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martes, 9 de febrero de 2010

PEREGRINO DE LA ETERNIDAD. Autora: RENÉE FERRER / Versión digital: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.



PEREGRINO DE LA ETERNIDAD
Autora:
RENÉE FERRER
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
Edición digital: Alicante :
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2001
N. sobre edición original:
Edición digital basada en la de Asunción (Paraguay),
Alcándara Editora, 1985.

a César
a nuestros hijos

GÉNESIS
Argamasa candente,
la ilimitada vastedad devora.
Hay un denso silencio
sobre la respiración del universo.

El minuto inicial se precipita.
En fogatas extintas se desvela
un refugio de sombra
para un tiempo sin nombre todavía.
Sobre su piel laten las dunas
y torrentes,
exhaustos los volcanes en sus venas.

Las lluvias sepultaron las hogueras,
las hogueras se bebieron las lluvias,
y desde el pezón azul,
ebrio de espera,
las cenizas alimentaron el germen.

En dilatada quietud, parió la aurora.
Sin testigos, ni lumbre, ni palabra,
amaneció la tierra
prendida al rosal del infinito.
1984

PLANETA TIERRA
Permaneces
en tu órbita interminable tras el sol
como regazo que acuna
los delirios de la carne apaciguada,
las lagunas torrenciales
de las agoreras vicisitudes del sueño.

Entre tantos planetas,
mi destino.
Refugio de mi amargura,
isla de mi silencio,
manantial y desierto.

Antes que el infinito
apagara tus alas,
paloma incandescente,
estabas ya destinado para albergarnos.
Oh raza de abominable perversidad
y alado sacrificio.

Los huracanes del tiempo
esparcieron tus cenizas y dormiste largamente,
en helada mansedumbre, tu quietud.

Pero estalló la aurora
y se hizo la vida,
la más bella y dolorosa,
la más pródiga y fecunda,
hija de la alegría.

Amamantaron tus rocas
nuestro aliento,
tus posadas cobijaron nuestro andar,
se llenaron de antorchas tus contornos
y nuestra sangre, desde entonces,
ardientemente, comenzó a peregrinar.
1979

ORIGEN
Comencé con el tiempo
en las colinas de un astro intemporal
para ser peregrino taciturno
de la eternidad.

Mi ser se fue poblando
de esquemas fugitivos
y con los años, dolientemente,
retorné a la inmensidad.

Bregando hacia la aurora paso a paso
fui dejando alforjas de ser y olvido
para encontrar delante en los caminos
más recodos que andar, nuevos destinos.

¿Qué fui en la distancia elemental,
que ya no tengo
de aquel primer latir ningún recuerdo?

Sólo escalar y escalar
encadenado al cuerpo,
levantando al caer la frente al viento.

Si el hombre sólo fuera llamarada,
una vida que deja interrumpida,
un cuerpo que se pudre y se termina,
qué triste su destino, qué mezquina
su limitada dimensión.
1979

PEREGRINO DE LA ETERNIDAD
a don Félix Azcurra

Islas surcando el infinito,
embriagadas de inmensidad.

¡Qué largos caminos te conectan,
cuán breves se tornan hacia atrás!

Esperanza de ir hasta Tu encuentro
-peregrino de la eternidad-

Saber que caernos y en el tiempo,
fuertes, nos podremos levantar.

Certeza de que un día no tendremos
ni el vestigio de la mezquindad.

Intuición de mundos sin rencores,
astrales colinas sin maldad.

Cual lluvia de luz el pensamiento,
al alma desciende sin hablar.

Amores profundos que tuvimos,
qué grato volverlos a encontrar.

Paloma, la vida entre las tumbas,
ceniza que vuelve a flamear.
1979

IGUALES
Entrelazados en el silencio,
debemos entenderlo;
somos iguales todos,
creados para un norte incandescente
con la misma arcilla de los tiempos.

Diferentes, tal vez,
en el matiz que ponen los defectos
o el distinto color de nuestros cuerpos.

Sentirse acantilado que no rompe
el soplo huracanado de los vientos.
Oh error trascendental que nos denigra.
Qué tristemente lejos de la aurora
boga este barco nuestro hacia las sombras.

Debemos entenderlo, alma pequeña,
estamos destinados a arrancarnos
esta adherida imperfección doliente,
perderla por caminos siderales,
ahogarla en torrentes ancestrales
hasta que sepultemos los rencores
en los pozos oscuros que separan
la vida de la nada.

En la quietud íntima del ser,
reconozco de otras multitudes
la ronca soledad;
distintas solamente
por los tristes desvelos del destino,
iguales en el fin y en el principio
de un mismo derrotero peregrino.
1980

CAVERNAS
Taciturna la luz,
medita sus relieves
mientras el reposo adormece
las ondas.

Ni círculos concéntricos
trazados en el agua,
ni bravo ventisquero
susurrando entre peñas
algún nombre.

Cavernas,
silenciosas cavernas.

Suspendido en el aire,
volatinero el cuerpo
pierde su forma estable,
mientras se escurre la carne
transformada en sal.

Ni música lejana,
ni rumor de palabras.

Cavernas,
esa nítida quietud
de las cavernas.

Un grito de protesta
rompe la piel usada
ahuyentando la sombra
de mezquindades
olvidadas.

Y somos, como entonces,
tras un cándido sueño
de inmortalidad,
tan sólo hombres.
1973
.
SOBREVIVIENTE
(1984)

Estos poemas obtuvieron el primer premio en el Concurso de Poesía convocado por «Amigos del Arte» en 1984 y se publican con la suficiente autorización de dicha entidad.

- I -
Acurrucado y solo.
Los brazos aferrados a las piernas
en un páramo de aves abrasadas.

Aterido y helado
el corazón. Transidas las arterias
por un dolor antiguo y sin embargo inédito.
Estrenando el horror,
a pesar del horror
de los siglos repitiéndose.

Sumido en una cóncava, interminable espera.
Fetal hasta los huesos
bajo el gris desconsuelo de la luna.

Torrenteras de sal en sus mejillas,
y un vidriado paisaje de rescoldo y ceniza
en el aposento de las órbitas.

Aferrado al espanto de vivir todavía
va dejando las aguas de su cuerpo
en brocal de silencio.

Ante sus ojos secos estertoran
ciudades derribadas,
humareda,
y sobre el aire tenso
un sabor incisivo
a metal retorcido, a polvo vegetal,
a pájaro sediento.

Hoy deambula entre ausencias desde su lecho inmóvil.
Ausencias que le hablaban tan sólo hace un momento
de ir a un bar por la noche
o confundir los cuerpos
bajo el blanco arrebato de las sábanas.

Desmesuradas cuencas
donde a beber no llegan ni siquiera los cuervos.
No hay cuervos ensañados sobre la muerte aislada.
Todo es muerte y silencio.
Sólo muerte y silencio.

En la vastedad desconsolada
del planeta
una queja gastada se ha quedado sin voz.

A lo lejos, errante, va un tumulto de sombras
que no le dicen nada,
o todo le repiten;
y en el centro preciso de una distancia insomne,
acurrucado espera:
el reverso de la vida,
la consumación,
la caridad del olvido.

- II -
Un grito elemental empaña el aire;
estalla calumniando la médula del hombre
contra el rojo abismal del horizonte.

Un clamor desgarrado estruja el aire,
y desde ese vocerío
agujas de voz perforan
la turbia lejanía de las nubes.

Tan sólo voces y sombras
tras vómitos de luz impía.
Tan sólo voces girando
sin palabras, sin nombres.
Tan sólo un ronco gemido
de gargantas anónimas rodando.

Y sobre ese mar de voces
se alimentan las hogueras
del llanto inconsolable de la aurora.

No es necesario el sol.
Sin la pausa del cansancio
se vuelve añicos la voz
en las rompientes de la nada.

- III -
De cuanto me importaba
nada queda.
Los que a veces me amaron
simplemente se han muerto.
Y las manos,
aquellas alfareras
sobre la arcilla abrasadora
de mi cuerpo,
murieron tiritando,
distantemente.
Lejos.

El eco de los pájaros
se ha vuelto ceniciento.
De los árboles cuelga la amargura del duelo;
y en la trémula línea del silencio,
calado de abandono,
asumo
la soledad sin término.
.
Enlace al ÍNDICE del poemario Peregrino de la eternidad en la BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES
Peregrino de la eternidad:
Génesis / Planeta tierra / Origen / Peregrino de la eternidad / Iguales / Cavernas / Encuentro / Hijo / Muerte / Despedida / Ausencia de mi padre / Rumbos / Reencuentro / Ansia / Inspiración / Poemas / El columpio / Desamparo / Astronauta / Los montes / Atardecer / Deseo sólo un árbol / Plegaria de un niño / Minuto / Respiración / Para decirte / De regreso / Solitario / Las preguntas / Rutina / En un rincón /Espejo / Llamada
Sobreviviente (1984): - I - Acurrucado y solo / - II - Un grito elemental empaña el aire / - III - De cuanto me importaba / - IV - En un surco doliente / - V - Me cala la memoria lo inconcluso / - VI - Desde la arena movediza / - VII - Acurrucado y solo / - VIII - Si yo pudiera tenerte / - IX - Ya los últimos pájaros / - X - Luces se encienden y se apagan / - XI - Un murmullo de nubes se derrama / - XII - La inteligencia en una hoguera / - XIII - Un aroma jugoso / - XIV - Se desnudan los astros / - XV - En este andar tan quieto y desolado / - XVI - Polifónicas voces me conmueven / - XVII - Cierro los ojos / - XVIII - La mano que detuvo / - XIX - En la rodilla tengo / - XX - Acurrucado y tieso / - XXI - Fuimos arritmia y desvarío / - XXII - Una espina ha dejado / - XXIII - Sobre el altar inmenso del planeta / - XXIV - ¡Tierra deshabitada / - XXV - Las preguntas tienden sus alas negras / - XXVI - Qué vestigios de tiempo quedarán /- XXVII - Para taparme tengo / - XXVIII -El tiempo de morir me ha vuelto / - XXIX - Hija del universo permanece
.
Enlace al CATÁLOGO POR AUTORES
del portal LITERATURA PARAGUAYA
de la BIBLIOTECA VIRTAL MIGUEL DE CERVANTES

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