Recomendados

sábado, 27 de marzo de 2010

CARLOS R. CENTURIÓN - EL HIMNO NACIONAL / Fuente: HISTORIA DE LAS LETRAS PARAGUAYAS – TOMO I


HISTORIA DE LAS LETRAS PARAGUAYAS
Autor: CARLOS R. CENTURIÓN
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
.
EL HIMNO NACIONAL
.
En el año 1923, el "Instituto Paraguayo", presidido entonces por Luis E. Migone, y siendo secretarios Juan Francisco Pérez Acosta y Adolfo F. Antúnez, inició una encuesta a propósito de la letra y de la música del Himno Nacional del Paraguay, con el propósito, decía, "de dilucidar diversos puntos obscuros o dudosos a su respecto". La iniciativa de dicha encuesta débese a Juan Francisco Pérez Acosta. La prensa coetánea ocupóse del asunto, ilustrando a la opinión pública. El gobierno nacional, por conducto del Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública, cuyo titular era, por entonces, Lisandro Díaz León, prestó a los afanes del "Instituto Paraguayo" muy decidido apoyo.
De acuerdo con los resultados obtenidos, se puede afirmar, en lo referente a la letra, que fue su autor el poeta uruguayo Francisco Acuña de Figueroa. Posteriormente, el original fue revisado y corregido por quien lo escribió. El texto primitivo hállase inserto en El Semanario, núm. 33, del 31 de diciembre de 1853, publicación que debe ser considerada como verdadera promulgación, habido en cuenta el carácter oficial del periódico citado. No existe decreto gubernativo a su respecto.
Es necesario recordar, antes de seguir adelante, que con antelación al Himno Patriótico, – así Lo llamó Acuña de Figueroa – en el Paraguay se cantaban otras tres canciones de esa índole. (169) Una de ellas es la que sigue:

HIMNO DE LA INDEPENDENCIA
CORO
Viva nuestra independencia,
Nuestra Patria gloriosa;
Siempre sea soberana,
Siempre sea magestuosa.
CORO
Nuestros brazos, nuestras vidas
A la Patria son debidas:
No serán impunemente,
Sus derechos ofendidos.
CORO
El león del Paraguay;
Rugirá fiero y sangriento;
Contra cualquier enemigo,
Sea pérfido o cruento.
CORO
A nuestros hijos daremos,
Alta Patria preciosa,
Esclavos nunca seremos
De prepotencia orgullosa.
CORO
Primero se ha de acabar,
La paraguaya Nación:
Antes que sufrir afrentada
La extrangera opresión.
CORO
Paraguayos valerosos:
¿Queréis insultos sufrir?
Perder el nombre y la gloria,
¡Oh, antes mil veces morir!
CORO
¡Morir, morir, morir!
Ya retumba grandioso
El éco del pueblo fuerte,
Magnánimo y brioso!
CORO
Los estandartes tremolan
En los pulsos belicosos:
Los cañones ya vomitan
Marciales golpes rabiosos.
CORO
Y la Patria independencia,
Ya no es más contestada;
La victoria declaróla
Justa, ovante, respetada.
CORO
Viva muestra independencia,
Nuestra Patria gloriosa;
Siempre sea soberana
Siempre sea magestuosa.

La paternidad de estos versos, publicados por primera vez en el Nº 2 de El Paraguayo Independiente, el 3 de mayo de 1845, atribuyen unos a Manuel Pedro de la Peña y otros a Felipe Buzó. No obstante, Juansilvano Godoi ha afirmado que su autor fue Carlos Antonio López.
Debe recordarse en este lugar, una vez más, al maestro Antonio Quintana. Este guitarrista fue quien instruyó, especialmente, a los diez y seis jóvenes que cantaron el Himno de la Independencia, en las bocacalles de la Asunción, en diciembre de 1863, y que merecieron una crónica elogiosa de El Semanario. Algunos historiadores han considerado a Antonio Quintana como el autor de la música de dicho himno.
Volviendo al tema de este capítulo – el Himno Nacional del Paraguay –, recordemos que en fecha 25 de septiembre de 1930, el "Instituto Paraguayo" informó, oficialmente, al ministro de justicia, culto e instrucción pública, el resultado de la encuesta a que antes nos hemos referido. Según ese resultado, el texto primitivo es el siguiente, tal como apareció en El Semanario:

CORO
Paraguayos, República, o muerte!
Nuestro brío nos dió libertad; (170)
Ni opresores, ni siervos, alientan
Donde reinan unión e igualdad. (171)
I
A los pueblos de América, infausto, (172)
Tres centurias un cetro oprimió,
Mas un día soberbia surgiendo (173)
Basta!..., dijo y el cetro rompió. (174)
Nuestros padres, lidiando grandiosos, (175)
Ilustraron su gloria marcial; (176)
Y trozada la augustia diadema, (177)
Enalzaron el gorro triunfal.
.
CORO
II
Nueva Roma, la Patria ostentara
Dos Caudillos de nombre y valer (178)
Que rivales, cual Rómulo y Remo,
Dividieron gobierno, y poder... (179)
Largos años, cual Febo entre nubes, (180)
Vióse oculta la perla del Sud,
Hoy un héroe grandioso aparece, (181)
Realzando su gloria y virtud...
CORO
III
Con aplauso la Europa y el Mundo (182)
La saludan, y aclaman también (183)
De heroismo baluarte invencible,
De riquezas magnífico Edén. (184)
Cuando en torno rugió la Discordia (185)
Que otros Pueblos fatal devoró (186)
Paraguayos, al Suelo sagrado
Con sus alas un ángel cubrió.
.
CORO
IV
¡Oh, cuán pura, de lauro ceñida, (187)
Dulce patria te ostentas así! (188)
En tu enseña se ven los colores
Del zafiro, diamante y rubí.
En tu escudo, que el sol ilumina, (189)
Bajo el gorro se mira el león, (190)
Doble imagen de fuertes, y libres, (191)
Y de glorias recuerdo, y blasón.
.
CORO
V
De la tumba del vil feudalismo
Se alza libre la patria Deidad; (192)
Opresores, doblad la rodilla!
Compatriotas, el Himno entonad! (193)
Suene el grito República, o muerte! (194)
Nuestros pechos lo exhalan con fe (195)
Y sus écos repitan los montes (196)
Cual gigantes poniéndose en pie. (197)
.
CORO
VI
Libertad, y Justicia defiende (198)
Nuestra Patria; Tiranos oíd! (199)
De sus fueros la carta sagrada
Su heroismo sustenta en la lid: (200)
Contra el mundo, si el mundo se opone,
Si intentare su prenda insultar,
Batallando vengarla sabremos (201)
O abrazados con ella expirar.
.
CORO
VII
Alza, oh Pueblo, tu espada esplendente (202)
Que fulmina destellos de Dios, (203)
No hay más medio que libre, o esclavo (204)
Y un abismo divide a los dos.
En las auras el Himno resuene, (205)
Repitiendo con éco triunfal, (206)
A los libres, perínclita gloria!
A la Patria, laurel inmortal!

En la edición aludida de El Semanario, aparece con el encabezamiento que dice:
HIMNO PATRIÓTICO
Dedicado a la República del Paraguay y a su dignísimo Presidente el Exmo. Señor don Carlos Antonio López.
El título que puso Francisco Acuña de Figueroa expresa:
DEDICADO
A LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY (*)
HIMNO PATRIÓTICO
Parece que, posteriormente, el propio autor agregó al título la llamada, que dice: * "Presentado por mí a los señores Jovellanos y González, enviados de aquella República, en Mayo de 1846: y (poco después) adoptado en aquella República y declarado por himno Nacional; y permanente. La música es la misma del Himno Nal. Oriental".
Al final del Himno se lee:

Haec mea Musa levis,
Magna tua gloria est.
Propercio.
Y la data: Montevideo, Mayo 20 de 1846. (207)
"Según otra versión, la señora doña Bernardina Fragoso, esposa del general Rivera, nombrado ministro en el Paraguay, encargó este Himno a Acuña de Figueroa para que lo trajera como obsequio, y no habiendo llegado a embarcarse aquel, dicha señora lo entregó a los comisionados paraguayos prenombrados." (208)
La dedicatoria original del autor decía:
Al Presidente del Paraguay, – Carlos Antonio López – Héroe Magistrado.
(Anagramas acompañándole la canción patriótica)
1--Alcanza grato y respetuoso Himno de loor.
2--Agradas como el Sol en el patrio horizonte. (209)
El resultado de la encuesta aludida fue reunido y publicado en folleto, en la ciudad de Buenos Aires, en el año 1933, bajo los auspicios del Comité Paraguayo, con motivo de la conmemoración del 122º aniversario de la independencia nacional y a total beneficio de la Cruz Roja Paraguaya.
En cuanto al autor del Himno Nacional, nadie ignora que es el príncipe de los poetas uruguayos, quien no sólo es nuestro por ser oriundo del Paraguay Atlántico, sino también porque, a través de las estrofas por él escritas, vive en el alma guaraní como esencia inmanente de sus tradiciones.

FRANCISCO ACUÑA DE FIGUEROA nació en Montevideo, el 20 de septiembre de 1790. Cursó estudios en el Real Colegio de San Carlos de Buenos Aires. Siendo alumno de ese instituto comenzó a escribir. A los doce años versificaba con extraordinaria facilidad. En el año 1807 regresó a Montevideo. Fue empleado, entonces, en la Oficina de la Real Hacienda, "de la que su padre era ministro".
Cuando contaba veinte y dos años de edad, en 1812, escribió, en verso el Diario del Sitio de Montevideo, con profusión de datos para la historia. En dicho trabajo ocupóse de un período de veinte y dos meses, vale decir, hasta junio de 1814, época en que los españoles evacuaron aquella ciudad. Trasladóse después a Río de Janeiro donde desempeñó el cargo de secretario del encargado de negocios de España.
En el año 1818, Acuña de Figueroa retornó a Montevideo. En dicha capital ejerció las funciones de director de la biblioteca y el museo, tesorero general del estado y censor de teatros. Posteriormente actuó como miembro de la asamblea de notables y del consejo de estado. Fue, asimismo, uno de los fundadores del Instituto de Instrucción Pública.
Acuña de Figueroa compuso el himno uruguayo en el año 1828. Lo dedicó al gobierno de su país, en nota del 27 de diciembre de aquel año, llamando a su obra Canción Nacional. Fue ésta adoptada, oficialmente, por decreto del 8 de julio de 1833, el cual se halla signado por el presidente Fructuoso Rivera. En El Nacional, de Montevideo, número del 18 de julio de 1845, se dio a conocer una nueva versión del himno, "con modificaciones y sustituciones parciales del mismo autor, que fueron también adoptados oficialmente tres años más tarde." (210)
Mosaico poético, intituló Acuña de Figueroa a un volumen de poesías que mandó editar en el año 1857. También se le debe traducciones de poesías latinas, de la Marsellesa y de paráfrasis, de la Biblia. Además, dejó inéditos veinte y dos cuadernos de versos, que se conservan en la Biblioteca Nacional de Montevideo. Figura "entre dichos originales – escribe Juan Francisco Pérez Acosta cuyos son los datos que consignamos –, los del Himno Paraguayo, que también corrigió con posterioridad, conforme aparece en la edición de sus obras, entre tanto que en el Paraguay se publicaron tal como los había redactado primeramente, esto es, sin las supuestas correcciones hechas en esta, bien que con la singular particularidad de que las enmiendas del autor no han sido felices por ser mejor el texto originario, por lo que ha llegado a creerse que este hubiese sido realmente el que contenía las correcciones."
Francisco Acuña de Figueroa falleció en Montevideo, el 6 de octubre de 1862.

En cuanto a lo referente a la música del Himno Nacional existen opiniones diversas sobre su verdadero origen. De acuerdo con las conclusiones de la encuesta del "Instituto Paraguayo", Francisco Acuña de Figueroa dijo que la música era la misma que la del himno uruguayo. No se sabe si así se lo cantó en el Paraguay. Según otros investigadores, la música con que se la entonaba en nuestro país, originariamente, era la del himno argentino, que es del mismo metro.
Juan Crisóstomo Centurión sostuvo que el autor de esa música fue el maestro DE BALLE. Luis Cavedagni, compositor de larga actuación en el Paraguay, afirmó lo mismo que Centurión, "si bien dijo también que según un uruguayo expectable, el autor de la música de los Himnos Uruguayo y Paraguayo era un señor GIUFFRA, organista de la Iglesia de San Francisco de Montevideo, nombre que no aparece en los decretos respectivos del gobierno uruguayo". (211)
Manuel Avila y Cantalicio Guerrero, expresaron desde las columnas de La Democracia, decano de la prensa asuncena, en 1903, que la primitiva música de la Canción Patriótica de Figueroa fue modificada por orden de Carlos Antonio López. Esa alteración corrió a cargo del maestro FRANCISCO SAUVAGEOD DE DUPUIS y la instrumentación de la misma, ya corregida, la realizó el nombrado Cantalicio Guerrero, sucesor de Dupuis en la dirección de las bandas militares. Según Ávila y Guerrero, el Himno así modificado e instrumentado, fue estrenado, en ocasión de una parada, en 1856. Canalicio Guerrero era, entonces, subdirector de la Banda Muá. (212)
Juansilvano Godoi, investigador del pasado paraguayo, Manuel Mosqueira, músico y compositor, y el capellán, presbítero José del Pilar Giménez, dijeron que el autor de la música es Dupuis. Los que afirman que era de Balle, a quien ya hemos recordado, son, como anotamos, Juan Crisóstomo Centurión y Luis Cavedagni. Estos apoyaban sus afirmaciones en el testimonio de los músicos José De Jesús Alvarenga, de la Banda Pytá, y Juan Cabrera, Juan M. Lird, Remigio N. Riquelme y otros. El De Balle, a quien también llaman Batlle, es el maestro y compositor José Debali. (213)
Otro dato recogido, muy posteriormente a los antes citados, es que la casa editora, "Ricordi", de Milán, sucesora de la "Casa Editorial Lucca", expresó que el Himno Nacional del Paraguay fue publicado en 1865, y que su autor era el maestro Deballi. El original, no obstante, tampoco fue hallado en sus archivos.
Lo cierto es que el Himno Nacional fue restaurado, después de 1873, por el maestro Luis Cavedagni. Su versión fue inaugurada el 25 de noviembre de 1874, en ocasión de la ascensión de Juan Bautista Gill a la primera magistratura de la república. El estreno lo realizaron las cuatro bandas del ejército brasileño de ocupación, bajo la dirección del maestro de las mismas, FRANCISCO ANTONIO DE NASSIMENTO.
Durante la época que media entre la fecha antes expresada y el de la desocupación de la capital paraguaya por las fuerzas aliadas, el himno de Acuña de Figueroa quedó totalmente olvidado. Se cantó, durante ese tiempo, la Canción Patriótica. – Al Pueblo Paraguayo, letra del poeta y periodista Francisco Felipe Fernández, y música de Francisco Antonio de Nassimento. He aquí la letra de la canción aludida:

¡Pueblo! invoca de tu historia
La robusta inspiración,
Y resuene por el mudo
Tu potente y sacra voz.
Tu epopeya canta, pueblo,
Bajo ese ancho pabellón,
Que en la alta sierra ondea
De la gloria bajo el sol.
CORO
"Alza, pueblo paraguayo,
De entre el polvo la cerviz
Que, cual otro pueblo, sabes
Conquistarte un porvenir.
Alza, pueblo paraguayo,
De entre el polvo la cerviz,
Que tu raza es la indomable
Raza invicta guaraní."
CORO
Fué tu cuna agreste y grande:
Genio altivo la arrulló...
Ruge al pie de tu estandarte
De atalaya el fiero león.
Nunca, nunca sufras pueblo,
que otro pueblo venga a hollar
el santuario de tus leyes,
ni tu altiva magestad!
CORO
Donde quiera que en tu suelo
El viajero ponga el pie,
Verá alzarse un monumento
Gigantesco de tu ayer.
Cada palma es una tumba,
Cada tumba es un altar:
En la tumba yace un héroe:
Su corona es inmortal.
CORO
Tu bandera es el emblema
De tu raza: es la nación:
Que no encubra esa bandera
Ni al tirano, ni al traidor.
Su santuario es la conciencia
Del patriota libre y fiel;
Velen siempre en el santuario
la Justicia y el Deber.
CORO
El martirio por la patria
Nunca arrede ¡no! tu fe:
Sobre esa ara ciñe el héroe
La corona de laurel.
Por tu patria y tu gobierno,
Por la santa libertad,
Fiero arrostra los peligros,
Con audacia y sin templar.
CORO
Si en tu pecho arde la llama,
Que a tus padres inflamó,
Sus virtudes imitando
Nunca pierdas el honor.
Que tu frente nunca el tizne
Del cobarde manche ¡no!
¡Al perjuro y al cobarde
Que jamás alumbre el sol!
CORO
No te arredre ¡no! la sangre,
Ni la negra tempestad...
¡A humillar los enemigos!
¿Cuántos son? ¡No! ¿Dónde están?
¡Qué le importa al buen patriota!
¡Ruja horrísono el cañón!
¡El que muere por sus leyes
se corona junto a Dios!
CORO
¡Frente altiva, Paraguayos!
No la dobles al dolor...
Ni al revez de la pelea,
Que esa no es tu tradición.
¡Frente altiva! Si eres blando,
Si cordero eres en paz,
León, sacude tu melena
Con fiereza al batallar!
CORO
No es raquítica tu raza;
Prueba al mundo que es verdad,
Que tu sangre nutre al héroe
Que el laurel es tu heredad.
Prueba al mundo que tus brazos
Al hermano humilde das,
Mas, también al que te ofende,
Cruenta guerra sabes dar!
CORO
Compañeros: ¡Arma al brazo!
Ya es la hora... ¡A combatir!
La bandera ya flamea...
¡Guerra! grita ya el clarín.
Compañeros: ¡PATRIA O MUERTE!
Fuego, hermanos, ¡y a cargar!
¡Adelante, paraguayos!
¡La victoria a conquistar!
CORO
Alza, pueblo paraguayo
De entre el polvo la cerviz
Que, cual otro pueblo, sabes
Conquistarte un porvenir.
Alza, pueblo paraguayo,
De entre el polvo la cerviz,
Que tu raza es la indomable
Raza invicta guaraní.

FRANCISCO FELIPE FERNÁNDEZ nació en Entre Ríos, en el año 1841. Fue educado en el Colegio de la Concepción del Uruguay, donde trabó amistad con numerosos estudiantes paraguayos. Actuó, después, en la política. Fue secretario de Ricardo López Jordán. Tuvo participación en el asesinato del general Justo José de Urquiza, en 1870. Este trágico suceso obligóle a emigrar al Paraguay. Radicado en la Asunción, juntamente con Jaime Sosa Escalada, fundó La Nación Paraguaya, periódico que también redactó. Más tarde dio a publicidad y dirigió El Mercantil Avisador, y escribió para el Boletín Oficial de La República.
En las columnas de La Nación Paraguaya fue publicada la canción patriótica a que ya hicimos referencia. Dicha canción fue adoptada, oficialmente, como Himno del Paraguay, por decreto del 25 de mayo de 1873. Fue cantado con música del brasileño Francisco Antonio de Nassimento. (214)
Débese también al poeta y periodista argentino, algunos textos escolares y varias memorias oficiales de aquel tiempo.
Francisco Felipe Fernández fue autor, asimismo, de casi todas las biografías paraguayas que aparecen en el Diccionario Biográfico Americano, y de un romance, entre otros, intitulado Zaida, dedicado a Jaime Sosa. (215)
Ha dejado también una colección de Obras dramáticas, editadas en Buenos Aires, en el año 1881, con prólogo del escritor italiano Matías Calandrelli y del poeta argentino Martín García Merú.
Francisco Felipe Fernández falleció en Dolores, provincia de Buenos Aires, en 1922.

FRANCISCO SAUVAGEOD DE DUPUIS era un francés llegado al Paraguay en el año 1853. Venía contratado por el gobierno de Carlos Antonio López. Tenía entonces cuarenta años de edad y era casado y músico. Así decía su pasaporte, que llevaba el número 2763, expedido en Buenos Aires el 2 de mayo de aquel año, y signado por el jefe de policía de la capital porteña, Miguel Esteves S. Es un documento curioso que se halla en el Archivo Nacional de la Asunción. (216)
Ocho años vivió Dupuis en el Paraguay. Formó, durante ese tiempo, la primera banda de música con que contó el país, compuesta de setenta y cuatro ejecutantes. También dirigió una escuela musical donde estudiaban ochenta jóvenes, los cuales, años después, formaron otras bandas y las primeras orquestas que dirigieron Indalecio Odriosola y Cantalicio Guerrero. (217)
También fue rector de un Colegio Nacional de Matemáticas, del que ya nos hemos ocupado.
Francisco Sauvageod de Dupuis falleció en la Asunción el 2 de julio de 1861.
La guerra que años después victimó a la nación, arrebujó su recuerdo en el olvido. En el año 1896, el Instituto Paraguayo, con motivo del primer aniversario de su fundación, incluyó en el programa de festejos el nombre de Dupuis, como autor del Himno Nacional. Este hecho actualizó nuevamente su memoria y sirvió para comprobar, por medio de la encuesta a que ya nos referimos, que a él se debe, realmente, la música de aquél.
Las modificaciones contenidas en la versión actual de la música del Himno Nacional es obra del compositor Remberto Giménez. Dicha versión fue oficializada por decreto del 12 de mayo de 1933.

REMBERTO GIMÉNEZ es oriundo de Coronel Oviedo. Nació en el año 1899. Cursó estudios primarios en su pueblo natal y, después, en la Asunción. Ha cultivado la música desde su niñez. En 1920 se trasladó a la ciudad de Buenos Aires, donde estudió violín bajo la dirección de Andrés Gaos, y composición con Alberto Williams, en el Conservatorio de Buenos Aires. En este instituto fue laureado con el primer premio y medalla de oro, en 1922.
Éxitos conquistados en el Paraguay le dieron derecho, posteriormente, a una beca del gobierno de nuestro país para trasladarse a Europa con el propósito de perfeccionar su arte. En París cursó estudios especiales con Lucien Capet, y luego ingresó en la "Schola Cantorum", para la música. Más tarde realizó un viaje a Alemania. En Berlín fue alumno de la "Eternches Konserwatorium", bajo la dirección del violinista Alejandro Petschnicoff.
Regresó al Paraguay, y en la Asunción fundó y dirigió una orquesta sinfónica. Dirigió también la sección música del Ateneo Paraguayo, y paseó su arte por ciudades de América, en las que conquistó merecidos triunfos.
Remberto Giménez no solamente ha cultivado la música, sino también ha escrito versos, en guaraní y en castellano, y algunas piezas para el teatro, tal aquella intitulada, ¡Jhá che retã!, estrenada en la Asunción. He aquí su

TAPE GUASU
(Grafía actualizada por RUDI TORGA)

Tape porã reñemyasaîva kuarahýre remimbi;
reñemoîva maitei ñane retãme po'arã;
ku Tupãsyícha reipysóva maymarõ nde jyva;
ha nde resa ohesapéva ne membýpe haperã.

Gua'i retãma rehetû ha rehasa mombyryve;
Ka'aguasúpe Kaygua ha Guajaki remombaypa;
Tupi yvýpe reguãhevo rehendu umi guyraita
opuraheipa, ha ochororoma hatãve pe Yguasu.

Tape guasu hechapyrã
reñemoîva po'arã;
ku mborayhu remyangekói
ha arandu reroguata
nde apohare tohovasa
cada ko'ê ku Tupã.

Paraguay reipopyhy
Tava mimi ituichapa
ñane retã ipytuhê
Ipiro’y, iporãve
ha tetãyguara
oñuañua, horypa!
.
Fuente: HISTORIA DE LAS LETRAS PARAGUAYAS – TOMO I
CARLOS R. CENTURIÓN
ÉPOCA PRECURSORA y ÉPOCA DE FORMACION
EDITORIAL AYACUCHO
BUENOS AIRES-ARGENTINA (1947)
Fuente:
BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY (BVP)
EDICIÓN DIGITAL (
IR AL INDICE )
.
Visite la GALERÍA DE LETRAS
del PORTALGUARANI.COM
Amplio resumen de autores y obras
de la Literatura Paraguaya.
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.

1 comentario: