(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
“LA LECCIÓN DE DIGNIDAD”
A Nancy Augsten, mi madre.
**/**
** Me quedé flotando en ese espacio con los sonidos aún bullendo en él. Sonidos monótonos que procedían del fondo quedo del proyector...
** "Muestra de arte joven ", decía el cartel de la entrada que yo no terminaba aún de entender. Se proyectaba en la pantalla la imagen de una joven con dos cintas largas, gruesas, de colores chillones. Ella giraba liándose y desliándose con las cintas, y así una vez, dos veces, mil veces. Con un sonido estático que se repetía y se repetía y se repetía....
** -Arte vacuo, vacío, vano -oí decir a alguien que salía de la sala como enojado.
** Yo sin embargo seguía allí, pero la frase me transportó en el tiempo, un tiempo que yo alguna vez quise olvidar. La lección de anatomía, el famoso cuadro de la escuela holandesa se veía ahí, de Rembrandt Van Rijn, lo supe luego, lo había visto tantas veces que ya no me fijaba en él, tampoco me había interesado. No es que entendiese mucho de pintura, a decir verdad cuando empecé a trabajar en esa casa no sabía nada sobre arte en general. Llevaba casi siete años en ese monumental edificio que contenía un sinnúmero de reproducciones de obras famosas. Copias, donaciones de las mismas, pero éstas nos eran vendidas infinitas veces como "el original". No, éste no era el museo de la falsificación, pero estaba cerca. Era la casa taller de uno de los copistas más importantes de Buenos Aires. Yo trabajé allí y solía subir a su atelier, como gustaba que se le llame al último piso con techos de vidrio transparentes donde pintaba. Tenía fotos, cuadros, libros, póster de los lienzos que reproducía para los más importantes museos y coleccionistas. Éste en particular vi que lo copió unas quince veces. Presidía la entrada del mismo.
** Cuánto morbo en la gente, pensaba. Tener en su casa un cuadro de esta naturaleza. Él refería que casi todos los que tenían la obra eran médicos. Esta fijación por el cuerpo visto como un objeto, no como un "ser".
** -Para los estudiantes, esto no es una persona -me decía, señalando al de la mesa de disección-, es una pieza de estudio y cuantas más piezas analicen, más seguros estaremos en sus manos.
** Aun así no me gustaba, jamás me gustó. No soy de los que se toman a broma la muerte. ¡Él sí! Quizás por haber nacido allí, donde tienen esos exóticos cultos, esas celebraciones raras de La Pacha Mama, San La Muerte, y qué sé yo. Esas imágenes y altares que tenía por todas partes. Mi mujer decía que eran satánicos, pero yo siempre le dije:
** -No te metas con él ni con mi trabajo, recordá cuánto tiempo tardé en encontrar a alguien que quisiera contratarme luego de que me echaran de la policía. "Por flojo" dijeron, pero yo no era ningún flojo. Simplemente me negaba a jugarle a la gente, porque en el fondo todos pensamos distinto. ¿O no? ¡Hambre pasamos! ¿O ya no lo recordás? Y ella agachaba la cabeza y se iba.
** Yo la verdad que lo poco que entiendo de cuadros y de esas cosas se lo debo a él. Siempre me hablaba y me explicaba qué era lo que estaba haciendo. Qué cuadro. Qué pintor. Qué técnica. De dónde. Yo algo aprendía. Pero de ese cuadro nunca me habló mucho, sin embargo yo sé que era al que más quería. Cada nueve de octubre lo descolgaba, lo ponía en su caballete, le prendía velas alrededor y le decía: "Vos sí que moriste por nosotros". -
** Y yo miraba el cuadro y no entendía mucho, porque alguna vez me pareció que era distinto.
** -"La lección de dignidad", ese es su título.
** -¿No era "La lección de anatomía" acaso?
** -Es "la lección" pero a mí me gusta llamarlo "de dignidad".
** Extraño en él. Una sola vez me dijo algo más sobre ese cuadro y fue:
** -¿Sabe lo que dijo el muerto antes de ser asesinado? -¿Fue asesinado?
** -Sí, dijo: "Apunte bien, va a matar a un hombre".
** -¿Y quién era ese hombre? -pregunté, y me respondió:
** -¡Un Gran Hombre! El cuadro original está en La Haya, los Países Bajos. Fue la primera obra que Rembrandt firmó con su nombre completo, no sólo sus iniciales como las anteriores. El cuadro hace referencia a un tema polémico. El de las ideas. Por la misma fecha Descartes, exiliado en Holanda, y Galileo en Italia, mantenían una dura batalla por sus ideas que eran brutalmente combatidas.
** -¿Pero es raro?, mire cómo se parece el uniforme a nuestros militares.
** -Nunca diga eso, Ramírez. Es casi un sacrilegio, una ofensa, y si lo escuchan puede traerle problemas.
** Me quedé flotando en ese espacio con los sonidos aún bullendo en él. Sonidos monótonos que procedían del fondo quedo del proyector...
** "Muestra de arte joven ", decía el cartel de la entrada que yo no terminaba aún de entender. Se proyectaba en la pantalla la imagen de una joven con dos cintas largas, gruesas, de colores chillones. Ella giraba liándose y desliándose con las cintas, y así una vez, dos veces, mil veces. Con un sonido estático que se repetía y se repetía y se repetía....
** -Arte vacuo, vacío, vano -oí decir a alguien que salía de la sala como enojado.
** Yo sin embargo seguía allí, pero la frase me transportó en el tiempo, un tiempo que yo alguna vez quise olvidar. La lección de anatomía, el famoso cuadro de la escuela holandesa se veía ahí, de Rembrandt Van Rijn, lo supe luego, lo había visto tantas veces que ya no me fijaba en él, tampoco me había interesado. No es que entendiese mucho de pintura, a decir verdad cuando empecé a trabajar en esa casa no sabía nada sobre arte en general. Llevaba casi siete años en ese monumental edificio que contenía un sinnúmero de reproducciones de obras famosas. Copias, donaciones de las mismas, pero éstas nos eran vendidas infinitas veces como "el original". No, éste no era el museo de la falsificación, pero estaba cerca. Era la casa taller de uno de los copistas más importantes de Buenos Aires. Yo trabajé allí y solía subir a su atelier, como gustaba que se le llame al último piso con techos de vidrio transparentes donde pintaba. Tenía fotos, cuadros, libros, póster de los lienzos que reproducía para los más importantes museos y coleccionistas. Éste en particular vi que lo copió unas quince veces. Presidía la entrada del mismo.
** Cuánto morbo en la gente, pensaba. Tener en su casa un cuadro de esta naturaleza. Él refería que casi todos los que tenían la obra eran médicos. Esta fijación por el cuerpo visto como un objeto, no como un "ser".
** -Para los estudiantes, esto no es una persona -me decía, señalando al de la mesa de disección-, es una pieza de estudio y cuantas más piezas analicen, más seguros estaremos en sus manos.
** Aun así no me gustaba, jamás me gustó. No soy de los que se toman a broma la muerte. ¡Él sí! Quizás por haber nacido allí, donde tienen esos exóticos cultos, esas celebraciones raras de La Pacha Mama, San La Muerte, y qué sé yo. Esas imágenes y altares que tenía por todas partes. Mi mujer decía que eran satánicos, pero yo siempre le dije:
** -No te metas con él ni con mi trabajo, recordá cuánto tiempo tardé en encontrar a alguien que quisiera contratarme luego de que me echaran de la policía. "Por flojo" dijeron, pero yo no era ningún flojo. Simplemente me negaba a jugarle a la gente, porque en el fondo todos pensamos distinto. ¿O no? ¡Hambre pasamos! ¿O ya no lo recordás? Y ella agachaba la cabeza y se iba.
** Yo la verdad que lo poco que entiendo de cuadros y de esas cosas se lo debo a él. Siempre me hablaba y me explicaba qué era lo que estaba haciendo. Qué cuadro. Qué pintor. Qué técnica. De dónde. Yo algo aprendía. Pero de ese cuadro nunca me habló mucho, sin embargo yo sé que era al que más quería. Cada nueve de octubre lo descolgaba, lo ponía en su caballete, le prendía velas alrededor y le decía: "Vos sí que moriste por nosotros". -
** Y yo miraba el cuadro y no entendía mucho, porque alguna vez me pareció que era distinto.
** -"La lección de dignidad", ese es su título.
** -¿No era "La lección de anatomía" acaso?
** -Es "la lección" pero a mí me gusta llamarlo "de dignidad".
** Extraño en él. Una sola vez me dijo algo más sobre ese cuadro y fue:
** -¿Sabe lo que dijo el muerto antes de ser asesinado? -¿Fue asesinado?
** -Sí, dijo: "Apunte bien, va a matar a un hombre".
** -¿Y quién era ese hombre? -pregunté, y me respondió:
** -¡Un Gran Hombre! El cuadro original está en La Haya, los Países Bajos. Fue la primera obra que Rembrandt firmó con su nombre completo, no sólo sus iniciales como las anteriores. El cuadro hace referencia a un tema polémico. El de las ideas. Por la misma fecha Descartes, exiliado en Holanda, y Galileo en Italia, mantenían una dura batalla por sus ideas que eran brutalmente combatidas.
** -¿Pero es raro?, mire cómo se parece el uniforme a nuestros militares.
** -Nunca diga eso, Ramírez. Es casi un sacrilegio, una ofensa, y si lo escuchan puede traerle problemas.
** -Pero...
** -Ya sabe, no lo haga. Se lo digo por su bien.
** Siete años trabajé con él, y luego tuve que buscarme un nuevo empleo, ya que a él lo llevaron preso. Decían que era por las obras falsificadas, pero yo pienso que había algo más detrás, ya que no hubo nadie que diga nada, ni un abogado, ni un policía. Fueron los del Falcon verde nada más. Lo peor de todo fue que me encargaron a mí que haga un inventario de los cuadros y una lista de sus amigos. ¿Amigos? Sólo tenía clientes. Amigos, lo que se dice amigos, no le conocí ninguno. Yo pensé, ¿si al menos pudiera vender alguno de estos cuadros para tener algo de dinero? Después de todo no sabía cuándo lo iban a largar. Deduje que el que mejor me pagarían sería "La lección", después de todo era su favorito.
** Se lo llevé al francés que tenía esa galería en los arcos del puente. Yo lo conocía porque solía llevarle los cuadros del Sr. Cárcava a San Telmo. Él me lo compraría seguro. Indeciso, iba esperar al día siguiente, pero recapacitando, me dije: "Mejor hoy mismo, antes de que empiecen a llevarse las cosas...".
** Embalé el cuadro y lo llevé en taxi hasta la galería Le Ponto. El francés me reconoció y se inquietó.
** -¿Qué hace usted aquí, señor?
** -Ya sabe que el señor Ernesto de la Cárcava está preso.
** -Eso me dijeron -respondió el francés en voz baja.
** -Yo pensé en vender algunos de sus cuadros para pagar los gastos mientras espero que salga y por eso traje este -y diciendo esto, lo desenvolví.
** La reacción del francés fue de pánico.
** -¡Guarde eso por Dios! -miró a través del vidrio de la puerta-. ¿Alguien lo vio? ¿No lo siguieron? ¿Sabe alguien que me vino a ver?
** Yo sólo respondí no, y luego callé. Con una filosísima navaja que quitó del cajón de su escritorio, cortó la tela separándola del marco y la envolvió. La obra estaba firmada y datada en la esquina superior derecha. Abajo en el marco se leía la lección y nada más.
** -Creo que es "La Lección de Dignidad" de Rembrandt -dije como si supiera algo de pintura.
** -¿La Lección de Dignidad? ¿De dónde sacó esa estupidez?
** -Así la llamaba Don Ernesto de Cárcava.
** -¡No lo repita! ¡Ni lo diga jamás! ¡Este cuadro no existe!
** -¿Cómo? ¿No piensa pagarme por él? Seguro que lo venderá a muy buen precio. Era su favorito. Debe ser el mejor de los que hizo.
** -Ya le dije que ni siquiera se acuerde del mismo. -Lo guardó en un pequeño tubo que introdujo en el pasamanos de la escalera y me dijo: -Acompáñeme.
** Fue hasta la biblioteca, tomó un grueso libro de pintores y buscó la obra: "La Lección de Anatomía" de Rembrandt Van Rijn. Poniendo el libro delante de mí dijo:
** -¿La ve? ¿La está viendo bien? -recién ahí noté la diferencia. En lugar del cadáver disecado, él había pintado un hombre casi crucificado, semidesnudo, con ojos entreabiertos. La cara del cadáver quedaba parcialmente en sombra.
** -La "Umbra Mortis" (sombra de la muerte), una técnica que Rembrandt utilizaba con frecuencia. En el lugar del médico, un militar boliviano, y la firma, nítida, en la esquina superior derecha, "Rembrandt, 1632". La firma del otro decía "San Ernesto de la Higuera, 1967" con números que casi no se divisaban. Olvídese de este cuadro ¿entendió bien? Y por mi bien espero hacerlo desaparecer cuanto antes. Es la obra más comprometida que podría usted traerme. No es sólo una falsificación, es toda ella una provocación. Recuerde qué situación se está viviendo. Varios de los artistas que me traían obras desaparecieron, pero ésta es lapidaria. No la comente, no la mencione ni la recuerde. Es la transformación de la obra de Rembrandt en la exhibición del cadáver de Ernesto Guevara. ¿Entendió bien? "El Che". El nueve de octubre de 1967, en la Higuera, Bolivia. No sé de dónde lo sacó. Ahora váyase, y no vuelva, ¿me oyó? No compraré ningún cuadro.
** Y de golpe mis piernas comenzaron a temblar y sentí que ya no me sostenían. Pálido abandoné ese salón para no volver jamás.
**/**
** -Ya sabe, no lo haga. Se lo digo por su bien.
** Siete años trabajé con él, y luego tuve que buscarme un nuevo empleo, ya que a él lo llevaron preso. Decían que era por las obras falsificadas, pero yo pienso que había algo más detrás, ya que no hubo nadie que diga nada, ni un abogado, ni un policía. Fueron los del Falcon verde nada más. Lo peor de todo fue que me encargaron a mí que haga un inventario de los cuadros y una lista de sus amigos. ¿Amigos? Sólo tenía clientes. Amigos, lo que se dice amigos, no le conocí ninguno. Yo pensé, ¿si al menos pudiera vender alguno de estos cuadros para tener algo de dinero? Después de todo no sabía cuándo lo iban a largar. Deduje que el que mejor me pagarían sería "La lección", después de todo era su favorito.
** Se lo llevé al francés que tenía esa galería en los arcos del puente. Yo lo conocía porque solía llevarle los cuadros del Sr. Cárcava a San Telmo. Él me lo compraría seguro. Indeciso, iba esperar al día siguiente, pero recapacitando, me dije: "Mejor hoy mismo, antes de que empiecen a llevarse las cosas...".
** Embalé el cuadro y lo llevé en taxi hasta la galería Le Ponto. El francés me reconoció y se inquietó.
** -¿Qué hace usted aquí, señor?
** -Ya sabe que el señor Ernesto de la Cárcava está preso.
** -Eso me dijeron -respondió el francés en voz baja.
** -Yo pensé en vender algunos de sus cuadros para pagar los gastos mientras espero que salga y por eso traje este -y diciendo esto, lo desenvolví.
** La reacción del francés fue de pánico.
** -¡Guarde eso por Dios! -miró a través del vidrio de la puerta-. ¿Alguien lo vio? ¿No lo siguieron? ¿Sabe alguien que me vino a ver?
** Yo sólo respondí no, y luego callé. Con una filosísima navaja que quitó del cajón de su escritorio, cortó la tela separándola del marco y la envolvió. La obra estaba firmada y datada en la esquina superior derecha. Abajo en el marco se leía la lección y nada más.
** -Creo que es "La Lección de Dignidad" de Rembrandt -dije como si supiera algo de pintura.
** -¿La Lección de Dignidad? ¿De dónde sacó esa estupidez?
** -Así la llamaba Don Ernesto de Cárcava.
** -¡No lo repita! ¡Ni lo diga jamás! ¡Este cuadro no existe!
** -¿Cómo? ¿No piensa pagarme por él? Seguro que lo venderá a muy buen precio. Era su favorito. Debe ser el mejor de los que hizo.
** -Ya le dije que ni siquiera se acuerde del mismo. -Lo guardó en un pequeño tubo que introdujo en el pasamanos de la escalera y me dijo: -Acompáñeme.
** Fue hasta la biblioteca, tomó un grueso libro de pintores y buscó la obra: "La Lección de Anatomía" de Rembrandt Van Rijn. Poniendo el libro delante de mí dijo:
** -¿La ve? ¿La está viendo bien? -recién ahí noté la diferencia. En lugar del cadáver disecado, él había pintado un hombre casi crucificado, semidesnudo, con ojos entreabiertos. La cara del cadáver quedaba parcialmente en sombra.
** -La "Umbra Mortis" (sombra de la muerte), una técnica que Rembrandt utilizaba con frecuencia. En el lugar del médico, un militar boliviano, y la firma, nítida, en la esquina superior derecha, "Rembrandt, 1632". La firma del otro decía "San Ernesto de la Higuera, 1967" con números que casi no se divisaban. Olvídese de este cuadro ¿entendió bien? Y por mi bien espero hacerlo desaparecer cuanto antes. Es la obra más comprometida que podría usted traerme. No es sólo una falsificación, es toda ella una provocación. Recuerde qué situación se está viviendo. Varios de los artistas que me traían obras desaparecieron, pero ésta es lapidaria. No la comente, no la mencione ni la recuerde. Es la transformación de la obra de Rembrandt en la exhibición del cadáver de Ernesto Guevara. ¿Entendió bien? "El Che". El nueve de octubre de 1967, en la Higuera, Bolivia. No sé de dónde lo sacó. Ahora váyase, y no vuelva, ¿me oyó? No compraré ningún cuadro.
** Y de golpe mis piernas comenzaron a temblar y sentí que ya no me sostenían. Pálido abandoné ese salón para no volver jamás.
**/**
Fuente: “REVISTA DEL PEN CLUB DEL PARAGUAY. POETAS – ENSAYISTAS - NARRADORES” IV ÉPOCA - Nº 15. Arandurã Editorial, Asunción-Paraguay, Noviembre 2008
**/**
**/**
Visite la GALERÍA DE LETRAS
del PORTALGUARANI.COM
Amplio resumen de autores y obras
de la Literatura Paraguaya.
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.
del PORTALGUARANI.COM
Amplio resumen de autores y obras
de la Literatura Paraguaya.
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario