TARDES ASUNCENAS
UNA INESPERADA MUSA
Letra: NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
UNA INESPERADA MUSA
Letra: NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS
(Enlace a datos biográficos y obras
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Quien adoptó -por esos azares de la vida del que abrazó por oficio la palabra-, la costumbre de relatar historias de canciones a veces se encuentra en una encrucijada. Los caminos que descubre en su indagación lo enfrentan a dos opciones: callar o contar lo que escuchó, aun a riesgo de decepcionar a sus lectores.
Este escribiente confiesa que algunas veces retuvo durante mucho tiempo el relato del origen de algunas composiciones. Sin embargo, invariablemente, terminó publicándolos porque el asumido compromiso es ofrecer una versión de cómo pudieron haber ocurrido los hechos. Que los mismos tengan un atractivo que atrape a la gente o no estén rodeados de esa aureola mágica que se espera es, en ese sentido, secundario.
Tardes asuncenas, guarania del periodista, dramaturgo y poeta NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS y el músico y compositor TEÓFILO NOGUERA, es una de esas historias que pueden conducir al desencanto. Al escuchar sus bien tramados versos y disfrutar su melodía hecha a imagen y semejanza de la obra, uno se imagina al autor que desde la distancia -el exilio en este caso, referido ya al escritor que se vio obligado a salir del país tras la guerra fratricida de 1947-, recuerda a su amada en el atardecer de una calle asuncena. Lo que continúa en la pesquisa es conocer más detalles: el nombre de la novia (porque en el último verso usa esa palabra), la dirección a la que se refiere y acaso el desenlace del romance.
Hurgando en este universo de las canciones y sus letras, una realidad es clara, sin embargo: las historias responden a la realidad del autor o los autores en un momento concreto y el público -más allá de las circunstancias que motivaron las composiciones- le da sus propias alas para volar. Esto es, en definitivas, inherente a toda verdadera obra de arte.
Lo que se relata aquí viene de la pluma de TADEO ZARRATEA DÁVALOS, un yuteño lúcido y alerta ante las diversas expresiones de nuestra cultura popular.
“`No averigües el origen de las canciones porque te vas a desilusionar' me dijo una vez el poeta NÉSTOR ROMERO VALDOVINOS. Fue en la casa de RUDI TORGA, recuerdo, a unas cuadras de la calle Choferes del Chaco (...). Estábamos conversando animadamente cuando llegó el poeta y yo me dije: 'esta es mi oportunidad', porque hacía tiempo que deseaba saber el origen de mi canción favorita: TARDES ASUNCENAS de su coautoría con TEÓFILO NOGUERA por lo que apenas terminados los saludos del visitante ya le formulé el pedido", cuenta Zarratea.
Fue en ese momento que ROMERO VALDOVINOS le advirtió acerca del desengaño que le podría ocasionar el saber cómo nacieron algunas composiciones. Aunque Zarratea no lo dice, es obvio que estaba dispuesto a lo que viniera. Por eso es que reprodujo lo que le relató Néstor. "Llegaba yo a Buenos Aires después pie la guerra civil del '47 y en una reunión se me acerca un desterrado ya antiguo, TEÓFILO NOGUERA y me dice: 'Cómo quisiera hacerte escuchar una melodía que acabo de crear en recordación del Paraguay porque quiero que le escribas la letra. ¿No te irías a mi casa en alguna ocasión?'. 'Por qué no', le dije. '¿Cuándo podrá ser?'. 'Cuando quieras'. 'Este domingo'. 'Cómo no. Allí estaré'. 'Qué alegría me das ... qué querés comer?'. Pensé un instante y le dije ipokue locro. 'Eso vamos a comer', dijo".
Ambos cumplieron su promesa el siguiente fin de semana. "Al terminar la comida nos quedamos dormidos, yo en una perezosa. Alrededor de las cinco viene Noguera con su instrumento y me dice 'ahendukase niko ndéve la che melodía' y se sienta a ejecutar. Al rato le dije 'ya la tengo, ya está; dejame que le dé forma la próxima semana' y me despedí. Estaba con un tremendo dolor de cabeza por efecto del vino tinto con hielo. Sin embargo, llevé en mente la melodía. Era una auténtica melodía de añoranza al Paraguay. Pero como para mí 'el Paraguay' era solo Asunción, mi ciudad, casi la única que conocía, me trajo recuerdos de ella. Entonces, para no apartarme del tema, le doy un título provisorio: TARDES ASUNCENAS. Cuando esto le quise explicar a Noguera semanas después, él dijo: 'no hace falta, no tengo objeción alguna', es perfecta, ensayemos. Allí nos pusimos a ajustar la letra a la música y cobró vida tu canción favorita. Fue estrenada días después por el propio autor con su conjunto. Como ves el origen de esta canción no es nada poético", recuerda Zarratea que le dijo NÉSTOR ROMERO VALDOVIMOS. Tuvo que haber sido en la década de 1970.
"Como toda obra de arte, fue creada artesanalmente, echando mano a los recuerdos, aprovechando el estado de añoranza, el techaga'u en circunstancias difíciles para sus autores. El artista crea muchas veces en situaciones penosas. Por eso es más importante tomar la obra en sí y rescatar lo que esa obra le comunica a uno, independientemente de su origen e incluso de la intención del autor. La verdadera obra de arte es aquella que incita al consumidor a recrearla en su mente para deleite de sus sentimientos y emociones. Es allí donde cumple su misión", le dijo también el poeta.
Tadeo persistió en sus preguntas. Y quiso saber algo "de la musa inspiradora (...) aquella novia que te esperaba con la flor de resedá en su negra cabellera".
-Ah ... no. ésa no es mi novia; es mi madre. Ella es la que acostumbraba llevar la flor de resedá-, respondió Néstor Romero Valdovinos entonces.
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Fuente: Tadeo Zarratea Dávalos.
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TARDES ASUNCENAS
Evoco en la distancia tu luz de atardeceres
el mágico silencio que tanto idolatré
la sombra de tus calles vistiendo mis amores
allí junto a la amada que nunca olvidaré.
Yo no sé si aún estará esa esquina de mi barrio
donde antaño yo aguardara a la dueña de mi amor
bella estampa del recuerdo perfumada de jazmines
y encendida por el beso que al marchar le daba el sol.
Las nubes de ese cielo tal vez ya se han marchado
cansadas de no hallarnos muy juntos como ayer
y acaso si la brisa las trae aquí en mi cielo
me cuenten que no ha muerto en tu alma ese querer.
Te imagino en la distancia aguardando mi llegada
y en tu negra cabellera una flor de resedá
bellas tardes asuncenas: yo presiento que han de oírme
y en un cofre de silencio a mi novia guardarán.
TARDES ASUNCENAS
Evoco en la distancia tu luz de atardeceres
el mágico silencio que tanto idolatré
la sombra de tus calles vistiendo mis amores
allí junto a la amada que nunca olvidaré.
Yo no sé si aún estará esa esquina de mi barrio
donde antaño yo aguardara a la dueña de mi amor
bella estampa del recuerdo perfumada de jazmines
y encendida por el beso que al marchar le daba el sol.
Las nubes de ese cielo tal vez ya se han marchado
cansadas de no hallarnos muy juntos como ayer
y acaso si la brisa las trae aquí en mi cielo
me cuenten que no ha muerto en tu alma ese querer.
Te imagino en la distancia aguardando mi llegada
y en tu negra cabellera una flor de resedá
bellas tardes asuncenas: yo presiento que han de oírme
y en un cofre de silencio a mi novia guardarán.
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Letra: Néstor Romero Valdovinos
Música: Teófilo Noguera
Música: Teófilo Noguera
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Fuente: LAS VOCES DE LA MEMORIA - TOMO IV
HISTORIAS DE CANCIONES
POPULARES PARAGUAYAS
Autor y ©: MARIO RUBÉN ÁLVAREZ
Edición del autor y Julián Navarro Vera
Dibujo y diseño de tapa: Nicodemus Espinoza - NICO
Editora Litocolor S.R.L.
Asunción-Paraguay 2009
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Fuente: LAS VOCES DE LA MEMORIA - TOMO IV
HISTORIAS DE CANCIONES
POPULARES PARAGUAYAS
Autor y ©: MARIO RUBÉN ÁLVAREZ
Edición del autor y Julián Navarro Vera
Dibujo y diseño de tapa: Nicodemus Espinoza - NICO
Editora Litocolor S.R.L.
Asunción-Paraguay 2009
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Amplio resumen de autores y obras
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