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viernes, 5 de febrero de 2010

DE LA ETERNIDAD Y OTROS DELIRIOS. Autora: RENÉE FERRER / Versión digital: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.



DE LA ETERNIDAD Y OTROS DELIRIOS
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
Edición digital: Alicante :
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2001
N. sobre edición original:
Edición digital basada en la de Asunción (Paraguay),
Intercontinental Editora, 1997.

FRAGUA
Ignorante y sencillo despertó mi corazón
en la fragua donde se forjan los destinos
cuando el tiempo era noche.

Arriando la pregunta primigenia me soñó el
. Hacedor,
y en innumerables estaciones
me desveló la añoranza de un lugar que
. desconozco.

Augurada de soledad
y prendida a las hilachas de la esperanza,
me dilapidó la aurora
desde el instante que inicié la travesía
hacia la desmemoria.
.
En el vórtice del universo florece la sabiduría;
en su centro de incandescente bruma
se congregan las tangentes de mi alma.

Me empapé de un olvido capaz de descifrarme
y con la estrella fugaz que se obstinó en mis
. manos
amojoné mi itinerario.

Hurgué en el alfabeto de los astros
y en las pestañas del conocimiento;
encendí fogatas con mis recuerdos;
una amnesia piadosa progresó en mi corazón;
la luz fue dejando en mi sangre sus huellas
. dactilares,
y su filo aniquiló las cadenas del canto.

No me dejarán afuera de la celebración
ni en mi pecho anidará el estigma del exilio.

REENCUENTRO CON MI PADRE
La música se abre como una flor sin orillas;
desde su cáliz extiende una túnica hacia planicies
. insondables;
hacia el rostro sin nombre que acecha el desvelo de
. las constelaciones.
La escucho y veo tu voz;
tu voz creciendo en la pupila aguagris de una
. galaxia
se reinventa en la distancia ingrávida.

Palpo la conversación de los astros
y el viento que templa los abismos
y la vibración del verbo desde el bulbo inicial,
y tu voz
¿recuerdas?
pequeños trozos de tu voz acertando las mejillas de
. la noche desde mi asombro.

Una ráfaga fría enmienda el territorio donde
. acampa la tibieza de una carne que ya no
. tiembla.
Estás y no estás.
(La fugacidad de la máscara atestigua la
. permanencia).

No puedo verte,
sólo tocar la incertidumbre que a veces te hacía
. declinar la cabeza bajo el círculo de la
. lámpara.
Qué lejanísimas comarcas pastorean tus gestos,
tus palabras, qué lejanísimas.
Un murmullo sinfónico amamanta el espacio,
un murmullo que surge de las entrañas estelares.
Las virutas de tu banco carpintero ciñen el cosmos
. con un perfume a madera de confesionario;
el viento las hace conversar con los ladrillos, con el
. musgo que ha cubierto los mosaicos bajo la
. parra donde madura el verano.

Los breves pasos de tu voz danzan, danzan;
en sus ecos el recuerdo borda el tallo de los días
. compartidos,
con sus hojas afanosas temblando en la luz.
Soy pequeña otra vez
y me duermo en tus brazos.

Inclino mi urgencia hacia la marea donde
. espuman las estrellas;
las almas espuman también en ríos que se
. desbordan;
(nada es tan dudoso como la certeza de los puertos
. adonde nunca se arriba).
Tu alma se une a una bandada de secretos,
comparte las vicisitudes de una travesía que ancla
. en el principio.

Desheredada de tu aurora escucho el pulso del
. universo,
deambulo por las calles con mi muñón de sueños
. goteando intemperie;
hay un sabor a herrumbre entre los dientes.

Tu voz se ha puesto a caminar conmigo,
tus antiguos defectos;
la sospecha de tu corazón latiendo más allá del
. país de la ternura me conforta.

Existes,
lumbre de un recinto donde se alambica la verdad
. que desconozco.
Tu voz, con breves pasos, danza, danza;
un cerco me impide tocarla,
una guadaña que amputa el abrazo de mis brazos.

Te vas,
volviendo y yéndote,
hacia la comunión resplandeciente.
La tristeza se levanta entre nosotros;
la tristeza de verte con los ojos de la memoria
presagia un muro de lágrimas infranqueables,
pero tu voz se abre como una flor sin orillas
y su corola insinúa el almíbar del alba.

ACEPTACIÓN
Un bostezo perfora la calma planetaria
pronunciando mi nombre;
cierta fuerza retinta succiona mi cuerpo,
se abanica con el negativo de mis gestos,
devorando la miga que se horneó en mis pupilas.
Me someto a sus giros
como un velamen tardío a la soberbia del viento
que baila en puntas de pie.

El orbe,
la vía láctea,
los inexistentes confines,
vertiginosamente me persiguen;
una explosión escarlata anonada mis tímpanos
y pierdo la encrucijada donde moro;
un ojo incandescente me golpea
como una hoja en blanco
donde se hubiera escrito el último adiós.

Todo es púrpura en mi entorno,
furiosamente sangre;
un cántico violeta se expande
atorándose de confituras perversas;
reincido,
y es la luz,
la roja luz que todo lo ensombrece.

Cierta jauría de girasoles apedrea
el caldero de mis órbitas.
Indago en las contradicciones,
en el anaquel de las argucias;
la lucidez me tiende una mano aterradora;
los sucesos, entre tanto, se sacan la ropa;
convengo en las respuestas incorrectas:
accedo a ser.

EL VELO
Tengo frente a los ojos un velo que me condena;
el velo que derroca mis ojos
me retiene al pairo de una clave en desuso,
se transforma en la sentencia de mi carne,
en una red por donde fluye la llama.

Los atisbos de cierta luz enceguecen mi asombro,
estremecen el secreto que tañe mis nervios
reavivando en las yemas la caricia defraudada.

Este velo
me confina a una penumbra visionaria
por donde vaga la sombra de otra sombra;
conjura los demonios insepultos
que arrasan mis colinas;
los enigmas proliferan
como los manotazos de un náufrago
desheredado de su aliento.

Se me terminan los plazos
y en el perímetro del desánimo
se prolonga el destierro.

BRUMA
Extravié el ojo del universo
y la respiración de las galaxias
y el mapa de los soles que guardan mis señas.
Las moradoras del zodíaco me hacen trampa,
cambian de sitio;
soy un parpadeo andando a tientas
más allá de la distancia de mis manos.

Un bastón golpetea junto a mis talones
su alerta de ciego;
algo que no alcanzo a deletrear me está vedado,
algo que existe fuera de mí,
y no me necesita;
no vislumbro la orilla de esta bruma
ni
¿Cómo vivir entonces mi verdadera biografía?

BURLA
Las muecas
apenas perceptibles, casi sordas,
sobrepasan los labios,
son de piedra:
roca altiva que suda un sereno de injuria.

Los ojos del silencio lloran como reptiles inusuales;
duermevelan sobre el disco del sol
empollando el germen de la desesperanza.
En un estanque guardado
por fiera turba de espectros
la desesperanza devora los sueños;

Las aguas inmutables se visten de novia
para subir al patíbulo;
por el nudo de sombra que pendula en la tarde
el viento reitera su sentencia.

La misericordia se complace en la ausencia.

PIEDRA DE LUZ
Una piedra de luz ha roto los cristales
que la confinan al puntilloso ceremonial del miedo
(pasos discretos para que no se raje el tajo de la
. pollera angosta);
la risa sin ningún vuelo,
y en el escote
un marcapasos que soborna el latido de la aurora.

Escucho un aquelarre
donde arrojan mi boca expuesta al beso,
cierto alboroto de alas amarradas a una estaca de
. sombra.
Entre tanto alborea una flor exigua;
un ojo se despiensa
aterido sobre un pedestal de humo.

Pero la flor enarbola su fragancia
y desborda a zancadas miedo y cerco.

FIEBRE
Hay rostros desplomándose hacia hogueras
. insondables,
sentimientos que duermen
a la orilla de viejas olvidanzas
suplicando a la luna algún consentimiento.

Un halcón se hace cómplice,
escarbando en un matorral de monosílabos:
de su depredación nace el rocío.

El fuego se libera
y avasalla
la atroz inmensidad del cosmos;
el fuego es un clavo que remacha el temblor
hasta encontrar el hueso;
se inserta en el origen con la fuerza del signo.

Semen,
fiebre,
raíz,
entretejen un lienzo;
me acerco
al sitio donde arde la quietud primigenia,
y vuelvo a mí,
heroica y devastada,
retomando mi postura vertical,
el trajecito blanco,
la cordura que tan bien sienta
cuando el reloj da las cinco
y aroma el té.
.
DEMASIADO TARDE

To think of the right thing
to say too late.
ROBERT FROST

Robert,
espérame en la orilla de ese tiempo donde estás,
quiero ingresar al sosiego compartido.
No llegaré con estridencia de bocinas
o la premura del asunto pendiente,
tampoco de vestido largo
y capelina,
no llevaré sombra en los ojos
ni la máscara para los ritos usuales
y mucho menos las uñas pintadas;
no temas verme con mi primer recuerdo
clavado a la espalda:
ninguna queja de pena o alegría.

Ingresaré a la esfera donde estás
como una nube
que habla sin romperse
y te daré la mano para que me ayudes a entrar;
-hogar es el lugar adonde vamos
sabiendo que nos esperan-
tú lo dijiste con otras palabras;
el ropaje no importa.

Aguárdame,
quiero contarte las cosas que no dije;
aquellas que se ahogaron
con el ancla de las circunstancias
ciñéndome el cuello.
.
Enlace al ÍNDICE del poemario De la eternidad y otros delirios en la BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES
Fragua / Reencuentro con mi padre / Aceptación / El velo / Bruma / Burla / Piedra de luz / Fiebre / La bata / Miedo / Región ignorada / Plazo / Búsqueda / El retrato / Caleidoscopio / El cajón / Pavor / Extrañamiento / Limpieza / Almuerzo / Clausura / Hospedaje / Contacto / Golpeas a mi puerta / Espejismo / Te hallé convertido en pájaro / Las variaciones del como / Situación / Carta para náufragos / Campo de batalla / Demasiado tarde / El arcón.
.
Enlace al CATÁLOGO POR AUTORES
del portal LITERATURA PARAGUAYA
de la BIBLIOTECA VIRTAL MIGUEL DE CERVANTES

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