JUGLAR DE LO PEQUEÑO
Poesías de
Poesías de
JOSÉ-LUIS APPLEYARD
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
.
JUGLAR DE LO PEQUEÑO
Yo siempre he sido juglar de lo pequeño.
He cantado a los grillos y a su canto,
a las hormigas ágiles, al viento
y a ese dolor que lucha y es el tiempo.
Nunca podré internarme en paralelos
de abstracciones solemnes y baratas
que encubren la ignorancia y la devuelven
envuelta en celofanes de jactancia.
Prefiero los minutos que dejaron
su impronta en el recuerdo y deshicieron
los falsos preconceptos del olvido
proyectándose al tiempo de lo sido.
Círculo eterno, noria permanente
sobre un eje de vida dando vueltas
una vez y otra vez en el momento
huyente y regresante y conocido,
cambiante siempre y siempre repetido,
en recuerdo profético del todo,
agua que forma la unidad del río,
siendo la misma y siempre diferente
hormiga de mi canto, cigarra decisiva;
en ayeres-mañanas del presente
voy a tumbos muriendo y esta vida
de cansancio y estímulo se vuelve
alfa enlazada en comunión constante
con esa omega pura de la muerte.
SONETO
Ver verte viéndome con la tristeza
de no saber si ves 1o que es patente.
Ver que lo sabes y que está en tu mente
la visión que no ves de tu belleza.
Ver que en el labio la palabra reza
y hace surgir la fe tan puramente
que al verme que me ves, tan de repente,
sin ver, sé que otra vez alguien me besa.
Y los ojos me dan la certidumbre
de al fin saber que es cierto lo que veo
y en la duda feliz de nuevo creo
que es más cercana para mí la cumbre
cuanto más se me aleja. Y el deseo
de verme en tí no es sólo una costumbre.
PONERLE CASCABELES A LA MUERTE
.
JUGLAR DE LO PEQUEÑO
Yo siempre he sido juglar de lo pequeño.
He cantado a los grillos y a su canto,
a las hormigas ágiles, al viento
y a ese dolor que lucha y es el tiempo.
Nunca podré internarme en paralelos
de abstracciones solemnes y baratas
que encubren la ignorancia y la devuelven
envuelta en celofanes de jactancia.
Prefiero los minutos que dejaron
su impronta en el recuerdo y deshicieron
los falsos preconceptos del olvido
proyectándose al tiempo de lo sido.
Círculo eterno, noria permanente
sobre un eje de vida dando vueltas
una vez y otra vez en el momento
huyente y regresante y conocido,
cambiante siempre y siempre repetido,
en recuerdo profético del todo,
agua que forma la unidad del río,
siendo la misma y siempre diferente
hormiga de mi canto, cigarra decisiva;
en ayeres-mañanas del presente
voy a tumbos muriendo y esta vida
de cansancio y estímulo se vuelve
alfa enlazada en comunión constante
con esa omega pura de la muerte.
SONETO
Ver verte viéndome con la tristeza
de no saber si ves 1o que es patente.
Ver que lo sabes y que está en tu mente
la visión que no ves de tu belleza.
Ver que en el labio la palabra reza
y hace surgir la fe tan puramente
que al verme que me ves, tan de repente,
sin ver, sé que otra vez alguien me besa.
Y los ojos me dan la certidumbre
de al fin saber que es cierto lo que veo
y en la duda feliz de nuevo creo
que es más cercana para mí la cumbre
cuanto más se me aleja. Y el deseo
de verme en tí no es sólo una costumbre.
PONERLE CASCABELES A LA MUERTE
.
Para Alicia Campos Cervera,
hija mía, sin serlo,
con cariño en que tiembla
un efluvio fraterno
hija mía, sin serlo,
con cariño en que tiembla
un efluvio fraterno
.
No es un regreso, es simplemente el modo
de estar de nuevo en la mitad del río,
y saberme que así, puedo y decido
ser patrón de mi paz y mi albedrío.
Quiero seguir en contra la corriente,
albergarme en las islas, fruto cierto;
ampliar mis horizontes o encontrarlos
más allá del destino y del acecho.
Quien ama el campo y huye hacia el silencio
de la propia verdad en labio tenso
puede saber que el aire, el cielo, el tiempo
son tan sólo pedazos de universo
que rodando hasta sí, se vuelven todo:
la vida que circunda lo vivido,
el aire que respiran los sentidos,
la mano que se vierte en la caricia
y la pasión frenada en tenue brisa.
Nadie podrá, desde este punto mío,
volverlo a transitar como lo he hecho
ni nadie puede, sin temor, vedarme
ser el pretil que impida mi caída,
porque he doblado el tiempo de la prueba
y estoy logrando la fuerza de un presente
que me conmina, ansioso, a superarme
y a poner cascabeles a la muerte.
No es un regreso, simplemente sigo
estoy en pie, mirando hacia el poniente,
y junto a mí, la malo, la sonrisa
de un sol que vuelve a ser resplandeciente.
EL TIEMPO, MIS AMIGOS
Saber que los amigos no necesitan tiempo,
saber que son los mismos
y sin embargo ajenos
a aquéllos que lo fueran
cuando los años nuestros
nos brindaran su esencia
de "compañero eterno".
Pero vuelven, persisten
y son tiempo y castigo:
la edad no diferencia
la visión del amigo.
Mi edad, tu edad, la suya
no son hitos brutales
que separan los míos.
El tiempo
-nuevamente me enfrento con el tiempo-
es una forma dulce
del constante recuerdo
Saber que los amigos
son de mi voz el templo.
Saber que ellos conmigo
me ayudan a lo eterno.
Y entonces, cada día
se vuelve hacia el principio
de saber que un amigo
es una voz sin tiempo.
YO NO PUEDO DECIRTE ESTA NOCHE
Yo no puedo decirte esta noche
que mi voz se ha erizado de estrellas.
Yo no puedo callar esta noche
que la muerte me sigue muy cerca.
Yo no puedo decir que el olvido
me ha besado la boca y la espera
se me ha vuelto imponente y serena.
Y no puedo callar que un pedazo
de setiembre no fue primavera.
Yo no puedo saber si la muerte
es la cifra final que desea
en sus brazos de trémula furia
un connubio brutal de tristeza.
Yo no sé, yo no puedo, no tengo
memorial de mis noches deshechas,
yo no puedo callar y me callo
porque el alma transita en las penas.
Yo no puedo decir que mi vida
se termina en un mundo sin rejas.
Yo no puedo saber que yo mismo
soy un tiempo de infancias perversas.
Yo no puedo morir mientras viva
un pasado de luces intensas.
Yo no puedo vivir mientras muera
el placer de saber que me besas.
LIRAS DE UN SAUCE Y UN LAGO
.
No es un regreso, es simplemente el modo
de estar de nuevo en la mitad del río,
y saberme que así, puedo y decido
ser patrón de mi paz y mi albedrío.
Quiero seguir en contra la corriente,
albergarme en las islas, fruto cierto;
ampliar mis horizontes o encontrarlos
más allá del destino y del acecho.
Quien ama el campo y huye hacia el silencio
de la propia verdad en labio tenso
puede saber que el aire, el cielo, el tiempo
son tan sólo pedazos de universo
que rodando hasta sí, se vuelven todo:
la vida que circunda lo vivido,
el aire que respiran los sentidos,
la mano que se vierte en la caricia
y la pasión frenada en tenue brisa.
Nadie podrá, desde este punto mío,
volverlo a transitar como lo he hecho
ni nadie puede, sin temor, vedarme
ser el pretil que impida mi caída,
porque he doblado el tiempo de la prueba
y estoy logrando la fuerza de un presente
que me conmina, ansioso, a superarme
y a poner cascabeles a la muerte.
No es un regreso, simplemente sigo
estoy en pie, mirando hacia el poniente,
y junto a mí, la malo, la sonrisa
de un sol que vuelve a ser resplandeciente.
EL TIEMPO, MIS AMIGOS
Saber que los amigos no necesitan tiempo,
saber que son los mismos
y sin embargo ajenos
a aquéllos que lo fueran
cuando los años nuestros
nos brindaran su esencia
de "compañero eterno".
Pero vuelven, persisten
y son tiempo y castigo:
la edad no diferencia
la visión del amigo.
Mi edad, tu edad, la suya
no son hitos brutales
que separan los míos.
El tiempo
-nuevamente me enfrento con el tiempo-
es una forma dulce
del constante recuerdo
Saber que los amigos
son de mi voz el templo.
Saber que ellos conmigo
me ayudan a lo eterno.
Y entonces, cada día
se vuelve hacia el principio
de saber que un amigo
es una voz sin tiempo.
YO NO PUEDO DECIRTE ESTA NOCHE
Yo no puedo decirte esta noche
que mi voz se ha erizado de estrellas.
Yo no puedo callar esta noche
que la muerte me sigue muy cerca.
Yo no puedo decir que el olvido
me ha besado la boca y la espera
se me ha vuelto imponente y serena.
Y no puedo callar que un pedazo
de setiembre no fue primavera.
Yo no puedo saber si la muerte
es la cifra final que desea
en sus brazos de trémula furia
un connubio brutal de tristeza.
Yo no sé, yo no puedo, no tengo
memorial de mis noches deshechas,
yo no puedo callar y me callo
porque el alma transita en las penas.
Yo no puedo decir que mi vida
se termina en un mundo sin rejas.
Yo no puedo saber que yo mismo
soy un tiempo de infancias perversas.
Yo no puedo morir mientras viva
un pasado de luces intensas.
Yo no puedo vivir mientras muera
el placer de saber que me besas.
LIRAS DE UN SAUCE Y UN LAGO
.
Para Alicia y Balthazar
.
Es raro que haya vuelto
en un atardecer de viento y bruma
y más raro que, esbelto,
el sauce fuese suma
del lago desasiéndose de espuma.
Rechaza los piratas
y mira, Balthazar, que el tiempo niega
el minuto y desatas
el lago en que navega
la tarde que nos ata y que nos ciega.
Alicia, en tu hermosura
de gris te vista el sauce pensativo
y ya en la tarde oscura,
cuando en tu voz revivo,
sauce por fin seré, definitivo.
Déjenme que este lago
amante de mi sauce y mordedura
no sepa lo que hago
y revierta en la pura
manera de saber lo que es altura.
Altura dolorida,
mangrullo de visión que amando sabe
lo que ignora la vida,
llamarada suave
que funde en su calor la frágil llave.
La maravilla, Alicia,
en playa de Areguá, la verdadera,
alucinada inicia
la falsa primavera
de un manzanar en campos de Cervera.
Y el sauce permanece,
el mismo aquél de un libro tan lejano.
Al lago alguien lo mece
y hay algo más humano.
Alicia y Balthazar me dan la mano.
en un atardecer de viento y bruma
y más raro que, esbelto,
el sauce fuese suma
del lago desasiéndose de espuma.
Rechaza los piratas
y mira, Balthazar, que el tiempo niega
el minuto y desatas
el lago en que navega
la tarde que nos ata y que nos ciega.
Alicia, en tu hermosura
de gris te vista el sauce pensativo
y ya en la tarde oscura,
cuando en tu voz revivo,
sauce por fin seré, definitivo.
Déjenme que este lago
amante de mi sauce y mordedura
no sepa lo que hago
y revierta en la pura
manera de saber lo que es altura.
Altura dolorida,
mangrullo de visión que amando sabe
lo que ignora la vida,
llamarada suave
que funde en su calor la frágil llave.
La maravilla, Alicia,
en playa de Areguá, la verdadera,
alucinada inicia
la falsa primavera
de un manzanar en campos de Cervera.
Y el sauce permanece,
el mismo aquél de un libro tan lejano.
Al lago alguien lo mece
y hay algo más humano.
Alicia y Balthazar me dan la mano.
.
Fuente:
Poesías de
JOSÉ-LUIS APPLEYARD
JOSÉ-LUIS APPLEYARD
Libro Paraguayo del mes.
Año 1 – Nº 9 – Junio 1981,
Ilustraciones: ADOLFO DÍAZ
Ediciones NAPA,
Asunción-Paraguay, 1981 – 142 páginas.
Amplio resumen de autores y obras
de la Literatura Paraguaya.
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.
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