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jueves, 20 de mayo de 2010

FRANCISCO PÉREZ MARICEVICH - RAFAEL BARRETT, VIDA Y OBRAS. / Fuente: DICCIONARIO DE LA LITERATURA PARAGUAYA (I PARTE) de FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH.

RAFAEL BARRETT,
VIDA Y OBRAS.
Autor: FRANCISCO PÉREZ MARICEVICH
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )

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BARRETT, RAFAEL (1874-1910) nació en Asturias, España, y murió en Arcachon, Francia. Poco es lo que se sabe acerca de su vida en España.
El propio Barrett no alude sino rara vez, y en forma oscura a su juventud. Según Ramiro de Maeztu, Barrett llegó a Madrid a principios del siglo, con "algunos miles de duros" en la bolsa, que gastó generosamente haciendo "vida de joven aristócrata, más dado a la ostentación y a la buena compañía que al mundo del placer". No dice MAEZTU si el autor de MORALIDADES ACTUALES tuvo alguna actividad literaria en Madrid o en provincias. Sin embargo, sería poco verosímil que no fuera así, porque Barrett tiene ya desde el primer artículo que se conoce de él -titulado Buenos Aires y publicado en esa ciudad en 1904- una seguridad elocutiva y un refinamiento estilístico notables.
A Buenos Aires llegó en 1903, luego de haber sufrido en su patria una injusta afrenta. En la capital argentina fue redactor del Diario Español, donde se publicó el artículo antes citado y que motivó su retiro del periódico tras un fuerte altercado con el director. El artículo es característico de la visión crítica de Barrett, y aparecen ya en él indicios de su inclinación hacia la causa de los oprimidos, que en el Paraguay sí había de abrazar abiertamente. En diversos escritos aludió después duramente a la "ciudad del egoísmo", en la cual veía concentrados, igual que en las grandes ciudades de Europa y Norteamérica, los vicios y las miserias de nuestra civilización. Algo de esa primera experiencia americana se encuentra también en uno de sus mejores relatos, EL MAESTRO, incluido en el volumen de CUENTOS BREVES editado por Bertani después de la muerte de su autor.
Al Paraguay vino Barrett como corresponsal de EL TIEMPO, de Buenos Aires, al estallar la revolución de 1904. Ya radicado en Asunción, se limita en los primeros tiempos a observar y tomar contacto con la gente y la realidad profunda del medio. El INSTITUTO PARAGUAYO le confía cátedras de ciencias exactas, pronuncia conferencias sobre cuestiones matemáticas, ocupa un puesto en el Departamento de Ingenieros y después en la compañía de ferrocarril. Sus primeros artículos en la prensa paraguaya aparecen a principios de 1905, y algunos, como EL REVÓLVER, son ya una aguda crítica del carácter y las costumbres locales.
En 1906 se casa con PANCHITA LÓPEZ MAÍZ, quien le da un hijo Algún tiempo después contrae la tuberculosis, que le obliga a abandonar toda actividad, menos la del periodismo, de la cual vive con su familia estrechamente.
En 1908, Barrett, pobre y enfermo, se halla ya al nivel de los que padecen "hambre y sed de justicia", y está maduro para enfrentarse al drama social, lanzándose a una prédica llena de energía y de fe en los valores morales como instrumentos de liberación del hombre. Es así como auspicia manifestaciones obreras, da conferencias para los trabajadores, toda la FEDERACIÓN OBRERA REGIONAL DEL PARAGUAY proclama los principios del anarquismo, "extrema izquierda del alud emancipador"... El mismo año publica en EL DIARIO los capítulos de LO QUE SON LOS YERBALES. Poco después del cruento golpe militar de julio, Barrett funda el semanario GERMINAL, que tiene que dejar en manos de su administrador, José Guillermo Bertotto, para retirarse, ya avanzada la mortal enfermedad, a San Bernardino, Se sobrepone a todo, sin embargo, y vuelve a la lucha al ser clausurado Germinal, proclamando en volantes su resistencia al terror, actitud que le cuesta la cárcel, primero, y la deportación a Corumbá, Brasil, después. De ahí se dirige a Montevideo, donde es acogido fraternalmente por la gente de avanzada y se le abre las páginas de LA RAZÓN, periódico en el cual seguirá colaborando hasta su muerte.
Fiel a su destino y a sus convicciones libertarias, Barrett prefiere volver al Paraguay a vivir confinado en una estancia de Yabebyry, cerca del río Paraná, en íntimo contacto con la realidad campesina.. Después de un año, a principios de 1910, se radica de nuevo en San Bernardino y publica una patética denuncia de las condiciones de vida en el campo bajo el título de LO QUE HE VISTO. Cuando gente interesada lo contradice desde el mismo diario en que había aparecido su artículo, Barrett contesta con un exasperado y valiente NO MINTÁIS, y más adelante, ya serenada su pluma de apóstol, publica en las mismas páginas su estudio sobre LA CUESTIÓN SOCIAL.
En agosto del mismo año lo visitan en San Bernardino sus amigos obreros. Barrett, consumido por la tisis es ya físicamente "un fantasma de sí mismo", según dice JOSÉ CONCEPCIÓN ORTIZ. No obstante ello, escribe con más pasión e inteligencia que nunca. En esos días entrega a las prensas su folleto sobre EL TERROR ARGENTINO y Bertani edita en Montevideo su primer libro, MORALIDADES ACTUALES. Y el primero de setiembre parte hacia Francia en busca de un imposible alivio, dejando en el Paraguay a su mujer y su pequeño hijo.
En Montevideo se detiene apenas unas horas, las que faltan para tomar el barco que ha de llevarlo al viejo mundo. En ese breve lapso acuden junto a él sus amigos, como cuenta él mismo en una carta a su mujer, escrita sobre el Atlántico, "y los que más me agradaron, obreros, tipógrafos, jornaleros que me llamaban "maestro" y me estrujaban las manos entre las suyas callosas". Los periodistas le agasajan, los editores le piden originales de libros que no ha escrito aún, "en fin, la prosperidad al cabo...". Y en el muelle "la despedida final... un desconocido me dio unos ramos de violetas, diciéndome: las últimas flores de Montevideo -y lloré pensando en tí, en mi amor y en tu orgullo... ".
Desde París, desde Arcachon, sigue enviando sus artículos al Paraguay, a la Argentina, al Uruguay. La muerte de Tolstoy, uno de los pocos contemporáneos que admira profundamente, le inspira dos de sus más hermosos artículos, uno de ellos publicado ya póstumamente.
El 13 de diciembre sus manos trazan, para su mujer y su hijo, las últimas palabras "para decir que estoy demasiado bien cuidado, y que mi alma está serena y llena de confianza en la vida que os recompensará de vuestros dolores, si los examináis y los sufrís con lealtad y con valor". El día 17 su vida se extingue dulcemente, asistido únicamente por su tía Susan, sin una palabra de queja, definitivamente identificado con la causa del hombre infinito...

VALORACIÓN. En poco más de seis años, los que duró su permanencia en América, realizó Barrett, una excepcional labor intelectual, la mayor parte de ella a través de sus colaboraciones en la prensa del Paraguay y de los otros países del Plata. Barrett no llegó a ver reunida en volumen sino una pequeña parte de su obra, la que él mismo ordenó bajo el título de MORALIDADES ACTUALES. Poco antes de morir, envió a su editor los originales de EL DOLOR PARAGUAYO, constituido, como el anterior y como la mayor parte de sus obras, por artículos publicados en los diarios de Asunción. Tanto este libro como LO QUE SON LOS YERBALES aparecieron poco después de su muerte, en 1911. En los años siguientes se editaron otras compilaciones de sus trabajos, y en 1943 se publicaron en un solo volumen sus OBRAS COMPLETAS.
Hombre de agudo espíritu crítico, Barrett se revela en la plenitud de su fuerza creadora más en las reflexiones sobre la problemática humana o social que en las ficciones puras. Sus artículos, ensayos y conferencias, abarcan un amplio campo temático, en el que cobran especial relieve las cuestiones morales, la injusticia social, el problema de la religión en el mundo contemporáneo y las creaciones estéticas. No tuvo tiempo, ni parece haber sido ésa su intención, de sistematizar sus pensamientos, si bien en sus escritos la razón y la fe humanista guardan perfecta coherencia.
Una parte considerable de los artículos de Barrett son, por su estructura y su contenido, ensayos breves. Son también numerosos los artículos en que comenta o critica hechos de la época. En unos y en otros puede apreciarse la lucidez de su espíritu y la firmeza y profundidad de su ideario humanista.
El autor de EL DOLOR PARAGUAYO cimentó su pensamiento y su prédica social en una filosofía del altruismo que entronca con las doctrinas anarquistas y el humanismo evangélico. "Descubrir la energía interior y entregarla para renovar el mundo; he aquí el altruismo, dice en uno de sus ensayos capitales, Filosofía del altruismo. Esa energía es concebida no como una fuerza sujeta a leyes determinadas sino como una tendencia radical de la naturaleza humana, "hermana de la humilde energía celular que convierte los jugos oscuros de la tierra en pétalos perfumados...". Barrett hace también en el citado ensayo una crítica del intelectualismo, cuyos esfuerzos por reducir la realidad a esquemas racionales llega a considerar como "signo de atrofia en la intuición". Es evidente que con esta postura intenta superar, bajo la influencia de Bergson, a quien considera uno de los "príncipes de la especulación contemporánea", las limitaciones del positivismo, y en particular de la filosofía del altruismo, tal como la concibió Comte.
Consecuentemente, el pensamiento de Barrett se abre a las doctrinas sociales más avanzadas de la época, propiciando la liberación del hombre mediante una revolución espiritual y moral que lo haga dueño de su destino. Su crítica alcanza, por tanto, no sólo al sistema económico sino también a las superestructuras que atan al individuo a formas de relación social ajenas a la razón y a la naturaleza humana. "Matad el principio de autoridad donde le halléis", dice Barrett. "Que el hombre lo examine todo por sí. Que sea responsable de sí propio".
En el plano de la acción sus ideas se proyectaron en la prédica de la solidaridad obrera y el anarquismo, que "tal como lo entiendo, se reduce al libre examen político". No se limitó Barrett a exponer sus ideas libertarias. LO QUE SON LOS YERBALES y EL TERROR ARGENTINO son denuncias concretas de una situación social monstruosa, frente a la cual callaba la mayor parte de sus contemporáneos ilustrados. Forzado por las circunstancias a convivir con los estratos inferiores de la sociedad, conoció en su propia carne el dolor y la humillación de los humildes. Su libro sobre EL DOLOR PARAGUAYO es una revelación desgarradora de las condiciones de vida del pueblo al cual dio su amor y sus energías de apóstol. En dos libros póstumos, MIRANDO VIVIR e IDEAS y críticas se encuentran también algunos de sus mejores artículos de crítica social y doctrina moral.
Menos vigor tienen sus BREVES NARRACIONES, que adolecen, en su mayoría, de cierto esquematismo estructural que les resta eficacia fictiva. Barrett propiciaba una literatura realista -dando al término una acepción mucho más profunda que la que le dieron después ciertos teóricos revolucionarios-, y entre sus creaciones más interesantes se cuentan aquellas en que logra plasmar su aguda visión crítica de la realidad y la vida. Cabe mencionar como ejemplo su cuento
El maestro, en que ha conseguido aprehender una patética situación humana dentro de una estructura literaria precisa y sugerente, sin concesiones a la sensibilidad un tanto decadente que vicia otras narraciones suyas.
Pero el valor estético de su obra radica menos en esos intentos de creación literaria que en el brillante y potente estilo de sus artículos y ensayos. En este plano puede ubicarse a Barrett entre los escritores de lengua española más destacados. Su prosa se halla tan viva hoy día como hace medio siglo, no obstante los avatares de la expresión literaria moderna.
Barrett formuló su pensamiento sobre la creación artística en diversos escritos, y especialmente en su ensayo; lamentablemente incompleto, DE ESTÉTICA. En este campo sus ideas se vinculan a las teorías que consideran el arte como un fenómeno estrechamente ligado a la evolución y a la naturaleza humana, a la cual revela, y exalta. "Todos seguimos -dice en el citado estudio- en un poema, no una ficción, sino una historia y no una historia cualquiera, sino nuestra propia historia". Y la función del gran arte, la misión del genio, "es fijar y animar los gérmenes nacidos inconscientemente en la oscuridad de las mentes, fecundar las matrices sociales de donde saldrán las ideas y las emociones futuras y gestar poco a poco las concepciones venideras en lo moral". Barrett concibe, pues, el arte también como un compromiso y una función moral, pero no en relación con una normativa convencional y estática, sino con una concepción humanista tendiente a formas espirituales y sociales superiores. Por lo demás, no cabe aquí sino señalar sus sorprendentes intuiciones sobre la naturaleza y las notas diferenciales del lenguaje literario.
Sus consideraciones estéticas no se redujeron al campo teórico. Se ocupó concretamente de diversas creaciones literarias y artísticas. En el comentario de libros se reveló como un crítico penetrante, de vasta cultura y fina sensibilidad. No son muy numerosas las páginas en que intenta la valoración estética, pero bastan para calificarlo como uno de los críticos más inteligentes de su época. Sus artículos sobre Tolstoy, Gorki, Zola, Rodó, Delmira Agustini y otros escritores, son magistrales. Su crítica no se limita al examen de los contenidos o a la paráfrasis impresionista. Poseía Barrett un saber filológico que le permitía estimar con precisión el valor y la función de la materia lingüística en la obra de arte literaria, como lo prueban sus páginas sobre Lugones y Vargas Vila.
Por la amplitud de sus conocimientos y de sus intereses intelectuales y humanos, Barrett puede ser ubicado al nivel de la generación española del 98, de la cual era, de hecho, coetáneo. Pero no fue la circunstancia española sino los problemas de América, y particularmente del Río de la Plata, los que más acuciaron su espíritu y motivaron sus más candentes escritos. Por ello Barrett es uno de los precursores de la literatura social americana, vasta corriente que ha puesto en primer plano el tema del hombre oprimido por una estructura social anacrónica e inhumana.

BIBLIOGRAFIA
I. OBRAS DE RAFAEL BARRETT:

- MORALIDADES ACTUALES, Montevideo, 1911; hay otra edición hecha en Madrid, 1919.
- EL TERROR ARGENTINO, Asunción, 1910.
- LO QUE SON LOS YERBALES Montevideo, 1911.
- EL DOLOR PARAGUAYO, Montevideo, 1911.
- AL MARGEN, Montevideo, 1912.
- DIÁLOGOS, CONVERSACIONES Y OTROS ESCRITOS, Montevideo, 1912.
- IDEAS Y CRÍTICAS, Montevideo, s/f.
- MIRANDO VIVIR, Montevideo.
- CUENTOS BREVES, Montevideo.
- PÁGINAS DISPERSAS, Montevideo.
- OBRAS COMPLETAS, en un volumen, Buenos Aires, 1943; segunda edición, en tres volúmenes, Buenos Aires, 1957.
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II. OBRAS SOBRE BARRETT:
-. Armando Donoso: Un hombre libre. Rafael Barrett, Buenos Aires, 1920.
- Alvaro Yunque: Barrett, Buenos Aires, 1927.
- Jorge R. Forteza: Rafael Barrett. Su obra, su prédica, su moral, Buenos Aires, 1927.
- Víctor Massuh: En torno a Rafael Barrett, Tucumán, 1943.
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III. OBRAS Y ESTUDIOS GENERALES:
-. Carlos R. Centurión: Historia de la cultura paraguaya, Buenos Aires, 1961.
- Sinforiano Buzó Gómez: Índice de la poesía paraguaya, Buenos Aires, 1952.
- Josefina Plá: Literatura paraguaya en el siglo XX, en Aspectos de la cultura paraguaya, México, 1962.
- Josefina Plá: Contenido humano y social de la narrativa paraguaya, en Panoramas, N° 8, México, 1964.
- Enrique Anderson Imbert: Historia de la literatura hispanoamericana, México, 1961.
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IV. ARTÍCULOS Y ENSAYOS:
-. R. González Pacheco: Rafael Barrett en Buenos Aires, en Obras Completas de Rafael Barrett, Buenos Aires, 1943.
- Ramiro de Maetzu: R. B. en Madrid, Id. id.
- Emilio Frugoni: R. B. en Montevideo, Id. id.
- José Enrique Rodó: Las "Moralidades" de Barrett, Id, id.
- Carlos Vaz Ferreira: Barrett: un hombre ejemplar, en Lecciones sobre Pedagogía y cuestiones de Enseñanza, Vol. III, Montevideo.
- Manuel Domínguez: Rafael Barrett, en Estudios históricos y literarios, Asunción, 1959.
- Juan Vicente Ramírez: Rafael Barrett, en Ensayos. Asunción, 1959.
- José Concepción Ortiz: Buscando a Barrett, en Juventud, N° 85, Asunción, 1926. - R. Montefilpo Carvallo: Rafael Barrett y el anarquismo mental, en La Tribuna, 21, XII, 1947.
- José Rodríguez Alcalá: Rafael Barrett en el Paraguay, en La Nación, Buenos Aires, I, 1944.
- José Guillermo Bertoto: Rafael Barrett en la verdad, en Ñandé, N° 105, 1963.
- Ciriaco Duarte: Rafael Barrett y su anarquismo, en Ñandé, N° 111, 1963.
- Ciriaco Duarte: Rafael Barrett, escritor y hombre de avanzada, en Reconstruir, N° 33, 1964. - J.C. Ortiz: Presencia de Rafael Barrett en nuestras letras, en Diálogo, Nº 4, 1962.
- Campio Carpio: Siguiendo a los maestros, Id. Id. H. Sánchez Quell: Evocación y vigencia de Rafael Barrett, en El caricaturista Miguel Acevedo y su época, Asunción, 1974.
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Fuente: DICCIONARIO DE LA LITERATURA PARAGUAYA (I PARTE) de FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH. Biblioteca Colorados Contemporáneos ( 7 ). Editor: Instituto Colorado de Cultura, Director: Dr. H. Sánchez Quell, Asunción-Paraguay, 1983 (293 páginas).
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RAFAEL BARRETT,
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )

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