ELVIO ROMERO - Poesías de RADIANTE QUEBRACHO / Fuente: CANTAR DE CAMINANTE / Edición al cuidado de: BERNARDO NERI FARINA

Autor: ELVIO ROMERO
(Enlace a datos biográficos y obras
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RADIANTE QUEBRACHO
Un radiante quebracho es la comarca,
Donde pasaron los ardientes días
De la niñez donde se fijan todos
Los recuerdos que marcan la vigilia;
Esa región de sueños que llevamos,
Ese valle doliente como herida,
Y que vive conmigo a todas horas
Sigue siendo mi reino todavía.

Mi pasado está allí; por los rincones
Rojos como amapola o sangre hervida,
Con una cruz pesada sobre el hombro,
Y en la frente una corona de espinas
Y aunque me haya alejado de su abrigo
Como se aparta a un huérfano en la vida,
Envuelto ya en mi poncho solitario,
Sigue siendo mi reino todavía.

Sus habitantes pasan como sombras,
Que en los atardeceres se disipan,
Con pasos lentos como hacia un entierro,
Sin lágrimas que empañen su pupila,
Varones aguerridos en la marcha,
Y mujeres bravas de belleza altiva,
Y aunque siga arrojado en el olvido,
Sigue siendo mi reino todavía.

Sus habitantes pasan como sombras
Que en los atardeceres se disipan
Con pasos lentos van hacia un entierro
Sin lágrimas que empañen su pupila,
Seres desamparados en la tierra
Recordando una guerra de homicidas
Que se instaló por siempre en la memoria
Sigue siendo mi reino todavía.

Orientando a los vientos de la tarde,
Cuatro palmeras, para siempre erguidas,
Están allí, desafiando el tiempo,
En un hogar de gente desvalida
Y pobladores recios y sufridos
Y humildes y soberbios en la vida,
Abandonados y desheredados,
Sigue siendo mi reino todavía.

Sigue siendo mi reino, el encantado
Valle de mis antiguas correrías,
Campos verdes y fecundos surcos,
Paraíso de lluvias cristalinas,
Aves multicolores y resinas fragantes,
De radiantes estrellas que titilan
Y un encendido girasol de luna,
Sigue siendo mi reino todavía.

COMO UN SORBO ENLUTADO

(Tumbas N.N. San Juan Nepomuceno)

.....Como un sorbo enlutado de la tierra
Vibra esta fosa.
....................Yace
en cada hondón oscuro un desaparecido,
un hombre acribillado por la acción del oprobio;
se esconde una manera de asesinato frío,
una sonrisa muerta.

.....Restos de un aire infausto
aquí cayeron,
la quemante matriz de un día negro,
de un eco escalofriante
de una desoladora y desgajada rosa.

.....¿Habrá un aire piadoso, de conmiseraciones
hacia este sitio herido, roto por el estampido
hueco por dónde graznan el buitre y el murciélago,
hacia esta aterradora crispación del martirio;
habrá piedad para estos labios rotos,
una oración siquiera por los huesos helados?

.....Como un sorbo enlutado pasa el aire.

.....Y un morado clavel está creciendo
Donde el bárbaro crimen se nutrió de cadáveres.

CRÓNICA CIVIL
. En este sitio enterraron
al Hombre, al trabajador, al obrero.

. En los disturbios últimos,
cayó cosido a tiros. Se lo llevaron
como se carga con un cajón de frutas.
No era nadie. Un desconocido.
Un traje oscuro que salió a la calle.

. Una vez más. Habría heridos.
La información es grave, escueta, breve.
La refriega. El disparo y el caído.
Y luego, nada. El Rock, la música de la mañana.

Un-Sin-Nombre. Un callado
aguantador, un hambriento que jugó su destino
por los demás, por él, por los anónimos de siempre.

............... Un varón de estos tiempos.
. Cayó cosido a tiros.
Un traje oscuro que salió a la calle.

LA PÓLVORA QUE MATA
.

En memoria de Sebastián Larrosa,

caído por la patria

I
Quiso, Sebastián Larrosa,
que su deseo tramonte
sobre el lejano horizonte,
anunciando tierra hermosa,
arroyo, comarca, monte,
a la gente laboriosa

Cercano a su pajonal
cayó, cruzado de balas
blanco del tiro mortal,
con una estrella en la frente,
mientras le crecían alas
por intrépido y valiente,
entero, franco y leal.

II
¿Llegó otra vez la sombra del murciélago,
la carroña de la violencia, el frío
máuser de tirar perverso,
la estocada alevosa en la penumbra,
la traición, la mentira, el mal agüero,
el reptil que se escurre envenenando?

¿Todo ha vuelto otra vez? ¿Volverá acaso
el paso amenazante del chacal,
el húmedo calabozo de un ayer infamante,
la cadena, la pólvora que mata,
el tiempo largo, el tiempo del desprecio?

Sebastián Larrosa ha caído
cuando atravesó el camino, tocando
con las manos las nubes con gesto jubiloso,
rodeado de sus compañeros,
alegre y madrugador, bizarro y bravo,
soñando con la hoguera
que se enciende en la aurora.

III
Una clara bandera
se clavará en el suelo que lo cubra.
Claveles de victoria rodearán su tumba.
Un lucero radiante dará fe de su vida.
Una dulce guitarra cantará en su memoria.

MIGRANTES
.

(Alto Paraná 1989)

.
...y es que somos más pobres
cada día.
. Por entre platanales
salimos a la umbría de la madrugada,
en busca de no sé qué, bañados
por el aguacero, bajo el cántaro roto de los cielos
escuchando una música de pájaros,
tascando un freno de hambre
(yerba amarga), y enfrentando
la amenaza del puma y la culebra.

. Pobres de solemnidad, miramos
al ave negra que sobrevuela el campo
con las alas quemadas por el sol del verano;
perseguimos a los patos silvestres
con la mirada ansiosa,
buscamos el bastimento en los radiantes árboles frutales
y en el sigilo de las cacerías.

¿Qué se hará de este valle
cuando salgamos, de este valle de lágrimas,
ahora que nos marcharnos, a otros valles,
buscando el alimento, la sal, el maíz dorado,
batidos por el aire caliente de la seca;
lo abandonaremos a la buena de Dios
cuando partamos,
cuando hayamos de andar por los caminos,
pisando otras capueras, tan pobres como estamos cada día?

Nos baña la intemperie
como a espectros oscuros de la tierra,
y no se ve al venado cruzando los esteros,
ni está el becerro blanco que degollaríamos
para beberle la sangre,
desolada la luna sobre los latifundios,
alambrada la tierra de horizonte a horizonte,
andamos, piel y huesos, olfateando el suelo
como perros sarnosos,
la cantimplora seca, el labio seco,
en el bochorno de las horas ardientes,
con la sombra caída, adelgazada,
y siendo ya más pobres cada día...

(De: RADIANTE QUEBRACHO)

Fuente: CANTAR DE CAMINANTE. Autor: ELVIO ROMERO. Editorial El Lector, Director Editorial: Pablo León Burián, Texto de contratapa: Ariel Romero. Edición al cuidado de: BERNARDO NERI FARINA. Ilustración: Le Semeur – Vicent Van Gogh. Diseño de tapa: Ariel Romero, Jorge Altamira. Asunción-Paraguay (93 páginas).

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