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miércoles, 10 de marzo de 2010

JOSEFINA PLÁ - TEATRO EN EL PARAGUAY: LA RECONSTRUCCION (SEGUNDA EPOCA) 1890-1900 / Fuente: HISTORIA CULTURAL - VOLUMEN I.


(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS
del
www.portalguarani.com )
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APUNTES PARA UNA HISTORIA
DE LA CULTURA PARAGUAYA
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LA RECONSTRUCCION
(SEGUNDA EPOCA)
1890-1900
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1889 COMPAÑIA DE ZARZUELA PLA-ROMEU
La compañía en la cual figuraban, además de los nombrados, las señoras Martínez, Cevallos, Pilar Chaves, Latorre y Urritia; los señores Ricardo Cardone, Salvador Cabra, José Chaves, José Agustino, Ricardo Leonardo Méndez, Andrés Vidal, Gregorio Gil, Cevallos y Monleón; y cuyo maestro y concertador era Antonio Delvalle, tenía 15 profesores en su orquesta y 16 coristas. Inauguró su temporada con una función de gala dedicada al aniversario italiano, el 22 de setiembre; el programa lo formaron MARINA y LUCERO DEL ALBA.
"Alió nos ha traído la mejor compañía que actúa en el Plata" dijeron al día siguiente los cronistas. "Toda la compañía, desde las primeras partes a la última corista, se han desempeñado en forma satisfactoria". Siguieron piezas conocidas de nuestro publico como JUGAR CON FUEGO, EL ANILLO DE HIERRO, LOS DIAMANTES, EL BARBERILLO DE LAVAPIES, LA MASCOTA (dos veces) "estuvo espléndida". (La nota discordante fue BAZAR DE NOVIAS: "una patochada, no fue aplaudida").
La compañía, como se ve, dio piezas ya conocidas pero con tanto gusto y ajuste, que el público las trasegó como nuevas. Dio además otras inéditas en el medio, especialmente de género chico: piezas cortas, festivas, risueñas, que este público encontraba muy de su agrado: PAÑUELO DE HIERBAS, EL HOMBRE ES DEBIL, EL GORRO FRIGIO, Y COMICI TRONATI, y sobre todo LA GRAN VIA, éxito inenarrable que alcanzó – una cosa inaudita en aquel tiempo – ocho representaciones; de ellas cuatro consecutivas. La compañía dio las acostumbradas funciones a beneficio con éxito óptimo. Pepe Romeu, en el cual se apreciaron "méritos artísticos e inapreciables prendas personales", recibió en su función valiosos regalos, así como la tiple Josefina Plá. Esta celebró su beneficio el 12 de noviembre, con LA TEMPESTAD y la GRAN VIA, cosechó aplausos a granel; flores, "bouquets" y regalos: "más merece la eximia artista, que hasta hoy el público asunceno no conoció otra mejor"... Josefina Plá se separó de la compañía sin esperar el fin de la temporada, por motivos no aclarados pero que al parecer no tenían nada que ver con el orden interno de la misma.
Sustituyó a Josefina Plá la tiple Maza, que hizo su debut el 13 de noviembre; la crónica dijo que "había estado inmejorable" y la juzgó "digna reemplazante de la señora Josefina Plá". Su éxito mayor lo tuvo con CHATEAUX MARGAUX. Esta pieza era de las favoritas del público asunceno, y tuvo varias representaciones. Pero "hasta el fin nadie es dichoso"; esta compañía signo tan próspero tuvo también sus quebrantos. Una noche, a la hora de empezar a vestirse los actores, la tiple Maza no acudió a su camerino; se la buscó, como a la Margarita de Darío, y, como a ella, no se la encontró: la tiple había tomado mañana el barco aguas abajo rumbo a Buenos Aires, dejando plantados al empresario y al director de la compañía; y, si qué decir tiene, en llanta al elenco.
Los perjudicados, furibundos, hicieron avisar por telégrafo al resguardo del puerto de Pilar. Aquí terminó el viaje de la fugitiva señorita Maza, quien hubo de regresar, mal de su grado, a Asunción. Dijo la Maza a los periodistas y a cuantos quisieron oírla, que se había ido, simplemente, porque no existía contrato escrito, no debía a nadie un centavo, y estaba harta de cantar CHATEAUX MARGAUX. Enseguida entabló querella contra Alió y Delvalle, por lo que tenía visos de secuestro, segura de ganar y diciendo que los daños y perjuicios que sin duda iba a cobrarlos donaría al Hospital de Caridad. Los diarios no dan más noticias de este sabroso incidente; pero la compañía no sufrió, a fin de cuentas perjuicio mayor, porque allí estaba Isabelita Alió, la hija de Baudilio, dispuesta a sustituir a la Maza, como en efecto lo hizo.
Isabelita, "dotada de una voz encantadora y de una hermosura y elegancia poco comunes", llevó a buen puerto la compañía permitiéndole terminar sin tropiezo su contrato. No fue ello sin embargo sin dejar en la crónica teatral nuestra el episodio de las primeras trompadas – concretadas o figuradas – entre artistas y chicos de la Prensa; y no por cierto por motivos puramente periodísticos. Fueron paciente y agente, respectivamente, del episodio mencionado, un reportero de nombre Alborino y el tenor Romeu, a quien el primero no consiguió convencer de que su interés al penetrar entre telones (Alió había prohibido el paso a este recinto a nadie que no fuese de la compañía), era meramente periodístico y estético; y tuvo al fin para ello que recurrir a argumentos contundentes. Al parecer, Alborino llegaba atraído por el lírico imán de una de las tiples, señorita Cevallos. No le bastaba verla y oírla en el escenario: quería hacerlo en privado.
Isabelita cantó, además de BOCCACCIO, MASCOTA y LA TEMPESTAD. Tuvo un espléndido beneficio con esta última pieza. La compañía se despidió a fin de año dejando un brillante recuerdo; y Alió, que había cobrado tres mil pesos de subvención, publicó en la prensa una carta agradeciendo el apoyo que ésta había significado para la temporada.
1890 COMPAÑÍA DE ZARZUELA F. ABELLA
El año 1890 se inicia acusando el cansancio de las activas veladas del 1889; pero el sedimento de estas actuaciones no podía ser sino positivo; y así vemos cómo se exhorta a las sociedades filarmónicas a sacudir la modorra, y se anuncia la formación de una nueva compañía de aficionados que dará funciones a beneficio del Hospital y de otros establecimientos de asistencia social; este anuncio parece haber quedado en agua de borrajas. Vuelven los espectáculos menores: Zabala Kiss, "el doctor del diablo"; el ciego concertista Elizardo Alvarez; se anuncia de nuevo la compañía flamenca en el Olimpo.
A mediados de abril, Baudilio Alió pidió una subvención de nueve mil pesos como ayuda para el año teatral en el flamante coliseo. No le fueron concedidos nueve mil pesos, pero sí seis mil. Alió viajó a Buenos Aires para contratar la compañía, prometiendo traer un conjunto ya para las fiestas de mayo; pero la compañía no llegó sino a fines de ese mes en el "Saturno".
Desarrolló un abono de treinta funciones. Los periódicos recalcaron que por primera vez se iba a tener temporada de zarzuela en invierno, como correspondía; ya que el teatro era cosa de dicha estación y no de verano. Fue una innovación de esa compañía – siguiendo la costumbre de los teatros de Buenos Aires – la función en matiné. Sino todas las veces, muchas de ellas – los sábados y domingos – daba una función de teatro a la tarde, a las dos, y otra de noche.
Dirigía el conjunto Felipe Abella, y formaban el elenco: Mariano Blaya, José Mori, José Agustini, Generoso Calzado, Vicente Honrubia, Gumersindo Cutier, Manuel Chulia, Ricardo Alvarez, José Ruiz Fratellini, Marcelina Quaranta, Julia Cifuentes, Ismenia Mateos, Laura Suarez, María Vilar, Juanita Borguini y Auria Chulia. Maestro músico, Juan N. Campos. Como se ve, un conjunto mixto, español-italiano.
Debutaron los artistas con LA TEMPESTAD, el treinta de mayo: "el mal tiempo impidió el lleno total". La compañía "hizo un buen estreno". Descollaron desde el comienzo las señoras Quaranta y Cifuentes, la señorita Mateos, y los cantantes Abella, Mori y Blaya. En cambio, Fratellini, "dejó mucho que desear". "la parte coral es lo mejor que hasta ahora hemos tenido en el Nacional". Siguieron piezas ya conocidas de este público: LOS MOSQUETEROS GRISES, EL DIABLO EN EL PODER, CAMPANONE, MASCOTA, LAS CORTES DE CADIZ, EL ANILLO DE HIERRO, LAS HIJAS DE EVA, LOS DIAMANTES DE LA CORONA, CHATEAUX MARGAUX.
Esta compañía, que según se ha visto introdujo un ritmo más frecuente en las presentaciones – eran ahora cuatro veces por semana y de ellas dos dobles, lo cual supone seis funciones semanales – tuvo sus mejores éxitos en LA GRAN VIA, LAS CORTES DE CADIZ y CERTAMEN NACIONAL, estrenos estas dos últimas.
En la función del 15 de junio, cuyo programa lo constituían LAS HIJAS DE EVA y NIÑA PANCHA, se produjo un incidente; "un ocupante del segundo palco de la derecha interrumpió varias veces la interpretación, dando golpes de bastón en el piso; lo cual motivó que varias familias se retirasen del teatro"...
Algunas de las piezas fueron repetidas hasta siete veces. CERTAMEN NACIONAL fue calificada de "acontecimiento teatral de la temporada". Esta efusiva acogida inspiró a los artistas la idea de reponer la pieza, introduciendo en ella modificaciones con miras al gusto local. En efecto, poco después se anuncia que la pieza se pone de nuevo en escena "con cuadros nuevos y localizada" (A esto se refirió seguramente un cronista cuando dijo: "lamentamos que se dé localismo truncando piezas españolas". Las concesiones al gusto del público, a que son propensos los artistas populacheros, producen siempre estos resultados).
El encargado de introducir esas innovaciones de color local fue el artista Agustini, que era – cosa curiosa – ciego (no se indica cómo actuaba) y que también había introducido coplas inéditas en LAS CORTES DE CADIZ. Por una de esas fatalidades más que frecuentes en los mal conservados documentos de nuestra hemeroteca, faltan los diarios correspondientes a estas fechas y no hemos podido saber en qué consistieron los añadidos con que Agustini "localizó" la obra ni tampoco el acontecimiento local, al que quiso responder esa "identificación", que el concepto "localizar" supone, y que debió existir, para que el público la pudiese "reconocer" en la obra.
Ella queda sin embargo como la primera obra "adaptada" en nuestro medio... sin conocimiento, por supuesto, del autor. (Digamos que por mucho tiempo, y por no existir el correspondiente convenio de derechos autorales entre los demás países y el Paraguay, las compañías no abonaban la mayoría de las veces los correspondientes derechos de autor).
La compañía sin embargo había llegado en muy mal momento. "La escasez de plata que nos aflige – dice un diario – viene a dar tintes sombríos al drama (sic) pero el público entusiasta amigo del arte sabrá sobreponerse a tales escaseces...". La prensa dedica a la compañía bastante espacio, sobre todo al principio, como de costumbre. La compañía fue pues bien recibida, aunque el público no fue en todas las funciones lo numeroso que debiera. La prensa, como ya en ocasiones anteriores, fustigó la desidia, censurando esa inasistencia: "parece como si nuestro público fuera tan escaso como para no poder reunirse doscientas o trescientas personas por noche... Parece que la juventud paraguaya no gusta del teatro...". Si eso se decía en la Asunción de 1890 con sus veinte mil habitantes escasos, ¿qué diríamos hoy, cuando la capital cuenta mas de medio millón? Confesemos sin embargo que en los últimos años la situación ha mejorado.
Un circo, primero, y luego la compañía flamenca, cuyo anuncio resucitó, esta vez verídicamente, en el Olimpo, su empresario, vinieron a mermar aún los ánimos en las últimas semanas para la concurrencia al teatro. Sin embargo, la compañía, cumplido su abono de treinta funciones, más las de gracia, que fueron varias, pudo salir sin contratiempo en el "Cosmos" el 31 de agosto, para Corrientes, y antes de que llegase a su apogeo la viruela que en meses se ensañó con la población del Paraguay. (En Asunción las defunciones alcanzaron a 400 por mes en el período álgido de la epidemia).
Esta sin embargo, no arredró a los componentes del cuadro flamenco, que llegaban contratados por el empresario del Olimpo, y que actuaron varias semanas con beneplácito del público, al cual tampoco arredraba la situación sanitaria, y que no se curaba de evitar las aglomeraciones. Formaban en ese conjunto los artistas Flora Pérez, Julio Ruiz y Srta. Zapata, entre otros. En octubre se anunció una nueva compañía lírica.
A este año pertenece también un acontecimiento que vale la pena anotar, aunque no se trata de teatro y sí de música; la actuación de un noble artista, el pianista Albert Friedenthal, que dio con gran satisfacción de los entendidos tres conciertos a base de música altamente seleccionada: Brahms, Chopin, Wagner, Liszt, en el salón de la Sociedad del Cuarteto.
De los primeros meses de 1891 no tenemos noticia: los diarios correspondientes a las fechas de enero a julio de ese año faltan todos en la hemeroteca del Archivo Nacional.
Después de julio de 1891 hubo, como siempre, circo en el Olimpo, esta vez las funciones, como siempre también, terminaban con una pantomima, que el público hallaba de su agrado; estas expresiones elementales de teatro no dejaban nunca de tener éxito.
Un artista de esta compañía, M. Wallace, consiguió se le cediera el Teatro Nacional para su función de gracia. También dieron en el Nacional sus funciones el Comendador Meck y la baronesa Stahl, con programas de hipnotismo y trasmutación personal, en julio. Siempre en el Teatro Nacional, hallamos funciones de la Sociedad Lírica Dramática; nuevo avatar del teatro aficionado que despierta de un sueño de varios años: PALABRA DE ARAGONES, NENITA, CHATEAUX MARGAUX, en noviembre. De esta Sociedad sabemos que formaban parte dos señores de apellido Serraclara y Corona, y el niño Serraclara. Como fin de curso ese año se vio en colegios DIALOGOS ENTRE MADRE E HIJA, de Pane. En el salón del Centro Español dio un concierto otro solista y compositor forastero, Moreira de Sá, el 10 de agosto. Para rematar, títeres en diciembre.

1892 COMPAÑIA INFANTIL PARAGUAYA DE ZARZUELA
El año 1892 se inicia igualmente escuálido en lo que a manifestaciones teatrales se refiere. Veladas públicas y familiares – éstas ahora incluyen recitados y diálogos – conciertos (casi siempre benéficos); bailes. En el mes de junio y sin previo anuncio aparece una Compañía Infantil nada menos que de zarzuela, organizada localmente, también con fines benéficos. La formaban Enrique Alió, Deolinda Ferreira, María Elena Gaona, Leandro Abente, Carlos Peña (jóvenes) Baudilio Alió, Bienvenido Fuster, María y Alice Ferreira, Elodia Aguínaga, Rogelio Alvarez, N. Fuster (niños). Como se ve, vástagos de familias patricias o residentes, socialmente destacadas. La idea de formar esta compañía es posible partiese del mismo Baudilio Alió, presidente de la Coral y Filodramática Española, cuyos dos hijos, además de Isabelita, la mayor, habían ya figurado en el elenco de la Compañía Dalmau-Alió en 1885, "representando papeles especiales".
Como se trataba de una compañía de aficionados, sus funciones tenían carácter irregular; pero las pocas noticias que es posible espigar en la prensa de ese tiempo dan a entender que se llevaron a cabo varias presentaciones: EL LOBO MARINO, DON JUAN TENORIO; ME CONVIENE ESTA MUJER, el 23 de junio; COMO EL PEZ EN EL AGUA, el 12 de julio; LA CENICIENTA, el 16. La simpática compañía, el primer conjunto infantil en nuestra crónica teatral, iba viento en popa, cuando sin saberse el por qué, encontramos a los jóvenes disgustados con los niños; la compañía se divide por gala en dos, de las cuales sólo la infantil continúa en las tablas.
Un suceso penoso vino por lo demás a interrumpir las actividades del conjunto; el 16 de agosto moría Baudilio Alió, el artista y empresario cuyo campechano dinamismo y entusiasmo por el teatro habían tenido su más concreto símbolo en la construcción del nuevo Teatro Nacional. Los diarios dedicaron a su fallecimiento muy poco espacio: menos del que unos meses después dedicaron a una función de circo. En esto, como en otros hechos que irán anotándose hemos de ver los efectos de los cambios que en esos años experimenta la situación cultural, al pasar el timón a las generaciones jóvenes, a los hijos de inmigrantes cuyas preocupaciones regía el signo político o el de las preocupaciones sociales y económicas, antes que el pura y románticamente humanista; y para las cuales el arte en general, el teatro en particular, ocupaba un segundo plano en sus intereses, como "divertimento", más o menos moralizador; como una manera de pasar el tiempo agradablemente; nunca como álgido producto del espíritu y menos aún una necesidad social y cultural.
La ausencia definitiva de Baudilio Alió introdujo una evidente desorientación en los planos administrativos del teatro; las personas que ocuparon su lugar no tenían el olfato empresario ni la elasticidad temperamental del dinámico catalán. Los hechos teatrales de los años subsiguientes lo comprobarán.
Ignoramos los detalles del viaje y del contrato; pero un mes después encontramos a la compañía infantil actuando "con espléndido éxito" en Montevideo, con LA CENICIENTA, a beneficio de la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos. Sería pues esta compañía infantil la primera formada en el país que salió al exterior y obtuvo la aprobación de la crítica, adelantándose, y no sólo en un aspecto, más de medio siglo, a las compañías adultas profesionales.

1893 COMPAÑIA INFANTIL DE ZARZUELA COMICA
Fallecido Baudilio Alió, no sólo animador del ambiente escénico, sino también eje de la empresa misma del Nacional, cuya sociedad de accionistas había promovido, es lógico que los reajustes administrativos llevasen tiempo y que ello se tradujese en un hiato funcional. Reorganizada dicha administración, luego de extendida la concesión a la misma sociedad de accionistas, se anunció la llegada de una compañía infantil que funcionaba en Goya.
La Gran Compañía Infantil de Zarzuela Cómica llegó el 29 de mayo. La componían catorce adolescentes, entre ellos Nicolino Pellegrini, de larga y notoria actuación en el medio luego. Abrió un abono de 15 funciones; pero debido a lo inquieto de aquellos momentos, absorbidos por los azares de la política interna, es muy escaso el espacio que a este conjunto dedican los diarios, y faltan datos de casi todas las actuaciones. Dio la simpática compañía, entre otras piezas, zarzuelas como CHATEAUX MARGAUX, EL GORRO FRIGIO, COMO ESTA LA SOCIEDAD, EL BAILE CHINO, UNA VIEJA; y sainetes como LOS TRANSNOCHADORES, ABRA USTED LA PUERTA, MAS VALE MAÑA QUE FUERZA, EL FALDO DE LA LEVITA. En la función de beneficio de Nicolino Pellegrini, éste tocó el violín: el cronista señala con él mucha limpieza en las notas, especialmente las armónicas, dobles cuerdas y saltos, así como en las staccatos y sattelatos del "Souvenir" de Bellini, muy aplaudidos," por lo bien marcados".
La compañía infantil parecía marchar bien; pero pronto se oscureció el horizonte administrativo; la empresaria señora Elvira Pinochetti de Costa (que tenía en la compañía tres hijos o por lo menos tres parientes) atropelló, desfaciendo no sabemos qué entuertos, el santuario del dueño del café del Teatro, señor Fassanelli, aplicándole unos furibundos golpes y quebrándole unas cuantas cafeteras. Fue detenida, y luego puesta en libertad; pero cuando.. pocos días después se presentó un ujier del Tribunal con un mandamiento, la nerviosa señora le tiró a la cabeza una pala y una raqueta, y se hizo conducir, nuevamente a la Policía. Después de estos desahogos emocionales de la empresaria, no se tiene más noticia de la compañía infantil, por este año.
Unos señores, Carlos Granato (este nombre ha sonado alguna vez ya antes) y Compañía, anunciaron el 24 de agosto su propósito de traer una compañía de zarzuela. Entre tanto, conciertos y veladas fueron llenando el vacío escénico. En octubre algunos aficionados españoles dieron una función teatral a beneficio de la Sociedad Española de Socorros Mutuos; unas semanas más tarde, en vista del éxito obtenida, se reorganizaron incorporando elementos de la sociedad recreativa "La Olla", recién constituida, y dieron otras funciones benéficas más, con las piezas JUEZ Y PARTE, EN LAS ASTAS DEL TORO, la zarzuela PASCUAL BAILON y alguna otra.
Se trataba, según rezan las crónicas, de "humildes trabajadores los más, que al dejar sus trabajos diarios, en vez de ir al café a descansar se ponen a ensayar para recolectar fondos para las Sociedades benéficas". (Hermoso ejemplo que valdría la pena considerar). Formaban ese grupo aficionado, en noviembre de 1893, Enriqueta de Orquiles, Concepción J. de Gras (ya conocida por su actuación en veladas líricas) Sta. Lacruz Belloqui; nuestros amigos del Romea, Emilio y Miguel Prats; Suizo Fina, Juan Casabianca, Agustín Gras y Amparo Diez Pérez.
En diciembre de 1893 llegó al Teatro Nacional una compañía contratada por el maestro Arturo Cabib, aunque la empresa local era Carlos Granato y Cía. En el elenco encontramos nombres familiares: Valentín Gainza, señora de Cazzulo, Barragan, etc. Dirigía Jaime Falconer. Primer actor, Jaime Falconer. Bajo cómico, Velasco. Tenor, Velasco (se supone que otro). Primera actriz, Pura Contreras. Segunda tiple, Carmen Martínez.

1894 GRAN COMPAÑIA DE ZARZUELA ESPAÑOLA
Inauguró esta compañía el año, con una temporada de 20 funciones (anunciada ampliamente con "lujosos carteles" repartidos con profusión) con EL ANILLO DE HIERRO, pieza ya familiar a nuestro público. Siguió dando MARINA, EL POSTILLON DE LA RIOJA, EL REY QUE RABIO, LA GALLINA CIEGA, LAS DOS PRINCESAS, EL MONAGUILLO, LOS MARTES DE LAS DE GOMEZ, DE MADRID A PARIS, SUEÑO DE ORO, LA ESPERANZA, ROBINSON CRUSOE. (De esta pieza se dijo que era la primera vez que se daba en Asunción, lo cual no era exacto, ya que hemos visto lo había estrenado en esta Capital la compañía de Valentín Gainza en 1889. Los cronistas siguen tan faltos de memoria como siempre). EL MOLINERO DE SOUBISE; la ya añeja EL VALLE DE ANDORRA, etc. Que tuvo éxito lo prueba el hecho de haber prorrogado su estada, abriendo un nuevo abono de 30 funciones. Pero es ya un hecho establecido que los diarios dedican cada vez menos espacio al comentario teatral, y aún a la simple noticia. Apenas de cuando en cuando una croniquilla, sin que falte alguna filípica. En el estreno de la zarzuela EL RELAMPAGO, el 19 de diciembre, la crónica señaló que los artistas no habían dado esta zarzuela, "habían tratado de darla", los actores no iban casi nunca a tiempo con la música; la orquesta chocó bastante por la inseguridad con que tocaba y por la familiaridad que se quiso tomar con el público (vestimenta en exceso descuidada y cotidiana). "Si tienen calor, que aguanten como aguanta el público". "Dos de los músicos estaban punto menos que descamisados". A raíz de todo esto, Cabid, que dirigía la orquesta se retiró de la empresa; pero lego se le unió de nuevo.
Tampoco esta compañía escapó sin sus quebrantos. Por la prensa hicieron conocer sus cuitas. Los señores Granato y Cía. la habían contratado por tres meses; pero apenas acabado el primer mes, faltaron al compromiso, sin dar razones de ello. El señor Méndez Gonzálvez – cuyo nombre encontramos unido a numerosos actos generosos en esta intrahistoria cultural – se hizo cargo de la segunda mensualidad" por lo cual le estamos muy agradecidos" dicen los artistas. Pero quedaba todavía un mes que cubrir, y los pobres actores que se veían en un atolladero, solicitaron el favor del público; "que les siguiera favoreciendo como hasta entonces" para lo cual ofrecían una pequeña rebaja en los precios: un 15%.Y abrieron un abono para diez funciones. Esto fue a primeros de enero de 1894. A partir de entonces, la cosa pareció marchar mejor. La compañía, en vez de dar zarzuelas en tres actos, dio preferentemente piezas del género chico. "Gainza en alza" dice una gacetilla de febrero.
Pero tampoco esta segunda etapa transcurrió sin tropiezos. En el beneficio del tenor Sánchez la entrada del artista Falconer en escena fue recibida con palmoteos y silbidos. La función se suspendió; a pedido del público sensato, se reanudó la actuación, pero los silbidos y palmoteos siguieron acompañando el desempeño de Falconer. Ahora bien, Falconer había dedicado esta función al Partido Liberal; algunos atribuyeron el escándalo a provocadores del otro bando. La realidad parece sin embargo haber sido otra; dichos provocadores silbaron a Falconer por haber postergado el beneficio de Purificación Contreras, la primera actriz, en favor de Sánchez; aunque es también cierto que el hecho de coincidir la silbatina con la mencionada dedicatoria hacía un poco brumoso el asunto. La cosa no paró ahí. Falconer siguió recibiendo andanadas cotidianas de los diarios LA REPUBLICA y EL PROGRESO, "activos campeones de Doña Purificación". Y la compañía tuvo que disolverse. "Ojalá – dice LA DEMOCRACIA el 7 de marzo – en adelante los administradores teatrales no sean tan precipitados en ingerirse en el asunto beneficios".
Fue esta compañía la primera que instituyó en el medio la costumbre, difundida en el Plata, de los "días de moda". Señaló como "día de moda" el martes; el primero fue el 12 de diciembre de 1893.
De la compañía sólo quedaron Velasco y su esposa la Contreras, y algún otro. Velasco anunció su propósito de contratar una compañía en Buenos Aires. Cumplió su promesa. La compañía por él contratada estaba ya en Asunción el 18 de abril.

1894 COMPAÑÍA COMICO LIRICO VELASCO-TORRIJO
Esta compañía, de composición al parecer algo heteróclita, debutó el 22 de abril con CHATEAUX MARGAUX, LAS ONCE Y MEDIA Y SERENO, y LA NOCHE DEL 31. Nunca hasta entonces habían sido los diarios tan parcos en comentarios y anuncios. Ni siquiera ha sido posible reconstituir el elenco, aunque más tarde hemos encontrado algunos nombres. Entre las numerosas obras dadas por esta compañía (que operó principalmente en base a piezas cómicas cortas: pasos, sainetes, proverbios, juguetes cómicos o del genero chico) figuraron LOS HUGONOTES, I COMICI TRONATI, MUSICA CLASICA, LA SALSA DE ANICETA, PARA CASA DE LOS PADRES, UNA CASA DE FIERAS, EL ORGANISTA, LOS TRANSNOCHADORES, EL NOVIO DE DOÑA INES, LA CAZA DEL OSO. Una croniquilla dice: "Va conquistando mucho aplauso la compañía de zarzuela que trabaja en nuestro teatro. Los artistas trabajan muy bien y las piezas son divertidísimas". De pronto y a fines de junio, el conjunto desaparece, rumbo al norte, y a mediados de julio encontramos de nuevo noticias – escasas – de una compañía infantil: la de la irascible señora Elvira de Costa.

1894 COMPAÑIA LIRICA INFANTIL
Tampoco hay muchos detalles de las funciones dadas por esta compañía. La componían Rosa Adriani, Artemio Costa, Manuel Sepúlveda, Isabel y Teresa Costa. Sólo se pueden recoger algunos rótulos: LA GALLINA CIEGA, EL HOMBRE ES DEBIL, MARINA, LA VERBENA DE LA PALOMA, UNA VIEJA, PARA CASA DE LOS PADRES, MAS VALE MAÑA QUE FUERZA, etc. Los pequeños artistas tuvieron, como en anteriores oportunidades, mucho éxito. El público seguía hallando de su agrado estos espectáculos que participaban de lo circense, por lo de niños prodigios, y "llenaba el teatro de bote en bote". Pero la infantil compañía desaparece de pronto y en silencio de la cartelera, sin que esta vez sepamos más de ellos, aunque unos meses más tarde se publica en los diarios la noticia de haber fallecido en el Hotel de Cancha Sociedad la niña María Elena de Costa, quizá miembro no mencionado de la compañía y seguramente hija de la señora de Costa.
Por esos días llegó el circo GRAN COMPAÑIA IMPERIAL, con el payaso Tony, apreciado ya del público paraguayo, los japoneses Foko, Tsing, Quen, y Miakawa, los niños Beppe y Eduardo Poggiali, Jorge Dalle, Manuel Terán, Adela y Juanita Palacios, etc. "Doce caballos y seis bellas écuyeres"... los diarios dedican al circo el espacio que habían regateado al teatro infantil. Este circo, que agradó mucho, aunque se hicieron serios reparos a los clowns por ciertos abusos escatológicos, dio JUAN MOREIRA (seis veces) y JUAN CUELLO entre otros dramas esencialmente populares; pantomimas como El COMBATE ROMANO y PASTOS LUNA. En una de las representaciones de "JUAN MOREIRA, una actriz joven y bonita, Natalia Garay, encarnó el romántico Personaje del gaucho, con no poco entusiasmo del público.
En septiembre y octubre ocupó el escenario del Municipal un artista también acreditado ya ante nuestros espectadores; el prestidigitador Hermann, que venía esta vez acompañado de diez artistas. Hizo las delicias del público numeroso "a pesar de los fuertes calores" con sus trucos ilusionistas: el baúl moscovita, la inquisición veneciana, el hombre decapitado, la mujer sonámbula, caminando por el aire, etc. En el "hombre decapitado" invitaba a médicos y público a comprobar el hecho y colmó el gusto masoquista por los calofríos con su "noche entre los espíritus".
Una mañana una tremenda explosión alarmó a la ciudad; corrieron rumores de un ataque a la Policía. Luego se supo que era un gasómetro instalado en el patio del teatro por Hermann para sus funciones y que había estallado al margen del truco escénico. Hermann dio un beneficio para las víctimas del terremoto de San Juan y la Rioja, y partió a mediados de noviembre, satisfecho y dejando al público encantado.

1894 COMPAÑIA LIRICA-ESPAÑOLA
A principio de diciembre, regresan elementos de la desgaritada compañía de zarzuela que operó en el invierno – Torrijos, Rihuet, en la Camarena, Hayot, Rabaneque, Fandel, entre ellos –. En Corumbá y Cuyabá (Brasil), adonde trabajaron luego de abandonar Asunción, "lo pasaron malísimo", y venían a Asunción a reponerse. "Nos parece muy bien" dijo un diario. Dieron algunas funciones a propio beneficio: EL HOMBRE ES DEBIL, DOS CANARIOS DE CAFE; PICIO, ADAM Y COMPAÑIA. Dieron, además, y entre otras, una función dedicada al Presidente Eguzquiza, el 4 de diciembre, con AQUI, LEON; PICIO, ADAN Y COMPAÑIA. Seguramente se repusieron, algunos al menos, pues vemos que cuatro artistas embarcan a poco para Corrientes en el vapor Mercedes. De los demás, nada sabemos.
El año 1895 fue lerdo en pronunciarse en cuanto a espectáculos teatrales. Encontramos algunas noticias de actividades aficionadas, por cierto que una de ellas en Villarrica, donde en mayo se organizó una velada lírico dramática con diálogos y juguetes cómicos como ENRIQUE EL ENVIDIOSO (titulo que huele fuertemente a infantil o moralizante) y que fue desde luego representada por adolescentes; y el drama FLOR DE UN DIA, interpretado por los jóvenes María Vera, Ulises Vera, T. Torreani; Juan Sosa y Delfín Chamorro. "Sobresalió la señorita Vera en el papel de Lola".
En la capital se distinguió por su dinamismo la Sociedad de Beneficencia y Caridad organizando asimismo a lo largo del año veladas lírico dramáticas. En estos programas figuraron piezas cuyos títulos denuncian su contenido ingenuo, elegidas en el repertorio de "colegios", moralizador o edificante: LA REINA BUEN HUMOR, LOS ENANOS, UNA LECCION MATERNAL, etc. Una velada en Cancha Sociedad a fines de diciembre fue la excepción: se dio SIC VOS NON VOBIS (LA ULTIMA LIMOSNA) de Echegaray; en ella se distinguieron Romilda Crosa, Julieta Crosa, Julieta Cerruti y Luisa Martín.

1895 GRAN COMPAÑIA LIRICO DRAMATICA FERNANDEZ DE LA VEGA
Esta compañía llegó prácticamente sin aviso previo el 19 de junio. En su figuraban las actrices Aurora Veyan, María Ortíz, Concepción Rico, Mercedes Lafuente, Inés Loza, y los actores Antonio Chiner, Diego Arbó, Alejandro Rocabert, J. Bernabé, Luiz Mendoza, Manuel Segovia. Maestro director, Julio Hayot. El repertorio repitió, al menos en gran parte, el de las anteriores compañías. EL GRAN GALEOTO, SOMBRERO DE COPA, LA HUERFANA DE BRUSELAS, ISABEL LA CATOLICA, LA CARCAJADA, INOCENCIA y otras ya decididamente fiambres, alternando con títulos relativamente nuevos: MANCHA QUE LIMPIA, EL TANTO POR CIENTO, LA CARTERA VERDE, DEUDAS DE LA HONRA, DEL DICHO AL HECHO, LO QUE VALE EL TALENTO; y zarzuelas como EL TAMBOR DE GRANADEROS, METERSE EN HONDURAS, LOS DEMONIOS EN EL CUERPO. La compañía se anotó en su haber dos sucesos interesantes.
El primero, la representación de OTELO, "drama de celos" de Shakespeare. Alarde de valentía escénica realmente sorprendente. No importa que los vagos datos cosechables sugieran que este "drama en cuatro actos y en verso" no era el auténtico drama shakesperiano, sino una versión o refundición, quizá abreviada, del mismo.
El segundo de esos hechos interesantes es el estreno de CAMILA O’GORMAN, también drama y debido a la pluma "de un residente en Asunción", argentino por supuesto. El nombre del autor no se menciona, pero sería en verdad curioso que existiesen dos obras argentinas de ese titulo. Transcribiremos un fragmento que se publicó en aquel tiempo (escena de la conjuración en el tercer acto)
PRESIDENTE.–
Heroicos hijos de la excelsa tierra
que egregia cuna ha sido del valor
y supo con su esfuerzo en noble guerra
conquistar libertades paz y honor.
Hoy un déspota impío nos encierra
en circulo mezquino y opresor,
y ese tirano de fatal memoria
soberbio mancha nuestra limpia historia.
CONJURADOS.–
Sí por Dios, y ya es mengua inconcebible
el sufrir tan cruenta tiranía.
LAZARO. –
Al argentino empuje irresistible
¡caiga su trono!
CONJURADOS.–
Si!...
PRESIDENTE.–
Eso sería
gloria feliz; más hoy es imposible,
que en vano nuestra sangre correría.
CONJURADOS.–
Humillada a la patria viendo estás.
PRESIDENTE.–
Y acaso para siempre.
LAZARO.–
Eso, ¡jamás!...
La patria de Alvear y de Moreno,
Lavalle, Rivadavia y de Belgrano,
pensáis que pueda en su glorioso seno
albergar a ese déspota inhumano?...
No lo esperéis jamás; que ya sereno
se dispone este pueblo soberano
a derribar, la tiranía injusta
de San Martín bajo la sombra augusta.
Sí ya la patria ondeando su bandera
despierta del letárgico desmayo,
los fierros en que yace prisionera
quebrados de su espada al fiero rayo,
a lucir volverá en la azul esfera
el sol naciente del invicto Mayo
brillando en refulgente claridad
su heroica y sacrosanta libertad.
Y ese infame traidor, ciego homicida
verdugo inicuo, dictador nefando,
iremos a buscarle en su guarida,
sus cobardes puñales despreciando,
y al arrancarle allí su odiosa vida
sus crímenes sin cuento así expiando,
a su alma negra en el profundo abismo
por siempre arrojará nuestro heroísmo.
CONJURADOS. –
Lo hundirá, ¡lo hundirá!
LAZARO.–
Un juramento
solemne hagamos todos de morir
antes que logre nuestro fuerte aliento
ese tirano déspota abatir.
TODOS.–
Lo juramos!
LAZARO.–
Del alto firmamento
Dios quiera nuestra causa bendecir,
y ampare siempre su poder divino
al noble pueblo que nació argentino...
Esta compañía a pesar de llegar en invierno, la época propicia, no tuvo suerte. Para disputarle el público, siempre dispuesto a dejarse arrastrar por el tamboreo circense, llegó la Gran Compañía Sudamericana de Fantoches Mecánicos Parlantes, dirigida por el afamado "Mosquito". Esta compañía dio entre muchos otros números atractivos LA BATALLA DE LUBECK, EL ANGEL DE LA MUERTE y el viejo sainete AFUERA, estrenado en Asunción en 1857, y que aún coleaba en más de un repertorio platense.
Y así termina el 1895, que no ofreció gran cosa, como se ve, aunque en él se haga presente una cierta ansiedad por los espectáculos aficionados, supliendo el teatro escaso, sin que en ello se refleje propósito alguno artístico, propiamente dicho, ni dé signos de vida al entusiasmo organizador de que fue fruto diez años antes un grupo que concilió lo artístico y lo beneficente, el grupo Romea.

1896 COMPAÑIA LIRICA SALVANI – MONTIANO
El año 1896 se inicia con una velada dramática musical conmemorando la restauración del Imperio Alemán (18-I-1871).
Esta velada se realizó en el salón del Teatro Andreuzzi, y en el programa figuró entre otros números de índole lírica la pieza dramática GERMANIA RESURRECTA. (Esta obra fue editada, y de ella se conserva un ejemplar en nuestra Biblioteca Nacional). La presencia de personajes mitológicos (Odín, Frigga, Thor, Tyr) y simbólicos (Roma) primando sobre los de carne y hueso Thusnelda, Varus) hacen de ella una pieza más bien alegórica. El autor fue también un residente, W. Scheller, alemán que figuró entre los primeros pobladores de San Bernardino; fue también pintor y dibujante (revistas locales de la época publicaron dibujos suyos, y se le debe un paisaje que figura en nuestro Museo Nacional de Bellas Artes). El autor, junto con su esposa, formó también en el elenco intérprete.
A principios de febrero llegó una Compañía de Variedades Fantásticas y Recreativas para dar doce funciones en el Teatro Nacional. Entre sus espectáculos figuró uno, EN 1811 EN EL PARAGUAY, acerca del cual no hay otra referencia que el título, y es lástima. Tampoco las hay de otras actuaciones de la compañía, salvo de una función de gala a beneficio del artista Manuel Costa.
En los primeros días de mayo se inicia la temporada teatral propiamente dicha con la presencia en nuestra capital de una compañía de ópera (la primera desde 1889, pues como hemos podido comprobar en esta reseña, desde ese año no había vuelto a verse en Asunción un conjunto operístico) la de Salvani-Montiano.
Esta compañía parece haber pisado Asunción con buen pie, pues el público respondió bastante bien – la ópera, luego de tantos años venía a ser un espectáculo inédito para muchos – las crónicas a ella dedicadas asumen una extensión que ya se había perdido la esperanza de recuperar. Fueron además favorables, y hasta entusiastas en alguna ocasión.
Esas crónicas firmadas unas por VERITAS y otras por YAGO, demuestran conocimiento pleno de las obras comentadas, y de su contenido musical. Esas críticas vienen a darnos una idea bastante exacta de las deficiencias contra las cuales había de luchar el esfuerzo realizador; falta de luz, sobre todo, que dementaba y restaba relieve a "la correctísima y lujosa mise en scene"; pero también se hacía notar la franciscana parvedad de la orquesta: "tocar AIDA con tan pocos profesores". Después de la representación de FRA DIAVOLO, YAGO censuró la actuación del bajo Faff, diciendo que el artista "se había pasado demasiado al género Frank Brown, habiendo presentado escenas imposibles"... sin embargo "dio algunas notas abiertas magnificas". Esta crítica ocupó cinco renglones. Al día siguiente, Faff replicaba con más de media columna, no mal redactada, amparándose en el ejemplo dado para la interpretación de esas escenas por artistas prestigiosos.
El cronista, que además de entendido era hombre correcto, contrarreplicó finalmente en la crónica siguiente, haciendo observaciones acerca de cómo deben ser representados los papeles cómicos: "sin exageración"... "Es difícil establecer el límite entre lo gracioso y lo ridículo – dice – y no todos podemos conseguirlo". Sin embargo, en FAUSTO dedica grandes elogios a Faff y destaca que en TRAVIATA "cosechó grandes aplausos enteramente merecidos".
La Montiano era una actriz bien dotada y de buena escuela; el cronista la elogia repetidas veces. AIDA, estrenada el 30 de mayo, fue "un triunfo de la compañía"; el empresario "no escatimó esfuerzos para presentarla bien" y la Montiano "tuvo arranques trágicos de admirable intensidad, actitudes soberbias". Menos afortunada parece haber sido LA FUERZA DEL DESTINO, en la cual "el público escaso no se explicó, no los cortes sino los sablazos, que se le dieron a la obra". En las últimas funciones la compañía tuvo poco público. Hacía mucho frío, y, según se deja ver, las puertas y ventanas del teatro carecían de cristales; las damas tenían que permanecer con los abrigos puestos, y dice irónicamente el cronista – "adiós toilettes"... En efecto, las crónicas que por entonces se habían dado en publicar los detalles del atavío de las damas concurrentes a los espectáculos, contribuían a una frivolidad que empezaba a primar sobre la apetencia artística.
Esta temporada es también la primera en que subió al escenario en Asunción una bailarina clásica, la señorita Henriette Faffina. Las crónicas no dan detalles de esta actuación, interesante por su carácter inicial. Sólo se menciona que participó junto con las bailarinas de la compañía en los bailables de GIOCONDA.
La compañía dio por terminada su temporada a fines de julio. En los últimos tiempos, el público huidizo tuvo su paralelo en una compañía desganada. Se repitieron desanimadamente obras. "Cansado el público habitué de las malas y continuas repeticiones que se venían haciendo, se retiró de las últimas funciones, para regresar en la despedida" dice una gacetilla.
El empresario Fernández que había obtenido por 5 años más el arriendo del Nacional, quiso tentar de nuevo suerte trayendo una nueva compañía; esta vez dramática, que llegó en el Ixión el 28 de agosto.

1896 COMPAÑÍA DRAMATICA VEYAN DE LA VEGA
En este conjunto figuraban artistas de apreciable cartel, como Aurora Veyan, Matilde Toscano, Josefina Martínez, Lina Estevez, Angela Bardón, Felisa Alvarez, Mercedes Lafuente, Manuel de la Vega, Diego Campos, José Toscano, Luis Mendoza, Federico Uslar, Manuel García. Debutó con SAN SEBASTIAN MARTIR, que "fue – frase habitual en las crónicas – un triunfo de la compañía". El público sin embargo no le fue asiduo. La prensa se hizo eco de esa defección: "La compañía de la Vega es una de las mejores que ha venido a Asunción. La función de anoche fue admirablemente desempeñada; lástima que hubiese escasa concurrencia". En esta deserción del público hemos de ver como, ya se ha dicho anteriormente, la coronación de un lento proceso: el gusto teatral retrocedía a un nivel un tanto primario, en virtud: de un lado, del abuso del género chico, a menudo adocenado y hasta chabacano; de otro la frecuentación de los circos.
La rivalidad de las empresas es un hecho corriente en todo tiempo, pero entonces la elementalidad de la situación dejaba expuesta el flanco del Nacional a la competencia más simple. Esta vez fue el circo OCEANO, nombre nuevo de un antiguo conocido del público asunceno, que llegaba aumentado y pujante, formado por tres familias: Holmer, Seyssel Pereira y López Ventura. Ofreció "sorprendentes espectáculos" entre ellos la Gran Pantomima Acuática, en la cual "cien mil litros de agua inundaban en dos minutos la pista". Una noche la carpa se vino abajo y con ello el diluvio se hizo auténtico: el público hecho una sopa halló emocionante el episodio...
La compañía luchó heroicamente contra la succión que el circo hacía del público pero fue inútil. Dio su última función el 22 de Octubre, con LA SULTANA y un par más de zarzuelas, después de haber tratado a toda costa de ganarse la concurrencia presentando obras de gran alarde escénico como ISABEL LA CATOLICA, DON JUAN TENORIO y EL TERREMOTO DE LA MARTINICA, en las cuales la tramoya conseguía aún despertar el interés del público amante de los efectismos y trucos.

1897 COMPAÑIA LIRICA ARRONIZ
Esta compañía en cuyo elenco figuraban los actores Serrano, Maffi, Lameda, Terradas y Abad, y las actrices señoritas Iglesias y Sastre, debutó el 22 de enero de 1897, en plena canícula. Su repertorio de zarzuela era numeroso y variado, y de él dio una buena parte en la temporada: MARINA, EL ANILLO DE HIERRO, CHATEAUX MARGAUX, LA MASCOTA, LOS DIAMANTES DE LA CORONA, LA TEMPESTAD, EL JURAMENTO, y otras zarzuelas igualmente famosas, pertenecientes al repertorio ya clásico, y conocidas de nuestro público. Como estreno se apuntaron: EL DUO DE LA AFRICANA, EL TESORO ESCONDIDO, MISS HELYETT. La actuación en general fue mediana; la representación de LA MASCOTA dio lugar a que el público – buen conocedor de esta pieza por haberla escuchado ya interpretada por numerosas compañías – pudiera apreciar las deficiencias de los actores, y protestara. La policía intervino para hacer callar al público. Esto motivó que al día siguiente algún diario manifestase su disconformidad ante esa intervención, aduciendo, y con razón, que era justo que el público manifestase su desagrado, así como manifestaba, en la ocasión, su complacencia...
La representación de TAMBOR DE GRANADEROS, una semana mas tarde, reconcilió al público con la compañía; ésta realizó un alarde escénico, haciendo actuar toda una banda de música y presentando en escena 50 comparsas. Tal despliegue entusiasmó a público y cronistas, quienes dijeron que fue "todo un acontecimiento".

1897 COMPAÑÍA LIRICA FERNANDEZ
El elenco masculino lo constituían: Lates, Luis Belotto, Tito Poggi, Michelotti, Enrique Faff, Marchetti. El femenino: Luna Benedetto, Grippa de Blesio y Julia Poggi. Como se ve, algunos de los elementos eran ya conocidos. Debutó el 8 de mayo con GIOCONDA. La orquesta constaba de veinte profesores. Las crónicas musicales demuestran cierta experiencia en la materia en el autor. "La representación – dice un comentario – no estuvo satisfactoria. Era notorio el poco ensayo de los artistas... escena por escena hubo interpretaciones muy felices"...
Al hablar de la representación de AIDA, dice: "El señor Michelotti cantó con gusto y sentimiento; pero el metal de su voz no le ayuda"... Firma estas crónicas musicales FENIX, que da pruebas de conocimiento de las partituras y autores. Posiblemente se tratara de alguno de los profesores extranjeros radicado entre nosotros.
Otras óperas: HERNANI, LA DOLORES, PAGLIACCI, SONAMBULA, FAVORITA, RUY BLAS, AURORA, (opera española de Espí) EL BARBERO DE SEVILLA, LA FUERZA DEL DESTINO, CABALLERIA RUSTICANA, PAMPA, ópera argentina de Berutti. Refiriéndose a LA DOLORES, dice: "La Benedetto domina la escala musical con tonos atrevidos y en algunos fragmentos de sus variaciones hay vibración metálica; pero debe cuidarse de impresionar su fisonomía adaptándola al tono dramático y evitar la tiesura. Le hace falta más flexibilidad".
De la Leonardi dice: "La voz limada y ardiente que la hacía palpitar como un nervio a veces como si pulsara un arpa de cuerdas eléctricas"... En RUY BLAS fueron muy elogiados Michelotti y la señora Luna de Benedetto.
Estas crónicas sin embargo mezclan, provincianamente y con frecuencia, lo personal, lo social y lo artístico. Estos rasgos se prolongarán por bastante tiempo, en forma intermitente, en las crónicas.

1897 COMPAÑIA DE COMEDIAS ZARZUELAS Y DRAMAS
Se anuncia el 26 de julio. Es notable la manera como en ese año realmente excepcional se suceden las compañías, denotando el crescendo en la ansiedad por una actualización. Estamos, no se olvide, en el orto de la generación del 900. Esta compañía formada entre otros, por los actores: Zamora, Ruiz, de la Maza, Sanromá, Martín Bautista y Gómez y las actrices señoritas Concepción González, Carmen Alvarez y señora Cordero, debutó con MARIANA de Echegaray. La crítica es áspera. "La escuela romántica se aparta de las realidades sociales" – dice, mostrando penetración – "pero lo mismo ataca los nervios" (la escuela realista).
La resistencia al esfuerzo especulativo se manifiesta: el público se rehusa a pensar, a reflexionar sobre realidades...
A MARIANA siguieron otras piezas harto conocidas de nuestro público, como UN DRAMA NUEVO, pieza que el cronista elogia (así como a los actores) como novedad, sin recordar que había sido estrenada localmente 13 años antes. (Esto, que no sabemos si llamar inclinación, fatalidad o costumbre, de descubrir cada día América, que se repite como "leit motiv" en nuestro periodismo, viene, repetimos, como se ve, de lejos, y no lleva trazas de agotar su infinita capacidad de redescubrimiento) Dio también LA CARCAJADA, EN EL SENO DE LA MUERTE, EL PROLOGO DE UN DRAMA, LA VERBENA DE LA PALOMA y LOS BATURROS.
En el beneficio de Carmen Alvarez, prestaron su concurso varios aficionados, y también la madre de la actriz, antigua conocida nuestra; la asimismo artista Teresa Robles, quien, como se recordará, sustituyó a la Quintana en 1882. Las crónicas dedicadas a esta compañía revelan un paso adelante en la apreciación: están escritas con cierto aplomo y conocimiento literario y del ambiente teatral, aunque en ningún caso profundizan en el ámbito de los valores.

1896 COMPAÑIA ITALIANA DE OPERETA Y ZARZUELA
Bajo el rubro Zucchi–Ottonelli, llegó al Nacional en los primeros días de enero de este año. Una de las más completas que habían visitado el país hasta esa fecha, al decir de los comentaristas. El elenco era bastante nutrido. La componían entre otros los señores: Ottonelli, Tosi, Zucchi, Urbano, Cappeli, Fattorini y Gamberini, y las señoras Terri, Negrini, Baima, Eglé, Dainelli, Ibimbo, Mignati, Gamberini y Zucchi. El director, Francisco Cappelli (cuya esposa era primera soprano) era, por cierto, persona de mérito: había sido profesor de latín y griego en el Colegio Nacional de San Juan; era autor de un himno a Camoens traducido al portugués por Castello Branco; y miembro honorario de la Universidad de Coimbra en Portugal. Traían 24 coristas de ambos sexos. El abono era de 20 funciones, sin reposición. La orquesta constaba de 20 profesores; la dirigía "el notable concertista, violinista Palazuelos".
Para esta compañía se concedió al contratista del Teatro Nacional Méndez Gonzalvez, una subvención de diez mil pesos. Su repertorio era atrayente, aunque lo componían piezas también conocidas de nuestro público en su mayoría como MASCOTA, que seguía siendo gran preferida, con la cual debutaron. Un artículo de Manuel Gondra, de los varios que publicó en LA DEMOCRACIA sobre la compañía (16, 18, 19, 20 de enero) dice: "Después de LA MASCOTA que dieron Widmar, Veyán y Moretti, no hemos visto otra igual". Dieron también CAVALLERIA RUSTICANA, MARINA. Como estrenos: I LADRI, MOSCHETTERO ALL’CONVENTO, FRADIAVOLO, CAVALLERIA RUSTICANA, BABOLIN, MARINA, LOS PESCADORES DE NAPOLES, ORFEO EN LOS INFIERNOS, CARMEN, TUTTI IN MASCHERA; ORFEO, de Offenbach, que movilizó toda la compañía... (como vemos los cronistas siguen presentando como estrenos piezas presentadas años antes).
El 19 de febrero se anunció LA HISTORIA DE UN PIERROT; pero esta pieza tuvo que ser sustituida por IL DUCIMO, a causa del incumplimiento de algunos de los músicos de la orquesta, entre ellos un señor Narciso M. Acuña. No pudiendo recurrir a la prensa para avisar el cambio de programa, el director de la compañía hizo imprimir carteles y pegarlos profusamente, con gran regocijo del público que los encontraba "pegados en ventanas, paredes, puertas, columnas y hasta en los telones y bambalinas del teatro". De esta compañía algunos elementos no retornaron a Buenos Aires, entre ellos la señora Cesira Negrini, que se radicó en Asunción, como después la señora María G. de García, y se incorporó a esta sociedad; más tarde las encontramos; a la señora de García dedicada a diversas actividades de beneficencia, y a la señora Negrini, reverdeciendo sus laureles de cantante en veladas líricas, y sobre todo al aceptar el papel de Carmen en la famosa ópera de este nombre en 1906.

1898 COMPAÑÍA LIRICA ITALIANA
Apenas ausentada esta compañía, la prensa haciéndose eco por lo menos de parte del público, empezó a reclamar la presencia de otra, "sea de lo que fuere; porque van a venir turistas y es menester tengan donde pasar la velada". Los empresarios se apresuraron a hacer gestiones. Fruto de esta preocupación fue la venida de la compañía lírica que debutó el 15 de mayo con TROVATORE. Contaba entre sus elementos a los cantantes Constantino Thos, Maristany, Rossi – antiguo conocido de nuestro público – y las señoras Bonora, Carolina Ackermann y Bellegrandi. Dio en siguientes funciones AIDA, TRAVIATA, FAUSTO, HERNANI, LUCIA DE LAMMERMOOR, CAVALLERÍA RUSTICANA, LA FORZA DEL DESTINO, PAGLIACCI, UN BALLO IN MASCHERA, EL BARBERO DE SEVILLA, FRADIAVOLO, CARMEN, GIOCONDA, IL GUARANY. Algunas de estas óperas fueron repetidas: entre ellas EL BARBERO DE SEVILLA, GIOCONDA (tres veces) FAUSTO, FRADIAVOLO, AIDA.
Esta concurrencia de compañías, sucediéndose la una a la otra, es comentada por los diarios: "Poco a poco aumenta el interés por la buena música, y cuando se acerca la época de llegar las compañías de ópera, se observa un movimiento inusitado... Parece que la llegada de la ópera diera mayor vida y espontaneidad... Hasta se visita más la gente y tiene más temas para hablar"...
El empresario se dirigió al Gobierno pidiendo una subvención pues era evidente que con sólo las entradas no era posible sostener la compañía. El Gobierno recibió favorablemente la petición. Inclusive se presentó a la Cámara una solicitud para que se incluyese en el presupuesto la suma de 4.000 pesos anuales para proteger el arte.
La compañía satisfizo al público, sin entusiasmarlo, al principio. La misma prensa hace notar que el público "no aplaude como debiera a dos de los mejores artistas de la compañía: el bajo Thos y el barítono Rossi, ambos de muy buena escuela". Luego hubo sus desagrados. "La chacota que se hace en escena desde hace ocho días entre los artistas que toman parte... no comprendemos cómo el público bonachón no protesta... Los artistas tienen el deber de resetar al público y éste el de hacerse respetar. El acto segundo (de GIOCONDA) fue un continuado titeo". Pocos días después insiste: "Esto debe servir de lección a las Empresas. Que traigan buenas compañías, poner obras nuevas, pero bien puestas, no como IL GUARANY de anoche, que, a repetirse, nadie iría... Si Gomes no estuviese muerto habría reventado anoche... IL GUARANY fue completamente destrozado... La interpretación, en general, un sarcasmo; no digamos nada en particular...". Pocas veces se había tratado con tanta severidad a una compañía "seria"; el tono señala además el nivel de autoridad de la crítica.

1898 COMPAÑIA LIRICO DRAMATICA FERNANDEZ ROLDAN
Debutó esta compañía el 14 de agosto. El elenco masculino lo formaban entre otros Eduardo Roldán, Julio Lozoya, Julio Castellanos, Manuel A. Carreña, Rafael Notar, Juan Jiménez, José Barragán y Enrique Gobbi. Entre las actrices, María G. de García, María G. de Giménez, Juana Damel, Rosa de San Pedro, Adelina Dupuy, Carmen Lloret, Ramona Rivas. Esta compañía restauró la costumbre de la función matiné, que aunque inaugurada varios años atrás por la Compañía de Zarzuela Española en diciembre de 1893, había caído, al parecer, en desuso; y no es de extrañar, pues si siempre más de una función diaria somete a prueba la resistencia del actor, aquí siempre había que tener además en cuenta el hecho de que la cartelera se renovaba prácticamente todos los días.
Para la temporada de esta compañía se prepararon "cinco buenas decoraciones propiedad del teatro, pintadas por Alborno y Da Ponte".
El conjunto pareció agradar de entrada. "Fernández es hombre de tino y gusto; siempre ha traído buenas compañías" – dice la crónica. "¡La concurrencia era selecta y numerosísima!" El debut se realizó con HUGONOTES, pero siguió con comedias más o menos ligeras y zarzuelas: LOS ZANGOLOTINOS, COMO ESTA LA SOCIEDAD, ECHAR LA LLAVE, EL GORRO FRIGIO, LAS ZAPATILLAS, DE MADRID A PARIS, etc. El repertorio condesciende con la inclinación creciente del público hacia las piezas de carácter intrascendente. El programa comprendía por lo general tres piezas en un acto, aunque a veces se daba una en dos actos y otra en uno. Las zarzuelitas eran el puntal de la atracción: sin embargo, estuvo en un tris que ese puntal fallara. La compañía se había venido al parecer sin orquesta, ya que unos días después de su llegada encontramos en la prensa: "La compañía mientras no tenga orquesta, debe reducirse a poner en escena comedias para evitar los descalabros musicales de anoche, que en momentos eran un verdadero cataclismo. Sin batuta no hay orquesta posible".
También esta compañía empezó a ser abandonada del público apenas transcurridos unos días. Los artistas recurrieron a inéditos artificios para atrae al público fugitivo. El 14 y15 de agosto hubo reparto de juguetes a los niños en la función matiné – los niños iban al teatro con las mayores –. "Los inocentes dormían en las sillas" dice una crónica; lo que se explica, pues los niños eran llevados por el imán del juguete. Ese mismo día 15 se dio UN PARAGUAYO LEAL, que tuvo regular éxito; la pieza fue "cortada" tal vez para reacomodar el programa triple: no se dice qué parte fue cortada (por otro lado, no se menciona el autor). El 16 a pedido del público se repite la obra, anunciando como atracción de la misma: "se bailará el pericón (sic) con "relación"". LA DEMOCRACIA prometió ocuparse de la obra; pero no lo hizo.
El día 20 de agosto se consiguió por fin reacomodar la orquesta, en la cual entraron: Eduardo García como pianista; Posadas y Hasselmann como violines y Nicolino Pellegrini – venido de niño como sabemos con una compañía años antes – como cello. A partir de entonces las funciones marcharon mejor aunque no es seguro que marchase mejor la boletería. El día 22 se puso en escena EL GAITERO, pieza para la cual el joven pintor Pablo Alborno había pintado "un magnifico y completo "decorado". Pero a pesar de todos estos alicientes, el público seguía mostrándose remiso. "Muy agradable sería que el público concurriese al teatro una vez a la semana, en gran número, para dar muestras de que la gente no se muere" – dice un diario. Cuando unos días más tarde, se dio una función especial, los extranjeros concurrieron en masa: las familias locales se quedaron en sus casas. "Todos los palcos ocupados por familias argentinas de paso" – dice la crónica – "sólo tres de nuestra sociedad". Y añade "parecía un teatro de otra parte, por la cantidad de caras nuevas". (Lo cual, por otra parte, habla de un auge turístico o inmigratorio; notable en esa época). "Y luego se enojan nuestras gentes cuando se les dice que son retraídas". Ahora bien, hay que tener en cuenta que el público este año había venido teniendo teatro desde enero, en la más fuerte de la canícula; y lo escaso de la población, que no permitía renovar mucho el público, hacía imposible la asistencia noche tras noche al espectáculo, aunque éste fuese constantemente renovado.
Al terminar agosto se anuncia la reposición de la obra de Teijeiro, INDEPENDENCIA O TIRANIA. (Tampoco se menciona el autor). Dice el diario LA DEMOCRACIA: "El actor Fernández ha hecho un profundo estudio del carácter y modo del sombrío dictador, por lo que es dable (sic) que estando a cargo el papel del protagonista, pueda aplaudirse mucho esta histórica obra". Dos días más tarde se estrenó. "Espléndida resultó la representación de EL DOCTOR FRANCIA... La concurrencia numerosa... pero siempre las bellas paraguayas brillaban por su ausencia..." Se repitió la obra y agradó mucho. Y sin darse reposo, la compañía estrenó el día 5 de septiembre LA GUERRA DEL PARAGUAY o EL HEROISMO DE UNA MADRE PARAGUAYA, de la cual alcanzaron siquiera a darnos el autor: un señor Segundo San Martín, argentino al parecer. La compañía debió embarcarse el día 1º de septiembre pero demoró su partida según parece para representar esta pieza. Hay algunas noticias del estreno. La obra gustó bastante, "aunque adolece de defectos, siendo a veces incomprensible el por qué de las cosas que allí suceden"... Observa luego el cronista que el autor estaba equivocado en ciertos detalles; en la época de López no había tranvía, ni tampoco estaba fundada aún la ciudad de la Plata. "Lástima – añade – que hayan sido pocos los papeles bien representados". La observación se refiere sin duda a la idiosincrasia nacional, que el actor extranjero no podía reproducir, dentro de términos realistas, al ritmo galopante de unos pocos ensayos. "Al terminar el segundo acto – dice – una salva de aplausos se dejó oír; los gritos de salga el autor, fueron tantas veces repetidos, que éste no tuvo otro remedio que salir, siendo recibido con otra salva de aplausos. Se levantó de nuevo el telón apareciendo un hermoso cuadro al óleo de Don Ventura de Perín representando la Paz, Justicia e Independencia". (La presentación de estos cuadros pintados o "apoteosis" al final de los espectáculos se había convertido ya en una costumbre, como lo prueban varias noticias en años anteriores y sucesivos).
La obra de San Martín tuvo mucho público y mereció los honores de la repetición. Pero tras esta última función, la compañía desaparece, sin más aviso, del escenario, y ocupa éste un ilusionista y ventrílocuo, Mr. Wood, que lo pisó con el pie izquierdo, pues apenas llegado, la actriz principal, Miss Edna, la mujer voladora, enfermó, y estuvo en cama más de un mes, siendo inclusive operada. Puede imaginarse lo que este retraso significó para la bolsa del artista, cuyas facultades de ilusionista no alcanzaban a despistar al hotelero. Miss Edna se repuso, dio unas funciones y la compañía salió rumbo a cualquier parte. Nunca quizá como esos momentos habrá pensado Miss Edna lo útil que habría sido su facultad voladora aplicada a la realidad cotidiana.
En esos años encontramos desplegando gran actividad a los alumnos del Colegio Monseñor Lasagna, quienes dentro de la tradición salesiana realizaron varias funciones, dando en todas ellas teatro. Entre los nombres de los alumnos salesianos que tomaron parte en esas funciones encontraremos los de algunos cultores de la escena como Tavarozzi: más de un hombre de teatro dio en esos años y después sus primeros pasos en los modestos escenarios de Salesianito.
A principios de 1899 el Teatro Nacional, típico ejemplo de edificio construido por contrata, ofrece nuevamente un espectáculo deplorable con sus goteras proliferando apenas llovía, y que echaban a perder el tapizado de terciopelo de los palcos (tapizado que no es desde hace tres cuartos de siglo ni siquiera un recuerdo). Se hicieron los arreglos pertinentes en previsión de la próxima llegada de una compañía, y en efecto, a primeros de abril estaba en Asunción nuevamente la Compañía de la Vega a la cual parece haberle dejado buena impresión este público.

COMPAÑIA LIRICO DRAMATICO DE LA VEGA
Tula Castro, los actores Haza, Gobbi, Masip, Fernández, Lola González, Señora de Haza, Bardel, de la Vega, conocidos de nuestro público, formaban en este elenco que inauguró su "saison" con MALA RAZA y siguió con O LOCURA O SANTIDAD, AMOR SALVAJE, EL HOMBRE NEGRO, y otras de Echegaray, sin olvidar las viejas obras de largo servicio: JORGE EL ARMADOR, ISABEL LA CATOLICA, y otras. Como novedades, algunas piezas cortas, como EL TIO DE LA FLAUTA, de Vital Aza y dramas como MARÍA ROSA de Guimerá y LA PASION Y MUERTE DE JESUS, de Zumel, que fue dada dos veces; la segunda de ellas con el añadido de la Ascensión, cuya "mise en scene" motivó una burlona crítica: "La imagen de Jesús subió demasiado ligero al cielo y enseguida de salir del sepulcro, sin esperar los cuarenta días que señalan los evangelios". Pero con todo ello VIDA, PASION Y MUERTE DE NUESTRO SEÑOR fue un éxito: se dio seis veces.
Examinando el repertorio de esta compañía encontramos hasta nueve obras de los hermanos Echegaray (Manuel y José) con predominio absoluto del segundo (siete obras) lo cual hizo que el cronista suplicase al director: "teniendo en cuenta el carácter borrascoso de las obras de Echegaray, no nos atosigue con ellas; los nervios no lo aguantan una tras otra". Y recuerda, agudamente, citando palabras ajenas, que el título CONFLICTO ENTRE DOS DEBERES, de una de las obras de Echegaray, debería aplicarse a todas: "los personajes están ultrapasados, y los conflictos son monótonos". En lo último quizá no le falte razón: las llamadas al orden ético no varían de mucho desde que el mundo es mundo; pero no deja de sorprender que, para remediar estos achaques de la cartelera, pida no sólo obras de Ayala, Moratin, Bretón – más antiguas las más, aunque indudablemente menos enfáticas y más amables – sino también obras de Zorrilla y Rubí... El director no obstante siguió "echegarayando", inclusive dio otros dramas en la misma tesitura pesimista, como la mencionada MARÍA ROSA, de Guimerá, JUAN JOSE y EL SEÑOR FEUDAL de Dicenta; luego se fue por la pendiente final a los dramas altisonantes y los melodramas, como ISABEL LA CATOLICA, EL TERREMOTO DE LA MARTINICA, LA PORTERA DE LA FABRICA, LA CAPILLA DE LOS NAUFRAGOS, y otros fósiles románticos; el cronista malhumorado rezonga: "parece que la empresa cada vez da menos importancia a la opinión del público". La cartelera varió un poco, no mucho. La nota realmente divertida en esta temporada parece haberla dado el apuntador, "que se hacía silbar cada noche" por sus ímpetus briosos que le llevaban a bracear, gesticulante, fuera de la cancha. En TRADUCCION LIBRE, pieza cómica, "rió hasta el apuntador", y con ello "se consiguió por primera vez que se callara un momento, gracias a Dios". Los comentarios son de lo más enterado que hasta el momento se haya manifestado en nuestra prensa: evidencia conocimiento histórico y critico del teatro, y al ubicar las obras por su contenido, demuestra tino y sentido de los valores. Es digna de anotarse la critica de EL HOMBRE NEGRO, de Echegaray, en LA DEMOCRACIA, el 24 de abril. Digamos de paso que Haza, el viejo conocido del público asunceno, reverdeció sus laureles cómicos en esta temporada: "tan simpático es Haza a nuestro público, que no hay gesto suyo que no le haga reír". En cuanto a la González, los cronistas hablaron de "su coquetería adorable".
Es de notar que por esa época encontramos en algunos diarios una nueva sección ECOS SOCIALES, en la que encajan las croniquillas teatrales; esta asociación de lo frívolo y el teatro ha continuado hasta fecha no tan lejana; ella es una muestra fehaciente del lugar que en las manifestaciones del espíritu se asignaba al teatro. Es justo consignar que las crónicas sobre la Compañía de la Vega, evaden el rótulo sociales, para publicarse aparte como auténticas notas; pero por otra parte vemos que el mismo privilegio es concedido a las almibaradas crónicas de tertulias y bautismos, y más tarde a las crónicas taurinas.
La compañía continuó aún varios meses; dando siempre su repertorio echegurayesco entreverado con piezas románticas o divertidas como DON JUAN TENORIO, LO SUBLIME Y LO VULGAR, JORGE EL ARMADOR, y LA TIA DE CARLOS. Con esta última pieza se realizó la función beneficio de Alborno, el 6 de julio; para ella pintó el beneficiado "una apoteosis nacional". Aún hallamos noticia de una función de la compañía el 10 de julio. Después, ya más nada.
A esta compañía siguió una de variedades: espiritismo, magia, magnetismo, metempsicosis, etc. dirigida por el Cav. Alberto Almanzor Acuña, que actuó con éxito. No hay otras actividades escénicas profesionales durante este año, aunque sí hay que anotar nuevamente las aficionadas del Colegio Monseñor Lasagna, donde se dan petipiezas de contenido moralizador (repertorio que se extendió rápidamente a otras escuelas, esmaltando los actos de colación en colegios primarios y secundarios).
El interregno teatral se prolonga hasta entrado el 1900, mes de abril, cuando anuncian los diarios la llegada de la "troupe" (sic) de teatro por el Saturno (la frecuentación del circo como se ve había impregnado hasta el vocabulario teatral). La empresa Parravicini había esta vez contratado una compañía dramática que entra a trabajar el cinco de mayo.

1900 COMPAÑIA DRAMATICA SERRACLARA
Dirigía esta compañía el actor Serraclara, cuya esposa y una hijita figuraban también en el elenco: otros actores eran las señoras Viera y García, la Srta. Martínez y los Señores Roucau, Menéndez, Carrillo. Dirigía el sexteto acompañante el ahora ya "maestro" Nicolo Pellegrini, infaltable en estas actividades. Representó este elenco entre otras piezas dramáticas o cómicas, LA DOLORES, CRECED Y MULTIPLICAOS, EL SOMBRERO DE COPA, ENSEÑAR AL QUE NO SABE, LA DUCHA, AMOR SALVAJE. En esta pieza debutó Matilde Espinosa, contratada en Buenos Aires junto con el actor Mariano Galé, para reforzar la compañía que parece había encontrado, al comienzo al menos, buen ambiente. En esta nueva etapa la compañía dio entre otras piezas, METERSE A REDENTOR, EL VIEJO CALAVERA, UN RAMILLETE Y UNA CARTA, y DON JUAN TENORIO.
Galé era actor dramático a la par de cómico; pero en este segundo frente no pudo desplazar a Roucau; éste se había hecho ya un crédito amplio en el público, que lo encontraba inimitable. Comentando la actuación de Galé en el DON JUAN TENORIO dice el cronista: "Por qué Galé se nos muestra sólo en comedia?... Es que se ha dado cuenta de que las intenciones o tendencias de nuestro público en su mayoría son quererse reír, perdiendo con eso al artista, que por agradar se convierte en payaso?". Vemos aquí subrayada la observación, ya en otras ocasiones expresadas, del critico respecto a una actitud del público cuya persistencia no contribuirá por cierto a facilitar el ascenso de la cultura teatral en los años siguientes y hasta nuestros días.
La crítica, como varias veces antes, parece haber sido bastante sensible y sobre todo consciente de su papel al señalar sin ambages los defectos de los actores: Enriqueta García, primera actriz, produjo buena impresión; no así Menéndez, al cual se le dirigen agrias censuras en más de una ocasión. Hablando de la representación de ENSEÑAR AL QUE NO SABE, dice el cronista: "Menéndez parecía saber su parte, como siempre, como el Bendito; la recitaba sin darle tono ni sentido... Tal como está, este actor no vale nada"... "Don Gonzalo, por su postura y dicho, desde que apareció de fantasma, más que estatua de Comendador parecía a la de un santo". Y luego: "Roucau dijo su papel a gritos... Ciutti parecía, tras la aparición del Comendador, en la pantomima de un circo".
Serraclara que merece la aprobación del cronista, aparece como "aficionado local" años más tarde; tal vez porque, radicado en el país, abandonó como otros sus actividades profesionales, y los nuevos comentaristas no tenían mucha noticia de él. Serraclara era también autor, y estrenó en esta temporada, una pieza, LA CUADRATURA DEL CIRCULO, sobre la cual no se da más noticia.
Los artistas dieron aún varias funciones, actuando muy bien según los cronistas; pero el público empezó a hurtar el cuerpo. "No hay nada que hacer" dice un cronista: "el Teatro Nacional está démodé...". Y luego se indigna: "Cuando nos quedamos sin teatro y tenemos que acostarnos con las gallinas, pedimos teatro; cuando lo tenemos nos quedamos en casa, aunque los artistas sean buenos y las obras no se repitan..."
A este año 1900 pertenecen la primera opereta y la primera ópera Paraguaya. La opereta se intitulaba EN CLASE; era en un acto; letra y música de Panizza, instrumentación de Nicolo Pellegrini; pieza escrita con intenciones didácticas, pero no por ello menos merecedora de un puesto inicial: se estrenó en el acto de colación de grados de la segunda promoción de maestros normales, el 12 de mayo de ese año. En el reparto hallamos los nombres de niñas de diez a doce años; de destacadas familias: Tomasa Ferrart, Delia Clara Saguier, Catalina Stewart, Carmen Falabella, Teresa Lamas. La ópera se intitulaba CECILIA; letra de Panizza, música de Nicolo Pellegrini. Esta pieza se siguió representando en ocasiones parecidas en los años siguientes. Pero sus originales, siguiendo la suerte común a la producción literaria de ese período, se han perdido.
Para desintoxicar al público del atracón dramático vino en los meses siguientes una Compañía de Acróbatas, que llegó precedida de muchos bombos y platillos: "un circo como jamás se ha visto". La Empresa Parravicini obtuvo su permiso para introducir en el Teatro, sobre todo en el escenario, modificaciones que lo habilitasen para la actuación del circo. La prensa protestó observando que el Teatro Nacional, nuestro único local, iba a perder lo poco que de teatro tenía. En verdad, ni el circo podía llegar a más, ni el teatro a menos, en este ambiente donde la diferenciación entre arte y simple diversión no se había establecido aún (ni se ha establecido del todo hasta hoy). La protesta de la prensa salva de la total vergüenza ese momento de nuestro Teatro. La protesta sin embargo fue inútil; las modificaciones se introdujeron y la compañía debutó. Pero fue un fracaso. La prensa la recibió muy fríamente, señalando la desproporción entre propaganda y realidad. "Nos piden parecer sobre el circo y lo decimos," manifiesta LA DEMOCRACIA.
Hacia fines de año, una nueva alarma de bubónica intervino para desánimo dentro y afuera. El circo desaparece de la noticia y con él se cierra la crónica teatral del siglo que expira a las doce de la noche del 31 de diciembre, ese año.
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Fuente:
OBRAS COMPLETAS - VOLUMEN I. HISTORIA CULTURAL - LA CULTURA PARAGUAYA Y EL LIBRO. Autora: JOSEFINA PLÁ -© Josefina Pla © ICI (Instituto de Cooperación Iberoamericana) - RP ediciones Eduardo Víctor Haedo 427. Asunción - Paraguay. Edición al cuidado de: Miguel A. Fernández y Juan Francisco Sánchez. Composición y armado: Aguilar y Céspedes Asociación Tirada: 750 ejemplares Hecho el depósito que marca la ley EDICIÓN DIGITAL: BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY
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