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miércoles, 27 de enero de 2010

CUENTOS DECENTES. Autor: GUIDO RODRÍGUEZ ALCALÁ / Fuente: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

CUENTOS DECENTES
(Enlace con datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
Edición digital: Alicante :
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2000
N. sobre edición original:
Edición digital basada en la de Asunción (Paraguay),
Criterio Ediciones, 1987.
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ACLARACIÓN
* La intención del autor ha sido hacer ficción y no historia -aunque a veces utilice ciertos materiales tomados de la historia. Por eso, cualquier semejanza entre los personajes de este libro y cualquier persona viva es pura coincidencia y no se debe a la intención del autor.
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ERROR DE RUTINA
* -¡ANIMAL!
* El comisario ruge y el oficial de guardia lamenta ahora haberme maltratado como me maltrató, ahora que descubre que ni tenía razones ni mi familia se lo perdonará.
* Y eso que al llegar parecía tan tranquila la gendarmería, con su pinta de pensión o quilombo de barrio, con esa dejadez típica de los edificios públicos: el patio de baldosas desteñidas, las ropas tendidas a secar en cualquier parte, la radio escandalosa. El hombre me miró mal sólo porque le traía trabajo y él quería seguir charlando con la mujer de rojo -de las que venden papel sellado cuando no duermen con vigilantes.
* La bañadera vieja desentonaba en ese patio donde ya faltaba el espacio. Vieja de las que se ven solamente en las casas muy viejas, con su metal enlozado y sus patas con pretensiones de orfebrería. Para tomar baños con sales como en las películas queda ridícula pero, por supuesto, tampoco será para ahogar a nadie.
La escalera caracol de hierro corroído oscilando, golpeando y despertando a todo el mundo y a estas horas y cuando quería pasar desapercibido y casi por reflejo pisaba despacito. Con los tobillos doloridos por resistir el arresto que hubiera evitado tranquilamente (quizás) con la colma adecuada. Pero no atiné a tiempo y los gritos del poli atrajeron a todos los guardias del Zoo que se me echaron encima como perros rabiosos. Por un motivo nimio y después de haber estacionado y quebrantado acrobáticamente (Citroën 2CV) la moral pública en los lugares públicos tienen que agarrarme justamente ahora, casado y con una imagen profesional que proteger. Y nada te la estropea tanto como que te sorprendan en un parque por la noche y en medio de una aventura de adolescentes. Que en circunstancias normales es una aventura de adolescentes y nada más; una buena puteada por hacer esas cosas y después te largan. Pero ahora andan como enloquecidos con la operación rastrillo y están dispuestos a encerrarte por tirar un papelito en el suelo.
* Después el cliqueteo de la llave...
* Cuando ya murieron las vibraciones de la escalera y la crispación de las caras perrunas porque ven que terminaron el trabajo, eso es que agarraron uno que ya no puede escaparse. Cierran la puerta chirriante como en una cinta de miedo sobre un espacio caliente de encierro mientras la noche fuera de la celda ya comienza a enfriarse con el viento de la madrugada.
* ...Mosquitos hambreados y pensamientos zumbando en la oscuridad tangible como la mugre del catre de mi celda. Rezo que solamente cucarachas al sacudirme el cosquilleo ascendente por las piernas. De todo puede haber: arañas, escorpiones... Presentes, acechantes como las presencias anteriores todavía vivientes o sea olientes porque por lo visto es cierto entonces que los tienen meses adentro y la latita para sus necesidades todavía se huele y que traten a los criminales está bien pero si son policías tienen que saber con quién averiguar por lo menos si soy asmático porque con eso no resucitan a su brigadier ni mucho menos agarran al culpable que mientras tanto debe de andar paseándose tranquilamente si ya no está en Cuba pero ellos se desquitan apresando cuanto bicho camina pierden su tiempo si es que no quieren plata porque con un encierro así pago lo que quieran no solamente la multita que es una insignificancia porque en cualquier momento crisis de los pulmones pero tampoco exagerar porque me jodo por supuesto pero ellos también si después tienen que dar explicaciones por haberse excedido y un cadáver más al santo pedo.
* La puerta abierta cuando ya estaba asfixiando y una figura turbia me conduce por un pasillo abierto sobre un aire más limpio. Quizás refunfuñando porque le sostuve la mirada pero no se trata de demostrarles miedo porque mucho peor y entienden cuando le levantas la voz porque entonces alguien importante y eso entienden de sobra si para eso están como los perros de presa.
* En especial cuando podés decírselo al inspector Cantore sin ocultarle nada (cosa de mujeres) y entonces él: Pero mi amigo cómo se le ocurrió una chiquilinada así un hombre como usted no ve cómo se arriesga por una tontería. Después pensar en el regalo, porque no es sólo soltarme sino también por borrar los antecedentes porque no te perdonan fácilmente que seas joven y andes pisando fuerte tantos envidiosos cuanto más arriba más tentación de darte una patada de reírse de vos todo un abogado y transgrediendo la ley y encima como un tonto así que el expediente tiene que desaparecer y si cuesta que ayude el suegro porque la idea fue de ella que de novios en el parque solamente y ahora siguió con la afición y terminé en la cárcel por su culpa y que se mueva que despierte al viejo para que me saque pronto porque un encierro así no aguanto ni una hora aunque van a soltarme en cualquier caso pero no tengo mis gotas.
* El tipo me conduce a una oficina normal.
* Normal por las historias que se cuentan vos te imaginás la policía-cámara-de-horrores con los encapuchados revolviendo los hierros en las brasas y la picana y la pileta para meterte adentro sin decirte hola por puro procedimiento hasta que cuentes todo y si no hay nada peor porque te garrotean más. Pero la foto de la familia te impresiona bien y también el San Judas y debe ser no más que los están civilizando. Y también las películas de Sérpico; comienzan a entender que deben ser más gente y que pegando no más no ganan nada por eso hasta cambiaron de atuendo y la camisa de colores y el cabello más largo y tratan de seguir la universidad.
* El ordenanza que no me dio pelota cuando entré en la oficina se cuadra ahora porque viene llegando el oficial de guardia que se lo escuchaba hablando por teléfono desde la otra pieza. Lástima que no sea Cantore. Con él podía hablar tranquilamente. Plantearle la cosa como machos. Pero tampoco tenés que asustarte tanto: la oficina decente muy limpia con fotos de la familia y santos y su paisaje en la pared no puede ser un ogro el oficial este.
* Debe de estar no más cansado de tantos interrogatorios de los últimos días. No le quiero decir no sirven para nada porque los terroristas han de estar en Cuba ya. Pero él de todos modos tiene que seguir con la rutina buscando terroristas que no aparecen interrogando todo bicho que camina y se lo ve cansado. Casi le digo controle un poco a sus conscritos: animales que si los dejan sueltos pegan a todo el mundo por pura diversión. Como me pegaron en el Zoo. Yo les dije, digo quise decirles, quién era yo y no me dieron tiempo: me arrastraron y me trajeron en andas todo sucio de sangre que a lo mejor creyeron sangre de cristiano.
* -¿Por qué utilizaron lomito?
* El tipo muy correcto. No me levanta la voz pero utilizaron al propósito (maña de policía), como para que muerda yo el anzuelo soltándole un nosotros sin darme cuenta y allí no más las preguntas de quiénes más y etcétera. Por eso le contesto que solo; que había sobrado carne de un asado en mi casa y entonces para qué desperdiciarla, tirarla al basurero en vez de alimentar a esos pobres osos que se mueren de hambre...
* -Doctor, ¿usted no sabe acaso que está prohibido dar de comer a los animales del Zoo?
* Otra picardía. Lo de doctor, así tan amable, es con intención... Porque si soy abogado, naturalmente, tengo que conocer las leyes y reglamentos, y por supuesto, sé perfectamente bien que está prohibido, y si no lo sé, tengo que ofrecer una explicación creíble. Y si no es creíble, allí el tipo me tiene agarrado. O va camino a eso.
* Pero tiene razón, así que me escapo con una larga conferencia que las leyes deben ser interpretadas y que la prohibición, desde luego, fue porque algunos malvados aprovecharon la ocasión de darles de comer a esos pobres bichos hambreados por el presupuesto exiguo del Zoo para cometer actos incalificables, como por ejemplo darles comida con vidrio molido a los elefantes o chocolate laxante a los monos; porque por yo no sé qué razones nuestro pueblo todavía demasiado insensible, cruel con los animales, nos falta todavía muchísimo para comprender...
* -¿Y entonces por qué usted hizo lo mismo?
* Aquí me agarró.
* Amable todavía el oficial de guardia. Amable como yo soy amable cuando lo tengo bien agarrado a un reo y entonces dejo que la pregunta obre sola, sin agregarle extras (i.e., insultos) que puedan desviar la cuestión.
* ¡Maldita puta de Teresita!
* Ella insistió que fuera un kilo (con lo caro que sale) y yo sabía bien que bastaba con menos; con una dosis menor los osos seguían tirando hasta mañana y ahora yo podía decirle al oficial, confesarle que una cana al aire al aire libre, una infracción por supuesto pero: comprenda que no puedo decirle con quién y a usted tampoco le conviene averiguarlo porque la mujer muy importante (ni se le ocurra investigarla). Entonces no más tenía que soltarme pero ahora tienen la evidencia para tenerme adentro un tiempo más y todo por la ocurrencia de mi esposa.
* Ahora se pone más duro.
* -¿Por qué hizo eso?
* La solución el milagro: que llegue Teresita de golpe que se materialice brotando de las paredes o del piso. Que se siente no más frente al escritorio y hable con el oficial media hora. Con dos dedos de frente puede darse cuenta de que a una mujer así no se le dice que no. Especialmente cuando es tu esposa y descubre que le ponés los cuernos y entonces tenés que purgar tu culpa haciendo lo que ella quiere y lo que ella quiere es medio ecologista: meterte por la noche en el Zoológico (burlando la guardia con ganas de tirar) reptar hasta la jaula de los osos para darles el lomito preparado por ella con estricnina y callarte la boca cuando te pescan con las manos en la masa. Aguantar como un hombre la histeria de tu mujer porque o si no ¡qué maricón acusando a su propia esposa! y el suegro al fin y al cabo puede sacarme con un telefonazo, pero si le comprometo a su palomita deja que me pudra adentro así que lo mejor ser un poco machito y aguantar el interrogatorio con evasivas esperando que Teresita se apure porque o si no me fajan. Porque me van a fajar en serio ya veo que los están llevando al interrogatorio y en el patio la situación no es agradable y con la histeria del atentado no piensan hacer ninguna excepción seas quien seas -aunque afiliado al Partido Nacional y tu abuelo fundador y tu suegro socio del presidente.
* -¿A quién trataban de matar?
* Le explico que no pretendía matar...
* -¿Para qué la estricnina?
* -Para los pobres osos del Zoo matarlos decentemente porque de todos modos tenían que morir, pero el director del Zoo pretendía dejarlos en su jaula eternamente para ahorrarse el gasto de comprarse otros una muerte piadosa. (Idea de Teresita por supuesto ella tan caritativa con los animales y las plantas que no podía ver sufrir a los pobres animalitos del Zoo, los animalotes que tenían la enfermedad incurable y de puro buena sacrificó a su marido que ahora tiene ganas de bajarse la estricnina para morir tan dulcemente como los osos que él envenenó por instigación conyugal.)
* No entiendo bien si el oficial quiere sacarme plata o de mentira verdad o la lógica policial siempre la misma: imaginarse lo peor. Y entonces si me encuentran en el Zoo frente a una jaula dándoles carne envenenada resulta claro: Nadie gasta lomito (carne de primera) en unos animales ni se expone a un balazo entrando por la noche con guardia reforzada porque al día siguiente tienen un asado y no para los osos sino cristianos y no cualesquiera sino autoridades y es justamente en el mismísimo Zoo y la carne (también lomito) la tienen estacionándose por la noche y entonces con estricnina resulta fácil mezclar las raciones y envenenar políticos y cuando me apresan largo el cuento de un acto humanitario con los osos y todas esas cosas que jamás se han visto...
* Debió de verlo así porque no quiso razones y me tuvo toda la noche interrogándome con los pulmones llenos de agua y mierda en la pileta y los golpes a mí que no soy político sino asmático y que no tengo un cuero de elefante como un hombre del Chacho que estaba también y allí llegó la madrugada con el comisario a gritos para detener el interrogatorio porque Teresita al fin (¡hija de puta!) hizo lo que debía, despertar al suegro para que llamara al comisario y el comisario ahora en la gendarmería pero demasiado tarde.
* -¡ANIMAL!
* Yo puedo ver ahora que se le achica el alma al oficial de guardia mientras se aquieta en la bañadera sucia el agua que ya están desechando y los presos se visten porque les alcanza la tregua. Volverán a sus celdas sabiendo que esta noche resonará de nuevo la escalera de hierro despertándolos y volverán entonces al patio al mismo patio de la gendarmería donde nunca estaré para hundirse de nuevo en la bañadera vieja de metal enlozado (donde me ahogaron) asidos de las manos y tobillos y cabellos por los hombres que les golpearán en el estómago para que les entre el agua y el agua que les llena los pulmones se les hará más turbia. Oscura como el oscurecimiento momentáneo que confundirán con el de la muerte pero despertarán de nuevo y asombrados y echados como sacos sobre las losas del patio y el médico los revisa (profesionalmente) dirá que recuperados para el interrogatorio de quién y cómo y cuándo y para qué sin que les valga mucho decirles la verdad que puede no gustar y entonces recomienzan con las mismas preguntas. Pero con todo se alegran todos, les alcanza la tregua y volverán a sus celdas por ahora a reposar (quizás) en esa calma chicha que se empolla en la gendarmería con pinta de pensión o de kilombo tranquilo.
* -¡ANIMAL!
* Le había dicho bien al oficial de guardia que con mi familia no hay peros pero no quiso oírme y ahora demasiado tarde para decirles que cumplía órdenes o que se equivocó. Eso es lo que cambia todo, y ahora soy el fuerte yo.
* Fuerte aunque me vean de bruces sobre el piso roñoso de la gendarmería. Inmóvil bajo el sol de la mañana inútil. Fuerte porque no pueden arrebatarme nada. Nada me destruye ni siquiera conmueve ni siquiera la voz de tiple vacilante del oficial de guardia que pretende explicar como un error mi muerte.
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HACERSE HOMBRE
* La idea pudo haber sido buena pero la vecina tuvo la ocurrencia de subir a su terraza a esas horas y ella (mujer al fin) no pudo resistir la tentación de llamar a la vecina (para hacerla partícipe del espectáculo) quien a su vez creyó necesario comentar el caso con una tercera vecina y así corrió la voz de boca en boca y todos los vecinos (más parientes y amigos) del Centro de Conscripción Militar estaban cinco minutos después en los tejados y balcones mientras el capitán a cargo se indignaba arrepintiéndose de su idea (en principio buena) de tener a los potenciales soldados (centenares) en fila y desnudos en el patio de la dependencia castrense para aligerar los trámites de la inspección médica porque demasiado tiempo perdían los muchachos vistiendo y desvistiéndose cuando les llegaba el turno sin imaginar (no era adivino mi capitán) que a las cinco de la mañana una vecina curiosa alarmaría al barrio que miraría desde arriba cómo los reclutas de abajo daban el espectáculo increíble intercambiando dimes y diretes con su público y sin faltar el inmoral con una erección (contraria a los reglamentos) e insensible a las órdenes de mando y que cedió finalmente bajo el imperio de un golpe aclamado por los espectadores.
* La inspección siguió de todos modos con la velocidad de siempre (los tres médicos no tenían motivos particulares para extasiarse en la contemplación de los cuerpos que les pasaban por delante) pero acelerada esta vez por la necesidad perentoria de aligerar el trámite porque cada minuto más que se alargaba eran varias obscenidades más y contrarias a la disciplina y si así comenzaban cómo iban entonces a formarse estos muchachos los futuros soldados (o sea los declarados aptos para el servicio militar) por el Servicio Militar Obligatorio y en especial ese año que la juventud se descarriaba quemando coches y algunos hasta yendo a la guerrilla una indisciplina que estaba en todas partes y que tenía que enderezarse un poco.
* Y eso lo que le preocupaba a Alberto que no era un político (de oposición) y no entendía por qué también a él querían mandarle a su servicio militar donde jugaban tanto a los soldados haciéndoles correr de balde y castigándolos de balde y no te salvaba nada tener amigos porque los amigos eran los peores una vez adentro del cuartel y a todos les jugaban cuando entraban y entonces después cuando era cabo tenía uno pues que hacer lo mismo a los reclutas y los reclutas al año siguiente le iban a hacer lo mismo a los otros y así seguía porque el Comando luego había dicho ténganlos corriendo para sacarles las mañas de civil (y eso estaba bien para los revoltosos pero Alberto no era).
* Pero su mamá pensaba luego que había que enderezarle porque Alberto tenía diecisiete pero en vez de andar como los otros jugando fútbol se encerraba en su pieza todo el día y cuando salía era para pelearse con las hermanas (tres) como una nena más en vez de protegerlas como el varón de la casa y una madre viuda luego sola no puede en este barrio de zafados para controlar a las nenas y que tampoco iba a seguir para siempre manteniendo la casa con su sueldito del Correo y la jubilación de su marido y en especial cuando sea vieja y necesite amparo.
* Por eso lo que se puso muy contenta cuando lo vio llegar a Alberto (él medio triste) de la inspección militar porque lo declararon apto para todo servicio como tenía que ser no más porque la pobre señora movió cielos y tierra para que lo declaren aunque tenía un poco de miopía pero que no era tanto al fin y al cabo y si después le molestaba mucho podían reinspeccionarle los médicos para sacarle del cuartel pero estaba segura ella luego de que podía ir como los otros y que mucho peor si lo declaraban inapto por una zoncera como esa entonces demasiado podía acomplejarse sentirse disminuido frente a sus compañeros.
* Después fue que cambió de idea la señora y volvió a ingeniarse para que no le manden a un cuartel o sea que lo manden al Ministerio de Guerra para un trabajo de oficina o sea copiar a máquina los partes militares de las operaciones que no eran gran cosa pero que por ser militares le preocupaban bastante porque justamente cuando lo aceptaron a Alberto cruzaron la frontera de Guatemala los guerrilleros para matar unos pobres soldados y aunque todos sabían que no tenían chance y la señora estaba con el gobierno no por eso no iban a morir más soldaditos antes de derrotarlos definitivamente y no es que quiera sustraerse al deber pero como madre tiene que pensar en su hijo (no es por nada que una prefiere que sea el hijo de otra) y para protegerle consiguió que le mandaran a la oficina en vez del frente.
* Claro que no está bien ser del gobierno y no colaborar y por eso parece como si Dios la castigó porque un día se reúne el Estado Mayor (en el Ministerio de Guerra) para discutir la guerrilla y viene cayendo del frente el general Cantero (comandante/contrainsurgencia) y con ese su tono de siempre les dice a los colegas que todos son arruinados que hablan no más mientras él pelea, y para demostrarles pone sobre la mesa una partida de orejas cortadas a los guerrilleros y después de vapulearlos a los colegas se pone a recorrer el Ministerio como si era su casa y allí no más le pega al pobre Alberto una puteada jefe.
* La verdad que la puteada es de puro psicólogo o sea conoce bien a los conscritos (si no aprenden a respetar de entrada ya no hay caso después) y siempre los asusta de entrada por principio pero también les trata bien cuando responden como ese pobre soldado (por ejemplo) que tenía su campito y un abogado le quería quitar con sus trampas de abogado y Cantero le dijo que deje de molestar y tuvo que irse con el rabo entre las piernas porque con el general no se juega y no le vas a engañar con Procedimientos Civiles y esas macanas.
* O sea que los soldados le responden aunque tiene sus cosas pero todos los jefes pues hacen eso y entonces qué le van a hacer los pobres soldados si tienen que obedecer aunque no les gusta hacer eso, pero cuando en el ejército es como estar en un brete y no podés salir ni echarte para atrás.
* Eso justamente lo que entendió muy bien Alberto que después entró en la Academia Militar con la recomendación de Cantero pero eso ya fue mucho después como te digo o sea cuando Cantero le llevó para su secretario porque en el PC de Cantero no había luego dactilógrafo bueno y los partes que mi general mandaba a la capital eran una vergüenza y entonces fue que vino al Ministerio de Guerra y eso que le retó demasiado grande al pobre Alberto, él se daba cuenta de que Alberto era un muchacho instruido.
* Cuando Cantero le llevó al frente con él casi se muere la mamá pero no era el frente sino el PC de Cantero que estaba lejos de las operaciones, o sea bien seguro y Alberto seguía haciendo allí siempre lo mismo, o sea copiar a máquina no más como en el Ministerio pero claro que ahora estaba pues más cerca de los guerrilleros y del monte donde había todas clases de bicho y hasta vinchuca y tigre pero Alberto no se iba al monte pero lo mismo no más su mamá se preocupaba ella que le hizo mandar a su hijo único al Ministerio porque allí no había tiros.
* Parece mentira pero se fue acostumbrando Alberto a la vida de campaña, él que era tan fifí y que al principio, o sea cuando llegó en el PC de Cantero, lloró por los mosquitos que había que le hacían llorar de tanto que picaban y la comida sí que no podía tragar porque tenía gorgojos y el agua le daba corredera y en la campaña luego la vida es así pero Alberto como te dije se fue acostumbrándose quién iba luego a creer.
* Parece que le gustaba por el respeto.
* Porque en el pueblo este que ya estaba controlado por Cantero con su ejército todos muy respetuosos pero en la capital donde estaba antes no quería salir a la calle luego Alberto porque los compañeros de colegio le dijieron que demasiado grande que le iban a pegar si le agarraban por ahí y eso es porque Alberto entraba en clase cuando los otros hacían huelga y él tampoco quería romper los vidrios ni quemar los tranvías ni pelearse con las fuerzas del orden porque respetaba y entonces se quedaba no más en su pieza encerrado escuchando la radio porque salir no le daba gusto y no tenía amigos porque decían todos por su barrio que era cuñai y sus hermanas también le decían cuñai, ellas que siempre peleaban siempre comenzaban pero después la mamá le echaba la culpa a él también y entonces ya no tenía otra cosa que encerrarse en su pieza.
* Entonces le gustaba más la milicia porque escribía bien a máquina y el general Cantero contento con él porque mi general parece muy zafado pero también es muy leído y le gusta demasiado la historia vos no sabés todo lo que él lee en su biblioteca y siempre se reúne con personalidades, o sea letrados, para hablar de historia y una vez que yo entré era Napoleón. Interesantísimo. Es que dice pues que de joven quería estudiar mi general Cantero pero no podía, era muy pobre y por eso que le ayuda ahora cuando ve un muchacho pobre y sacrificado.
* Por eso que le protege a Alberto.
* Pero después sí que se acostumbró del todo a la milicia cuando salió con los soldados por el monte (porque él mismo pidió) y cuando recorrían una picada tranquila el jeep que iba delante como que se paró en el aire por un momento y un momento después tenía que quitarse todo el polvo que le había echado encima y reponerse de un frenazo brusco y todavía no entendía lo que pasó, pero el general Cantero repartía guachazos a los soldados y dijo que la próxima vez les iba a repartir balazos y que el único militar ese Alberto que era nuevo pero quedó en su puesto como veterano mientras los veteranos corrían y corriendo no más podían pisar una mina y como si ya no era bastante la que les hizo volar el jeep de adelante.
* Entonces pensó que podía no más seguir la carrera militar porque tenía sus aptitudes y también que derecho (o sea lo que pensaba seguir) era difícil con tantos abogados ya recibidos y tantos candidatos para los tribunales y él que no tenía relaciones apenas si llegaba a secretario de un juzgado y eso ya era mucho pero tampoco le alcanzaba entonces el sueldo y tenía familia o sea su mamá y sus hermanas que también se preocupaba por ellas aunque ellas decían que no.
* Así que se asinceró con Cantero en la primera ocasión que tuvo y el general se puso muy contento de ver cómo se forma este muchacho que parecía tan flojo y por supuesto que le pensaba dar la recomendación que le estaba pidiendo Alberto porque en la Academia Militar no te aceptan así no más y para colmo Alberto que no tenía relaciones tenía unos parientes de la oposición que no era su culpa pero siempre te perjudica si querés ser cadete ahora que andan investigando si hasta tu abuelo cuando querés ingresar en la Academia y por tu abuelo te pueden rechazar pero igual no más Cantero le pensaba darle la recomendación para Alberto entrar y por supuesto que a mi general nadie le puede decir que no o sea esas macanas de que no tenemos plaza porque si no hay tiene que inventar porque con mi general no hay excusa cuando le quiere a sus soldados porque entonces él te apoya y de veras.
* Y esa vuelta que se asinceró con Cantero tuvo suerte Alberto porque su general estaba muy contento porque ya se terminaba la guerrilla porque ya les tenían agarrados a los últimos en una operación rastrillo que le dicen y rastrillo no más porque ya era casi un juego o sea que no podían resistirle al ejército los guerrilleros todos aplastados casi y entonces no participó Cantero en esa operación porque no hacía falta se quedó en su despacho y allí fue que le abordó Alberto para su recomendación.
* Tenía que ser secreto dice que pero cuando los atraparon enseguida supieron en el pueblo como si era radio la noticia y puede ser que algunos se pusieron contentos en el pueblo pero la mayoría no si ese luego un pueblo de opositores era y para nada les gustó cuando los vieron acercarse caminando esposados varios kilómetros sin agua ni nada y algunos para colmo con heridas como el comandante Varela que era el jefe maltratado y se veía bien pero todavía con carácter y a él lo iban a matar no más todos sabían pero miraba fuerte a todo el mundo como diciendo no me importa nada.
* Y así fue que le llevaron en la plaza que también suele ser parque de diversiones porque tiene luego calesita y todo y también sus hamacas con su horcón de hierro y eso le recordaba a Alberto la película cuando les ahorcaron frente a todo el pueblo a los cautivos y ese horcón de hierro que parecía horca de verdad.
* Mejor dicho que mi general Cantero ni pensaba ahorcarlos ni mucho menos (Alberto se imaginó no más de puros nervios que les colgaban) y media hora después todos seguían con sus pies sobre el suelo el pasto de la plaza de nuestro pueblo y allí todo el mundo entonces más tranquilo aunque bien que sabíamos que los solían tirar de los aviones cuando los tornaban presos y todas esas cosas que Cantero solía hacer con ellos así que tranquilizados un poco y nada más. Pero también algo es algo porque antes no esperaba ni un minuto el general Cantero para jugar con sus prisioneros y ahora tan tranquilo y no les hace nada por suerte está contento así parece y entonces todos con la curiosidad de saber qué hace en la plaza porque con la ley marcial las reuniones prohibidas o sea más de cuatro en los lugares públicos y ahora todo el pueblo ocupando la plaza pero Cantero no nos dice nada y entonces viene a ser igual como si nos llamó y queremos saber qué lo que pasa y todos muy nerviosos con angustias y también con esperanzas y en especial los parientes de los presos.
* A los soldados no más les ordenaron que montasen guardia a ellos les dijeron no más que monten guardia pero le conocían a su jefe y se ponían nerviosos porque no le querían jugar a los prisioneros pero si su general les ordenaba tenían que hacer ellos que también algunos eran del pueblo y tenían parientes y para el general después ningún problema pero para ellos sí porque después salían del servicio y si le encontraban por allí a cualquier pariente de un guerrillero muerto pobre de ellos y para el general ningún problema pero para los soldaditos sí porque podían no más después desquitarse con ellos y no le iban a escuchar si les decían que cumplían órdenes y querían no más ya irse del pueblo y entregar esos guerrilleros a la Guardia Nacional y en todo caso si la Guardia les quiere hacer algo ya es problema de ellos pero nosotros no y también que no nos guita nada hacer esas cosas delante de nuestros compueblanos pero tenemos que hacer porque o sino nos hacen a nosotros.
* Pero también puede ser que esta vez Cantero les perdone para dejar un buen recuerdo ahora que ya nos vamos ya del pueblo y que terminamos la guerra y por eso debe de ser que mi general contento está más bueno y el pueblo ya entendieron de una vez que con el ejército no se puede y no se han de volver ya más al monte para guerrillear porque en ese caso sí que volvemos para castigarles grande pero esta vez se acabó y yo no sé qué está esperando mi general Cantero para levantar el campamento porque demasiado ya el calor y no se aguanta y al fin y al cabo todos estamos de plantones al sol y no solamente los guerrilleros aunque ellos merecen por las cosas que nos hicieron y cada vez que nos levantábamos para salir de monteada nos preguntábamos si cuántos habían de volver por la tarde.
* Te fijaste que al principio no les importaba o sea al pueblo que les tengan a esos de plantones bajo el sol de la siesta o sea cuando pensaron que los mataban a todos y allí mismo pero después que ya pasó el peligro parece que se van poniendo más delicados y oís que cuchichean cómo protestan y dicen que ya los saquen ya del sol a los pobres algunos desangrándose y no hay derecho y para más perdiendo sangre y entonces de una vez que ya les lleven en la Guardia Nacional que tampoco les gusta pero al fin y al cabo en la Guardia si están con vida siempre hay esperanza y ya comienzan a decir que hay y que los pueden soltar en poco tiempo y entonces los parientes más contentos y el pueblo esperanzado aunque también la esperanza como dice el refrán lo último que se pierde.
* Pero de veras están contentos porque no les mataron enseguida por lo menos al resto porque a Varela sabe Dios lo que le piensa hacer y para colmo provocando en vez de pedir perdón el guerrillero ese dice que somos cobardes y a mi general no le gusta vaya a saber lo que le hace si continúa así, pero continúa no más parece que porque sigue gritando aunque ya ves muy bien cómo no puede más cómo está por caerse y se reclina al poste de la hamaca porque el cuerpo no le da y por eso ha de ser que se le viene el soldado con su balde de agua para refrescarle ha de ser porque se está desmayando ese Varela y entonces el soldado le tira ese baldazo para que no se caiga y pienso que mi general quiere tenerlo de plantón un rato largo y no quiere que se le caiga tan pronto.
* Eso pensaron algunos cuando le tiraron encima el balde.
* A Varela...
* Eso pensaron algunos porque también pensaron otros todavía le quedaba un poco el sentimiento de la projimidad al general Cantero que es tan malo. Por lo menos un poco para ofrecerle el agua al comandante Varela aunque seguramente le pensaba matar de todos modos...
* ...De golpe no más Varela se puso como un tigre retándole al soldado. No podían oír pero veían bien que le retaba. Y el soldado trataba de acercarse después de echarle el balde sobre el cuerpo pero vacilaba no más porque encadenado y todo el comandante Varela imponía respeto. A lo mejor su orgullo porque sabe que le van a matar y tiene su dignidad y ni una gota de agua luego ha de aceptarles. A lo mejor no entendió que le querían refrescarle tirándole ese baldazo no más pensó que un irrespeto una burla y se burlaban porque encadenado porque si estaba libre a él nadie le tocaba un pelo y le gritó a Cantero que si era hombre que venga él entonces en vez de mandarle un soldado que no sea cobarde y eso tampoco le gustó ni un poco al general porque él también sí que se creía buen gallo y entonces todos ya se estaban esperando lo peor en la plaza... Mientras tanto el soldado vacilaba pero al final se le acercó a Varela y solamente algunos vieron para qué...
* Y entonces vino el ruido de hierro golpeando contra hierro y pareció no más que se arrancaba el poste de hierro del horcón de la hamaca con una fuerza bárbara que ya nadie le creía de puro desangrado que estaba Varela pero tiraba en todas las direcciones por la desesperación el pobre y se corrió el murmullo entre la gente del pueblo y cada vez más fuerte y ya sin miedo al fin y la guardia caló las bayonetas porque les tiraban piedras y después fueron tiros. Se enojaron tanto porque al propósito les hacía Cantero. Para que aprendan -dice- y agradezcan entonces que solamente Varela porque si ellos no les ayudaban con informaciones y bastimentos durante tanto tiempo no aguantaban ni un poco en el monte los guerrilleros que me mataron soldados y entonces se merecen. Se enojaron pero no le importaba luego a Cantero porque tenía previsto y con la guardia reforzada nada pudieron hacer esos del pueblo y al final tuvieron que calmarse y fue mucho peor.
* Parece que le jugaron fue una piedra en medio del entrevero porque le cayó muy cerca o sea atrás mismo y entonces él se dio la vuelta el general Cantero y reparó en Alberto todo blanco y vio perfectamente lo que estaba pensando porque para algo es viejo y le conoce bien a sus soldados y le miró de arriba abajo a ese recluta que se quedó en su puesto y sin chistar aunque quedó más blanco todavía y renunció a pensar lo que estaba pensando.
* Porque desde luego que le cayó muy mal al pobre Alberto si hasta los veteranos se impresionaron tanto cuando le jugaron así al guerrillero Varela y entonces con mayor razón no más Alberto que nunca había visto luego esas cosas. Era la inexperiencia y también la sorpresa pues hasta ese momento luego hablaba Alberto con los demás soldados a la sombra todos ya querían volver enseguida en la capital y se preguntaban para qué tardaban tanto con esos guerrilleros en la plaza mientras la gente del pueblo continuaba llegando aunque no les podía gustar pero sabe Dios por qué se quedaban parados mirando sin decir ni mu los guerrilleros encadenados a la hamaca bajo el sol y todos como esperando algo pero Cantero esperando parecía contento pero quería no más que todos vean que les había ganado y creo que el único divertido debía de ser él porque estaba tramando su diablura pero todos los soldados se aburrían cuando de pronto el humo y al principio no podían creer menos Alberto, él pensaba que no veía bien. Pero de ver veía y demasiado porque la camisa ardía, primero la camisa, después el uniforme y todo el cuerpo y terminó en el suelo sin moverse como una mancha negra todo negro y tanto que no podían ya decir si todavía llevaba puesto su uniforme porque no distinguías y el zapatón de cuero todavía quemándose.
* Esa salvajada de su jefe le cayó como bomba y le vinieron ganas de gritarle viejo degenerado badulaque pero se calló no más porque le estaba mirando su general Cantero, o sea peligroso entonces a callarse a no decirle nada ni pedirle permiso para retirarse con un pretexto cualquiera porque podía enojarse y se decidió a esperar no más Alberto a que llegara en la capital y pedir reinspección por miopía y salir del cuartel porque si seguís adentro seguís viendo esas cosas y para colmo el viejo quiere comprometerte porque hace esas cosas con intención o sea para ver si te gustan si sos soldado dice el soldado no le teme a la sangre.
* Y conste que también los oficiales estaban un poco de acuerdo, aunque sea un poquito, con Alberto, si le dijeron bien al general Cantero que ponían «caído en acción» y lo tiraban al río lejos del pueblo en vez de hacer toda esta salvajada en plena plaza que no les gustaba a muchos, pero el viejo Cantero demasiado terco y decidió no más hacer en plena plaza, no le vas luego a convencer cuando tiene una idea en la cabeza y dice que para tranquilizarlos o sea porque mañana ya se van del pueblo y entonces queda mejor que les tengan miedo y yo te estoy hablando de los oficiales que ya le conocían a Cantero porque trabajaban con él pero que siempre les sorprendían esas cosas de su jefe y en especial esta vez.
* Entonces por qué te sorprende si allí mismo Alberto, con la impresión del momento, decidió no más salir de la carrera militar de puros nervios y cómo luego él iba a saber que algún día o sea de teniente, por ejemplo terminaría negando que al guerrillero Varela le pusieron un fósforo encendido después de un balde de agua lleno de kerosén.
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Macario
Error de rutina
Hacerse hombre
Del diario de una adolescente
¡Viva Juan Pablo II!
La sesión de la OEA
Don Juan
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La edad feliz
La traidora
(1864-1869)
Cartas no necesariamente escritas

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