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martes, 23 de agosto de 2011

ALICIA CAMPOS CERVERA - EN DETALLE (POEMARIO) / Presentación de CARLOS VILLAGRA MARSAL, Epílogo: JOSEFINA PLÁ / Editora Corcel, 1982







EN DETALLE
Colección del Corcel Nº 2 (Nº 1 de la serie B)
Editora Corcel
Dibujo de tapa y viñeta: LUIS ALBERTO BOH
Asunción – Paraguay
1982 (55 páginas)




ALICIA CAMPOS CERVERA, EN DETALLE.


Sola, una mujer contempla un mundo. Es joven, muy joven; sentada es una mecedora, con los cabellos empapados de tristeza, mecida ella misma por los aires silenciosos del recuerdo, mira entonces el universo; enfrente, la luz angosta del atardecer en el balcón le deja ver un barrio de gran ciudad y abajo el trajín minucioso de las gentes, a pie o en su máquina, lejanamente empeñadas en salir o regresar de algún sitio, acaso cada cual a la busca insensata de su propia soledad.
Igual que una lenta lluvia, los sueños de esta muchacha empañan los cristales de su balcón; sin embargo, no le impiden darse cuenta que, tal como ella, la multitud esta siempre en el borde preciso de los tiempos, en ese límite filoso que pocos traspasan, porque uno sabe oscuramente que al otro lado se enfrentara consigo mismo. Y así, de pronto (o despacio pues la condición puede ser apreciada de muchos pero el modo debe quedar intimo y callado), un afán más antiguo que la sangre alerta su corazón y le empuja la mano diestra. Alicia Campo Cervera comienza a escribir.
Se preguntaba Luis Cernuda si el poeta experimenta sus emociones con intensidad mayos o parecida a la de su prójimo. No lo sabemos, pero el poeta cobra existencia, con antelación a sus dones esenciales, solo mientras una necesidad rigurosa y urgente le manda comunicar su visión particular del mundo –prodiga o mezquina, tanto da- en una lenguaje que otorgue ¨un sentido más puro a las palabras de la tribu¨, según el verso de Mallarme. Ahora bien, es fuerza que la expresión individual sea familiar a los hombres; lo dicho es un simulacro de paradoja, puesto que el poeta asume lo universal únicamente cuando su voz contiene en un claro acento misterioso, la de todos lo demás.
¿Dónde la universalidad y por tanto la excelencia, de la poesía de Alicia Campos Cervera?
Con los ojos caleidoscópicos y multicolores
Confusa, indecisa, obcecada, laboriosa,
Precariamente cubierta ante la contingencia,
Oscilante entre el pasado y el devenir
Entre el retener y el dejar fluir.
Alicia registra y canta los nudos mínimos que atan, o se sueltan, en nuestro curso cotidiano; La muerte de su gato, un teléfono acechando en la penumbra, el anillo remoto de la infancia, los horóscopos sobre pasados, la transitoria amistad en los brazos de quien debe partir, las preguntas con respuesta infortunadamente conocida, las polvaredas del amor y los pobres desencuentros, las lunas sucesivas, y el obstinado aroma de la ausencia, las flores intocables ¨que el viento hostiga¨, la marejada estelar, la palpitación de las mañanas.
Poesía que se ocupa de los ¨… sorprendentes y maravillosos detalles / múltiples y curiosos detalles / algunos redondos, otros cuadrados / algunos azules, otros grises detalles¨, que trata incluso de recuperar el ¨escondite del pasado¨ - isla de un tesoro hecho de edad y no de espacio, poesía que finalmente se yergue y declara:
con todo mi camino andando y por andar,
todavía
y desde aquel entonces
sigo con mi corazón intacto
De esta manera, sin requerir la apoyadura de su alto nombre, la palabra de Alicia Campos Cervera penetra decidida y limpiamente en el ámbito de la lirica paraguaya de hoy, acompañada solamente del orgullo de sus amigos y del fuego despierto de una vocación que deseamos plena de futuro.
CARLOS VILLAGRA MARSAL
La alcándara, julio de 18982.



INDICE
ALICIA CAMPOS CERVERA EN DETALLES
PRIMERA PARTE
I
II
III
IV
V
SEGUNDA PARTE
EN DETALLE
CARTA POEMA
TELÉFONO
EPÍTOME
EPILOGO.


I
En recuerdo de Walt Whitman.
Yo
llevada como una hoja a derivar
entre los grandes y pequeños acontecimientos
alegre y minúscula entre las piedras
temblorosa ante la vida y la muerte
asombrada
sola
ignorante de las noticias del mundo
alucinada por la lejanía de las montañas
azules del atardecer,
las pequeñas flores de las alturas
que el viento hostiga
el ruido del mar contra las rocas
los juegos de la brisa entre los arboles
las lunas
el bosque
la bruma de la madrugada
la transparencia del atardecer
la respiración de la tierra y del universo
y la de mi propia e insignificante piel.
voluntariamente inmersa en todos los
acontecimientos.
los nacimientos, las uniones, las muertes
la copula de las bestias
la fecundación por el viento
los más mínimos detalles de la gente.
Con los ojos caleidoscopios y multicolores
confusa, indecisa, obcecada, laboriosa,
precariamente cubierta ante la contingencia,
oscilante entre el pasado y el devenir
entre el retener y el dejar fluir,
llena de secretos ingenuos
de inauditas alegrías
de miedos tremendos
de indescriptibles sueños
de vigilias alumbradas
de inocentes ambiciones.
Emociona ante mis manos, mis trabajos,
mis cartas, mi destino.
Metida de bruces en todo lo que inicio
con la voluntad tensada y aflojada
con solo lo imprescindible y menos todavía
pero aun con todo el equipaje.
Con mis músculos, mi ombligo, mi aliento,
mis ideas, mi hígado, mis lunares
y mis intenciones a cuestas
Asimilando cada descubrimiento
con la conmoción inevitable de estos casos,
con mi corazón blanco y negro
con los misterios más adentro de la blusa
y con todos los antagonismos,
con las timideces de siempre,
con la humildad necesaria
con los sentidos expandidos en todas direcciones
y aun sintiendo que todo se me escapa.
Atenta a los horóscopos y los vaticinios,
con la ayuda de mis amigos y de mis muertos
con el amor humano
con los ojos llenos de preguntas
y rodeada de todas las respuestas
esta noche
en silencio
bajo las estrellas palpitantes del infinito
mirando acuclillada desde un recodo de mi misma
con todo mi camino andando y por andar,
todavía
y desde aquel entonces
sigo con mi corazón intacto

II
Para Rodrigo Campos Cervera
Invitadme al pan de vuestras manos
dadme ternura
enseñadme de nuevo a ser generosa
porque el dolor de vivir, está permanentemente herida abierta
que sangra y supura,
hizo que olvidara a las gentes
a fuerza de tenerles miedo
No quiero llevarme todo vuestro amor
sin daros poco, aunque más no sea
de este, el mío
para cuando haya de partir
Hacedme más liviano este infinito pero
de la prisa con que corren las horas,
sin que pueda detener las manecillas de los relojes
por mucho que corra para alcanzarlas.
Poco tiempo queda para tomar y dejar algo:
Cubridme, protegedme
Sabéis que tengo frio
y que siempre estuve sola
Queda poco tiempo;
prestadme vuestro esfuerzo para poder recoger
todo el amor que sea posible,
pues será lo único que pueda llevar entre los brazos
para cuando definitivamente me vaya.

III
¿Dónde está el escondite del pasado?
¿Dónde han quedado
las mejores cosas de mi vida?
El salero de cristal de la mesa de mi infancia,
mi gata Grisetta,
el perpetuo asombro que solía
agrandar mis ojos,
el sabor de aquel pan remoto
el perfume de violetas robado
a la solitaria hora de la siesta,
el entierro de pájaros y escarabajos
con cruce de palitos,
el nunca saber qué cosas son el frio y el calor
permanente desvelo de la abuela Raquel
que ahora yace nivelada a la tierra,
saldada al fin su deuda
con el eterno polvo insoslayable.
El banco del jardín en unas casa
donde vivieron otros tantos niños que fui
Donde habré perdido aquella aduendada alegría
que brotaba ante minúsculos hallazgos
(lejana argollita de metal herrumbrado
que probé en cada dedo…
maravilloso anillo!)
¿Dónde estará el escondite del pasado?

IV
Es una pena
Que no podamos amarnos siempre.
Tú no sabes por qué
yo por qué no puedo.
Es una pena no ver a nuestros hijos juntos.
Es triste no engendrar entre los dos
otros hijos que llenarían mañana
aquellos huecos
que el silencio dejo vacios en el tiempo.
Es una pena
que no podamos amarnos siempre.
Pero hay cosas en ti
Que agradeceré ya sin remedio:
tu ademán
como siempre fuese el primero de la mañana
y tu cuerpo y tu corazón tan sanos,
la ternura de tus brazos seguros
tu amor por la vida
tus semillas que son hijos
en fin.
todo eso
Crecerás aun.
todo lo tuyos irá creciendo
y en alguna parte
algo de ti seguirá germinando
hasta el final del tiempo
Yo
estaré abonando la tierra
Donde harán cantando una ronda
tus nietos.
Los hombres como tú
son arboles besando siempre el viento.

V
Me pregunto
señores,
si es que no me niegan
(y aunque poco me importa
vuestra autorización)
el porqué de la tan grande consecuencia
del hecho de que Dios
le de pan al que no tiene dientes.
Todo intento de cambiar el rumbo
de los acontecimientos
es pueril y hasta vergonzoso
(pero esto lo aprendemos
solo con el correr de la edad)
Todo intento de amar
(con el perdón de la palabra)
resulta triste
e invariablemente
termina en puro ridículo
Cualquier intento de hablar
de nuestra verdad
suele ser muy mala empresa.
(Se torna en un peligro
para nuestra integridad física:
más de una vez
me han desencajado la mandíbula)
todo intento de explicar algo
inexorablemente
termina en descampado
(El inocente que tuvo tan descarada iniciativa
acaba huyendo, falleciente del miedo.)
Y cuando uno
harto ya de tanto despropósito
decide volverse hacia sí mismo,
aislarse,
abandonar la partida,
pronto uno se percata
de su inocencia imperdonable
(se suponía que ya habíamos aprendido)

Pues nada: lo dicho
Señores…


SEGUNDA PARTE.

EN DETALLE.
Esta mañana se murió mi gato,
Hacia diecisiete años que vivíamos juntos.
Me lo regalaron cuando yo era joven
dentro de una cajita de cartón agujereado.
Al abrirla salió la pelotita de pelo suave.
Podría entrar hasta en los más mínimos detalles.
(de la vida de mi gato)
Aunque he de confesar que su muerte
ha sido el más fuerte de sus detalles
Hace cinco años
un bus marca Leyland modelo
1960
me aplasto con su gigantesca
rueda izquierda trasera
el dedo chico de mi también izquierdo pie.
El detalle consistió en que
no me aplastara por los menos
toda la pierna.
Desde entonces cojeo un poco, pero
siempre lo quede agradecida
al destino por el detalles
Oh, sorprendentes y maravillosos detalles,
múltiples y curiosos detalles,
algunos redondos, otros cuadrados
algunos azules, otros grises detalles,
Todos ellos, pequeños y grandes,
mosaicos de la variopinta vida
siempre tan rica en detalles
Abrumada, alguna vez,
ante el descaro de algún que otro detalle
he debido recordarme a mi misma
que lo prudente en ciertos casos es callar.
El descaro esencial de según qué detalles
no es más que la insubordinación
descontrolada,
el alzamiento de armas
de algún sigiloso ejercito enano
que nos envía algo o alguien…
para obsequiarnos con un detalles
Detalles de mi vida…
esperpénticos,
inefables rezagos
grisuras
interminable trasiego detallado.
Me pregunto a veces
Como vendrá a mí el ultimo de mis días,
postrer detalle.
Y solo espero que no me sorprenda
con una mueca demasiado ridícula
La dignidad es algo que siempre se agradece…
como detalle.

CARTAPOEMA

Inmóvil o saltando
acostada o de pie
dormida o despierta
estoy en este cono sur
y quiero que vengas inmediatamente
Se terminaron las historias
tu eres el hombre de mi vida
y me molesta que camines por los alrededores de
la calle Calabria (Barcelona 15)
con tu flacura que amo
y alguna interminable bufanda.
Quiero que estés aquí ahora mismo.
Como dijo papá Ginsberg
hace demasiado tiempo que me levanto por la mañana
sin nadie que acaricie mi rodilla
aunque yo digo
sin que tú me acaricies lo que sea
Esto hay que arreglarlo ahora mismo
De modo que ya te estas
viniendo
A la sombra de un árbol tropical
te estoy esperando
y ya mi boca tiene gusto a tu presencia.

TELEFONO.

Esta quieto y mudo como un tigre al acecho
ondula su respiración imperceptible y calla.
Es como si la voz no fuese a salir nunca
por ese tuvo de boca anhelante
insaciable de palabras duras
Este artefacto vivo
que vomitó insultos cruentos y también
delicadas palabras de tu reina de Escocia.
Ese tubo a través del cual nos hemos herido
en caleidoscópicos matices de profundidad
también reconciliado
balbucientes de ternura como pichones puropico,
sorbido los mocos del arrepentimiento,
comentando banalmente sobre la vida de los demás
Ese tubo por el que nos hemos misericordiado
recíprocamente.
Esta allí.
Siento sus latidos que golpean, inflaman
las venas de mi frente
delatándolo como a un miserable mercader
de odios y alegrías
No vuelvas a llamar nunca.
Romperé a dentelladas ese cable-cordón umbilical
porque no quiero oírte
Solo quiero verte
con unos ojos que no tengo.

EPÍTOME.

Quisiera petrificarme en este instante
sentada en esta mecedora
a la triste luz del balcón
mirando el barrio gótico,
por solo no pensar en nada
por solo poder olvidar
y salirme del fuego cruel de los contrastes.
Quisiera quedarme aquí para siempre
porque mi corazón amo en un tiempo la vida
porque mi cuerpo amo
en algún momento ya olvidado
el frágil calor del sol de invierno,
el viento oloroso a tierra mojada
Que traía una remota proximidad de primavera,
el esbozado canto de humilde pájaro que no se pregunta nada
Quisiera quedarme aquí
solo mirando las particular de polvo del aire
suspendidas en el haz de claridad
que atraviesa los cristales
y que al despecho del dolor humano
continúan rotando en formas espiraladas
con esa natural crueldad de objeto,
con esa tozudez,
ignorando las ganas de morir de los hombres.
Todo el amor que se me dio
resulto no ser mío.
Todo cuando alguna vez creí resulto ser falso.
Las cuatro estaciones no pudieron
consolarme de tan duros golpes.
Quisiera poder entrar en la nada
Por esa diminuta ranura
En la cual no cabe ni siquiera
Este pequeño y enclenque poema.



EPILOGO
Entre los versos escritos desde antes de los veinte años, Alicia Campos Cervera, viajera incesante, rescata de su fuga continua –todo viajero es un fugitivo- estos pocos poemas en los que se prolonga como puente entre dos orillas imposibles, la estirpe del poeta de tantos amado por su angustia irredenta y su irredimible pasión. Hérib Campos Cervera.
Debemos inclinarnos una vez más, ante la vulgar noción, el poeta nace. Pero contrariamente a la segunda parte del aforismo, la vida lo hace. Que esto se ha dicho también muchas veces? Cierto. Pero más veces se ha dicho ¨nació, vivió y murió¨ ; y sin embargo esta obvia y cotidiana realidad no pierde por eso su vigencia de enigma.
Tal vez la poesía este en los genes. Y se herede. En todo caso, aquí esta Alicia para demostrar ambas cosas. Que el poeta nace, es decir, trae consigo sus atalayas; pero la herencia de los genes no significa la herencia de una visión del mundo; esta puede ser coincidencia, frutos de las circunstancias, inclusive puede heredarse en el sentido de temperamento o disposición de ánimo, pero no más.
 En otras palabras; la poesía de Alicia destila una angustia existencial pareja quizás a la poesía paterna; congoja idéntica ante la desmesura hombre-destino; el mismo sabor a la última ceniza que es vuestra única verdad redimida (y también nuestra verdad indecible). Esa congoja y este sabor no pudieron sin embargo venirle del padre a quien apenas tuvo tiempo de conocer.
El progenitor pudo transmitirle sensibilidad y temperamento pero fue la vida, la gran transmisora de los virus de la angustia, la maestra. Y la vida no puede imitarse. Se la vive.
Alicia es la hija de su tiempo, y su tiempo, que es el de una humanidad en desesperanza y rebeldía, le impone también sus claves, sus ritmos oraculares. Treinta años la separa del padre poeta, separan su poesía de la de él. Años suficientes para que la humanidad mudase como las serpientes, su piel. La poesía mas consanguínea, como no cambiaria?
Y la poesía de Alicia deja un sabor amargo que la del padre no alcanzo a dejar ni en los momentos de mayos desesperanza. Amargura e ironía son sus tónicas aunque en algún momento la juventud se imponga y entre la oscuridad se introduzca una titilante y errátil luciérnaga de ternura, o un emotivo temblor de rama estremecida por la lluvia.
Estos poemas escritos por Alicia (dos nomas se publicaron en trece años) se reúnen hoy en un rescate que será sin duda apreciado por lo que reclaman una poesía de mujer que remonte –aquí y donde quiera- de una vez las preocupaciones de su condición femenina y en sus aspectos más epidérmicos, más inmediatos o tópicos. Quizá la misma Alicia encuentre en la publicación de sus poemas adolescentes un aliciente para desenrejar su oculta vida lirica y resolverse de una vez a obedecer una vocación.
JOSEFINA PLA.

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