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lunes, 24 de mayo de 2010

MARTÍN GOYCOECHEA MENÉNDEZ - ORFEO y CORTESANA / Fuente: EL MODERNISMO POÉTICO EN EL PARAGUAY (1901-1916) - ANTOLOGÍA - Edición de RAÚL AMARAL


ORFEO y CORTESANA
Obras de MARTÍN GOYCOECHEA MENÉNDEZ
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
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ORFEO
Campo de Maratón.
En el Oriente, un perfil de montañas azuladas. El cielo va vistiéndose de nubes, y de vez en cuando, el relámpago lanza su jabalina candente por el horizonte. Una columna, elevándose con sutileza aérea, sostiene un trofeo. Mas abajo una épica leyenda. En el friso, un relieve muestra a Cinegiros sepultando su gloria bajo la lápida de las olas. Hay girones de estandartes agitándose al viento. Sobre la tumba de los caídos se amontonan los escudos formando dólmenes gigantescos bruñidos en bronce y en hierro. Orfeo surge en el seno de un lirio. Tras de él viene una gran escolta de palmeras y de ruiseñores.
ORFEO - El rayo truena entre el vuelo de la nube. La tempestad está próxima.
Muy en breve, la lluvia desatará su cendal de gotas que vendrán a confundirse con las lágrimas con que las madres regaron este suelo.
¡El eco de los truenos no es más imponente que sus sollozos!
LOS RUISEÑORES - Nosotros, en los trinos, cantamos sus dolores.
LAS PALMERAS - Nosotras, en la noche, rimamos sus clamores.
ORFEO - Pero las lágrimas de las madres son el óleo de la gloria. Cuando ellas caen sobre el túmulo, se estremecen las corazas bajo el manto de la tierra y el corazón hecho polvo de los que yacen, reflorece. En el Sunión, una mujer, al estampar un beso en la boca de su hijo, le dio el hálito de la vida. Sobre el rostro de un muerto que sonreía he visto una constelación di, gotas enrojeciéndose a la Aurora.
LAS PALMERAS - Nosotras, a los caídos cubrimos con un manto.
LOS RUISEÑORES -Nosotros, sus proezas decimos en un canto.
ORFEO - Los laureles abren sus tirsos opulentos. Sobre la tierra húmeda brotan las margaritas. Ellas forman el sudario que cubre a los que con el músculo encadenaron la victoria.
Aquí Aquiles quebró su espada sobre el escudo del Polemarca; allí cien ciudadanos murieron aplastados por las ruedas de los carros. Sus cien esposas tendieron sobre ellos sus velos y se hirieron en los pechos, para dormir junto a sus cenizas el sueño de una eterna noche nupcial.
LOS RUISEÑORES - Las vimos desflorando el seno nacarino.
LAS PALMERAS -Y bajo nuestros gajos cumplieron su destino.
ORFEO - En el mármol de la columna está grabada la leyenda de la batalla, grata a los Dioses. Allí, dice que los vencidos huyeron con la noche del espanto en el alma; aquí, cuenta que Milciades encadenó los Tetrarcas a las ruedas de su carro. La púrpura de sus mantos tomó el color del fango y sus miembros se quebraron en crujimientos horribles.
LOS RUISEÑORES - Los grajos celebraron festín de sus despojos.
LAS PALMERAS - La hiel de la derrota brotaba de sus ojos.
ORFEO - Las barbas imponentes de los viejos guerreros brillaban en el combate, teñidas en púrpura. Sus corazas estaban rojas como sus rostros, como sus ojos. Los que vivieron cuentan que murieron entonando el himno de la patria, con la voz extraña de los muertos que no mueren.
LOS RUISEÑORES - Oímos sus palabras vibrando en la armonía.
LAS PALMERAS - El eco las repite en vaga melodía.
ORFEO - En la hora en que los luceros miran tímidamente desde el obscuro azul, sus sombras renuevan la batalla y se oyen relinchos y gemidos, voceos y tropeles.
LAS PALMERAS - Agítanse las lanzas y brillan las espadas.
LOS RUISEÑORES - Y cruzan las saetas silbando, envenadas.
ORFEO - El relámpago dispersa las auroras. Entre la sombra de la tempestad, la batalla va a renovarse. Los carros del Polemarca ya se perciben claramente. Arístides va en su contra, descendiendo a toda carrera de la altura. Los corazones de los espectros se entreabren en las purpúreas flores de la Muerte.
LOS RUISEÑORES -Y luce real emblema pendiente de la lanza.
LAS PALMERAS - Estallan cien mil labios en gritos de venganza.
ORFEO - El viejo Trueno ruge fieramente. Mi cabellera se revuelca entre el viento, y mi lira tiene sus cuerdas cubiertas de gotas. Voyme a adorar a Afrodita en el seno de una estrella.
LOS RUISEÑORES - Se chocan los escudos y brillan las espadas, y rojas se entreabren las carnes laceradas.
LAS PALMERAS - El rayo se desata en un turbión candente, que rasga nuestros gajos y hiere nuestra frente.
LOS RUISEÑORES -Y nuestras voces calan las frases de ternura.
ORFEO - (Desde una constelación). La sombra es de la tierra; la luz es de la altura.

CORTESANA
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La gloria de Boucher
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Boucher fuera diciendo: Sobre el florido velo
del abanico luzca la pompa de un jardín;
y más arriba un breve y opalescente cielo
en donde vague el sueño de un noble mandarín.

De una pastora el traje. La flor del asfodelo
abriéndose en las alas de un rojo serafín,
y entre fastuosos pliegues de blanco terciopelo
una duquesa alzando su cuello en el confín.

Junto a las castas rosas, albor de margaritas;
junto al granito verde, fulgor de malaquitas
que luzcan su tersura en vago tornasol,

y sobre el blanco fauno que agota sus redomas,
un vuelo matutino de gráciles palomas
alzándose en oriente donde revienta el sol.
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EL MODERNISMO POÉTICO EN EL PARAGUAY
(1901-1916) - ANTOLOGÍA
EDICIÓN, INTRODUCCIÓN, BIBLIOGRAFÍA,
CRONOLOGÍA Y NOTAS DE
RAÚL AMARAL
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
Editorial Servilibro,
Asunción-Paraguay 2005
(212 páginas)
(1ª edición: Alcántara Editora,
Asunción, 1982)
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