TEODORO S. MONGELÓS - ERES PARAGUAYA, RENACERÁ EL SOL DE MAYO, UNA ORACIÓN PARA MI MUERTA y CANTO DE REDENCIÓN / Recopilación y edición: RUDI TORGA.

Autor: TEODORO S.
MONGELÓS
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )

ERES PARAGUAYA
Con un manojito de serranas flores
Hoy llego a tus puertas che morena-mí
Munnullos de fuentes y trinar de aves
endulza este alegre ritmo guaraní.

Y eso porque eres musa de los vates
Cantar de cantares hija de Yasy
Eres la más bella flor entre las flores
Capullo del alba ko'ë’ju poty.

Eres tú doncella la real princesa
De la generosa tierra guaraní
Y eres también hada celebrada
De tiernos arrullos como el jerutí.

Eres al fin llena de todas las gracias
panal del idioma dulce avañe’ë
Y eres paraguaya de santa belleza
Que alumbra en sus ojos Yvaga rapé.

De IX, CANCIONES

RENACERÁ EL SOL DE MAYO
Nostálgicos viajeros que en inmensas caravanas,
perseguidos de alcahuetes y esbirros de un tirano,
van ganando las fronteras y dejando ese terruño.
Sus alforjas van repletas de ideales y esperanzas,
y una Patria subyugada va latiendo en cada noche.
Con destino a la Argentina, al Brasil o al Uruguay,
van corriendo fugitivos y un suspiro a cada paso,
es la tácita condena a un gobierno depravado.
Y en el eco resonante de esos "Piipu" libertarios
florecidos en los labios, como gritos de protesta,
se consagra una promesa; el sublime juramento
por un libre Paraguay.
Y al brillo esplendoroso de ese nuevo Sol de Mayo,
llegará a su fin el drama y ya no habrán tristezas,
ni éxodos en masas, ni temores, ni destierros,
ni tragedia miserable reflejada en cada rostro,
ni torturas, ni látigo asesino, ni maltratos,
ni cadáveres boyando agua abajo el Paraná.
Cobardía espantosa de un régimen nefasto
de oprobio y de terror, que de iniedo está temblando.
Oh bandido, déspota, maldito tiranuelo,
demagogo y criminal, verdugo de paraguayos...
No pretendas nunca ser, el eterno soberano;
que la batalla está ganada por el pueblo
y radiante como nunca brillará el Sol de Mayo.

De X, EN EL DESTIERRO

UNA ORACIÓN PARA MI MUERTA
Señor mío, Jesús Cristo,
perdónanos nuestras deudas
y ten piedad de mi muerta,
Santísimo Corazón
que en la tumba del olvido
encuentre un descanso eterno,
como así la paz del cielo
en la diestra del Señor.

Transcurrieron unos años...
y este mismo era el recinto;
yo con ella de las manos,
tú, divino en el altar;
y ante un Cura, casi anciano,
hemos hecho la promesa
y el sagrado juramento
de querernos de verdad.

Hoy por ella estoy rezando
y es mi muerta, la insepulta,
un fantasma que deambula
mendigando tu perdón;
si es pecado la mentira
y el error también humano
yo te ruego suplicante
que le dé su salvación.

Ruega, ruega por nosotros
perdonando nuestras deudas;
ella miente y ha pecado
profanando la verdad;
hoy cargada con el peso
de sus falsos juramentos
y arrastrada en la miseria,
va rodando con su mal.

Señor mío, Jesús Cristo,
no te apartes de nosotros
y ten piedad de mi muerta
que precisa tu perdón;
y en la tumba del olvido
encuentre un descanso eterno,
como así la paz del cielo
en las diestras del Señor.

De X, EN EL DESTIERRO

CANTO DE REDENCIÓN
... Sí, hermano.
Ellos cantan a las flores y a la amada, mientras tanto,
hay millares de obreros y de madres y de hijos
que, de hambre, de miseria y de frío, están muriendo.
Ellos cantan a las reinas, a los reyes y al verdugo
y defienden intereses, renunciando a los suyos;
ellos cantan a las novias, prodigando paraísos
y olvidan sus problemas: la pobreza
y otros males que azotan los hogares
campesinos y de obreros.
Ellos cantan a las ninfas, a las diosas y a las hadas.
Se alimentan de mentiras y abandonan
el Derecho y la Justicia;
y están predestinados a arrastrar esa cadena.
Y a vivir eternamente bajo el yugo, como bestias.
Yo, amigo, considero a estos hijos de la Patria,
como nada, como muertos que ambulan, sin destinos;
son los yuyos que abundan en las chacras y por todos
los caminos. Nosotros, compañeros, que tenemos
nuestras madres, nuestros hijos, nuestra Patria
y nuestra sombra y que alumbra nuestra frente,
la corona del labriego, lanzaremos nuestro canto en defensa
del Derecho.
Cantaremos a las novias y a las madres,
a la tierra que cultiva el campesino y al obrero.
Cantaremos al mundo de pos-guerra y al progreso
y a la aurora renaciente la canción
del hombre nuevo.
Mientras tanto, seguiremos batallando,
pregonando nuestro llanto, como gritos
de protesta... y si tratan, por la fuerza o por el miedo,
de humillarnos, por el hambre, la miseria o el centavo...
¡nada amigo! Somos hijos de esta tierra; Paraguayos.
Somos dueños y bien dignos de respeto, como hermanos.
Nada alcanza el que no llora
y el que calla, es que otorga, compañero; bien, ahora,
que no llore el que no quiera,
y que ría o que cante a las flores o a las hadas,
a las reinas, a los reyes o al romance o a las copas...
Pero, tú, con tu guitarra, compañero,
y yo, con mi rústica poesía, seguiremos
batallando, pregonando nuestro luego,
por el pan de cada día.

De X, EN EL DESTIERRO

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Fuente: TEODORO S. MONGELÓS – POESÍA. Recopilación y edición: RUDI TORGA. Colección POETAS POPULARES, 1. Tapa: MARIO CASARTELLI. Editorial EL LECTOR, Asunción-Paraguay 1996. 115 páginas.

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