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viernes, 16 de julio de 2010

LUIS MARÍA MARTÍNEZ - PERSONA Y TIEMPO (POESÍAS DE 1991-1993) / Edición digital: BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES.



PERSONA Y TIEMPO (1991-1993)
Autor LUIS MARÍA MARTÍNEZ
Edición digital: Alicante :
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2002
N. sobre edición original:
Edición digital basada en la de
[Asunción (Paraguay)],
Editorial Arandura, [2000].

YO
De materia y sonido,
de canto proceloso,
yo, en persona, el poeta,
soñador de infinitos:
¡lluvia, verano, hierba,
cauta esperanza, espada,
del hombre que vendrá,
del hermoso país
que habremos de tener en el futuro!

Enemigo del tiempo del desprecio y el hambre,
de la mentira, el cepo,
que tiene al pueblo como prisionero.

Yo, la esquiva materia
del soñar de los justos.

Aurora, luz, destino,
de una patria que busca su camino.

Agua y naturaleza,
de claridad completa,
de reciedumbre y tierra,
de penetrante olor a la madera.

De ensueños y poesías
como corceles finos,
que van de un horizonte a otro horizonte.

De silenciosos gestos,
como la austera sombra de algún cerro.

De una sola misión, meta y conciencia:
¡vivir para la lucha!
Y al hacerlo... me uniré al infinito.

CREO
Creo en el hombre. Creo en sus virtudes.
¡En que tendrá cosechas y esperanzas!

Creo en el pueblo. Creo en su futuro.
¡En que obtendrá sus fueros y sus derechos!

Creo en la vida. Creo en nuestra historia.
¡En que esta patria entera será libre!

Creo en la ciencia. Creo en las verdades.
¡En que se hundirán de a poco las mentiras!

Creo en la poesía. Creo en sus llamaradas.
¡En que han de arder con fuerza en las pasiones!

Creo en mi trino. Creo en mis afanes.
¡En que al final se irán por su camino!

Creo que es necesario seguir andando. Creo.

MADRE
Siempre me dominó una extraña
sensación que no fue de algún recuerdo,
sino penuria, pena o desengaño,
rara extrañeza, clara incertidumbre,
cuando a mi madre la imagino, acaso.

Poco la conocí. Poco la tuve.

Siento que hay algo que se llama
soledad o silencio o desamparo,
y que hay una inexplicable lejanía
que la cuida o custodia
fuertemente.

Poco la puedo imaginar.
Bien poco.

PADRE
Austero y silencioso
como un navío azul que va siguiendo
por el río del tiempo su camino,
así era él, el hombre, que era mi padre.

Sencillo y amigable,
como un claro y buen hombre,
poseía madera
de oloroso y buen pino.
Tenía el sentimiento caritativo y firme
de un varón sin dobleces.

Era un ser sin resquicios.
No acunaba el deseo de atesorar riquezas
ni quemaba sus fuerzas detrás de pequeñeces.
Era él simplemente. Austero y silencioso
igual que un día cualquiera:
con albas, mediodías y anochecer sin pausas.

MI BISABUELA
De pequeña estatura,
mi bisabuela era la paciencia en persona.

Sencillamente era Natividad y ya estaba,
y su trabajo en todo humilde y limitado:
vender como remedios los yuyos conocidos
sentada en una esquina,
con la canina guardia
de «Capitán», su perro.

A veces la seguía
y me ubicaba al lado de su escaso recurso,
y veía a las gentes
que pasaban y pasaban
preguntando o sin vernos...

MIS ABUELAS
De mi abuela paterna
sólo tengo el recuerdo
de un retrato sin marco.

De la materna en cambio
(doña Tomasa, digo)
recuerdo el velatorio diurno de sus restos
bajo el tupido asombro
de un tarumá en el patio.
Y aquella tapa escueta,
vidriada y ajustada del féretro del caso,
en cuyo oval penoso,
a poco de marchar al cementerio,
vi por última vez el rostro de mi abuela,
que a mi niñez de entonces
tenía en todo, en todo, sentido inexplicable...

ABUELOS
.
(¡La mujer paraguaya!
La mujer paraguaya no ha escrito libros,
pero ha fundado una nación.
(Manuel Domínguez-1902)
.
Desconozco o no sé quiénes han sido
mis abuelos señores de otro siglo,
es decir, del diecinueve.

Presumo que habrán sido de estos lares,
o de otro país, vaya a saberse;
si era Alonso o Quintana,
o un Labadié, un galo trotamundos,
o un Martínez, a secas,
o Luis Martínez Marcos, el poeta,
de comienzos de siglo
(un seudónimo o acaso una verdad,
en «La Verdad», el diario);
un carioca o paulista rezagados
tras la dura hecatombe del ’70,
cuando escasos varones eran muchachos
y un augusto deber hacer los hijos...
Abuelas, no os recrimino.
¡Habéis cumplido en todo con la vida,
con el imperativo de la patria,
al refundarla dando nuevos hijos,
con la pasión de altivas heroínas!...
(De no haber sido así, yo no estaría
escribiendo esta hipótesis genealógica)

¿Abuelos?
.
MIS HERMANOS
Con el tiempo
los hermanos son hojas muy dispersas,
como una imposición que da la vida.

Entonces, me asombro de los años transcurridos
y pienso y pienso y pienso...
En los sucesos claros, en los difusos,
en la casa pequeña y en sus patios
(en el de atrás que era aquel hospicio
de las ensoñaciones clandestinas);
en el ybyraró que estaba enfrente,
en mi padre con páginas forenses,
en los libros de entonces.
(Las ideas eran claras y la vida insumisa)

Y así yo me detengo y les pregunto:
¿recuerdan cómo era nuestra casa,
el corredor de cálidos pilares
que era salón o a veces dormitorio,
y la terraza aquella, que era un esbozo...
y aquel enorme croto que parecía un árbol?
¿Recuerdan por si acaso a los amigos,
a la materia austera de sus vidas,
a la opresión con sesgo de amenazas,
a la lucha sin visos de victoria?

Entonces, con el despierto asombro
me acerco a mis hermanos,
recojo cada instante,
cada llama de vida ya olvidada,
todo el tiempo pasado
(¿y Hugo dónde ha de estar?)
y lo dispongo o pongo
algún brote aún viviente,
toda rama aún verde o persistente
en el árbol-recuerdo que aún no muere...
.
LA SENCILLEZ
A mí la sencillez me es algo bueno,
algo que me hace fuerte y me hace invencible,
porque me hace sentir que no hay en la vida
mejor certidumbre que las realidades.

A mí me envuelve en claridades,
me torna en un hombre generoso,
porque me hace ver que no hay mejor cosa
que alimentar la vida con las verdades.

A mí la sencillez me hace más fuerte,
más infinitamente inexplicable,
porque me da de beber luz y certezas.

A mí la sencillez me viste o pone
esa camisa azul de las virtudes:
¡la paz en el hombro, la verdad en los ojos!

A mí la sencillez no me defrauda.
.
EL MOVIMIENTO
El movimiento es la vida en la materia.

Sin términos exhibe su increíble manera.

Es la savia del tiempo, reloj inconcebible
que crea o acrecienta, que renueva o dispone
la muerte como estado de tránsito en la historia,
que siempre se hace vida o creación en otras formas,
gestor de lo infinito en todo el Universo.

Creación y agonía. Concepción y caída.
¡El movimiento es el eterno mandato
que entraña la materia, sin cesar y sin tiempo!
.
15-VII-1992

.
HAY QUE...
Hay que andar y andar siempre.

Hay que beber la vida como en copa de arena.

Hay que ver si es posible gritar eternamente.

Hay que ver si es posible saltar grandes vallados:
¡si después de morir es posible seguir!

Y seguir y seguir
como el tiempo o ese sol...
.
San Bernardino 18-VII-1992
.
LA VIDA SIGUE
La vida sigue, sigue,
por más que caigan hojas y estaciones,
por más que pasen ciertas primaveras.

La vida sigue, sigue,
por sobre atardeceres y penumbras,
llevando inviernos vagos y ataraxias.

La vida sigue, sigue,
después de lo que adviene diariamente
con virtudes cercanas o infinitas...

La vida nunca, nunca acaba,
camina y anda siempre y jamás cesa.

¡La vida es la virtud de ser eterna:
la eternidad incesante que no acaba!
.
12-III-1993

.
AVANZAR
Sólo cabe avanzar a todas horas
y conquistar la vida, el optimismo
a fuerza de valor y de enterezas.

Sólo cabe avanzar, ser consecuente
en el camino que la lucha indica
y no rendirse nunca al pesimismo.

Se debe de avanzar sin detenerse
y marchar y marchar con alegría,
como si fuera el único motivo
de nuestra vida ardiente y generosa.
.
16-III-1993

.
ES NATURAL
Es natural que el hombre llegue al tramo
final de su escritura y de su vida,
y diga, diga a alguien: «ya estoy para el viaje...»
y cesen sus latidos muy ardientes,
y arrope el corazón con el recuerdo.

Y luego aclare o diga o testifique:

«Aquí descansa el hombre que ha pedido:
pan para su país o para el pueblo,
libros de resplandores para el pueblo,
sueños con los que vivió soñando el pueblo».

Y entonces es natural que hayan palomas
brotando de los surcos de la patria,
quizás como verdades para el pueblo...
.
17-III-1993

.
AMO EL SILENCIO
Aprecio este silencio constructivo,
donde es posible arder en pensamientos
o hilarlo con provecho lentamente.

Amo el silencio.
Amo lo que tiene de calidez,
de hondura o de camino,
para llegar al prado o al granero
donde se ubica el sol del pensamiento.

(Yo sé que en el silencio el río suena
y se escucha el rumor de muchas gentes,
se pesa y se gradúa el sentimiento)

Amo el silencio.
Amo ese silencio donde reposa el río de la vida,
y el mar, las multitudes, como un rumor inmenso
o de millones,
y tiene ese sonido como, como...
de historia que se gesta o se moldea...
.
18-III-1993
.
Enlace a la versión digital de Personas y tiempo (1991-1993) en BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES
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  • José
  • Mis hermanos
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  • Dependo
  • Es preciso
  • La materia
  • El movimiento
  • Hay que...
  • Conocer
  • Viejo
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  • La infancia
  • Huelo en la tierra
  • Se debe no imitar
  • Siempre
  • El tiempo
  • La muerte
  • Conozco
  • Pregunto juventud
  • Cuestiono
  • Correré
  • Pasamos
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  • Ver la siembra
  • Llamados campesinos
  • Tendría
  • Río Paraguay
  • Me da vergüenza
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  • Mejor
  • La vida sigue
  • Avanzar
  • Es natural
  • Amo el silencio.

.
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