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martes, 19 de enero de 2010

ANGOLA Y OTROS CUENTOS. Por HELIO VERA / Prólogo: OSVALDO GONZÁLEZ REAL y RAMIRO DOMÍNGUEZ / Versión digital: BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES

ANGOLA Y OTROS CUENTOS
Por
HELIO VERA
(Enlace a datos biográficos y obras)
Editorial Medusa, Asunción-Paraguay
Primera edición, 1984,
Segunda edición, 1994,
Primera reimpresión de la segunda edición, 1999
Diseño de tapa: Mario Casartelli
Ilustración: “ANGOLA”, óleo de Koki Ruíz.
Colección privada
de don Nicolás Darío Latourrette
Versión digital:
BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES
(Espacio de la Biblioteca en PORTALGUARANI.COM)


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PRÓLOGO DE LA PRIMERA EDICIÓN
** Esta serie de cuentos de la Editorial ARAVERA (editorial responsable de la primera edición aparecida en setiembre de 1984) se inicia con uno de antología. En efecto, ANGOLA - por su homogeneidad estilística y su densidad- puede considerarse como uno de los más logrados dentro de nuestra narrativa actual. Se pueden rastrear en él antepasados afrocubanos-quizá con alguna reminiscencia de Carpentier-, pero totalmente asimilados e integrados a nuestro pasado histórico: el de la Guerra Grande. El drama de la negritud ha sido aquí tan problemático como en la zona del Caribe. El encuentro de África y América, a través de dos razas poderosas y sufridas, ha sido veta muy explotada por los mejores escritores latinoamericanos, y Helio Vera no ha querido permanecer al margen de tan atrayente temática, de raigambre ancestral. ANGOLA es una historia que nos arrastra por los vertiginosos ríos de la sangre hacía las raíces de una raza antigua y despreciarla La mulata, resultado del mestizaje, participa del rechazo y la condenación de ambos mundos. El destino marginal de la estirpe maldita signará toda la vida de la heroína de este relato y la conducirá, por caminos tortuosos, hacia el consabido desenlace fatal. Por un lado las voces que expresan las fuerzas oscuras y vitales del sexo; por otro, la responsabilidad de una sociedad hipócrita y racista que asimila al negro a lo demoníaco, al mal, a "carne de Lucifer". La pobre mulata será víctima de las "tenaces jerarquías que dividen al mundo". Sus dioses, su sincretismo religioso, no podrán protegerla contra el feroz Dios de los blancos. Todas las interdicciones de una sociedad represiva serán descargadas sobre las espaldas de la inocente víctima de la segregación y los tabúes sexuales. Sus vicisitudes de paria, de sirvienta codiciada, de negra "perfumada con agua de rosas y pacholí", despiertan en el lector el sentimiento de una culpa tan antigua corno el mundo, de una injusticia bíblica, casi mítica.
** En cuanto al lenguaje del relato, éste se mantiene dentro de las fronteras de lo coloquial, sin caer en regionalismos complacientes. La relación entre lo factual y lo estético es constante, siendo muy acertada la ambientación y la función referencial del cuento en relación con los personajes de vida marginal.
** En LA CONSIGNA tenemos un ejemplo acabado de la maestría con que Helio Vera utiliza los acontecimientos más sobresalientes de nuestra historia, y aprovecha los mitos autóctonos y sus conocimientos de la fauna y flora locales para crear un discurso literario de gran verosimilitud e intensidad emocional. Esta narración nos recuerda las mejores del gran artífice de la literatura paraguaya, Augusto Roa Bastos, en su manera efectiva y funcional de manejar ciertos giros del lenguaje para lograr una atmósfera preñada de significación. La consigna que Regalado Montiel debe cumplir -por mandato supremo- marca su destino de soldado y de patriota más allá de la muerte. Esta concepción casi mítica de la historia de nuestro pueblo tiene su antecedente en la técnica narrativa de YO EL SUPREMO y ha sido muy bien aplicada en este relato. La convergencia de distintos sucesos -reales o ficticios- se centran sobre el núcleo fundamental del cuento, utilizando diversos recursos retóricos: simetría, anáforas, paralelismos, para lograr una magnífica amalgama de lo oral y lo literario. Aunque LA CONSIGNA es una obra de tesitura barroca -en relación con ANGOLA-, no peca de exageración en cuanto al estilo y es un ejemplo de los diversos registros manejados con soltura por el escritor. El periplo que recorre el personaje alrededor de la intriga lo presenta como encarnación de la lealtad, virtud muy apreciada por loes tiranos y los déspotas -sean ellos ilustrados o no-, y muestran al héroe corno víctima de un condicionamiento mortal. La historia de muestra patria está llena de personajes que, a la manera de Regalado Montiel, han aprendido a cumplir ciegamente las "consignas" impuestas por el autoritarismo de su tiempo. La perpetuación de un estado de cosas se da, así, como una de las formas más efectivas de la alienación.
** Después de darnos muestras de su talento narrativo en los cuentos mencionados anteriormente, Helio Vera, en LA ENTELEQUIA, enfrenta el difícil género llamado "fantástico". Si bien el cuento está cargado de multitud de elementos realistas e innumerables detalles psicológicos -relacionados con la vida de Anastasio Leguizamón, es esencialmente un relato fantástico. En efecto, el final no se explica no por lo racional ni lo sobrenatural: es ambiguo y queda en la situación de "obra abierta". La verosimilitud permanece dudosa, sin que por ello se deba renunciar a la "verdad" de la ficción. Los mejores ejemplos actuales del género pertenecen a Borges, quien probablemente haya sido modelo de nuestro autor. Hemos encontrado en otro cuento de helio Vera (PORA), algunas expresiones de índole borgeana: el "unánime horror"; el cuchillo de "laborioso fila", etc. No obstante, LA ENTELEQUIA aparece como una variante -bastante original- del tradicional tema del "doble", tan famoso en la versión de Poe. En nuestro caso: ¿Era Anastasio Leguizamón el "doppelgänger" del abogado que manejaba sus intereses? ¿Se explicaría el caso como una forma de locura? ¿Esquizofrenia? ¿O quizá todo quedaría aclarado apelando a lo parapsicológico, a lo paranormal?
** La verdad parece ser que la entelequia, "ese ente ideal desprovisto de sustancia", se ha materializado en el tiempo y el espacio reales para actuar como un ser de carne y hueso. La ley de indeterminación se aplica aquí como en la física cuántica. Nunca sabremos lo que "realmente" ocurrió. La decisión sobre el binomio: "realidad-irrealidad" queda en suspenso.
** En el cuento se pueden observar todas las características que según Todorov- definirían al género: narrador en primera persona; empleo sistemático de la hipérbole; las fórmulas modalizantes y la relación íntima y activa entre el yo del narrador y el tú del lector. De esta manera LA ENTELEQUIA aparece como un ejemplo acabado de la vertiente fantástica, dando fe de la versatilidad del autor en cuanto a las diversas tendencias de la narrativa actual.
** No podía faltar en esta colección de cuentos de autor paraguayo el relato de fantasmas. En realidad, PORA se basa en un conocido refrán de origen popular que, en guaraní, expresa la poca asiduidad con que los espectros se aparecen a los mortales, para hacer el amor. El cuentista desarrolla -con profusión de detalles- la sentencia vernácula, embelleciéndola consecuencias y anécdotas de su propia invención. Desde el punto de vista formal PORA es un relato "enmarcado", vale decir que el suceso principal es presentado al final de una extensa introducción previa, con el fin de aumentar el suspenso y crear un clima propicio al desenlace. Esta técnica narrativa es muy común en el género llamado "gótico", que engloba las historias de aparecidos y el ámbito sobrenatural. El efecto del cuento, sin embargo, es principalmente irónico o humorístico, y en este sentido pierde la intención terrorífica inicial.
**En cuanto a REGINO, relato basado en la vida casi mítica de una especie de Robín Hood nativo, el famoso Regino Vigo, es un intento de revivir y reivindicar la memoria de un caudillo rebelde, de un líder campesino defensor de los desheredados. La imaginación popular lo revive y resucita durante la revolución de 1947, aunque -de acuerdo con testigos- habría muerto en una emboscada del Gobierno en 1942. Sus peripecias son narradas como si ocurriesen en el presente (que, de alguna manera, es un presente mítico) y como si fueran la proyección de los más ardientes deseos del pueblo. Los asaltos, fugas, contragolpes, raptos y escaramuzas con las fuerzas del orden se suceden como en una película del Lejano Oeste. El cuento es, en realidad, esencialmente épico y, quizá, tendría un tratamiento más apropiado en la novela. Regino Vigo -paladín de la justicia- se ha convertido en leyenda y es -como el arribeño de "Mancuello y la perdiz"'- una especie de ángel exterminador.
** En KAMBA RA`ANGA el autor retoma la temática de las festividades tradicionales -en este caso la de San Baltasar-, tan relacionadas con el folclore dé los descendientes de esclavos venidos del Dahomey africano. La fiesta, que se realiza cada 6 de enero en sitios donde todavía perduran antiguas costumbres, tiene su vena carnavalesca y de ahí la transfiguración a través de los disfraces y la aparición del siniestro-casi demoníaco kambá ra'angá. La festividad religiosa ha sido transformada por los adeptos en un ritual con reminiscencias paganas. Los dioses etónicos que presiden de los negros enmascarados son los mismos que rebullían en la sangre de ANGOLA y la hacían antipática a los blancos. Las actitudes obscenas de los caracteres principales participan de una concepción orgiástica de la liturgia, lo cual nos remite a primitivas celebraciones dionisíacas.
** La promiscuidad sexual y la profanación de los tabúes de la sociedad civilizada son aquí la norma, y no la excepción. El Rey y la Emperatriz -coronados de cartón dorado- presiden la bacanal con actitud complaciente. La esposa de Antenor Torales va a ser iniciada en los ritos primigenios, anunciados por la aparición del Toro y del fuego. La bella Mercedes ha sido ofrecida a las potencias telúricas como una víctima propiciatoria en el ara de los sacrificios. No se describe un simple adulterio ni un capricho de mujer sino el rito sagrado de un mito inmemorial. No debemos, por lo tanto, ejercitar tina lectura puramente erótica del cuento. El mismo tiene varios niveles de intelección. Es polisémico, como lo son las creaciones literarias de calidad.
** Para concluir este somero análisis de la narrativa de Helio Vera, vamos a insistir acerca del dominio que el autor tiene sobre el léxico y la sintaxis del habla popular. Su conocimiento de la psicología campesina y. su familiaridad con la imaginería de nuestro folclore lo convierten, además, en un auténtico reivindicador de los valores de nuestro pueblo, sin caer en el fácil costumbrismo ni en el demagógico nacionalismo al uso.
( Asunción, setiembre de 1984 - OSVALDO GONZÁLEZ REAL)
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PRÓLOGO DE LA SEGUNDA EDICIÓN
LA NARRATIVA PARAGUAYA EN HELIO VERA
** No sé quién dijo que en América Latina el realismo mágico es acaso su aproximación más cabal. Si por ventura el mismo no le queda corto, ante la alucinante diversidad de planos de discursos que se entrecruzan en nuestras culturas, así llamadas, mestizas.
** Helio Vera echa mano de su código estético; no por ponerse a la moda, sino por moverse más a gusto en sus ámbitos expresivos, que son, a no dudarlo, los de nuestra entrañable tradición oral. Y si estoy en lo cierto, no por vía de los autores de Hispanoamérica, sino más bien seducido por la cuentística brasilero de un Jorge Amado, o un Guimaraes Rosa, desde su fugaz pasantía en la estudiantina del Rio de Janeiro de los años 60. Esto resalta en textos como ANGOLA, donde el mundo de color y los rasgos del relato parecen espejear el contexto del Brasil nordestino.
** Pero, con ser ANGOLA casi el texto patrón, que desata los módulos expresivos de su narrativo, hay otros ejes semánticos en los que gradualmente se va afirmando el autor, como signos de una reflexiva opción: así, lo mágico del relato no surge en él por hiperinflación de metáforas o experimentos lingüísticos; Helio va más por la línea tersa de los cuentos de Casaccia. Ni concita una saturación de imágenes, desde el trasfondo onírico, sino que por contraposición de planos de una realidad incontrastable, provoca precisamente por ello una sensación de irrealidad o transfabulación, comunes en culturas de tradición oral, como el caso nuestro.
** Otra constante en Helio parece ser su obstinado empeño en nos transgredir los cauces de un monolingüismo castellano ni tan castizo ni tan regionalista, descartando por igual el tópico guaraní como los arcaísmos de la vernácula popular; pero logrando la misma impresión de fidelidad al tema o situación paradigmática, a través de una eficaz articulación léxica y sintáctica, que provocan una visión peculiar del universo implícito en sus cuentos. De igual modo, si Villa Rica evoca en el autor desde los años de su niñez la quintaesencia de lo mágico, tal vez por su singular situación de frontera cultural entre el contexto urbano y el guaraní aborigen, jugando una suerte de mitema, como lo es el Macondo de García Márquez, o Arequipa para Vargas Losa, muy luego se percata de que Paraguay por entero está inmerso en esa suerte de oposiciones paradojales, estudiadas de mano maestra en su ENSAYO SOBRE LA PARAGUAYOLOGÍA. De tal suerte, el medio ambiente, como dimensión cultural, sustituye al tópico local, erigido con todó, más en personaje que en escenario del tema. Y aquí es oportuno destacar otro rasgo de su narrativa: en el país, muy pocos han obviado el riesgo de ser devorados por el asunto; movilizando en su caso sus recursos expresivos para ensalzar o denotar al personaje o nudo de la trama. Nuestro autor, en cambio, se afirma en una desembarazada poética de la narración, en la que el relato concita de por sí sus propios elementos figurativos, y, aún más, su propio ritmo interno, o los ocasionales atajos del discurso. Esta morosa y amorosa manera de provocar y seguir la economía del cuento, sin intervenciones arbitrarias, ubica desde un primer momento al lector en una perspectiva eminentemente estética, limpia de ideologismos o segundas intenciones. Por donde sus cuentos hacen pito catalán a otra dimensión aberrante en nuestras letras: el maniqueísmo ético o político. Helio Vera aborda así los temas más dispares, acercando su simpatía tanto a la figura del proxeneta sin rostro como a la del soldado leal; la del bandido con el halo mágico y la adhesión del entorno rural, a ficciones no tan ficticias a las cuales llama "entelequias"; una original manera de implicarse, por transposiciones, en los hilos del argumento. Casi diría que el primero en disfrutar de sus historias sea el mismo narrador, para quien el arte de verbalizar sus propias fantasías resulta un juego creativo que lo apasiona y entretiene.
** Sin meterse en los vericuetos de una "literatura de taller", esta ética de la creación, arraigada en una fenomenología del "caso" popular, más que en un mero repositorio del imaginario colectivo, organiza su poética del cuento desde la óptica vicaria del protagonista, eliminando la manipulación supuestamente objetiva del asunto. El tema-sujeto, en la feliz expresión inglesa, promueve desde su íntima economía los sucesivos desdoblamientos del discurso, en una suerte de epifanía del texto-contexto que lo convoca.
** Habíamos aludido a sus apostillas sociológicas del mentado Ensayo sobre la Paraguayología. Entiendo que en ese museo de cera de nuestros incuestionables prototipos nacionales, más de uno, incluido el mismo autor, ha de hallar bastante salsa para nuevos argumentos, por haber dado con la clave de una aproximación, tanto literaria como científica, de esta dimensión irrepetible de la identidad paraguaya, en el contexto cultural de América Latina.
** Su fino gracejo irónico, y su habilidad de mantenernos sin acosos en su confabulación, son aún prometedores de nuevos éxitos. (Asunción, abril, 1992 - RAMIRO DOMÍNGUEZ)
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Enlace al ÍNDICE de la versión digital de ANGOLA Y OTROS CUENTOS
Prólogo de la primera edición
Prólogo de la segunda edición - La narrativa paraguaya en Helio Vera
Angola
La consigna
La entelequia
Póra
Regino
Kambá ra'angá
Destinadas - I - a - VI -
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Enlace a la GALERÍA DE LETRAS

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