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miércoles, 14 de julio de 2010

JOSÉ-LUIS APPLEYARD - POESÍAS DE "EL SAUCE PERMANECE Y TRES MOTIVOS" (1965) / Fuente: TOMADO DE LA MANO (POEMARIO)


EL SAUCE PERMANECE
Y TRES MOTIVOS (1965)
Poesías de
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )

.
CARCEL DE PARALELOS
Cárcel de paralelos.
Presidio de un espacio jadeante.
Rejas de asfixia que abruman un encierro
de irrespirable, absurda geografía.

Un tiempo fue.
Un tiempo es un pedazo de horas,
de noches, de mañanas,
de rota claridad del mediodía.
Un tiempo fue.

Entonces la garganta
era caudal de voces
y los ojos miraban sin penumbra y muy de frente
a otra mirada donde un sueño ardía.
Un tiempo fue.

Pero vino el silencio y se apretó a los pechos,
succionó el nacimiento de las sílabas puras
y se abrazó a la tierra
y cercenó raíces,
encadenó las nubes, desgarró las sonrisas
y convirtió en metales las márgenes de un río.

Hierático atalaya de silencio.
Fecundador de soledad y miedo.
Amparo de las noches sin historia.
Centinela de sombras.
Acibarante engendro.
Fuego sin llamarada.
Muda expresión del trueno.

Pero ya surgen las interrogaciones.
La voz se hace pregunta silabante y escueta.
Los ojos ya diseñan
el círculo completo de una esperanza muerta.

¿Por qué? ¿Por qué el silencio?
¿Por qué se ha roto la vertebral columna del sonido?
¿Por qué no tiene la palabra el poder de sus sílabas completas?

Pero es inútil preguntar, inútil.
Las respuestas han muerto de silencio
y el eco ha traicionado su canción.
Agónicos de viento los palmares
son hitos de un presidio de silencio
en donde ha enmudecido el corazón.

MUJERES QUE HACEN CANTAROS
Si se pensara en la redonda curva de los cántaros,
en ese rojo beso que da el fuego al barro y a la arcilla
para ser continente del espasmo benéfico del agua.
Si se pensara en las manos redondas y precisas
que dieron forma al ánfora,
en el arroyo que ofreció su calma
a la avidez de belfo de la arena
y laminó la materia genérica del cántaro.
Si se pensara.

Mujeres de mirada indígena y lejana,
con trenzas como hamacas,
como columpios negros de entereza,
con pómulos salientes
rompiendo casi el frágil pergamino del rostro,
con labios apretados desde siempre,
desde entonces,
desde la negativa del pezón materno
a prolongar el ósculo de leche.

Mujeres que hacen cántaros.
Pies rudos, bastos, tensos,
acero enarenado en una geografía de venas y tendones,
pies deformes, llenando con hartura
la vocación de ser para la tierra,
la vocación de ser sostén y báculo,
la recia y simple vocación de pies.

Carne seca y morena, lustrosa y barnizada de sol y mediodía
y unas ruanos oscuras, agrietadas, marrones,
en constante vigilia de un ensueño de cántaros.
Agua, mujer y tierra.
Si se pensara.

HOMBRE Y LLUVIA
Y estoy frente a la lluvia,
torturado,
mirando cómo crecen, cristales de la espuma,
sus ojos, Argos duros,
en manantiales de rumor constante.
No puede el trueno oscuro
ni puede el mismo rayo,
perdido de nostalgias azufradas,
tras un espacio que no llega nunca,
brindar un atractivo diferente
de aquél que de la lluvia se desprende.

Oh rutina del agua,
casi gris, casi blanca,
vida siempre en declive
volcando su ternura hasta las sombras
cilíndricas de pozos y de aljibes.

Así también nosotros, lluvia siempre,
caireles encendidos, fugaces, ateridos,
llovizna o torrencial llanto de trueno,
en este desnivel que va matando
con paciencia y rigor todo el anhelo,
en este desnivel,
cauce medido,
hondo sonar con márgenes de miedo,
en este desnivel que va llevando
la vida hasta el encierro y hasta el sueño,
seguimos siendo lluvia, lluvia amarga,
siempre cayendo desde un alto cielo,
siempre cayendo, siempre, hasta el abrazo
de barro y de miseria de este suelo.

TRES MOTIVOS
.
para Hermann Guggiari
.
I. TU REALIDAD
Era entonces el tiempo en que los años
-los tuyos y los míos imbricados-
no alcanzaban la cifra que hoy sumamos
diciendo que es edad.
Y entonces ya eras todo lo que has sido,
lo que siempre será, Hermann amigo,
eras ya la visión de tu destino
dispuesto a madurar.

Una ciudad ajena
y otras calles,
la mezquindad de un cielo de retazos,
y nuestra voz, recientemente nuestra,
nueva en la gravedad de sus sonidos,
hablaba de futuros,
sencillamente ajena a realidades.
Y ajeno a realidades tú has vivido,
porque ya entonces, Hermann, tú te aislabas
detrás de tus ideas
y amparado por ellas construías
tu mundo inaccesible,
limpio y puro,
el mundo de tu propia realidad.

Tu propia realidad, la que has impuesto
con la tosuda convicción del bueno
con la intuición que no avisora riesgos
porque ve más allá.
Con ella, desde entonces, como guía,
durante todo el tiempo que es la vida,
sigues marchando, sigues hacia arriba
y en ella morirás.

II. LOS SILENCIOS
Junto a tu nombre brotan los silencios,
se extienden como láminas delgadas,
intentan rodearlo,
intentan, y no pueden, ignorarlo.

Tu nombre es cifra, Hermann, de otros nombres,
representa en tu arte
este espacio querido que nos duele,
que nos duele de amor, porque es el nuestro.
Representa este tiempo,
el que compartes
con nosotros, aquí, todos los días,
representa el callado,
cotidiano quehacer de nuestra vida
y representa un pueblo en cuya sangre
late una vieja vocación de artista.

Junto a tu nombre brotan los silencios
y esa mudez no alcanza a enmudecerlo.
Tu nombre en alto ya no pertenece
a las voces que viven de sus ecos
y que opacas y pobres enmudecen
engañando a la verdad con su silencio.

Tu nombre, ya no el tuyo, sino el nuestro
hoy suena claro y limpio, con voz propia,
y es más sonoro y fuerte porque callan
quienes han traicionado a la palabra
ignorando el espíritu del Verbo.
Tu nombre, en alto ya, sobre el silencio.

III. DE PRONTO
De pronto. Simplemente de pronto.
Ya no importa la espera,
ya no tiene sentido el largo tiempo,
el largo tiempo que has tejido en horas,
horas de soledad, de compañía,
de estar contigo hablando,
de estar contigo haciendo,
de estar contigo abriendo tu futuro
a golpes lentos, fuertes, decididos,
a golpes que son ecos
de tu propia pasión de artistas puro.

Irrenunciablemente artista
sin otra proyección ni contenido
que el propio corazón.
Tu propio corazón,
el que te espera oculta en cada gesto,
el que sigue tus pasos y contempla
tu trayectoria límpida, sin miedo.
Tu propio corazón de artista bueno,
siempre en dación, siempre en obsequio, en dádiva,
tu propio corazón que no traiciona,
tu enorme corazón ajeno a cánones,
llamarada y espacio de tu mundo,
fuerza de amor que imprime a la escultura
el sello del amor.

Irrenunciablemente artista, Hermann,
llevas la cruz del arte como estrella,
la has soportado en la penosa cuesta
con ese gesto altivo que hoy te lleva
a la cita soñada en larga espera.

De pronto.
Parece corto el tiempo y te recuerdas.
Parece corto el tiempo de tus años.
Ya no recuerdas más.
…………………….. Ya no es posible
asirte a ese pasado.

…………………….. Pero él vuelve
y se sienta a tus pies
y te renueva.
El tiempo ya no importa. Ya no importa la espera.
De pronto, sí de pronto
la aplastante verdad de tu quimera.
.
TOMADO DE LA MANO: Confieso que este libro iba a tener una característica diferente a la que hoy tiene. En un principio la idea fue de que yo hiciera un recuento de un largo tramo de mi vida “tomado de la mano” de mis poemas. En realidad, lo hice, pero me dí cuenta que, por una parte, ese relato de mi desandar por un camino transitado durante años no tendría interés para nadie y, por la otra, ello daría lugar a confidencias, a intimidades a las que solo la poesía puede dar forma. Entonces resolví dar simplemente lo que he escrito en casi cuarenta años (1945-1981) y que ello diga todo y nada más. (…) – Asunción, junio de 1981 – EL AUTOR
.
Fuente:
Libro Paraguayo del mes.
Año 1 – Nº 9 – Junio 1981,
Ilustraciones: ADOLFO DÍAZ
Ediciones NAPA,
Asunción-Paraguay, 1981 – 142 páginas.
Amplio resumen de autores y obras
de la Literatura Paraguaya.
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.

1 comentario:

  1. Gracias, por tan hermoso texto. La poesia nos deja hablar el alma, Bendiciones donde quieras que estes Poeta de mi tierra colorada y santa.

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