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jueves, 26 de agosto de 2010

PASTOR URBIETA ROJAS - ELOY FARIÑA NÚÑEZ: SU VIDA Y SU OBRA / Fuente: CONFERENCIA PRONUNCIADA EN LA CASA PARAGUAYA DE BUENOS AIRES, 28 DE ABRIL 1972.


ELOY FARIÑA NÚÑEZ
SU VIDA Y SU OBRA
Conferencia de
PASTOR URBIETA ROJAS
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
Conferencia pronunciada en la Casa Paraguaya
de Buenos Aires, el 28 de Abril de 1972,
con el auspicio de la Asociación
de Docentes Paraguayos
BUENOS AIRES - ARGENTINA
1972

.

PALABRAS DE PRESENTACION PRONUNCIADAS
POR LA PROFESORA DORA IBARRA


Señora Presidenta de la Asociación de Docentes Paraguayos en Buenos Aires,

Señores Miembros del Consejo Directivo de Casa Paraguaya,

Señoras y Señores:

Como ya lo ha dicho el Lic. señor R. D. Resquin, la Casa Paraguaya y la Asociación de Docentes Paraguayos en Buenos Aires inician con este acto el ciclo cultural correspondiente al año en curso.
En nombre de los docentes que han organizado esta importante cita cultural, tengo el agrado y el honor de presentar a este selecto auditorio al conferenciante, académico señor Pastor Urbieta Rojas, "una de las figuras intelectuales más queridas" de nuestro país -al decir de una conocida escritora en el Ámbito rioplatense e hispano-, por su activísima dedicación a su labor de escritor y publicista.
Es autor de innúmeros libros consagrados por la crítica nacional y extranjera, corno "Estampas Paraguayas", "La Mujer Paraguaya", “La Mujer en el proceso cultural del Paraguay”, "Camino de la' Hispanidad", “Paraguay, Destino y Esperanza", "Paginas Evocativas". Como publicista el libro "Contratos y Poderes", en colaboración con su señor padre don Justino Urbieta, en 1938, obra que es un manual para jueces de paz, cónsules y estudiantes de notariado, cuya 2º edición se hizo en Buenos Aires en 1953.
El académico señor Pastor Urbieta Rojas es paraguayo de pura cepa, de ilustre abolengo. Tiene como ascendiente al conquistador español, Domingo Martínez de Irala y entronca con familiares del venerable Obispo Gregorio Urbieta, de destacada actuación en los años de la reconstrucción nacional, posteriores a 1870.
Nuestro conferenciante hizo todos sus estudios en el Paraguay, y los complemento en el exterior.
Como periodista ha publicado infinidad de artículos en la prensa asuncena, en revistas y folletos; su obra intelectual es vasta y fecunda y seguirá siéndolo por mucho tiempo más.
Es miembro de número de la Academia Paraguaya de la Historia, y correspondiente de la Academia Colombiana de la Historia, y Vicepresidente de la Mesa Directiva del Instituto Paraguayo de Cultura Hispánica, con sede en Asunción.
En varias oportunidades visitó la Madre Patria en pos de sus inquietudes intelectuales, invitado por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid. Desarrolló en España una importante labor de difusión cultural y de estudio. Realizo provechosas investigaciones sobre el pasado paraguayo en el famoso Archivo General de Indias, y pronuncio conferencias en Sevilla, Madrid, Bilbao, Tomelloso (La Mancha) y Barcelona, dando a conocer interesantes aspectos de nuestra tierra que le hicieron acreedor a elogiosos comentarios de la prensa hispana.
Algo muy importante y que da brillo a la labor del académico señor Pastor Urbieta Rojas, es la Muestra del Libro Paraguayo en España que llevo a fin del año 1971, patrocinada la Muestra por el Instituto de Cultura Hispánica de Asunción, muestra que en su inauguración conto con la asistencia de altas autoridades nacionales y figuras intelectuales y artísticas de Madrid.
Al señor Urbieta Rojas se debe, entre otras, muchas iniciativas patrióticas y americanistas, la inspiración del homenaje realizado el año próximo pasado en Buenos Aires a Ana Díaz, la criolla paraguaya que acompaño a Juan de Garay para la segunda fundación de Buenos Aires, siendo la única mujer de esta histórica expedición, y fue quizá, la primera madre de esta Bran capital.
Señores: Mejor orador para el tema sobre el inmortal autor de "Canto Secular" no podía haber sido elegido para la velada de esta noche; así unidos en la etérea comunión de almas recordemos los dispersos recuerdos que bellamente ilustran su poema en las no menos bellas palabras del académico don Pastor Urbieta Rojas.

LA CONFERENCIA

Cuando años atrás, me toco hablar en el Rotary sobre una fecha argentina, dije: hay hombres como Eloy Fariña Núñez que son hilos invisibles con los que se tejen la trama de la verdadera amistad entre nuestros pueblos.
Y sigo pensando que nuestro ilustre, compatriota, en su corta vida, fue un predestinado para acercar, por el espíritu, a los hombres y a los pueblos.
Es que Dios ilumina a los que siembran tolerancia para cosechar la armonía entre los hombres. Y precisamente Eloy Fariña Núñez era uno de estos iluminados, que con su honestidad y selecto espíritu se gano medio siglo atrás, la consideración y estima de sus contemporáneos, y que en escueta semblanza de hombre ejemplar por su conducta y valor cultural, hoy vengo a recordarlo en este justiciero homenaje a su memoria que la benemérita Asociación de Docentes Paraguayos de Buenos Aires organiza en la Casa Paraguaya, con la selecta concurrencia de los familiares de nuestro gran poeta, y la cálida adhesión de amigos argentinos y estimados compatriotas.
Bien esta entonces que, con esta simpática acogida a esta memoración, que destaco sobre todo por su valor confraternal, comience a describir una imagen, que antes de desdibujarse con el transcurso del tiempo, ha ido cobrando perfiles definitivos por la densa irradiación de una personalidad cautivante.
Y al agradecer las amables palabras de presentación de la profesora Dora lbarra, significo el honor que se me ha dispensado para ocupar esta prestigiosa tribuna de nuestra colectividad.
Y muchas gracias por la presencia de todos ustedes.
Pues bien:
En la sureña y heroica Humaitá, cuando apenas se habían apagado los ecos de la lucha homérica contra la Triple Alianza, nacía el 25 de junio de 1885 el que, años después, sorprendería por su vasta cultura helénica, su extraordinaria sensibilidad musical y sus versos de ensueño que penden de las estrellas como campanas de cristal iluminadas por las claras noches del Paraguay...
Era Eloy Fariña Núñez; primer poeta de nuestra tierra, a la que nunca olvido, pues siempre la tuvo en su pensamiento y en su corazón.
Fueron sus padres don Félix Fariña y doña Buenaventura Núñez, los primeros modeladores de ese espíritu excepcional, que en compañía de sus hermanos Porfirio y Virgilio, hizo los estudios primarios en Itatí (Corrientes), a donde la familia se había trasladado cuando Eloy tenía ocho años.
Desde 1898, y durante los tres primeros años del presente siglo, se abrió un profundo surco en la vida de Eloy Fariña Núñez, pues desde los 13 a los 18 años, curso estudios religiosos en Paraná (Entre Ríos), sin terminarlos, pero que habrían de servirle con su disciplinada formación humanística, y ayudado por el dominio del latín, para su posterior e intensa producción cultural. Señalo, además, que Fariña Núñez se distinguió muy pronto como gran conocedor de los clásicos en la literatura universal, como asimismo ejecutante eximio, en el armonio, de las obras de Beethoven, Bach, Grieg, Debussy y Stravinsky; y me place repetir hoy, lo que prepare hace años para la Revista "Lyra", cuando dije de Fariña Núñez que su "Meditación sobre la Quinta Sinfonía", sus "Conceptos Estéticos" y otras obras de enjundia, lo colocaban entre los primeros musicólogos del continente.
Y en memoración del genial sordo de Bonn, señalo asimismo, en esta grata oportunidad en que lo estoy recordando a nuestro insigne poeta, que en el soneto admirable que dedica era su Tríptico, a su "Allegretto - Sinfonía VII", confirma precisamente su exquisita cultura musical, cuando dice en estos versos que parecen filigranas de ñanduti:

¿Qué ha pasado de pronto, bajo el cielo
En el mundo sin fin de la armonía
Se ha extinguido en el mundo la alegría
Y todo es ansiedad y desconsuelo.

Cual ave herida en descendente vuelo,
Se abate con patética porfía
Sobre la quejumbrosa melodía,
Desesperante "Leit motiv" de duelo.

El trozo se entrecorta murmurante
En kilos de armonía vacilante
Para morir, en un sollozo, adusto.

Y cuando expira la cadencia rota,
La sombra inmensa de Beethoven flota
sobre un silencio, como el mar, augusto. (1)
(1) "Cármenes", poemas, Buenos Aires, 1922.


(Esta memoración musical me permito dedicar a una joven pianista argentina, presente en esta sala, Beatriz Lopardo de Cobo, quien estuvo no hace mucho en la Asunción a deleitarnos con su arte.
Diré también que la densidad de sus estudios en el claustro, le valieron a Fariña Núñez para completar el bachillerato en dos años, en el Colegio Nacional de la capital correntina, para luego correr nuestro poeta la gran aventura de abrirse paso en Buenos Aires.
Tentó fortuna en ésta, en los estudios universitarios de Derecho, que tampoco los pudo culminar por dificultades económicas, precariedad de medios pecuniarios que no le impidió forjarse una personalidad brillante para la época, como me recordó el egregio poeta y académico don Arturo Capdevila, que conocía su obra literaria. Capdevila me honraba con su amistad en los últimos años de su vida, y el juicio autorizado del eminente literato argentino pude complementarlo con interesantes referencias del ex secretario privado de Eloy Fariña Núñez, don Alberto Siroli, leal colaborador y amigo de nuestro talentoso compatriota dentro y fuera de la Administración de Impuestos Internos de la República Argentina, importante oficina técnica recaudadora, en la cual Fariña Núñez, sin perder su nacionalidad, se hizo experto y fue escalando posiciones por su capacidad y honradez; hasta llegar al cargo de Administrador General.
Siroli me contó aquí en Buenos Aires, cuando en mi prolongado exilio trabaje y estudie al lado de numerosos compatriotas amigos y de valores destacados de la cultura argentina, que en las postrimerías de la presidencia del doctor Marcelo Torcuato de Alvear, su Ministro de Hacienda doctor Molina lo hizo llamar a Fariña Núñez a su despacho, siendo este Secretario General de Impuestos Internos, para ofrecerle la vacancia que se había producido del cargo de Administrador General, ofrecimiento condicionado a que previamente se naturalizara.
Fariña Núñez, con todo respeto, le contesto al -Ministro: "Excelencia, aunque le parezca extraño, yo tengo dos madres: una pobre pero digna, a la que debo mi nacimiento, que es el Paraguay; y la otra, rica y generosa, la Argentina, donde me he formado y constituido mi hogar. Permítame que sea consecuente con ambas", y declinó el honroso ascenso.
Poco tiempo después, volvía a la Primera Magistratura de la Nación, Don Hipólito Irigoyen, quien enterado de aquel episodio, y sabedor de la honestidad y competencia de Eloy Fariña Núñez, le hizo decir por su Ministro Pérez Colman que no le importaba donde el había nacido, sino las cualidades que reunía para el delicado puesto. Y así llegó a culminar Fariña Núñez su carrera en la administración pública, para, poco tiempo después, el 3 de enero de 1929, fallecer tras breve enfermedad, a la edad de 44 anos, vida relativamente corta, pero llena de matices y brillo que tratare de sintetizar seguidamente; señalando, desde ahora, que Fariña Núñez dejó como fruto de sus estudios, experiencia e intensa labor en la compleja dependencia a su cargo, de su patria de adopción, reglamentaciones, proyectos y un ensayo de economía, intitulado "El estanco de tabaco".
En realidad, ya tres años después de aprobar su bachillerato, vale decir en 1908, Eloy Fariña Núñez comenzaba a hacerse conocer en el exigente medio literario de esta "Ciudad misteriosa y tentacular", como la llamo uno de los ilustres hijos de esta tierra (Dr. Antonio De Tomaso, en uno de sus discursos parlamentarios.), por su labor humanística ponderable que no declinaría hasta su muerte, como se comprueba por su dispersa producción edita e inédita.
Fariña Núñez tuvo la satisfacción de merecer en vida calurosos elogios por su labor intelectual, pero le habrá envanecido sobre todo el de su exigente y no menos talentoso compatriota doctor Eligio Ayala, quien dijo de él: se destacó por su "vasta preparación, su desinterés personal, su altiva independencia y sus merecidos prestigios de artista exquisito y escritor brillante y delicado" (Carta autógrafa, en poder de los familiares de Eloy Fariña Núñez).
La vasta producción de Eloy Fariña Núñez, está -repito- desperdigada en libros, revistas y periódicos de la época, cuya síntesis cronológica de lo publicado en el Rio de la Plata y en su país de origen, el Paraguay, tratare de compendiar en forma llana y clara como requiere un trabajo de esta naturaleza.
1908. Publico en la Revista "Nosotros", de Buenos Aires, "El mundo de los fantoches".
1910. En esta misma Revista porteña, escribió sobre "Centenario Paraguayo", que se conmemoraba al año siguiente,
1911. Con breve prologo y dedicatoria a don Arsenio López Decoud, se publicó en Buenos Aires "Canto Secular", su entrañable e imperecedero poema de recuerdos afectivos para la patria ausente, en el centenario de su independencia, cuya primera versión aparecía en "El Monitor" de la capital paraguaya el 14 de mayo de ese año (1911).
1912. Se publicó en la Revista "Nosotros" su artículo intitulado "Al margen del caso paraguayo"; loable empeño de un noble espíritu que siempre se sintió solidario con su patria de origen, que vivía la lenta cicatrización de las heridas de una guerra de exterminio, y consecuentemente las dificultades quo emergían de las mismas para encontrar los cauces institucionales.
1913. Intervino en el Concurso Literario de "La Prensa" de Buenos Aires, donde obtuvo el resonante primer premio por su cuento "Bucles de oro". Carlos R. Centurión, en su obra clásica "Historia de la Cultura Paraguaya", presento este espaldarazo del Concurso de "La Prensa" como la verdadera consagración como escritor, de Eloy Fariña Núñez.
Apareció en la Revista "Nosotros", el primer capítulo de su novela de vida y costumbres greco-egipcias "Rhódophis": Nunca se publicó el resto.
También en 1913, por decreto N° 1047, el Presidente Schaerer, siendo Canciller don Manuel Gondra, nombro a Eloy Fariña Núñez secretario de la Legación Nacional en Buenos Aires, cargo que tengo entendido, no llego a desempeñar. (Debo este dato a Don J. A. Pérez Echeguren, que esta aquí con nosotros).
1914. Regreso por primera vez al Paraguay, donde se le dispensaron expresivos homenajes. La Revista literaria Paraguaya “Crónica”, lo llamo "incógnito cisne"; y en la velada que se organizo en su honor, en el Gimnasio Paraguayo, hablaron Eloy Fariña Núñez y su cuñado, el exquisito poeta argentino Luis Fernández de la Puente, también de familia de periodistas y literatos. La presentación de los homenajeados estuvo a cargo de Venancio Balbuena Galeano, luego becario en Francia donde estudió Finanzas, y años después Encargado Negocios en Londres y Washington.
Asimismo en 1914, publicó Fariña Núñez el libro de cuentos breves "Las vértebras de Pan". Fue editado por la Colección Biblioteca Selecta Americana, Buenos Aires.
1916. A juicio de críticos exigentes, una de las más importantes producciones en prosa de Fariña Núñez, se publico en la Asunción en la Revista "Letras" ("Letras", Nº 1, Año II, Asunción, 1916.). Es la intitulada "El significado de la obra de Rubén Darío". Diría que es una complementación de juicios críticos sobre Darío, a quien Gondra asignó "escasa sensibilidad para lo verdaderamente nuevo y original.... tras descubrir otros poetas cuya obra da a entender quo no le parece inferior a la del nicaragüense" (Gondra-Darío, en la "Historia de la Literatura Paraguaya", de Hugo Rodríguez Alcalá, Colección Studium, México, 1970.). Fariña Núñez nunca se alejó de Gondra; por quien tenia admiración y a quien invito más de una vez a abandonar los negocios públicos, como recordó Efraím Cardozo en uno de sus ensayos, preocupación que de haber sido escuchada, el Paraguay hubiera tenido en el solitario de Ypané a uno de los más brillantes adalidades de las letras hispanoamericanas.
Lastima grande que ni Rómulo Gallegos ni Manuel Gondra, ni otros talentosos intelectuales que han incursionado o incursionan en las absorbentes actividades partidistas han justificado este veleidoso canto de sirena, y no pueden precisamente estabilizarse en un ambiente muy distinto del que se frecuenta con las musas del Parnaso...
Los trabajos completos, incluyendo este ensayo sobre Darío, y muchos otros que debemos a la fecunda pluma de Eloy Fariña Núñez, quisieron reunir en varios tomos sus hermanos Porfirio y Virgilio, pero fallecieron también sin cumplir este laudable propósito.
Don Juan B. Gaona (h.), quien fue prominente miembro de la colectividad paraguaya, integro años atrás una comisión constituida para gestionar la publicación de las Obras completas de Eloy Fariña Núñez. Fue uno de sus buenos amigos y admiradores, y el que ya le había ayudado a publicar "Cármenes" y otras de sus obras. Y, de la comisión aludida, formaron parte asimismo, don Fulgencio Ricardo Moreno, profesor Manuel Riquelme, don Rómulo Yegros y los profesores Porfirio y Virgilio Fariña Núñez. Entiendo que por gestión de esta comisión, los entonces parlamentarios paraguayos Luis De Gásperi y Raúl Casal Ribeiro se adhirieron, en un proyecto de ley, a este anhelo por la edición de las obras completas de Fariña Núñez, para "honrar la memoria esclarecida de quien fuera uno de los más altos exponentes de las letras nacionales en el extranjero", como decía en sus fundamentos el proyecto legislativo de mi referencia.
Pero, una u otra circunstancia hicieron que se viniera postergando esta recopilación, que debe hacerse alguna vez precedida de una crítica seria y bien intencionada que denote profundidad de conocimiento de toda la obra, sin prejuicios por los "arrebatos patrióticos o'learyanos" que creyó ver en Fariña Núñez, con negativo enfoque o indisimulada prepotencia de vencedor, el publicista brasileño Walter Wey, quien pasó, como otros tantos que cruzan el Paraguay sin tiempo ni aptitud de captar el sentimiento poético de sus hijos, ni comprender el alma sencilla, no exenta de fibra patriótica, de sus valores intelectuales ("La Poesía Paraguaya, Historia de una incógnita", por Walter Wey, Biblioteca Alfar, Montevideo, 1951). Y si por algo debe admitirse y alentarse el sano arrebato patriótico, "es por esto por lo que surgieron un O'Leary, un Domínguez, un Pane y un Alejandro Guanes --como dice Hugo Rodríguez Alcalá, en replica serena y constructiva a Walter Wey- escritores que exaltaron los valores de la patria; que la consolaron, que le devolvieron, con su razón de ser, el orgullo del pasado heroico, el cual, a su vez, era garantía espiritual de un futuro mejor ("Historia de la Literatura Paraguaya", por H, Rodríguez Alcalá, México, 1970.). (Y agregaría yo, como seguimos haciendo los que nos sentimos orgullosos de nuestro origen y pasado indo-hispánico, ratificados en pruebas de inmolación).
Destaco ahora, en contraposición a la critica apresurada e incompleta de Walter Wey la de un estudioso y conocedor profundo de la Literatura Paraguaya y su problemática, el profesor Raúl Amaral, quien publico ya varios trabajos sobre nuestro gran poeta, entre ellos los titulados "Fariña Núñez y el modernismo poético" (1) "Fariña Núñez y la estética Post-novecentista" (2) y dictó un interesante cursillo de cuatro meses sobre "Introducción a la Cultura Paraguaya", en la similar de esta Casa, que funciona en Posadas (del 12 de diciembre de 1969 al 21 de abril de 1970), cursillo en el cual trazo un resumido análisis del "Canto Secular" de Fariña Núñez y destaco su diferencia de la "Oda a los Ganados y las Meses" de Leopoldo Lugones; y que como valioso aporte al esclarecimiento de un equívoco que viene de lejos, ofrezco más adelante, en este mismo trabajo, señalando, desde ahora que el profesor Amaral, con erudición y claridad, sintetizo en su interesante cursillo de Posadas "todo el proceso de la cultura paraguaya, contenido en 445 años, pues aunque el plan culmina prácticamente en 1943 -como el hizo notar- y queda ceñido con exclusividad a la obra de los escritores que han muerto, su prolongación en el tiempo y su propia bibliografía le hacen cubrir los casi cuatro siglos y medio que, desde los comienzos mismos del mundo guaranítico, marca su evolución en el área cultural del Rio de la Plata" (3).
1918. Y reanudando nuestro itinerario cronológico, corresponde citar en este lugar, "El estanco de tabaco", publicado en folleto; y que, como ya he dicho anteriormente, fue el fruto de la extraordinaria capacidad y los múltiples estudios de Eloy Fariña Núñez, quien además de sus profundos conocimientos humanísticos y de virtuoso de la música, descolló como prosista y como poeta. Se agregaba este trabajo sobre materia impositiva, que se publico -repito- en 1918. Esta faceta de su personalidad, creo que es, sino única, muy rara, entre los que cultivan la poesía y los estudios humanísticos.
1920. Como Delegado del Instituto Paraguayo (prestigiosa institución de cultura, luego refundida con el Gimnasio Paraguayo, para dar después nacimiento al Ateneo Paraguayo (que comenzó a funcionar el 22 de abril de 1885), asistió Eloy Fariña Núñez al Congreso de la Academia Americana de la Historia, que se reunió en Buenos Aires el 17 de septiembre de 1920. Fariña Núñez pronuncio un brillante discurso en honor de México, el Perú y Centroamérica. (Cuatro años después se leía, como juicio consagratorio de don Manuel Gondra, en la presentación del "Parnaso Paraguayo", de Michael A. De Vitis (4): Fariña Núñez "es seguramente el de mayor cultura clásica entre todos los jóvenes del Paraguay". Y en este Parnaso, editado en Barcelona, en 1924, se incluyen "Oda heroica", "Ojos glaucos", "Vuelo de flamencos", "Pantomima", "Escena griega", "La herida secrete" y "La portada".
En ese año de 1920, visito Eloy Fariña Núñez, por segunda vez, su país, visita que tuvo la resonancia de un gran acontecimiento intelectual. Dio entonces una brillantísima conferencia, y se le hizo una imponente demostración, en la cual hablaron, a los brindis, Juan Vicente Ramírez, por la Federación de Estudiantes; y luego Luis Ruffinelli, Juan Stefanich y Pablo Max Insfrán; este último lo llamó "Joven maestro". Fariña Núñez, visiblemente emocionado, respondió: "alzo la copa votiva del reconocimiento por esta celeste Asunción armoniosa de las nuevas generaciones" (5).
1922. El 6 de enero, se publicó en "El Liberal", de la Asunción, un extenso reportaje a Eloy Fariña Núñez. Sus amigos del Paraguay no lo olvidaban, y el tampoco nunca dejo de corresponder a los mas entrañables sentimientos de amistad que le unían a los hijos de su tierra.
1923. Leyó en Posadas, a invitación del educador don Francisco Suaiter Martínez, en la Biblioteca Popular de la capital misionera, su poema "Curupí", que publicó un año y medio después de su fallecimiento, fragmentariamente y como "Diario de un poema", "La Prensa", de Buenos Aires (que lo contaba entre sus principales colaboradores).
Efraím Cardozo, en uno de sus mejores ensayos, comento esta incursión de Fariña Núñez "en el maravilloso mundo de la mitología guaraní" a la cual como obra póstuma, falto posiblemente la revisión y toques aclaratorios del autor, para hacerla más accesible y penetrar en su pensamiento intimo, siempre inquieto y sediento de nuevas fuentes de inspiración. Cardozo recuerda asimismo con justicia a otro de los brillantes valores de nuestra intelectualidad, hoy postrado en silla de ruedas: Gustavo González, quien "profundizo en su fundamental estudio sobre los mitos del área tupi-guaraní hasta ahora por desgracia solo conocido fragmentariamente, como casi toda la obra antropológica de este eminente humanista" (6).
Fariña Núñez falleció antes de ver impreso su poema "Curupí", y solamente los que escucharon su lectura en Posadas lo conocían "in extenso".
1924. Eloy Fariña Núñez dirigió desde Buenos Aires (el 15 de junio, para ser más preciso), una hermosa carta, en la que agradecía su designación como socio honorario de la Agrupación "Raúl Battilana De Gásperi", que presidia el poeta Emilio Prats Gill.
1925. La Biblioteca del Centro de Estudiantes de Derecho, dirigida por Juan Stefanich, edito el "Jardín del silencio", libro de ensayos de Eloy Fariña Núñez.
1928. La Real Academia Española lo hizo a nuestro ilustre compatriota Miembro Correspondiente.
También este mismo año, en la Revista "Nosotros", Vicente Risco, en su artículo sobre "La filosofía moderna", lo menciona a Eloy Fariña Núñez (7).
Y nunca estará demás agregar otras autorizadas opiniones, que complementan las ya citadas en el trazado de esta semblanza, y lo hago en orden alfabético:
Entre los críticos nativos y no nativos del Paraguay, el profesor Raúl Amaral es uno de los que mejor han estudiado, hasta ahora, a Eloy Fariña Núñez. Recuerda entre otras cosas que, en el prologo de su libro "Cármenes", Fariña Núñez señalo la dificultad de encerrar al Paraguay en canto, pues no tenia -dice- más que un recuerdo impreciso de su país; se impuso a si, en su propósito, la divisa de Leonardo De Vinci, de que el arte es una cosa mental, y confiesa que mediante intensos esfuerzos de imaginación pudo reconstruir el mundo de su infancia, que dormía intacto en el fondo de su alma. Para terminar diciendo que experimento la desconocida y suprema emoción de ser el interprete, bien humilde por cierto, del alma colectiva.
Fariña Núñez "comenzó a escribir el poema a raíz de la discusión con un gran poeta argentino, un gran escritor argentino, agrega Amaral, que yo supongo, dice, es Lugones, que era amigo de él".
La discusión fue sobre el verso libre o sin rima que se proponía emplear nuestro poeta. "Y aquí hay una confusión, aclara Amaral, pues Fariña Núñez ha empleado el verso medido, de endecasílabos, sin rima ni consonante ni asonante; no ha empleado el verso libre, pues el verso libre es el que no tiene metro ni rima".
Otra interesante aclaración de Amaral es que no puede hablarse de inspiración de Fariña Núñez, para su "Canto Secular", en la "Oda al Ganado y a las Mieses", de Leopoldo Lugones, pues son dos cosas distintas: las Odas rimadas de Lugones habían incitado posiblemente y no inspirado a Fariña Núñez; abarcan además escenarios diferentes. El gran poeta argentino escribió desde una provincia y circunscripto a temas locales; Fariña Núñez, aunque omitió algunos capítulos que completan la historia de su tierra (para abarcar en su "Canto Secular" al Paraguay ausente), señala Amaral: olvido la "marcha trágica de la Residenta", y "faltan los caciques guaraníes; es decir el hombre paraguayo, el hombre ancestral, el creador de la nacionalidad no está presente en el poema". Como omitió asimismo "el martirologio del Beato Roque González de Santa Cruz. En punto a la descripción de la naturaleza, el Salto del Guaira; y aunque los frutos de la tierra están simbolizados por la fruta, falta el maíz, cereal americano".
Amaral, termina su autorizado juicio, diciendo que los versos del "Canto Secular", son versos cerebrales que han nacido de un esfuerzo de la imaginación, como se aclara en el prologo ya recordado.
"Tienen un evidente aire parnasiano, puesto que los parnasianos sacrificaban la inspiración a la forma, y la emoción; al sentido estético. Y un ejemplo -agrega- de un poema de ese tipo, en poeta modernista, es el largo y hermoso poema de Darío que se llama "Coloquio de los Centauros" (8).
Justo Pastor Benítez, con la galanura de estilo que le era peculiar, dijo que Fariña Núñez -para escribir "Canto Secular"- "evoco el alma melancólica del guaraní remoto, descifro el fondo de verdad que duerme en las leyendas indígenas; toco con sus propias manos la polca; cultivo el idioma vernáculo, que aprendió en las calles silenciosas de Humaitá; contrasto el alma del conquistador español y la historia del Paraguay en la conquista, las misiones jesuíticas y los acontecimientos fundamentales" (9). Benítez también lo recuerda elogiosamente a Fariña Núñez en su "Solar Guaraní" (10).
Sinforiano Buzo Gómez, en su "Índice de la Poesía Paraguaya" que ya lleva varias ediciones, lo califica como el "máximo poeta nacional", e incluye el poema "Mater Dolorosa", escrito en julio de 1922, y no incorporado en "Cármenes", y otros poemas (11).
Ernesto Mario Barreda, literato y periodista argentino, ya fallecido, lo incorporo en el IV tomo de su antología "Nuestro Parnaso" (12), calificándolo de "guaraní de alma helénica", para agregar seguidamente que Fariña Núñez se declaro siempre a si mismo guaranizante.
Arturo Carísimo Berenguer y Jorge Bagliano, en el libro "Medio siglo de literatura americana", afirman que hay en el "el estilo de Fariña Núñez una lejana melancolía en la que pareciera reanimarse el viejo soplo de la raza guaraní con -sus cantos de añoranza y su melopea selvática y sonnoliente", para agregar luego: "Desaparecido en el mismo momento de la madurez, a los 44 años, no es posible conjeturar que muestras de talento hubiese dado Fariña Núñez de haber podido continuar su brillante promesa, y que gloria pudo haber incorporado a la historia intelectual, tan dramática y angustiosa, y con todo tan densa, de la tierra paraguaya" (13).
Efraím Cardozo, dijo también de Fariña Núñez que él "vivirá tanto por la parte lirica de su obra; bella y casi toda antológica", como porque su "Canto Secular" interpretó el "clan" nacional, las esencias del espíritu paraguayo, el alma de nuestras cosas, la patria misma. Y porque en "Curupí" se adentró en lo más abismal de nuestra autoctonía; removió las fuerzas elementales de nuestra más primitiva sensibilidad, y mostró que no estaba muerto el mundo que presiden Tupa y Aña. (14)
El ilustre miembro de la Academia Argentina de Letras y Presidente de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores), Profesor Don Fermín Estrella Gutiérrez, quien es, además, consagrado poeta y autor de obras didácticas referentes a la literatura española, hispanoamericana y argentina, nos da su juicio noble y justiciero en una valiosa obra escrita en colaboración con el Profesor Emilio Suárez Calimano. Estas son sus palabras:
"Eloy Fariña Núñez (1885-1929). El más alto valor de la literatura paraguaya y uno de los mejores escritores hispanoamericanos contemporáneos. Nació en Humaitá, vivió durante su infancia en Corrientes, estudió en el seminario de Paraná, abandonando después el claustro, y luego se radicó definitivamente en la Argentina, donde fue funcionario en la Aduana (sic,) y asiduo colaborador literario de "La Prensa", colaborando también en "La Nación", "Caras y Caretas" y "Nosotros". Fue un estudioso constante y un indagador agudo y penetrante del pasado indígena de América. Su extensa producción abarca, además de la poesía, a la que se entregó con un amor que los años no marchitaron nunca, a la historia, a la filosofía, a la lingüística, y muy especialmente al estudio y análisis de los mitos indígenas. Poeta modernista y parnasiano, cuidó siempre de cincelar con lucida conciencia de esteta el vaso donde habría de volcar su inspiración, a menudo de temas exóticos y distantes.
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"Sus obras en verso son: "Canto secular" (1911); "Cármenes" (1922). En prosa escribió "Las vértebras de Pan", cuentos (1914) ; `Rhódopis", novela; "El jardín del silencio", "Conceptos estéticos", "Mitos guaraníes", y varias obras de teatro y estudios y opúsculos de otros géneros". (Véase "Historia de la literatura americana y argentina con antología", Editorial Kapeluz, Buenos Aires, 1957).
.

Natalicio González, reconoció que "Canto Secular" colocó a su autor entre los grandes poetas de habla castellana, y marca una de las mayores alturas a que llegó el numen paraguayo. Es un poema de reminiscencias virgilianas, agregó (15).
Max Henríquez Ureña, sostuvo que una "Figura sobresaliente del modernismo en el Paraguay fue la del prosista y poeta Eloy Fariña Núñez, humanista consagrado a la lectura de los clásicos latinos. Su "Canto Secular", de entonación heroica aunque fría -agrega el crítico dominicano- en verso blanco, es una de las composiciones poéticas de mayor relieve con que cuentan las letras paraguayas. Digno de especial recordación --continua- son sus "Mitos Guaraníes". En su producción poética, reunida en el libro "Cármenes" (1922), aparece un soneto " Vuelo de Flamencos", cuyo título, por sí solo, concede al flamenco el valor de elegancia plástica que quiso asignarle Julián del Casal, hermanándolo con el cisne. . ." (16).
Julio A. Leguizamón, en su "Historia de la Literatura Hispanoamericana" (17) en el capitulo "Modernismo y época contemporánea", dice que los rioplatenses al referirse a la novela y el cuento, expresan que "con relación al Paraguay debe recordarse el nombre de Eloy Fariña Núñez -citado ya entre los poetas- por sus relatos "Bucles de oro" y "Cuentos guaraníes'. Este mismo autor dice sobre Fariña Núñez que "su inspiración y su cultura invaden, sin tropiezos, el género dramático, tratando todas las especies; y cita "Entre naranjos y cocoteros", tragedia; "El santo" y "El soñador", dramas; "La ciudad silenciosa", comedia".
Ernesto Morales, en su "Antología de poetas americanos", recordó fragmentariamente las producciones de Eloy Fariña Núñez.
Josefina Pla, en sus "Apuntes para una historia de la cultura paraguaya"' (18), acota... "Desde el exterior poco después, Eloy Fariña Núñez, con su "Canto Secular" instaura el modernismo al parecer definitivamente..."
Y bien está, asimismo, que yo recuerde en este momento el interesante juicio de un crítico de la época de Fariña Núñez, expresado en una de las ediciones de "La Prensa" de Buenos Aires. Es de Buenaventura Pesolano (19), quien destacó: "Interesante por su desarraigo en nuestra historia, y nuestro ambiente actual, es la obra de Eloy Fariña Núñez, - con sus "Conceptos estéticos", nobles páginas de un espíritu filosófico robado tempranamente por la muerte. El era un cultor de la filosofía griega a la manera como la entendió el platonismo de San Agustín, y de esa position filosófica salieron para la bibliografía nacional "El silencio místico en la doctrina pitagórica del siglo IV a. de J. C."; y para la producción propiamente estética de sus "Conceptos estéticos" aplicados a la interpretación de los mitos guaraníes, su "Meditación sobre la 5º Sinfonía de Beethoven", a la cual aludí al comienzo de esta conferencia.
En el "Ensayo de un Diccionario de la Literatura", de Federico Carlos Robles, dedicado a escritores españoles e hispanoamericanos, t. II, se lee:
. ."Fariña Núñez, Eloy. Poeta y prosista paraguayo. Una de las más puras glorias de las letras paraguayas. Inicio sus estudios de Humanidades y Filosofía en el Seminario de Paraná (República Argentina). Pero abandono la carrera eclesiástica, poseyendo ya unos vastísimos conocimientos de latín, griego, filosofía, música y letras clásicas. Vivió casi siempre en la Argentina, pero se mantuvo, sin claudicaciones, en estrechas relaciones con la cultura y con los destinos de su patria.
"Su poesía corresponde a un modernismo de inspiración neoclasicista o parnasiana. Fue llamado Guaraní de alma helénica".
Y como final de estos comentarios, de autores y críticos nacionales y extranjeros, están las palabras autorizadas de un compatriota, profesor de Literatura, en la Universidad de Riverside, California, Estados Unidos de América, Hugo Rodríguez Alcalá, vastamente conocido por su labor docente y bibliográfica, palabras con las que contesto a lo de "exaltación fría e incolora del Paraguay", del extraño critico Walter Wey, diciendo que sin duda tiene largos "pasajes fríos", aunque también inolvidables "cuadros", o, si se quiere, "miniaturas", dentro del vasto fresco poemático. El tono siempre noble, a veces solemne, se suaviza con dulzura bucólica cuando canta el poeta el valle siempre verde... Para terminar expresando: "El Canto Secular" de verso blanco, por sus felices hallazgos, por el noble sentimiento de amor patrio que lo inspira, garantiza el recuerdo del poeta. Trató Fariña Núñez de "encerrar al Paraguay en su canto", en su primer centenario. Después de más de medio siglo, todavía está allí el Paraguay, preso entre los versos blancos" (20).
Señoras y Señores: Solo me cabe agregar que Eloy Fariña Núñez, por su vida y su obra, merece el respeto y la admiración de argentinos y paraguayos, ya que hizo de estas dos tierras hermanas una sola patria sin fronteras, a la que honro con su extraordinaria labor de funcionario ejemplar, inspirado y admirable poeta, sublime artista, Ático prosador, filosofo, mitólogo y periodista de fecunda acción hasta su prematura muerte.
Para Eloy Fariña Núñez, este, recuerdo emocionado que se le está tributando hoy, en imponente acto en la Casa Paraguaya de Buenos Aires, y con el auspicio de la benemérita Asociación de Docentes Paraguayos, y que puede ser el inicio de la campana definitiva -tantas veces demorada- de editar por fin sus obras completas, lo que será el mejor monumento a su esclarecida e imperecedera memoria.
Y evoco, en estas horas inciertas, su recio espíritu y luminosa inspiración, que perduran a través del tiempo, repitiendo sus versos:
.

Allá Irala, el nacido para el mando;
Alvar Núñez, Garay, don Juan de Vera
y Aragón y Hernandarias; y, caciques,
obispos, capitanes y jesuitas,
y cuantos en tu suelo combatieron
con la espada, la flecha, o con el dogma,
por un guerrero fin o por místico
anhelo de fraternidad humana. (21)

(1-2-3) Trabajos del Prof. Raúl Amaral, publicados en "Alcor"? Nº 9, Asunción, 1, 1960, y en el Suplemento dominical de "La Tribuna" Asunción, XII-68 y grabación magnetofónica del cursillo Ciclo Cultural de Verano, Casa Paraguaya, Posadas, diciembre 1.969-abril 1970, sobre "Introducción a la Cultura Paraguaya".
(4) "Parnaso Paraguayo", Barcelona, Editorial Muncá, 1924.
(5) "El Diario", Asunción, 14-1-1920.
(6) "La Tribuna", "Un poema inédito de Fariña Núñez", por Efraím Cardozo, 6-X-1963.
(7) Revista "Nosotros", Buenos Aires, tomo XXII.
(8) Raúl Amaral, Cursillo ya recordado (Posadas, XII-69-IV-70 ).
(9) "La Ruta", por justo Pastor Benítez, Asunción, 1939.
(10) "El Solar Guaraní", por J. P. Benítez (en dos ediciones, 1947 y 1959).
(11) "Índice de la Poesía Paraguaya", S. Buzo Gómez, Buenos Aires, 24 edit., 1952.
(12) "Nuestro Parnaso", Ernesto Mario Barreda, Buenos Aires, 1912.
(13) "Medio Siglo de Literatura Americana", Madrid, 1952.
(14) "La Tribuna", Asunci6n, 6-X-1963.
(15) "Los poetas del Paraguay", Revista "Guarania", 4º época, 1948.
(16) "Breve Historia del Modernismo", México, 1963, 2a edit.
(17) "Breve Historia de la Literatura Hispanoamericana, Buenos Aires, 1945.
(18) "Apuntes para una Historia de la Cultura Paraguaya", Asunción, 1967. - .-
(19) "La Prensa", Buenos Aires, 24-VIII-1929.
(20) "Historia de la Literatura Paraguaya", H. Rodríguez Alcalá, México, 1970.
(21) Fragmento de "Canto Secular".
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NOTAS DE RECONOCIMIENTO


Buenos Aires, 5 de mayo de 1972.


Señor Don Pastor Urbieta Rojas
Estrella 451, Piso 2°, Esc. 24
Asunción-Paraguay

De nuestra distinguida consideración:

En nombre del Consejo Directivo de la Casa Paraguaya, tenemos el agrado de dirigirnos a Ud. para hacerle llegar nuestro sincero agradecimiento y nuestras efusivas felicitaciones por la brillante conferencia que pronunciara en el salón de actos de la entidad el viernes 28 de abril ppdo., a las 19, sobre "Eloy Fariña Núñez, su vida y su obra".
Gracias a su valiosa y generosa colaboración de Ud., la colectividad paraguaya en la República Argentina ha rendido un merecido homenaje a uno de los hijos más ilustres del Paraguay que, lejos de la Patria, ha sabido honrar en vida a su tierra nativa en el campo de las letras y de la cultura.
Al renovarle nuestro reconocimiento, hacemos propicia la ocasión para saludarle muy cordialmente.
Firmado: RUPERTO D. RESQUIN (Secretario de Cultura) - Dr. RUBEN LUCES LEON (Presidente).

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Enlace recomendado

ELOY FARIÑA NÚÑEZ

(Datos biográficos y obras en www.portalguarani.com )

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