidad del "POVERELLO DE ASSISI". Pertenece al género del teatro religioso, donde se profundiza en la vida y la fe de este extraordinario discípulo de Jesús. Se trata de un texto teatral, rico en posibilidades, para rescatar con su escenificación las propuestas escénicas de los Misterios Medievales.
** JOSEFINA PLÁ fue una mujer que desde su llegada a Paraguay tuvo activa participación en todos los movimientos culturales y artísticos donde se manifestaban inquietudes para actualizar el provinciano y atrasado parnaso paraguayo, como decían antes. Fue una valiente mujer intelectual que supo apropiarse de los nuevos conceptos y revoluciones estéticas contemporáneas. No tuvo miedo de pensar y escribir lo que pensaba, sin desviarse de la misión de la palabra: la verdad desnuda, radical, libre, ofrendándose en el amor. La obra HERMANO FRANCISCO fue un hermoso pretexto para dar sus testimonio a la sociedad para-guaya, mediante el ejemplo liberador del evangelio de Francisco de Asís.
** Con EL FIN DE CHIPÍ GONZÁLEZ de JOSÉ MARÍA RIVAROLA MATTO, obra escrita en un castellano paraguayo, donde el pensamiento reflexivo crítico se fusiona con la poesía del decir melodioso, salta al escenario el drama de la vida comunitaria rural que absolutamente no conoce la vigencia de la libertad y el , respeto a los derechos humanos. Este es un drama bien tramado y alcanzó la excelencia estética por la veracidad de la vida de los personajes. En esta obra se dimensiona la riqueza de la cultura campesina que la clase económica y la clase política de nuestro país no han llegado todavía a reconocer en su verdadera transcendencia, en el proceso histórico-cultural paraguayo. JOSÉ MARÍA RIVAROLA MATTO no llegó a escribir muchas obras teatrales, pero las que dejó en herencia al arte escénico nacional van a tener perdurabilidad, porque fueron concebidas con rigor conceptual y fina sensibilidad. Con el TEATRO ESTUDIO LIBRE estrenamos su obra LA ENCRUCIJADA DEL ESPÍRITU SANTO en 1973.
** Con respecto a LA TIERRA SIN MAL de AUGUSTO ROA BASTOS, hay que señalar que ya con anterioridad, otras obras y otros autores se ocuparon del tema de las misiones jesuíticas en el Paraguay (1609-1678). Tal es el caso de ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO de FRITZ HOCHWALDER, y LA ENCRUCIJADA DEL ESPÍRITU SANTO de JOSÉ MARÍA RIVAROLA MATTO, para dar dos ejemplos significativos. En el caso de LA TIERRA SIN MAL, el autor señala que la escenificación de la obra "debe dar la sensación de que el drama sucede en un solo día, en el mismo lugar, a mediados de agosto de 1768". AUGUSTO ROA BASTOS ya había realizado la versión teatral de su YO EL SUPREMO. En la presente obra rescata para el arte escénico paraguayo la historia de los "falsos hechiceros de hábitos negros" al decir de Ñesu, uno de los personajes de la obra. Sin duda, tiene una incuestionable importancia la mirada hacia atrás de muestro presente histórico, para volver a explicar nuestras virtudes y nuestras miserias humanas, como individuos y como sociedad.
** Durante el siglo XX nuestro pueblo ha vivido sugestionado por el heroísmo pretérito, mientras se imponía como práctica de la convivencia ciudadana el régimen dictatorial inflexible y radical. Ahora no está muy bien aclarado el presente que oscila entre la subversión de todos los valores y el despunte de algunas intenciones de cambios morales y estructurales de la sociedad nacional. Por eso, la puesta al día de la utopía de la tierra sin mal de los aborígenes guaraníes resulta una iniciativa que merece toda nuestra admiración. Ciertamente, atribuir la realización de esas utopías a las misiones jesuíticas resulta excesivamente revolucionaria. Tal vez no fue así, o tal vez sí... Pero como es imposible o casi imposible llegar a conocer, con suficiente rigor científico, los acontecimientos históricos del pasado, nos resulta difícil estar seguros de nuestras ideas.
** En todo caso, la TIERRA SIN MAL (yvymarae’y) rechaza toda idea de sometimiento a otros seres que no pertenecen a la misma cultura, a la misma tierra, que no tienen el mismo origen, no se expresan en el mismo idioma y no creen en el mismo Ser Supremo (Ñanderupavẽ). Decía el Cacique Lambaré: "mba'éicha oúta pytagua kuéra omboaparypy tetã guaraníme, oikuaa'ỹre iñe’ẽ ha imba'embyasy..." (Cómo van a venir los extranjeros a esclavizar nuestra tierra guaraní, sin conocer su lengua y sus sentimientos...). En este sentido, los jesuitas aprendieron el guaraní pero rechazaron las concepciones religiosas de los guaraníes, como lo hacen hasta hoy las diferentes sectas religiosas que se introducen en las comunidades indígenas. Yvymarae'y significa tierra sin opresión política, económica, cultural y educativa. Para entrar en la tierra sin mal se educa al ser humano a humanizarse, no en el sentido de la cultura universal, sino de la guaraní. En la cultura guaraní humanizarse significa ser libre, ser noble, no ser subalterno ni dependiente. Significa ser autosuficiente, igual en dignidad entre todos los seres humanos, reconociendo que todos los seres vivientes están en mutua interdependencia. El latido cósmico mantiene en sintonía el latido de cada ser, porque así vivimos en armonía con nuestros antepasados que nos dieron en herencia la responsabilidad de ser dignos descendientes del Ser Supremo, mediante el lenguaje humano (ayvu). Los objetivos de los jesuitas no fueron los que desde el origen de los tiempos pensaron los aborígenes guaraníes. La tierra sin mal, como utopía, quedó intacta. Los guaraníes nunca se creyeron inferiores como seres humanos a los españoles. Sencillamente, defendían su cultura que privilegiaba el "ser" y no el "tener" que tanto obsesionaba a los españoles durante la conquista y la colonia. En LA TIERRA SIN MAL, AUGUSTO ROA BASTOS nos presenta, con su admirable lucidez y armonioso decir, un tema apasionante de nuestro proceso histórico nacional.
** RAQUEL ROJAS, promotora cultural, directora y autora teatral, también proviene del movimiento teatral independiente. Ya con muchos años de trajinar por la cultura de la resistencia y/o la resistencia en la cultura, con su obra VIVIR EN PAZ, ella nos sitúa en la vida, en su plural inquietud, en medio del ruido de la calle. La pareja que está en el vehículo viajando despierta en nosotros, lectores o espectadores, una serie de preguntas: ¿dónde va...?, ¿de dónde viene...?, ¿para qué tanta urgencia...?, ¿llegará a destino...? Se trata de una propuesta que nos llena de esa perpleja incertidumbre de la vida actual, sin dejarnos la posibilidad de superar nuestros miedos instintivos a los "policías", al decir de la autora.
** NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS es un autor teatral que no llegó a ser valorado en vida. Y recién cuando se publique toda su obra será valorado, a través del tiempo, en la literatura paraguaya. En 1976, con el elenco TEATRO ESTUDIO LIBRE, estrenamos su obra en guaraní MHOKAJA HA'EÑO (COCOTERO SOLITARIO). En esa circunstancia llegué a compartir con él toda su generosidad, para valorar a la sacrificada mujer y al sufrido hombre paraguayos. Tenía esa sensibilidad poética y projimista que permanentemente ponía en práctica con los lustrabotas y los canillitas. Profundo conocedor de nuestro pueblo, no contaba con los medios económicos para escribir todas las obras que tenía en la imaginación, al igual que la mayoría de nuestros autores. Para comprender en toda su dimensión sus textos teatrales, mucho ayuda el conocimiento de su "perfil humano", como decía él. El oficio que honró, y al cual entregó su vida con insobornable ética, fue el periodismo.
** Entre otras cosas, amaba entrañablemente a los perros, a los niños y a las mujeres campesinas. Por eso, la madre del monólogo LAS TRES MONEDAS expresa, en su compleja vivencia (donde lo profético se esfuma en la inexorabilidad de la predestinación), la aguda penetración que tenía para concentrar la historia de nuestro pueblo con su sueño en vigilia y su infortunio sin ocaso. Indistintamente, este autor usaba el guaraní o el castellano para escribir sus obras teatrales. En el caso de este monólogo en particular, fluye el sonido del guaraní en ese español que tiene la suavidad del agua del manantial. NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS siempre fue un perfecto escritor bilingüe. Y, después de JULIO CORREA, es el autor que ha llevado a la universalidad el teatro nacional.
** LUIS RUFFINELLI, autor de LA CONCIENCIA JURÍDICA DEL BARRIO, tiene una intervención relevante en la etapa fundacional del teatro paraguayo, con ARTURO ALSINA, JAIME BESTARD, ROQUE CENTURIÓN MIRANDA, EUSEBIO AVEIRO LUGO y FÉLIX FERNÁNDEZ, entre otros. Lamentamos que no se hayan publicado sus obras completas hasta hoy. Tenemos que señalar, una vez más, que la mezquindad casi vitalicia de las instituciones estatales, municipales y universitarias hacia la expresión escénica, ha influido para que el arte teatral no prosperara al ritmo requerido, tanto en su vertiente literaria como en su vertiente interpretativa. Con todo, los autores regresan desde sus injustificadas postergaciones, como sucede en este caso.
** En LA CONCIENCIA JURÍDICA DEL BARRIO, LUIS RUFFINELLI recurre a una novedosa argumentación para tratar la cuestión de límites, que estaba sacudiendo la vida nacional, con la hermana nación boliviana, en 1935. Se trata de una comedia ágil, con personajes que en su diversidad tienen opiniones encontradas que provocan sus enfrentamientos. El desenlace deja su moraleja. Con esta obra, el autor supo contribuir al fortalecimiento de la conciencia escénica paraguaya de su tiempo.
** Como en el caso de HÉCTOR MICÓ, MARIO SANTANDER forma parte de una nueva generación de autores que empezaron a escribir y a estrenar sus obras, generalmente breves, en la década de los años 90. Con LILÍ, A LA UNA y A MANO, este joven escritor suma sus preocupaciones temáticas -que reflejan y captan los nuevos y/o más recientes conflictos de la sociedad paraguaya actual- a las de los demás autores de su generación. Sus obras enfocan, a menudo de forma directa, las inquietudes de la vida cotidiana que acumula desconcertantes problemas que, a su vez, desdoblan a ciudadanos y ciudadanas en fragmentadas personalidades, rebotando entre lo que pudo ser o aquello que hubiera sido si variaran las condiciones y se dieran otras posibilidades en la sociedad. Tanto LILÍ como A LA UNA y A MANO son ejemplos representativos y relevantes de la tendencia de estos autores por tematizar dichos conflictos y preocupaciones.
** Con relación a GUAVIRAMÍ de BENIGNO VILLA, antes que nada debo decir, al terminar el recorrido por TEATRO PARAGUAYO DE AYER Y DE HOY, que esta obra simboliza el carácter bilingüe del arte escénico nacional. Aquí el autor, como muchos otros que integran esta muestra de obras paraguayas, escribe en castellano, pero sin embargo, no porque se exprese en este idioma dejará de fluir en la vivencia de los personajes, el sentimiento horizontal y comunitario del idioma guaraní. BENIGNO VILLA es un escritor que mucho tenía de ese paraguayo tradicional profundamente consustanciado con la vena más raigal de nuestra cultura. Escribió su teatro, modelando sus personajes con la verdad y la pasión de la encendida tierra guaraní. Llegó a escribir muchas comedias y muchos dramas que aún esperan su merecida escenificación.
Fuente: TEATRO PARAGUAYO DE AYER Y DE HOY - TOMO I (A-G). Autora: TERESA MÉNDEZ-FAITH. Intercontinental Editora, Asunción-Paraguay – 612 páginas.
** En la presente selección de nuestro teatro, apropiadamente titulada Teatro Paraguayo de Ayer y de Hoy, la investigadora Teresa Méndez-Faith rescata autores y obras que ofrecerán una visión muy integral de nuestro arte escénico.
** Siguiendo el orden alfabético que eligió para presentar a los autores -y que caracteriza a todos sus volúmenes antológicos anteriores- la selección se inicia con JOSÉ ARTURO ALSINA, quien está representado en este libro con dos obras: INTRUSO y LA SOMBRA DE LA ESTATUA. Aparentemente son dos obras muy diferentes: la primera es una obra realista en el mejor estilo del teatro que se sumerge en la decadencia de una sociedad dominante que desde su principio legionario no puede evitar el estallido de la crisis de valores en la que se desenvuelve el clima familiar y social de la oligarquía; en la segunda obra, se interioriza el tema y se desdobla en un conflicto del ser, donde la situación de la realidad humana proyecta su ambigüedad en la valoración de la vida en el mundo. JOSÉ ARTURO ALSINA dimensiona sus obras desde una tesis ideológica y la desgrana desde un acontecer histórico donde el lenguaje adquiere a veces temperatura filosófica y a veces temperatura poética, con un nivel estético, lírico y melódico al mismo tiempo. El eje de su dramaturgia es el problema ético en la vida individual familiar y social. Por eso, las situaciones humanas más reales se metaforizan en una atmósfera irreal o supraneal. Los personajes adquieren su fisonomía espiritual y su fisonomía material, en una dialéctica que se expresa entre la cruda realidad y la abstracta armonía teórica. Ninguna pasión espiritual puede concretarse sin una correspondiente acción material. ALSINA es el primer dramaturgo nacional que explora las vetas del teatro universal, para asegurar una crítica y una poética escénica humanista y humanizados. Escribió en castellano, pero fue un apasionado exponente de la cultura guaraní, en época en que a este idioma le proscribían de los círculos literarios.
** INTRUSO fue escrita y estrenada el 14 de agosto de 1934, en el TEATRO NACIONAL (hoy Teatro Municipal) por la Compañía de Comedia Karr-Prandi. Fue publicada en la Revista de la Municipalidad de Asunción en 1934. LA SOMBRA DE LA ESTATUA fue leída el 22 de noviembre de 1974 en el Auditorio de Radio Cáritas, por el Ateneo Paraguayo, bajo la Dirección de MARIO PRONO y MARÍA ELENA SACHERO. Tanto INTRUSO como LA SOMBRA DE LA ESTATUA son obras que forjaron la huella al mejor Teatro Paraguayo que sacrificadamente iba remontando la desconcertante historia nacional.
** De las numerosas obras que ya llegó a escribir MONCHO AZUAGA, sin duda la que mejor identifica su opción por las familias excluidas del desarrollo capitalista en nuestro país es LOS NIÑOS DE LA CALLE. Las familias expulsadas de sus valles hacia los bañados del Gran Asunción pertenecen a la Organización de las Familias Sin Techo. Son casi más de 300.000 habitantes. Durante todo el siglo XX, los sucesivos gobiernos se enfrentaron al drama de la lucha por la tierra y ninguno de los diferentes partidos que ocuparon el Palacio de López resolvieron esta crisis. ¿Por qué? Porque se ha mantenido el principio de los legionarios, donde primero se asegura el interés privado de los dueños de la tierra que monopolizan en grandes latifundios. En consecuencia, los hijos de la tierra que nacen en los hogares campesinos ya no tienen dónde habitar. Este no tener la tierra produce la migración de los campesinos a las ciudades. En las ciudades tampoco son integrados a la población habitual de la capital. Resumiendo: se puede decir que los niños de la calle tienen su origen en el temible drama de la falta de tierra para asentar a las familias que emigran de sus valles porque no tienen tierra. Son familias cuyos hijos se crían en la calle, donde la violencia de todos los poderes se descarga en forma irracional y a veces tiene la mueca misericordiosa de la caridad dominical. Se trata de una obra donde la estética del teatro burgués da paso a la estética del teatro que crea su propio lenguaje entre los códigos del idioma, ya sin estructuras gramaticales y sentimientos vaciados de paradigmas, como el bien y el mal, o pensamientos que apenas logran brotar como tímidas semillas de esperanzas. LOS NIÑOS LE LA CALLE saca el teatro de las cómodas salas para convertir en escenario la propia venda del dolor y el hedor de una sociedad desenfrenada e indiferente.
** OVIDIO BENÍTEZ PEREIRA, con la obra EL LOCO, escribe una verdadera denuncia contra la teología que se limita a construir "templos de piedra, oro y alabastro”, en vez de construir “templos de carne y espíritu”. En un autor que con sinceridad estética y honradez intelectual intentó sacar el teatro nacional de sus “comedias de costumbres" y sus "dramas de alcobas" que todavía en las salas se ofrecen en nombre del teatro profesional. Como en la fábula de Esopo, los directores de teatro prefirieron decir que no había obras, para no arriesgarse a estrenar la obra de este autor que fabulaba la realidad nacional desde un análisis con perspectiva diferente a las convencionales y conservadoras que dominaban el teatro tanto popular como universal.
** Precisamente EL LOCO tiene un desarrollo lineal donde todo sucede en un clima de realismo, con la particularidad del lenguaje que oscila entre el significado natural y simbólico que mantiene la interpretación de los acontecimientos en un doble juego entre lo sagrado y lo cotidiano. TEATRO ESTUDIO LIBRE estrenó del autor: MORITURI (1976), PUENTES SOBRE EL BARRANCO (1986) y EL LOCO (1977). Con el Taller de TEATRO DE YPACARAÍ DEL FESTIVAL DE LAGO, llegó a estrenar ¿DÓNDE ESTÁ? (1984) y con el CENTRO PARAGUAYO DE TEATRO (CEPATE) estrenó JESUCRISTO DE TODOS LOS DÍAS (1986).
** EL LOCO fue escrito en castellano. Estrenamos la obra tal como fue escrita. En la reunión de evaluación, después de algunas funciones, los integrantes señalaron que algo no funcionaba bien para que la comunicación fuera plena. Se resolvió traducir al guaraní. Y se volvió a ensayar con un nuevo enfoque en su lenguaje: el loco se expresaba en guaraní, mientras que el cura lo hacía en castellano; el sacristán se expresaba en guaraní con el loco y en castellano con el cura. Volvimos a presentar la obra y la mantuvimos en repertorio durante 4 años. Con EL LOCO se escribió una de las creaciones más perfectas en el género del teatro breve.
** HÉRIB CAMPOS CERVERA escribió JUAN HACHERO ocho meses antes de morir, exactamente del 5 al 9 de diciembre de 1952, en Buenos Aires. Se intentó escenificarla en el exilio ese mismo año. Con esa finalidad, llegaron a formar un elenco con JACINTO HERRERA, FRANCISCO MARÍN, NELLY PRONO, ANÍBAL RIVEROS y CÉSAR DE BRIX. Desgraciadamente no prosperó la escenificación. Recién la pudimos estrenar con el TEATRO ESTUDIO LIBRE, en 1996, en la Sala MOLIÉRE DE LA ALIANZA FRANCESA, con el auspicio del Elenco Municipal de Teatro de la Ciudad de Asunción (EMTCA).
** En el Paraguay, entre las obras escritas en lengua castellana, JUAN HACHERO tiene una calidad literaria que se impone con una coherencia cuyo antecedente únicamente se puede apreciar en las obras de ARTURO ALSINA. También sitúa a esta obra en un nivel de excelencia la estructura dramática donde el tiempo de la acción escénica integra la lectura de la historia social, política, económica y cultural de nuestro país, desde el universo de la vida obrajera en el Alto Paraguay.
** Los protagonistas son símbolos de modelos de explotación humana, establecida por la Empresa Extranjera en complicidad con nuestros poderes políticos y religiosos, para extraer la riqueza natural de nuestra tierra, en este caso el quebracho, con mano de obra de la población mestiza y aborigen, a quienes absolutamente se les niega todo derecho a organizarse como obreros y a reclamar sus derechos garantizados por la Constitución Nacional. En la obra se pulsa toda la veta del teatro revolucionario de JULIO CORREA y se incorpora la música como un coral griego con los sones de la guarania creada por JOSÉ ASUNCIÓN FLORES. En cuanto a representatividad del teatro paraguayo moderno, considero que la obra está a la altura del Teatro de Vanguardia Universal, tanto por la veracidad y crítica históricas, como también por su densa irradiación estética insobornable. Su lectura debería considerarse texto obligatorio en la Facultad de Filosofía, en la Carrera de Letras y Medios Modernos de Comunicación.
** En JUAN HACHERO. HÉRIB CAMPOS CERVERA expone, con fría lucidez, la tragedia de la vida humana y social de la mujer y del hombre paraguayos de las áreas rurales, donde la desigualdad y la injusticia predominan impunemente bajo las reglas del juego que impone la Empresa Extranjera y los gobiernos legionarios que sólo defienden sus beneficios adquiridos con el abuso del poder y la iniquidad.
** Levemente, como una fugaz brisa de verano, se advierte el esfuerzo de una generación generosa y solidaria que llegó a entregarse a la búsqueda de cambio con la Revolución de Rafael Franco. Sin embargo, apenas se extiende a los lugares de trabajo el sueño colectivo donde todo se incendia y se convierte en una inexorable tragedia.
** La comedia en tres actos AQUÍ NO HA PASADO NADA, de ROQUE CENTURIÓN MIRANDA y JOSEFINA PLÁ, escrita en 1942, marca la culminación de dos décadas de tenaz insistencia por encauzar el teatro paraguayo, que arranca más o menos por el año 1922. con EL CRIMEN DE TINTALILA de MANUEL ORTIZ GUERRERO, LA CHISPA ROBADA de FRANCISCO MARTÍN BARRIOS, LA EPOPEYA DEL MARISCAL de EUSEBIO AVEIRO LUGO, LA INQUISICIÓN DEL ORO de LEOPOLDO RAMOS GIMÉNEZ (en 1922), GUAVIRAMÍ de BENIGNO VILLA (en 1926), JUGUETE ROTO de FACUNDO RECALDE (en 1925), SORPRENDIDOS Y DESCONOCIDOS de LUIS A. RUFFINELLI (en 1924), LA MARCA DE HIERRO de ARTURO ALSINA (en 1926), MBORAYLHU HA TESAY de FRANCISCO MARTÍN BARRIOS (en 1922) y MHORAYHU PAHA de FÉLIX FERNÁNDEZ (en 1928).
** Todas estas obras (y otras que no se mencionan) forjan, en trozos primiciales, la fisonomía del teatro nacional en guaraní y en castellano, con motivos populares y temas vinculados a las vivencias ciudadanas de la sociedad tradicional y convencional. En esta etapa de construcción de su identidad, el arte escénico, nacional explora fondo y forma, experimenta el lenguaje en los dos idiomas, define perfiles de héroes y antihéroes en el curso de las acciones escénicas.
** La etapa siguiente define la Guerra con Bolivia (1932-1935). Aparecen JULIO CORREA, JOSÉ L. MELGAREJO y ROQUE CENTURIÓN MIRANDA. En general se ha considerado coyuntural el éxito de JULIO CORREA, por inspirarse sus primeras obras en la Guerra del Chaco. Sin embargo, resulta importante destacar que el suceso de la guerra ha rescatado el heroísmo paraguayo que tan radicalmente fuera cuestionado por los legionarios que se adueñaron del escenario político y económico nacional, después de la Guerra de la Triple Alianza (1870). La defensa del territorio devolvió el sentimiento patriótico, impugnándose en consecuencia los enfrentamientos ocasionados por los intereses sectarios de los partidos tradicionales. Seriamente, en toda la nación se aspira a una alternativa política que inaugure cambios en la sociedad.
** En efecto, el teatro se hace eco de esta inquietud colectiva general. Así las obras logran completar la fisonomía del teatro paraguayo. Precisamente ROQUE CENTURIÓN MIRANDA, con la co-autoría de JOSEFINA PLÁ, escribió: DESHEREDADOS y EPISODIOS CHAQUEÑOS (1932); y JULIO CORREA: SANDIA YVYGUY, GUERRA AJA, TEREHO JEY FRÉNTEPE (1933). Prosigue su creación escénica ROQUE CENTURIÓN MIRANDA. Esta vez su otra se titula: TUJU (1933). LUIS RUFFINELLI escribe CONCIENCIA JURÍDICA DEL BARRIO (1934) y entrega su GUARAÑIRO (COSAS DE LA GUERRA Y DEL AMOR) en 1935, "quizás la pieza mejor construida del teatro vernáculo", según JOSEFINA PLÁ.
** Al regresar la paz, los dramaturgos orientan sus obras a captar los temas humanos y sociales, con el propósito de incorporar el Teatro Nacional en la vertiente del teatro contemporáneo e incorporar el teatro contemporáneo como referencia del teatro en su evolución literaria y escénica. Contribuye a este objetivo la formación de la Compañía Teatral del Ateneo Paraguayo, con FERNANDO OCA DEL VALLE en la dirección de obras escritas en castellano, y JULIO CORREA en la dirección de obras escritas en guaraní. Este importante paso se daba en 1941.
** En 1942, el Ateneo Paraguayo organiza un Concurso Teatral, donde obtiene el Primer Premio AQUÍ NO HA PASADO NADA, de ROQUE CENTURIÓN MIRANDA y JOSEFINA PLÁ. La obra tiene como eje fundamental el conflicto de paternidad responsable, un tema que en 1942 todavía no preocupaba a la sociedad que se desenvolvía en la doble moral de practicar la decencia ocultando las miserias morales y erradicando toda toma de conciencia sobre situaciones de esa naturaleza. Esta pieza fue publicada por la Imprenta Nacional en 1945 y estrenada once años después, en 1956.
** En cuanto a SANDÍA YVYGUY de JULIO CORREA, hay que señalar, en primer lugar, que se trata de una obra breve, concebida y escrita con la misma perfección con la que fueron escritas las obras de la tragedia griega. Fue estrenada en 1933 por su autor, que también fue el actor principal de sus propias creaciones escénicas. Con el TEATRO POPULAR DE VANGUARDIA (TPV) la volvimos a escenificar en 1964 y con el Taller de TEATRO DEL SEMINARIO METROPOLITANO en 1982. KARU POKÃ, también de JULIO CORREA, con versión castellana realizada por su propio autor, es la creación escénica más trágica que se llegó a escribir sobre la lucha por la tierra. Cada día que pasa tiene más vigencia. Fue escrita en 1941, estrenada por la COMPAÑÍA DE COMEDIAS DEL ATENEO PARAGUAYO en 1942 (en el Teatro Municipal) y dirigida por el propio autor, donde también se desempeñaba como actor. ARTURO ALSINA dice: "Su obra en sus dos fases, la del dramaturgo y la del poeta, es el fruto original del desesperado amor a su tierra, de una apasionada defensa de su pueblo, un pueblo agobiado por el peso de una angustia secular. En su diálogo late entrañablemente la poesía, la verdad profunda de la tierra". NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS, por otra parte, escribe sobre JULIO CORREA: "Dolíale su pueblo, su tierra, su Patria. Pretender circunscribir la vigencia de su teatro a un momento histórico sería negarle su médula de perennidad, en suma, su universalidad". Con BARRANCA ABAJO de FLORENCIO SÁNCHEZ, KARU POKÃ es probablemente la obra teatral paraguaya más profundamente paraguaya y más entrañablemente latinoamericana. Desgraciadamente, de este autor se ha asimilado de manera insuficiente su enorme legado sobre lo visceralmente paraguayo en el arte escénico. No obstante, citaría a tres autores que bebieron en su magisterio: HÉRIB CAMPOS CERVERA, con JUAN HACHERO; JOSÉ MARÍA RIVAROLA MATTO, con EL FIN DE CHIPÍ GONZÁLEZ; y NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS, con MBOKAJA HAEÑO. En este sentido, la obra KARU POKÃ, en su versión original guaraní, durante muchos años continuará resonando como una obra de denuncia contra los latifundistas y las autoridades que abusan del poder en las áreas rurales.
** FÉLIX DE GUARANIA tiene la versatilidad de la diversificación en las disciplinas literarias. Con su empecinado oficio de poeta, se consustancia con la traducción literaria del castellano al guaraní, como así también con la investigación de la cultura guaraní. La última exploración que hace es en el área del teatro popular que se traduce en varias obras, donde recuperan sus voces los olvidados protagonistas de las luchas campesinas. TECHAGA'U REI OPÁMA (TERMINARON LAS AÑORANZAS) es una de ellas.
** En su comedia Y AHORA... ¿QUÉ? EDDA DE LOS RÍOS escruta el género de la comedia para interpelar las instancias convencionales de nuestra sociedad en su estéril marcha por la historia. En el proceso de cambio que va registrando el teatro nacional, el tema se vacía en la trivialidad que de pronto se vuelve dramática, al desnudar la vida que se va gastando en el vacío de la soledad en la familia y en la sociedad.
** CANTATA HEROICA A PEDRO JUAN CAVALLERO, de RAMIRO DOMÍNGUEZ, es una obra rigurosamente histórica y admirablemente poética. El TEATRO ESTUDIO LIBRE la estrenó en 1972 en Misión de Amistad, y diez años después, en 1982, también fue llevada a escena por el elenco de la Municipalidad de Villarrica, en el Teatro Municipal de la Capital del Guairá.
** Recuerdo, con respecto a dicha pieza, que una noche recibí la visita del Dr. RAMIRO DOMÍNGUEZ en el Centro Cultural Paraguayo-Americano. Entonces yo dirigía el TEATRO POPULAR DE VANGUARDIA (TPV). Me entregó el libreto de la obra. Después de leerla, volví a releerla con mis compañeros del elenco, con la idea de estrenarla. Uno de los integrantes objetaba la explícita intención cuestionadora a la dictadura del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia. Le expliqué al autor el criterio encontrado que se produjo en el elenco. Para mi sorpresa, el Dr. RAMIRO DOMÍNGUEZ me explicó que no hacía falta que el elenco estuviera de acuerdo con su tesis. Lo importante era precisamente esa discusión que tenía que hacerse sobre la dictadura. Le volví a plantear a mi compañero de elenco, con alegría, la feliz conversación con el autor de la obra. Finalmente decidimos estrenarla. Pero cuando comenzábamos a dar los primeros pasos, el compañero volvió a oponerse. Así quedó sin efecto la escenificación en el Teatro Popular de Vanguardia. CANTANTA HEROICA A PEDRO JUAN CAVALLERO inaugura el teatro poético crítico en la dramaturgia nacional. Siempre me pregunto cuánto le habremos decepcionado al autor que desde entonces no ha reincidido en la creación de otra obra teatral. En su homenaje explico este hecho para que en el futuro no se sacrifique más a los autores por no compartir su interpretación de la realidad nacional o su opción estética.
** LA AGONÍA DEL HÉROE (FRANCISCO SOLANO LÓPEZ, O EL VALOR MORAL), de EFRAÍN ENRÍQUEZ GAMÓN, fue escrita en la Comisaría de Luque, donde el autor fue preso político. La estrenamos en 1975 en Misión de Amistad. Integra actualmente su TETRALOGÍA PARAGUAYA juntamente con las siguientes obras: ANTEQUERA O LA REVOLUCIÓN DE LOS COMUNEROS; FRANCIA, UN HOMBRE INTERMINABLE; y LA GUERRA INCONCLUSA. Se trata de un rescate del patriotismo del Mariscal Francisco Solano López. Al respecto dice el autor: "Nuestro héroe no es un fruto accidental de la Historia, en razón de que ciertos acontecimientos le hicieron sobresalir para ser la figura principal del drama". López es un símbolo del pueblo. Encarna el caudal moral de toda una nación. Ha jurado en Villa del Pilar, en 1846: "Juro que esta sagrada enseña de la Patria jamás caerá de mis manos". En efecto, entre las obras históricas conocidas sobre la Guerra de la Triple Alianza, ésta es la que con más rigor histórico y más justicia a la verdad que defendió el mariscal, se plasma en el lenguaje escénico, con una indiscutible melodía poética que sostiene las sucesivas escenas que tienen como etapa final Ceno Corá.
** EL BURDEL de RENÉE FERRER, prolífica poeta y narradora que recientemente ha empezado a incursionar también en el teatro, es una pieza breve que forma parte de SOBRE EL LÍO... Y OTRAS HISTORIAS: EJERCICIOS PARA ACTORES (1998), conjunto de veinte obras cortas elaboradas en el taller de dramaturgia dictado por Rémi De Vos en marzo-abril de 1998 y estrenadas, casi todas, entre junio y agosto de ese mismo año.
** Aunque estrenada en Francia en 1963, LA CAJA DE FÓSFOROS, de CARLOS GARCETE, fue escrita cuando su autor estaba interviniendo en el movimiento del TEATRO INDEPENDIENTE ARGENTINO. Ya había iniciado su experiencia teatral en el Ateneo Paraguayo. Por su perseverante identificación con las luchas políticas de los pueblos latinoamericanos, su "caja de fósforos" se convierte en caja de resonancia de la rebelión que fue, o está en marcha, o sucederá en un día venidero.
** De BOLÍ obra de EZEQUIEL GONZÁLEZ ALSINA, escribe JOSEFINA PLÁ que "será por largo tiempo citado como una cota válida en el deslinde de áreas, en esa búsqueda de expresión auténtica que el teatro nacional efectúa desde hace años, sin comprender, sino pocas veces, que en la intención y no en la forma, reside lo posible de una literatura actual". BOLÍ fue estrenada por la COMPAÑÍA DE BÁEZ, REISOFER-GÓMEZ, en el Teatro Municipal, a fines de los años 50 o principios de los 60. Una vez más resulta un acto de justicia señalar que entre las obras escritas sobre la Guerra del Chaco, ésta llegó a la excelencia estética y a la ejemplaridad, en su hondura, para iluminar los secretos latidos de la condición humana. BOLÍ pertenece a la nómina de las obras que permanecerán como señeras en el proceso histórico del teatro paraguayo.
** PROCESADOS DEL 70 de ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE integra una trilogía escénica que hasta la fecha es la única contribución dramática concentrada en el drama humano de la Guerra contra la Triple Alianza. Las otras obras son: ELISA y SAN FERNANDO. El propósito del autor es, según sus propias palabras: "Dar una dimensión humana a los héroes, a quienes la historia oficial ha deformando siempre". Los protagonistas son hombres y mujeres del pueblo, que entregados a la defensa de la independencia y la soberanía de la tierra invadida, enfrentan con incalculable renunciamiento de su ser a los enemigos de la patria. Con esta trilogía dramática, ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE cuestiona el patriotismo retórico donde a los héroes se los convierten en legitimadores autoritarios, vaciando el proceso histórico verdadero con una reproducción que desnaturaliza el contenido y despierta fanatismos fetichizadores hacia líderes mesiánicos. En este sentido, tenemos que hablar de nuestra historia patria que ha sufrido una manipulación que todavía no se ha reencauzado. El teatro es una expresión artística ideal para explorar las vetas más fidedignas de nuestro pasado. No se trata de huir del pasado ni de condenar o marmorizar el legado histórico. Necesitamos criticar, desde el latido humano y social, en el escenario de los acontecimientos, las verdaderas causas de nuestras glorias y de nuestros infortunios.
** El teatro histórico es un excelente pretexto para interrogar el destino de los habitantes de nuestra nación, con una perspectiva crítica. Se han creado muchas interpretaciones interesadas sobre nuestra historia y, para construir el futuro, necesitamos recuperar la verdad sobre nuestra herencia cultural e histórica.
** ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE abrió ese camino, desde el teatro. Y el teatro paraguayo se ha enriquecido notablemente con su valiente creatividad y su reflexión histórica renovadora. PROCESADOS DEL 70 se estrenó en la Fonoplatea de radio Cháritas, con un elenco dirigido por Mario Prono, en 1968.
** LA MUJER EN EL TELÉFONO (monólogo), LA COMEDIA DE LA VIDA (teatro breve) y UN ROSTRO PARA ANA son tres obras que apenas llegan a dimensionar la producción dramatúrgica de MARIO HALLEY MORA. En total sus textos para el teatro suman más de 60 títulos, entre teatro para niños (PALABRAS MÁGICAS), teatro breve (EL PEQUEÑO TINGLADO y TEATRO BREVE), comedias, zarzuelas, dramas y algunas que pulsan las estremecidas notas de la tragedia, como en el caso de LA COMEDIA DE LA VIDA que integra esta muestra de su diversificada creación.
** LA MUJER EN EL TELÉFONO nos acerca al género del monólogo. En el texto se desarrolla esa guerra donde la lucha del género se manifiesta desde la perspectiva de la mujer alienada por cubrir un ocio que especialmente las nuevas ricas concentran excesivamente en la relación amorosa. MARIO HALLEY MORA es el que, desde la segunda mitad del siglo XX, más ha desenmascarado a esas familias paraguayas tradicionales y conservadoras que fueron empujadas a ingresar a la moderna sociedad de consumo, que con la filosofía del tener se traduce en un proceso de desnacionalización desde las esferas del poder económico, político, militar, religioso y universitario.
** No se ideologizó para interpretar la realidad nacional, fue más sutil y hasta más agudo, al enfocar la vida de sus personajes desde la instancia de la cultura sedimentada en el teko paraguayo, con sus luces y sus sombras, sus mezquindades y sus johechakuaa (reconocimientos) inmemoriales. En las tres obras que se rescatan en Teatro Paraguayo de Ayer y de Hoy se puede constatar que a MARIO HALLEY MORA fundamentalmente le interesa el ser humano que emerge en el escenario de la vida, con su vivencia desnuda, palpitante, en situación límite. No escribe para tener reconocimiento en el exterior, opta por establecer una relación íntima y hasta intimista, a veces escéptica y siempre afectuosa, con las vicisitudes, con los hombres y las mujeres de su pueblo, un pueblo que desde los centros mundiales del poder está sufriendo la desvalorización de su personalidad nacional, por un cosmopolitismo depredatorio y uniformador. El teatro de MARIO HALLEY MORA está, a la vez, profundamente consustanciado con sus cuentos y sus novelas. Después de GABRIEL CASACCIA, es el autor que con más sentido crítico penetró en el alma siempre en expiación de la vida paraguaya de la segunda mitad del siglo XX. Por eso, nos sentimos identificados con los miembros del jurado que le han distinguido con el Premio Nacional de Literatura 2001.
** LA CHISPA AZUL de LUIS HERNÁEZ debe considerarse entre las obras nuevas que decorosamente remontan el arte escénico nacional. La crisis de salas de teatro, la crisis de elencos en actividad permanente, la crisis de la formación actoral, la crisis de apoyo para las artes escénicas de parte del estado y de la municipalidad, como así también de otras instituciones como las universidades nacionales y privadas son factores que, sumados a otros que omito, impiden el surgimiento de nuevos autores y llevan al estancamiento de quienes distinguen al teatro con su creatividad. Desearíamos que LUIS HERNÁEZ siga activo en la fabulación para el arte teatral. La Sociedad de Escritores del Paraguay que preside se honra con su contribución al teatro paraguayo.
** Con NO HAY REFUGIO PARA TODOS, SARA KARLIK ofrece al teatro su exquisita sensibilidad para introducirnos en el complejo universo de la vida contemporánea. Si bien no está radicada en nuestro país, su inquietud se desliza por el tobogán de los conflictos humanos para crear un teatro que interroga el destino humano en un tiempo adverso a la coherencia de la unidad del ser en la diversidad del nosotros.
** De su ininterrumpida labor en el periodismo, PEPA KOSTIANOVSKY rescató monólogos y diálogos para llevar al escenario dramas de la vida, en su doble transcurrir en el aquí y el ahora de nuestra sociedad, como lo ejemplifican LA TAZA AZUL y CRIMEN IMPERFECTO, las dos obras aquí incluidas. La creatividad escénica en nuestra capital no tiene continuidad y oscila entre el teatro vocacional y el teatro profesional. PEPA KOSTIANOSVKY tiene ese fuego creativo para fabular escenificaciones. Tal vez si la realidad teatral hubiera sido otra, más propicia al oficio de la dramaturgia, contaríamos actualmente con más obras de su autoría.
** En ANÓNIMOS, LUCY MENDONÇA DE SPINZI deja su testimonio de cómo la vida que se desgrana en recuerdos o promesas, puede escapar al círculo de una histeria que siempre está regresando porque nunca aprendió a inaugurar nuevos amaneceres.
** NO HAY AGUA, QUEBRANTO (AÑORANZAS DE LUNÁTICOS) y LLEGÓ LA HORA, de HÉCTOR MICÓ, son obras que surgen de situaciones que concentran otras en las que están contenidas historias más complejas de la realidad histórica nacional. Es el caso de QUEBRANTO y también de LLEGÓ LA HORA. Exploran la historia actual del país, sin dejarse entrampar por el lenguaje tri-falista del teatro político ni las gárgaras patrioteras de los discursos serviles que se practican en las esferas oficiales del poder fáctico. Encaminan un hecho teatral que se desconecta de lo convencional y tradicional, para inaugurar una acción escénica que hace de lo breve, pretexto para llegar a lo esencial.
** ALMIRANTE DE SUEÑOS y VIGILIA (presentada como LA DIVINA COMEDIA DE COLÓN) de GLORIA MUÑOZ es, ciertamente, una obra escrita con motivo del V Centenario del "Descubrimiento de América". En obras como ésta siempre se nos plantea el problema del punto de vista a utilizar para interpretar la historia: el de los colonizadores o el de los colonizados. Por otra parte, resulta fundamental hacer el eterno retorno a nuestras raíces históricas, cualquiera sea la adhesión o el rechazo que tengamos hacia quienes hicieron la historia que hemos heredado. En este caso quiero referirme especialmente a la autora de la obra que se incluye en esta selección de Teatro Paraguayo de Ayer y de Hoy. GLORIA MUÑOZ viene del Movimiento TEATRAL INDEPENDIENTE de nuestro país (1960-1990) que supo trajinar el espacio histórico que se caracterizaba por su retardatoria ideología autoritaria, sin tolerancia para ninguna expresión divergente a la oficial, vertical y unilateral, que siempre y hasta donde pudo, llegó a ser. Su iniciación como actriz fue cediendo al impulso lúdico de la creación de obras. Su versación en la historia le familiarizó con episodios históricos nacionales que con mucho oficio traduce en una dramaturgia con fulgores poéticas. Así los conflictos humanos y el nivel estético se fusionan en un resultado que mucho afirma la evolución del teatro paraguayo contemporáneo. GLORIA MUÑOZ con ALMIRANTE DE SUEÑOS y VIGILIA abre el teatro nacional hacia una proyección que se vierte como un caleidoscopio, en múltiples signos y señales, como una imagen histórica o una historia hecha imagen en el presente.
** Con ARROZ CON LECHE, SUEÑOS, ANGELES y DELFINA, y desde un criterio casi intimista, AGUSTÍN NÚÑEZ forja sus dramas donde se enredan conflictos humanos que se sitúan en las esferas familiares o ámbitos sociales en que la relación hombre-mujer se martilla en acciones en las que las domesticidades se para volver a su centro, con serenidad y hasta con nobleza. El director de teatro, en su rol de autor teatral, tiene un seguro pulso para estructurar sus comedias dramáticas y/o sus dramas intimistas. Posee una estupenda conciencia para percibir con espíritu crítico las perversas desviaciones de la condición humana en su estar en el mundo. Su opción por los temas urbanos le permite desarrollar un teatro más consustanciado con las detonaciones psicológicas de los personajes. Aún así, no deja de impregnar el clima de las acciones de sus obras una atmósfera de la vieja sociedad nacional que, al entrar en el ritmo de la vida contemporánea, se tensiona y transforma en un drama sin motivo y sin final. AGUSTÍN NÚÑEZ también viene del MOVIMIENTO DE TEATRO INDEPENDIENTE que mucho ha luchado para nutrir el arte escénico paraguayo con las propuestas conceptuales, técnicas y estéticas del teatro contemporáneo universal.
** Una obra fundamentalmente poética, en el significado más exacto del término, es EL CRIMEN DE TINTALILA de MANUEL ORTIZ GUERRERO. Su tema recoge el ideal romántico de que la belleza es siempre el fruto de una experiencia llevada a una situación límite. En la circunstancia de esta obra, tiene una especial significación la situación anticlerical que contribuye a acentuar la tensión de la tragedia. MANUEL ORTIZ GUERRERO no llegó a ver estrenada su obra que recién fue realizada por el ELENCO MUNICIPAL DE LA CIUDAD DE VILLARRICA en 1986. Inaugura el género teatral poético. En este sentido, resulta un acto de justicia señalar cómo el autor guaireño no fue ajeno a la formación de la dramaturgia nacional, más allá de los resultados que llegó a tener en el momento histórico en que fue creada la obra. Así como fue un empecinado rimador de "estrofas de oro" para poner los cimientos de la poesía paraguaya en castellano y en guaraní y fue un precursor en el saludo al creador de la guarania, entregando sus primeras contribuciones para enjoyar con sus poesías las músicas de JOSÉ ASUNCIÓN FLORES, también fue un fino fabulador de obras teatrales con ARTURO ALSINA, JULIO CORREA, ROQUE CENTURIÓN MIRANDA, LUIS RUFFINELLI y FÉLIX FERNÁNDEZ, entre otros. Con EL CRIMEN DE TINTALILA se establecieron las fisonomías iniciales y esenciales del TEATRO PARAGUAYO DE AYER Y DE HOY.
** HISTORIA DE UN NÚMERO y HERMANO FRANCISCO: EL REVOLUCIONARIO DEL AMOR, ambas de JOSEFINA PLÁ, son dos obras que tienen análisis diferentes: En HISTORIA DE UN NÚMERO se exploran las consecuencias negativas que producen el crecimiento industrial y capitalista. Crudamente se evidencia, al transcurrir la obra, cómo el personaje ha perdido su identidad humana para transformarse en una simple cifra estadística en el proceso de la producción y la ganancia. El teatro expresionista de la sociedad industrial, que se desarrollara después de la primera y antes de la segunda Guerra Mundial, genera toda una corriente teatral donde se debate el problema de la deshumanización, especialmente de los trabajadores. Doña JOSEFINA PLÁ, insistentemente buscaba insertar el teatro paraguayo en las corrientes escénicas de vanguardia de la primera mitad del siglo XX. La segunda obra -HERMANO FRANCISCO: EL REVOLUCIONARIO DEL AMOR- fue escrita a pedido de la Congregación Franciscana, con motivo del 800° aniversario del tránsito a la inmortalidad del "POVERELLO DE ASSISI". Pertenece al género del teatro religioso, donde se profundiza en la vida y la fe de este extraordinario discípulo de Jesús. Se trata de un texto teatral, rico en posibilidades, para rescatar con su escenificación las propuestas escénicas de los Misterios Medievales.
** JOSEFINA PLÁ fue una mujer que desde su llegada a Paraguay tuvo activa participación en todos los movimientos culturales y artísticos donde se manifestaban inquietudes para actualizar el provinciano y atrasado parnaso paraguayo, como decían antes. Fue una valiente mujer intelectual que supo apropiarse de los nuevos conceptos y revoluciones estéticas contemporáneas. No tuvo miedo de pensar y escribir lo que pensaba, sin desviarse de la misión de la palabra: la verdad desnuda, radical, libre, ofrendándose en el amor. La obra HERMANO FRANCISCO fue un hermoso pretexto para dar sus testimonio a la sociedad para-guaya, mediante el ejemplo liberador del evangelio de Francisco de Asís.
** Con EL FIN DE CHIPÍ GONZÁLEZ de JOSÉ MARÍA RIVAROLA MATTO, obra escrita en un castellano paraguayo, donde el pensamiento reflexivo crítico se fusiona con la poesía del decir melodioso, salta al escenario el drama de la vida comunitaria rural que absolutamente no conoce la vigencia de la libertad y el , respeto a los derechos humanos. Este es un drama bien tramado y alcanzó la excelencia estética por la veracidad de la vida de los personajes. En esta obra se dimensiona la riqueza de la cultura campesina que la clase económica y la clase política de nuestro país no han llegado todavía a reconocer en su verdadera transcendencia, en el proceso histórico-cultural paraguayo. JOSÉ MARÍA RIVAROLA MATTO no llegó a escribir muchas obras teatrales, pero las que dejó en herencia al arte escénico nacional van a tener perdurabilidad, porque fueron concebidas con rigor conceptual y fina sensibilidad. Con el TEATRO ESTUDIO LIBRE estrenamos su obra LA ENCRUCIJADA DEL ESPÍRITU SANTO en 1973.
** Con respecto a LA TIERRA SIN MAL de AUGUSTO ROA BASTOS, hay que señalar que ya con anterioridad, otras obras y otros autores se ocuparon del tema de las misiones jesuíticas en el Paraguay (1609-1678). Tal es el caso de ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO de FRITZ HOCHWALDER, y LA ENCRUCIJADA DEL ESPÍRITU SANTO de JOSÉ MARÍA RIVAROLA MATTO, para dar dos ejemplos significativos. En el caso de LA TIERRA SIN MAL, el autor señala que la escenificación de la obra "debe dar la sensación de que el drama sucede en un solo día, en el mismo lugar, a mediados de agosto de 1768". AUGUSTO ROA BASTOS ya había realizado la versión teatral de su YO EL SUPREMO. En la presente obra rescata para el arte escénico paraguayo la historia de los "falsos hechiceros de hábitos negros" al decir de Ñesu, uno de los personajes de la obra. Sin duda, tiene una incuestionable importancia la mirada hacia atrás de muestro presente histórico, para volver a explicar nuestras virtudes y nuestras miserias humanas, como individuos y como sociedad.
** Durante el siglo XX nuestro pueblo ha vivido sugestionado por el heroísmo pretérito, mientras se imponía como práctica de la convivencia ciudadana el régimen dictatorial inflexible y radical. Ahora no está muy bien aclarado el presente que oscila entre la subversión de todos los valores y el despunte de algunas intenciones de cambios morales y estructurales de la sociedad nacional. Por eso, la puesta al día de la utopía de la tierra sin mal de los aborígenes guaraníes resulta una iniciativa que merece toda nuestra admiración. Ciertamente, atribuir la realización de esas utopías a las misiones jesuíticas resulta excesivamente revolucionaria. Tal vez no fue así, o tal vez sí... Pero como es imposible o casi imposible llegar a conocer, con suficiente rigor científico, los acontecimientos históricos del pasado, nos resulta difícil estar seguros de nuestras ideas.
** En todo caso, la TIERRA SIN MAL (yvymarae’y) rechaza toda idea de sometimiento a otros seres que no pertenecen a la misma cultura, a la misma tierra, que no tienen el mismo origen, no se expresan en el mismo idioma y no creen en el mismo Ser Supremo (Ñanderupavẽ). Decía el Cacique Lambaré: "mba'éicha oúta pytagua kuéra omboaparypy tetã guaraníme, oikuaa'ỹre iñe’ẽ ha imba'embyasy..." (Cómo van a venir los extranjeros a esclavizar nuestra tierra guaraní, sin conocer su lengua y sus sentimientos...). En este sentido, los jesuitas aprendieron el guaraní pero rechazaron las concepciones religiosas de los guaraníes, como lo hacen hasta hoy las diferentes sectas religiosas que se introducen en las comunidades indígenas. Yvymarae'y significa tierra sin opresión política, económica, cultural y educativa. Para entrar en la tierra sin mal se educa al ser humano a humanizarse, no en el sentido de la cultura universal, sino de la guaraní. En la cultura guaraní humanizarse significa ser libre, ser noble, no ser subalterno ni dependiente. Significa ser autosuficiente, igual en dignidad entre todos los seres humanos, reconociendo que todos los seres vivientes están en mutua interdependencia. El latido cósmico mantiene en sintonía el latido de cada ser, porque así vivimos en armonía con nuestros antepasados que nos dieron en herencia la responsabilidad de ser dignos descendientes del Ser Supremo, mediante el lenguaje humano (ayvu). Los objetivos de los jesuitas no fueron los que desde el origen de los tiempos pensaron los aborígenes guaraníes. La tierra sin mal, como utopía, quedó intacta. Los guaraníes nunca se creyeron inferiores como seres humanos a los españoles. Sencillamente, defendían su cultura que privilegiaba el "ser" y no el "tener" que tanto obsesionaba a los españoles durante la conquista y la colonia. En LA TIERRA SIN MAL, AUGUSTO ROA BASTOS nos presenta, con su admirable lucidez y armonioso decir, un tema apasionante de nuestro proceso histórico nacional.
** RAQUEL ROJAS, promotora cultural, directora y autora teatral, también proviene del movimiento teatral independiente. Ya con muchos años de trajinar por la cultura de la resistencia y/o la resistencia en la cultura, con su obra VIVIR EN PAZ, ella nos sitúa en la vida, en su plural inquietud, en medio del ruido de la calle. La pareja que está en el vehículo viajando despierta en nosotros, lectores o espectadores, una serie de preguntas: ¿dónde va...?, ¿de dónde viene...?, ¿para qué tanta urgencia...?, ¿llegará a destino...? Se trata de una propuesta que nos llena de esa perpleja incertidumbre de la vida actual, sin dejarnos la posibilidad de superar nuestros miedos instintivos a los "policías", al decir de la autora.
** NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS es un autor teatral que no llegó a ser valorado en vida. Y recién cuando se publique toda su obra será valorado, a través del tiempo, en la literatura paraguaya. En 1976, con el elenco TEATRO ESTUDIO LIBRE, estrenamos su obra en guaraní MHOKAJA HA'EÑO (COCOTERO SOLITARIO). En esa circunstancia llegué a compartir con él toda su generosidad, para valorar a la sacrificada mujer y al sufrido hombre paraguayos. Tenía esa sensibilidad poética y projimista que permanentemente ponía en práctica con los lustrabotas y los canillitas. Profundo conocedor de nuestro pueblo, no contaba con los medios económicos para escribir todas las obras que tenía en la imaginación, al igual que la mayoría de nuestros autores. Para comprender en toda su dimensión sus textos teatrales, mucho ayuda el conocimiento de su "perfil humano", como decía él. El oficio que honró, y al cual entregó su vida con insobornable ética, fue el periodismo.
** Entre otras cosas, amaba entrañablemente a los perros, a los niños y a las mujeres campesinas. Por eso, la madre del monólogo LAS TRES MONEDAS expresa, en su compleja vivencia (donde lo profético se esfuma en la inexorabilidad de la predestinación), la aguda penetración que tenía para concentrar la historia de nuestro pueblo con su sueño en vigilia y su infortunio sin ocaso. Indistintamente, este autor usaba el guaraní o el castellano para escribir sus obras teatrales. En el caso de este monólogo en particular, fluye el sonido del guaraní en ese español que tiene la suavidad del agua del manantial. NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS siempre fue un perfecto escritor bilingüe. Y, después de JULIO CORREA, es el autor que ha llevado a la universalidad el teatro nacional.
** LUIS RUFFINELLI, autor de LA CONCIENCIA JURÍDICA DEL BARRIO, tiene una intervención relevante en la etapa fundacional del teatro paraguayo, con ARTURO ALSINA, JAIME BESTARD, ROQUE CENTURIÓN MIRANDA, EUSEBIO AVEIRO LUGO y FÉLIX FERNÁNDEZ, entre otros. Lamentamos que no se hayan publicado sus obras completas hasta hoy. Tenemos que señalar, una vez más, que la mezquindad casi vitalicia de las instituciones estatales, municipales y universitarias hacia la expresión escénica, ha influido para que el arte teatral no prosperara al ritmo requerido, tanto en su vertiente literaria como en su vertiente interpretativa. Con todo, los autores regresan desde sus injustificadas postergaciones, como sucede en este caso.
** En LA CONCIENCIA JURÍDICA DEL BARRIO, LUIS RUFFINELLI recurre a una novedosa argumentación para tratar la cuestión de límites, que estaba sacudiendo la vida nacional, con la hermana nación boliviana, en 1935. Se trata de una comedia ágil, con personajes que en su diversidad tienen opiniones encontradas que provocan sus enfrentamientos. El desenlace deja su moraleja. Con esta obra, el autor supo contribuir al fortalecimiento de la conciencia escénica paraguaya de su tiempo.
** Como en el caso de HÉCTOR MICÓ, MARIO SANTANDER forma parte de una nueva generación de autores que empezaron a escribir y a estrenar sus obras, generalmente breves, en la década de los años 90. Con LILÍ, A LA UNA y A MANO, este joven escritor suma sus preocupaciones temáticas -que reflejan y captan los nuevos y/o más recientes conflictos de la sociedad paraguaya actual- a las de los demás autores de su generación. Sus obras enfocan, a menudo de forma directa, las inquietudes de la vida cotidiana que acumula desconcertantes problemas que, a su vez, desdoblan a ciudadanos y ciudadanas en fragmentadas personalidades, rebotando entre lo que pudo ser o aquello que hubiera sido si variaran las condiciones y se dieran otras posibilidades en la sociedad. Tanto LILÍ como A LA UNA y A MANO son ejemplos representativos y relevantes de la tendencia de estos autores por tematizar dichos conflictos y preocupaciones.
** Con relación a GUAVIRAMÍ de BENIGNO VILLA, antes que nada debo decir, al terminar el recorrido por TEATRO PARAGUAYO DE AYER Y DE HOY, que esta obra simboliza el carácter bilingüe del arte escénico nacional. Aquí el autor, como muchos otros que integran esta muestra de obras paraguayas, escribe en castellano, pero sin embargo, no porque se exprese en este idioma dejará de fluir en la vivencia de los personajes, el sentimiento horizontal y comunitario del idioma guaraní. BENIGNO VILLA es un escritor que mucho tenía de ese paraguayo tradicional profundamente consustanciado con la vena más raigal de nuestra cultura. Escribió su teatro, modelando sus personajes con la verdad y la pasión de la encendida tierra guaraní. Llegó a escribir muchas comedias y muchos dramas que aún esperan su merecida escenificación.
Fuente: TEATRO PARAGUAYO DE AYER Y DE HOY - TOMO I (A-G). Autora: TERESA MÉNDEZ-FAITH. Intercontinental Editora, Asunción-Paraguay – 612 páginas.
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Podrá ampliar la información
sobre todos los autores mencionados
en este documento de RUDI TORGA
en la GALERÍA DE LETRAS
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