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sábado, 7 de agosto de 2010

VIRIATO DÍAZ-PÉREZ - LITERATURA DEL PARAGUAY, VOLUMEN I . MOVIMIENTO INTELECTUAL / Edición digital: BIBLIOTECA VIRTUAL CERVANTES


LITERATURA DEL PARAGUAY
VOLUMEN I . MOVIMIENTO INTELECTUAL
VIRIATO DÍAZ-PÉREZ
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
**/**
Viriato Díaz-Pérez y la generación
paraguaya del novecientos.
(Recuento de época: 1904-1911)
Estudio de RAÚL AMARAL
Aclaración previa: RODRIGO DÍAZ-PÉREZ
Palma de Mayorca, 1980
Versión digital:

PALABRAS PREVIAS

** Sorprenderá al lector que esta obra requiera aclaración previa. En este caso lo hacemos solamente para orientar a quienes entrando en las páginas de esta labor de investigación de la literatura del Paraguay, quisieran hallar más de lo que por ahora, nos es posible reunir. En los dos tomos que constituyen esta entrega, juntamos dos trabajos de Viriato Díaz-Pérez. No lo hacemos en un sólo ejemplar, por mediar nada menos que treinta y seis años entre la aparición de uno y otro. En relación a «Movimiento Intelectual en el Paraguay», debemos anotar que apareció en la revista Unión Iberoamericana, en Madrid, mayo de 1904. El autor en esa fecha, no conocía aún el Paraguay y no había aparecido -que lo sepamos- ningún otro aporte sobre literatura del Paraguay en Europa. Entonces «sí», se podía hablar de «incógnita», no a la manera de Luis Alberto Sánchez, forma esta última que denota más que nada falta de información antes que una realidad factual. El segundo estudio sobre Literatura del Paraguay, apareció en 1941, inserto en la monumental Historia Universal de la Literatura de Santiago Prampolini. En este caso, la colaboración de D-P adolece de «agobios» justificables, pues le exigieron no exceder de 14 páginas para cubrir «toda» la Literatura del Paraguay. Y surgieron misiones lamentables, pero comprensibles. En el tomo II de esta obra (volumen 18 de las obras completas) se da continuidad y actualidad al trabajo de VD-P.

** Desde Asunción (Paraguay) nos ayuda el investigador don Raúl Amaral incansable rastreador de nuestro progreso y concurso cultural, quien colabora en ambos volúmenes dándonos informes y datos muy valiosos, que denotan una rígida atadura a la «verdad». La información vertida es esencial y ceñida a hechos documentales.
** En la introducción de Amaral, que ocupa gran extensión de este Tomo I, se pone en claro, con datos precisos, que la verdadera iniciación del modernismo en el Paraguay, fue en 1904 y no en 1913, fecha esta última que conforme se demuestra, es escogida arbitrariamente. Dejamos constancia aquí de nuestra agradecimiento al profesor don Raúl Amaral por este esfuerzo que beneficia a la historia y a la cultura del Paraguay.
RODRIGO DÍAZ-PÉREZ
Ann Arbor, Michigan (USA), 7 de abril de 1980.

MOVIMIENTO INTELECTUAL EN EL PARAGUAY
(Madrid, 1904)
Aunque casi desconocido en España, como el país mismo, el movimiento intelectual paraguayo es realmente un hecho. Maravilla que una región encerrada entre los bosques inmensos de la América del Sur, agotado hasta no ha mucho por una guerra verdaderamente epopéica y consagrada casi exclusivamente a su reorganización, puede presentar ejemplos de intelectualidad; mas el hecho es cierto. Paraguay al reorganizarse ha dedicado toda su atención a la enseñanza, estando hoy por encima de Chile en todo cuanto con ella se relaciona (162). Por otra parte, la cantidad realmente notable de publicaciones de todo género que allí aparecen, algunas de ellas en francés, inglés y alemán (Revue mensuelle du Paraguay, The Paraguay Review, Paraguay Rundschau, etc.) (163), nos hacen entrever que no son inútiles los esfuerzos en pro de la enseñanza.
Mas, sin embargo, que todo cuanto se pudiera asegurar en favor de la intelectualidad paraguaya, dirá seguramente la breve enumeración de nombres que seguirá; nombres conocidos muchos de ellos en América, y en su mayoría populares en el Paraguay, y que recordaremos con verdadero agrado.
Figura en primer término, e indiscutiblemente a la cabeza del movimiento intelectual del país, un nombre en él popularísimo, el doctor Domínguez, vicepresidente hoy de la República. Domínguez no es una gloria de su país, lo es de la América toda. Aquí, en España, donde han sido juzgadas algunas de sus obras, ha sido comparado por su estilo y aticidad a Valera (164), y a Pi y Margall por sus conocimientos verdaderamente sorprendentes. Urbano González Serrano (165), querido y malogrado maestro, decía, refiriéndose a él (no obstante su general y tal vez justa desconfianza de las mentalidades de allende el mar) que era uno de los pocos escritores americanos «de habla y espíritu verdaderamente europeo y... español» que había leído. En Nuestro Tiempo, estudiaban no ha mucho uno de sus trabajos, que elogiaban justamente. Sus Cartas acerca de Menéndez Pelayo, modelo de crítica serena y ática; sus Polémicas sobre etnología y filología americana con el sabio italiano Boggiani; sus estudios sobre Las Escuelas en el Paraguay, verdadera evocación de toda una historia olvidada, sin datos escritos apenas y sin precursores (166), y, por último, su labor constante como catedrático, como historiador y como político le han hecho acreedor a la fama de que justamente goza. Domínguez es un símbolo del Paraguay: como la de su país, su historia es breve y hermosa a la vez. Simple ciudadano, labró por su propio esfuerzo la escala de su vida, sin otro apoyo que el de su natural entusiasmo y la vitalidad que heredara de sus antepasados, los aborígenes del Chaco... (167)
Digno compañero del ilustre crítico es el doctor Cecilio Báez. Su obra ha sido obra de cultura, lo prueban sus estudios religiosos, sus brillantes discursos y explicaciones desde la cátedra de Sociología, sus trabajos en la Revista del Instituto Paraguayo (168) y su vida misma política, en la que siempre apareció en oposición noble y desinteresada. Con el doctor Olascoaga (169) y con Zubizarreta (170) -dos españoles- fue el padre de la intelectualidad paraguaya. Como estos, fue uno de los primeros que recibieron la investidura doctoral en Asunción y uno de los que más han contribuido a la resurrección del país. Y ya que he citado a Olascoaga, no lo haré sin recordar lo mucho que a sus nobilísimos esfuerzos debe el Paraguay. A él se deben, por no citar otros méritos, las importantes y necesarias rectificaciones de la Geografía del ilustre Reclus (171), mal informado indudablemente en la parte que consagró al Paraguay.
De temperamento completamente distinto al de los citados escritores más originales y eruditos, no ya de su país sino de la América misma. Semejante a Rubén Darío, Gondra es un americano que sintetiza en su espíritu esos anhelos vagos, indecisos y «prodrómicos» de la cultura moderna europea, a la vez que los de su propia raza... Gondra representa en su país la intelectualidad moderna. Sus estudios de crítica son conocidos en España. Clarín mismo hubo de confesar que Gondra conocía allá, en su rincón asunceno, lo que nosotros creemos conocer exclusivamente por privilegio singular (172). Salvador Rueda, con quien habláramos de Gondra en alguna ocasión, le admira sinceramente (173).
Uno de los más jóvenes escritores del Paraguay y de los que más nombre, sin embargo, han alcanzado es Juan E. O'Leary, poeta injustamente desconocido entre nosotros. Evocador de las glorias de su patria y cantor delicado de las razas primitivas y olvidadas, es el poeta nacional del Paraguay. Descendiente del gran libertador Bolívar (174) y de los conquistadores, y llevando a la vez en sus venas la antigua sangre guaraní, sabe evocar en sus versos, llenos de ritmo y de emoción, el pasado de las viejas razas. Nadie como él ha cantado al indio (175). El alma de la raza, ¡Salvaje!, sus traducciones de Stechetti y de Amadeo Amaral y otros poemas, le han colocado en la pléyade de los consagrados...
Junto a O'Leary precisa recordar a Ignacio Alberto Pane, asimismo poeta. Pane es el cantor de la incomparable gracia de la mujer paraguaya. En sus versos vibra un admirable sentido de entusiasmo patrio y un amor hacia la naturaleza verdaderamente ruskiniano (176).
Francisco L. Bareiro es otro de los jóvenes escritores. Su nota distintiva es la originalidad y la elegancia. Verdadero temperamento de artista, su obra es la de un precursor. Influido por las auras de una modernidad exquisita y sana, sus escritos -versos y prosas- parecen engendrados en París y vigorizados en la selva... Algunos han sido publicados en España, en donde asimismo es conocido su estudio El Paraguay en la Argentina... (177)
Herib Campos Cervera, hijo del malogrado doctor Campos, es uno de los más distinguidos periodistas paraguayos. Sus distintos trabajos y sus conferencias sobre la inmigración nos le presentan como uno de los escritores que más han dado a conocer el Paraguay en sus visitas a Galdós, Linares, Núñez de Arce, Nakens, Rueda, etc. A su actividad se debe la publicación del primer trabajo sobre el doctor Domínguez en España (178).
Ricardo Brugada (hijo) es otro de los representantes del periodismo paraguayo. Fue fundador de La Juventud y director del semanario ilustrado Estudiante, órgano de la juventud asuncena batalladora. Es autor del oportuno trabajo Chile y el Paraguay, donde patentiza la nota de simpatía de ambas Repúblicas (179).
Y no me extiendo por hoy en esta ligera reseña que debería prolongar a no faltarme espacio. En otra ocasión, sin embargo, dedicaré la atención que se merecen otros muchos nombres para nosotros familiares, y de los cuales no puede menos de hablarse tratando de dar una idea de la cultura paraguaya. Tales son, en lo científico, los de Moisés S. Bertoni, director de la Revista de Agronomía de la Escuela Nacional de Agricultura, de Asunción, y de numerosos trabajos, algunos traducidos en Europa (180); el del doctor Audibert, cuyas investigaciones sobre la delimitación entre el Paraguay y Bolivia despertaron tanta curiosidad en América (181); el de Belisario Rivarola, director de la Revista del Instituto Paraguayo, la más importante del país y una de las más interesantes de América por sus estudios históricos (182); de los López Decoud, Fulgencio R. Moreno, Fleytas (183), Doctor Benítez (184) y otros muchos, que han hecho de la antigua República del tirano Francia un estado moderno lleno de ideales, de juventud y de vida (185).
VIRIATO DÍAZ-PÉREZ - Cónsul General del Paraguay en Madrid
NOTAS
163 : La bibliografía referente a periódicos puede cotejarse en una valiosa fuente contemporánea: Catálogo de la Biblioteca Paraguaya «Solano López». Asunción, Talleres Nacionales de H. Kraus, 1906. También: VIRIATO DÍAZ-PÉREZ: Polibiblión Paraguayo. Asunción, 1916 (Copia manuscrita existente en la Biblioteca Nacional del Paraguay). (N. del A.)
164 : Las propias menciones de Domínguez a estos autores, en: «Marcelino Menéndez y Pelayo. Cartas al doctor Cecilio Báez». Fechada en marzo de 1899, en: Revista del Instituto Paraguayo, Asunción, Año III, N.º 33, p. 227-259, 1902; del mismo: «Juan Valera», en dicha revista, Año VI, N.º 50, p. 323-325, 1905. (N. del A.)
165 : RAMÓN ZUBIZARRETA: «Nociones de Derecho Natural», en: Revista de la Universidad Nacional, Asunción, N.º VIII, 1895. (N. del A.)
166 : MANUEL DOMÍNGUEZ: Las Escuelas en el Paraguay. Asunción, 1897. Cfr. del mismo autor: «Historia de la enseñanza nacional», en: Revista del Instituto Paraguayo, Asunción, Año I, N.º 10, p. 217-247. Este trabajo no debe confundirse con otro: «Instrucción Primaria», en: El alma de la raza. Asunción, Biblioteca Paraguaya del Centro Estudiantes de Derecho, 1918, p. 141-147. (N. del A.)
167 : El primer aporte biográfico de un novecentista sobre Domínguez, fechado el 2 de setiembre de 1903, en: SILVANO MOSQUEIRA, Semblanzas Paraguayas. Asunción, Taller Nacionales de H. Kraus, 1908, p. 11-27. (N. del A.)
168 : El doctor Báez colaboró desde el primer número de la Revista (1896) hasta un año antes de su desaparición (1909). Allí aparecieron, entre 1899 y 1903, sus Estudios sobre la historia de España, en respuesta a la Carta de Domínguez sobre Menéndez y Pelayo. (N. del A.)
169 : Las citas de Olascoaga han sido tomadas de la Revista del Instituto Paraguayo. En cuanto al doctor Zubizarreta debe agregarse: «La cuestión de la moneda», publicado inicialmente en forma de cartas al doctor Blas Garay en La Prensa de Asunción (1899) y reproducido póstumamente en la Revista del Instituto Paraguayo, t. VIII, p. 113-164, 1904. Sobre el doctor Zubizarreta, en CECILIO BÁEZ: Estudios de Jurisprudencia, Historia, Ciencias Sociales y Políticas. Asunción, Talleres Nacionales de H. Kraus, 1903, p. 289-293. Este maestro español, nacido en Burgos el 7 de julio de 1840, falleció en Asunción el 16 de agosto de 1902. (N. del A.)
170 : Paraguay. Capítulos entresacados de la Nueva Geografía Universal por ELISEO RECLUS. Prólogo, traducción y notas por Ramón de Olascoaga, profesor de la Universidad Nacional del Paraguay. Asunción, Librería y Casa Editora de A. de Uribe y Cía., 1896. (N. del A.)
171 : La de Díaz-Pérez es una de las primeras, sino la inicial, de las menciones a Gondra y Darío, que se intensificarán tres años más tarde en el ensayo sobre Rueda. Resulta sintomática tal semejanza y eso de que «Gondra representa en su país la intelectualidad moderna». (N. del A.)
172 : La opinión de Clarín sólo se conoce, hasta aquí, por referencias indirectas. Debe tenerse en cuenta que este escritor murió en 1901. (N. del A.)
173 : El aludido ensayo de Díaz-Pérez sobre el poeta parece corroborar esa impresión. (N. del A.)
174 : Conviene aclarar que la ascendencia del escritor paraguayo no es por el lado del Libertador Bolívar sino por su edecán y después General Daniel Florencio O'Leary (1800-1852), militar irlandés adherido a la causa de la independencia de nuestra América. (N. del A.)
175 : Concuerda con la opinión de Salvador Rueda en cuanto al valor de la poesía indigenista de O'Leary, ya advertido por Domínguez en su prólogo a ¡Salvaje!, en: Revista del Instituto Paraguayo, Asunción, Año VI, N.º 36, p. 435, 1902. (N. del A.)
176 : Por esa época Pane era tenido como poeta. La mayor parte de su producción juvenil apareció en la Revista del Instituto Paraguayo, debiendo recordarse: «Instituto Paraguayo», 1896; «¡Adelante!», 1897; «La mujer paraguaya», del mismo año; «Beatriz», 1902. Culminará en 1903 con la versión de la Ode au Paraguay de Jean Paul d'Aile (Casabianca). (N. del A.)
177 : Escasas son las fuentes relacionadas con Herib Campos Cervera, padre del poeta del mismo nombre y apellido. Sus colaboraciones -prosa y verso- están esparcidas en los periódicos asuncenos desde El Pueblo (1898-1899) hasta Crónica (1913-1914). (N. del A.)
178 : Ninguna noticia posterior hay sobre la publicación de este trabajo dedicado a Domínguez. (N. del A.)
179 : Ricardo Brugada (hijo) o Ricardito- según la identificación popular- dio a conocer, además, algunos opúsculos de carácter político. Mostró valiente solidaridad con la causa obrera, siendo de los que rodearon a Barrett, juntamente con Pane, Rufino Villalba y Cipriano Ibáñez. Los citados periódicos fueron fundados durante su permanencia en el Colegio Nacional. (N. del A.)
180 : El doctor Moisés Santiago Bertoni, suizo, se había instalado en 1887 en el Paraguay, proveniente de la Argentina. Amigo y discípulo doctrinario del sabio anarquista francés Elisée Reclus, ejerció vasta influencia -aun más allá del plano científico- en la juventud novecentista, la que en todo tiempo le hizo justicia. (N. del A.)
181 : En esta clase de aportaciones debe considerarse al doctor Alejandro Audibert como a un verdadero adelantado. Puede él mismo figurar en una no muy extensa lista de precursores y guías del novecentismo, a la par de Báez, Emeterio González y Delfín Chamorro. Fue concuñado de Barrett y periodista de combate. (N. del A.)
182 : Tal alusión revela que Díaz-Pérez conocía la Revista del Instituto Paraguayo antes de su venida. Su director era, por ese entonces, Belisario Rivarola (1876-1956), iniciado en el periodismo desde las páginas de El Pueblo (1898). Su compañero en tales actividades fue su después adversario histórico y político Juan E. O'Leary. (N. del A.)
183 : No se muestra muy copiosa, por ese tiempo, la bibliografía de Moreno y López Decoud, cuyas respectivas trayectorias periodísticas habían comenzado en 1891. Ambos fueron parlamentarios y Moreno llegó a ministro de Hacienda. En cuanto al aludido Fleytas no podría ser otro que el conocido político republicano don Eduardo Fleitas, nombrado en la carta de Herib Campos Cervera a Adolfo F. Antúnez. Fue ministro del Interior del último gabinete del presidente Escurra. Por su parte el «doctor Benítez» no resulta otro que el doctor Manuel Benítez (1870-1939), autor del trabajo que allí se cita y que es recogido del folleto de Pane (p. 17). Era tenido por un «estadígrafo veraz». (N. del A.)
184 : Doctor BENÍTEZ, El Paraguay, Estudio comparativo, Asunción, 1901. (N. del A.) 184.1: [en la página 211 del original (N. del E.)]
185 : La aversión al «tirano Francia» es, a todas luces, una herencia romántica. En esa actitud se mantuvieron Juansilvano Godoi, José Segundo Decoud y Juan Crisóstomo Centurión, entre principales, y también Diógenes Decoud a través de La Atlántida (1885, 1901 y 1910). Puente, no sólo biológico, entre ambas posiciones (la de aquellos y la posterior de los novecentistas). Cecilio Báez da comienzo en 1888, aunque sin mayor eco, a la reivindicación del Supremo Dictador, inaugurando así el revisionismo histórico nacional, que desde otros ángulos continuarán: Garay, desde 1896, y O'Leary, desde 1902. (N. del A.)

BIOBIBLIOGRAFÍA DE ÉPOCA
MANUEL DOMÍNGUEZ (1868-1935).- Director del Colegio Nacional, Rector de la Universidad; diputado y vicepresidente de la República entre 1897 y 1904. Ensayos publicados en separata: Las escuelas en el Paraguay, 1897; Marcelino Menéndez y Pelayo (1899-1902); Estudio sobre 'La Atlántida' del doctor Diógenes Decoud, 1902; Causas del heroísmo paraguayo, 1903.
CECILIO BÁEZ (1862-1941).- Delegado plenipotenciario a congresos internacionales de México y Uruguay (1901-1902). Introductor del positivismo en el Paraguay. Maestro de la juventud secundaria y universitaria hasta la polémica de 1902. Artículo precursor del revisionismo histórico: «El dictador Francia. Fundador de la Nacionalidad paraguaya», en: La Ilustración Paraguaya, Asunción, Año I, N.º 16, p. 122-124, 31 de diciembre de 1888. Obras: Ensayo sobre la libertad civil, 1893 Introducción General al Estudio de la Sociología, 1903; La tiranía en el Paraguay. Sus causas, caracteres y resultados, del mismo año.
RAMÓN DE OLASCOAGA (1865-?).- Abogado bilbaíno y profesor de derecho llegado al Paraguay en la década del 90. Regresó a España quince años después, aunque siguió vinculado con el país. Fue Rector de la Universidad Nacional. Es el iniciador de los estudios económicos en nuestro medio. Obras: Programa razonado de economía política, 1894; Resumen de economía, 1895; El papel moneda, 1901.
RAMÓN ZUBIZARRETA (1840-1902).- Abogado burgalés, residente desde 1870. Propagador del krausismo y miembro del primer Centro Republicano Español. Profesor fundador del Colegio Nacional y de la segunda Escuela de Derecho (1882). Considerado, desde antes del 900, como el padre intelectual de la juventud paraguaya. Obras: Nociones de principios de legislación, 1884; Programa de filosofía, 1886; Elementos de Derecho Natural, 1893; Discurso a la juventud paraguaya, del mismo año; Nociones de Derecho Natural, 1895; Elementos de Derecho Civil, 2 v., 1899-1900.
MANUEL GONDRA (1871-1927).- Agrimensor, profesor de enseñanza secundaria. Inspector de colegios de la misma rama. Secretario general de la Universidad. Autor de ensayos sobre -217- historia colonial y de la independencia y sobre el idioma guaraní, entre 1894 y 1897. En enero de 1898 da a publicidad su carta al poeta Francisco L. Bareiro, que contiene el estudio sobre Prosas Profanas de Darío. Fue difundido por el diario La Democracia de Asunción durante los días 14, 15, 16, 18, 19, 24 y 25 de ese mismo mes y año. La segunda versión aparece corregida y con título apropiado: «En torno a Rubén Darío», en: Revista del Instituto Paraguayo, Asunción, Año II, N.º 17, p. 167-201, junio de 1899.
IGNACIO ALBERTO PANE (1880-1920).- Periodista desde los 16 años. Secretario de Legación en Chile. Profesor de enseñanza secundaria y universitaria; abogado, magistrado judicial y poeta. Su aporte en artículos, notas, ensayos y folletos es cuantioso hasta 1904. Se destacó también como traductor del francés e italiano. Sus estudios de época más importantes son: Ariel por José E. Rodó, 1901; Los cantos extranjeros al Paraguay, 1902; El Paraguai (sic) intelectual, del mismo año; Eusebio Lillo y el Paraguay, 1903. Obras: Poesías, 1900; Poesías Paraguayas, 1904, primera antología nacional, con prólogo de Cipriano Ibáñez.
JUAN E. O'LEARY (1879-1969).- Se inició en las actividades literarias presidiendo el Centro estudiantil La Brisa del Porvenir, integrado por alumnos del segundo curso del Colegio Nacional en 1895. Periodista desde 1897. Su primer poema patriótico apareció en El Pueblo de Asunción: «1.º de marzo de 1870», ese mismo día del año 1898. Su bibliografía está integrada por opúsculos, siendo dos de ellos de poemas: El alma de la raza, 1899 y ¡Salvaje!, 1902; el restante será en prosa: Recuerdos de gloria. 24 de mayo, 1904, con prólogo de Pane.
FRANCISCO L. BAREIRO (1878-1929).- Poeta trunco. Se ha exagerado un tanto la influencia de su breve esbozo poético Espuma, escrito en Valparaíso en 1898. Destinatario de la carta de Gondra sobre la poesía de Darío, en la que se lo reconoce como entusiasta lector de Azul. Sólo publicó dos folletos: Nuevas ideas en nuestra política, 1899, en colaboración con Daniel Codas y Blas Garay, y El Paraguay en la República Argentina, 1900, con su firma.
HERIB CAMPOS CERVERA (1879-1921).- Periodista y poeta desde los 18 años. Tuvo su propio diario: La Verdad, de corta duración. Pasó a residir en Europa, desde donde, en 1913, -218- enviaba colaboraciones al periodismo asunceno. Contrariamente a lo que se cree no murió en París sino en Madrid, donde está sepultado. Usó los seudónimos de «Silvestre Paradox (h)» en 1902, y de «Juvenal» en 1910, para sus artículos polémicos. No ha dejado obra édita. Pocas referencias hay sobre su vida y obra, debiendo estimarse las de Juan E. O'Leary, Carlos R. Centurión y Natalicio González.
RICARDO BRUGADA (hijo) (1880-1.920).- Hijo del jurisconsulto y periodista catalán don Ricardo Brugada (1842-1911), avecindado en el Paraguay desde 1869; militante republicano en su país. Ricardito, como le llamaban, también hizo periodismo estudiantil y luego doctrinario, además de su militancia social. A comienzos de siglo fue secretario de la Legación en Río de Janeiro. Su bibliografía de época está constituida por un folleto: El Paraguay y Chile, 1902, y un libro: Brasil-Paraguay, 1903, donde se hallan útiles informaciones sobre la actividad cultural.
MOISÉS S. BERTONI (1857-1929).- Además de una importante bibliografía botánica, etnográfica y lingüística (guaraní) habrá que considerar los tres tomos de La Civilización Guaraní, que comprenden, separadamente, Etnografía, Moral y religión, Medicina e higiene, aparte de numerosos opúsculos sobre dichas materias.
ALEJANDRO AUDIBERT (1859-1920).- Jurisconsulto, legislador, diplomático y orientador de dos periódicos de lucha: El Independiente y La Ley. Muchas de sus páginas permanecen inéditas. Obras: Los límites de la Antigua Provincia del Paraguay, 1892; Cuestión de límites entre el Paraguay y Bolivia, 1901.
ARSENIO LÓPEZ DECOUD (1867-1945).- Nieto del Presidente Carlos Antonio López y sobrino del Mariscal Francisco Solano López. Con el grado de alférez de fragata regresa, en 1888, de la Escuela Naval Militar Argentina. Dos años después vuelve al Paraguay, donde fue periodista, legislador, diplomático y director del Colegio Nacional. No tiene más que una sola obra de época: Sobre feminismo, 1901.
FULGENCIO R. MORENO (1872-1933).- Periodista desde joven. Legislador, ministro, economista y diplomático, especializado por largo tiempo en la cuestión de límites con Bolivia. Comenzó actuando en La Semana (1890) con Gondra y Blas Garay, luego en El Tiempo (1891) y con Domínguez y López Decoud en El Progreso (1893). Redactor de temas internacionales del diario La Prensa, de Buenos Aires, entre 1922 y 1928. En sus años mozos fue poeta satírico y, con los años, posromántico. Obra: La cuestión monetaria en el Paraguay, 1902, y Diplomacia paraguayo-boliviana, 1904, ambos folletos.

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ENLACE AL ÍNDICE de Literatura del Paraguay - Volumen I - Movimiento intelectual en la BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES

1. Época de don Carlos
2. Actuación de Bermejo
3. Literatura nacional
4. Segundo romanticismo
5. Otros maestros españoles
6. El ciclo hispánico
7. Novecentistas y noventayochistas
8. Los jóvenes de América
9. El ámbito del 900
10. La polémica histórica
11. Viajeros y contorno cultural
12. Vísperas y llegada
13. El modernismo y sus adelantados
14. La colmena literaria
15. Los amigos
16. El periodista en su letra
17. Un artículo precursor
18. El cambio de los años
19. Ciudadano paraguayo
20. La posteridad
Apéndice documental
Cónsul general del Paraguay en Madrid
Primer saludo del periodismo
Viriato Díaz y Pérez
Respuesta desde San Lorenzo del Campo Grande del doctor Díaz-Pérez
Una hermosa carta
Jefe del Archivo Nacional
Paleógrafo de la Comisión de Límites
Discursos en el Parlamento
Del Diputado de Gásperi
Del Senador Peña
Carta de ciudadanía paraguaya
Movimiento intelectual en el Paraguay (Madrid, 1904)
Viriato Díaz-Pérez
Biobibliografía de época.

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