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miércoles, 28 de abril de 2010

MODESTO ESCOBAR AQUINO - EL VIEJO DANIEL (EL POHÃ RO’ỸSÃ COMO FUENTE DE INSPIRACIÓN) / Fuente: LAS VOCES DE LA MEMORIA - T. IV Autor: MARIO R. ÁLVAREZ


EL VIEJO DANIEL
EL POHÃ RO’ỸSÃ COMO FUENTE DE INSPIRACIÓN
Letra: MODESTO ESCOBAR AQUINO
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )

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Siete en punto. Era la hora en que el mercado de Villarrica encendía todos los motores del trajín cotidiano. Gritos aquí, corridas allá. Voces mezcladas en desorden. Un guarara repetido todos los días como un ritual inevitable marcado en el calendario de la mañana.
Siete en punto. Así llamó, en 1972, a su poemario el Dr. MODESTO ESCOBAR AQUINO. Este poeta -nacido en la capital del Guairá el 12 de enero de 1940-, y odontólogo tenía su consultorio frente a esa ruidosa concentración cotidiana. Allí, para él, sobresalía un pohã ro’ỹsã vendeha, un puntual vendedor de yuyos al que dio en llamar Daniel. "Ese es un nombre inventado. Me gustaba. Por eso escribí alrededor de 1970 EL VIEJO DANIEL. El personaje existía en mi imaginación. Tanto quise ese nombre que, en 1974, le puse a mi hijo", recuerda Modesto.
La poesía vivió solo en la palabra durante muchos años. Un día de enero del 2002, sin embargo, llegó otro guaireño para hacer la vida del poema EL VIEJO DANIEL más plena. El joven director de orquesta, músico y compositor guaireño DIEGO SÁNCHEZ HAASE -nacido en Villarrica el 18 de mayo de 1970-, fue el que convirtió aquellos versos de Escobar Aquino en un concertino para clavecín, recitante y orquesta de cuerdas.
"El Dr. me sugirió que leyera esa obra suya. Me pareció fantástica su descripción. Pensé inmediatamente en términos musicales en un concierto que incluyera un narrador-recitante, en un instrumento -el clavecín-, que representara al personaje y las otras voces, es decir la orquesta. Lo terminé en dos meses", cuenta Diego al rememorar el origen de la composición que dedicó a su profesor de clavecín en Alemania ARMIN THALHEIN.
"En la obra se combina la música paraguaya con elementos de música contemporánea en un no habitual instrumento que es el clavecín, que lo había traído de Canadá. Tiene tres partes. La primera es nostálgica, una guarania. La segunda, que es la parte central y que evoca la febril actividad del mercado, es una polca. La tercera vuelve a ser lenta, guarania de nuevo. El poeta evoca a quien ya no está", sigue explicando el autor de la música, agregando que la pieza tiene efectos especiales como el silbido.
De este modo, DIEGO SÁNCHEZ HAASE ascendía un peldaño más en su carrera de creador musical. Quien había sido inicialmente galardonado arpista y descubrió que su verdadero universo era la música clásica, había ya recorrido un importante itinerario hasta entonces.
La influencia de su abuelo materno -matemático y amante de la música-, había sido decisiva para que los cinco hermanos de la familia Sánchez Haase fuesen músicos.
Diego estudió con FLORENTÍN GIMÉNEZ Armonía, Contrapunto y Composición. En Italia aprendió dirección de orquesta. Estuvo becado en Alemania, donde se especializó en el conocimiento de la música de JUAN SEBASTIÁN BACH. Este currículum avala suficientemente su labor creadora.
El concierto, pronto, adquirió vida propia. Fue estrenada en el IV ENCUENTRO DE COMPOSITORES DE BELHO HORIZONTE, Brasil, el año pasado. Fue la única obra de autor paraguayo en aquel cónclave internacional. Fue también ejecutada por la ORQUESTA DEL CONSERVATORIO DE MÚSICA DE BERLÍN. De este modo, desde Villarrica, EL VIEJO DANIEL se va convirtiendo en un ciudadano del mundo gracias a la magia de la música que lo lleva a inimaginados escenarios.
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Fuentes: Modesto Escobar y
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EL VIEJO DANIEL
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Concertino para clavecín,
recitante y orquesta de cuerdas.
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A lo lejos alguien canta
-achicorias, verbenas;
achicorias verbenas-,
será Daniel?.
Cómo cantaba el viejo Daniel
el milagro sonoro de sus yuyos,
refluía en su voz
sencilla y campechana
abemolada un tanto
en la melodía agridulce
de su diario afán madrugador.

En su garganta sembrada de estrellas
los gritos eran cantos,
los llantos eran cantos
y los sueños y las penas eran cantos.

Alguien canta a lo lejos,
alguien canta.
Será Daniel. ¿Será Daniel?.
Cómo te recuerdo, viejo Daniel
carita de demonio,
alma de pobre.

Mil, tres mil mañanas como ésta
que ya no es tuya
sembraron tus ojos
y molieron tus huesos
hasta verte hecho un payaso
pintarrajeado en el polvo ceniciento
de las memorias,
de los rezos, de las añoranzas.
Cómo te evoco Daniel
metido en tu mismo traje de silencio,
de sueños infinitos y de frescas verbenas.
Por ahí andan los buenos amigos
que todavía esperan el consuelo mágico
de tus ramitos aromosos
de mentas y tomillos,
de doradillas y azahares,
de llantenes y albahacas,
de saucos y achicorias,
de hierbabuenas y culantrillos.

Alguien canta a lo lejos.
¿Será Daniel?.
Si ha tiempo que ha muerto
de un empacho por mañana sin techo
y verbena sin precio.

Después, lo de siempre
y lo de después
porque con quedarse sin aliento
a mitad del camino
o con caerse muerto
cambia el tiempo.
En esta mañana
lágrimas de pobre encendidas en impaciencias,
cómo te recuerdo viejo Daniel
carita de demonio,
alma de pobre.
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Letra: Modesto Escobar Aquino
Música: Diego Sánchez Haase
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Fuente: LAS VOCES DE LA MEMORIA - TOMO IV
HISTORIAS DE CANCIONES
POPULARES PARAGUAYAS
Autor y ©:
MARIO RUBÉN ÁLVAREZ
Edición del autor y Julián Navarro Vera
Dibujo y diseño de tapa:
Nicodemus Espinoza - NICO
Editora Litocolor S.R.L.
Asunción-Paraguay 2009
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