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miércoles, 1 de septiembre de 2010

MARTÍN THOMAS MAC MAHON (GENERAL) - ¡RESURGIRAS PARAGUAY! (Poesía, Versión del inglés, PABLO MAX INSFRÁN) / Fuente: LA GUERRA DEL PARAGUAY, 1870.


¡RESURGIRAS PARAGUAY!
Poesía del
GENERAL MARTÍN THOMAS MAC MAHON
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )

.
¡RESURGIRAS PARAGUAY!
.
Oda escrita en el Álbum de Elisa Alicia Lynch
por el General Martín T. Mac Mahon, último
Ministro de los Estados Unidos ante el Gobierno
del Paraguay durante la Guerra de la Triple
Alianza, al despedirse, del país.
.
(Versión directa del inglés,
Por PABLO MAX INSFRÁN)
.
¡Bella y núbil república de la zona encantada,
Reina de mil arroyos: tu nombre sólo ayer
Desconocía el mundo, pero tu fuerte espada
Te conquistó una gloria que nunca han de perder.
Que infortunio que el brazo de la guerra te arrastre
Por el sangriento surco de un destino fatal;
Que vándalos te traigan la ruina y el desastre.
Por agua y tierra, en una porfía desleal!

Los campos en que yacen en su fúnebre lecho
Tus legiones sagradas, vieron el esplendor
Del escudo que cubre tú inmaculado pecho
Y el ondear de tu ínclito penacho tricolor!
Si la paz con bravura y abnegación se gana
Y el patrio honor de todos es el más alto bien,
Deténga la sangre que de tus venas mana
Y de frescos laureles corónese tu sien.

Yo soy un forastero que por ti, noble tierra,
Eleva sus plegarias -cuando en torno el clarín
Llama al combate, y ruge, sobre la vasta sierra,
El cañón humeante, de uno al otro confín
Y pido que tu estrella surja resplandeciente
Como la más hermosa del cielo tropical.
Cuando tus enemigos desistan del demente
Sueño de hacerte esclava tras lucha desigual

No te extrañe que el hijo de un país tan distante,
Que vivió -en estas horas de tragedia y de horror-
Bajo tu cielo y supo del brío fulgurante
Que te infunden en la lidia tu bravo conductor.
Suplique por los huérfanos que deja el holocausto,
Por las viudas que ¡lloran su infinito sufrir,
E implore por el orto de un sol radiante y fausto
Que inunde para siempre de luz tu porvenir.


La muerte de Polonia lloraron las naciones,
Pero ninguna, para socorrerla; empuñó
Su espada; y no impidieron, con sus lamentaciones
La iniquidad de un crimen que a todas mancilló,
No temas que te llegue semejante destino:
Confía en el amparo de Dios y en su bondad,
Pues tú con, sangre escribes un decreto divino
Que dispone el rescate de tu sacra heredad.

Adiós, soberbios bosques del Paraguay, umbríos
Naranjales, llanuras y praderas en flor.
Donde en alegre danza, se deslizan tus ríos
Como un desfile eterno de cristal y rumor;
Y vosotros, collados, que el poderoso aliento
Recibís de los Andes, o el saludo del mar,
O la caricia helada con que, en alas del viento
Las nieves patagónicas os vienen a besar;

Vosotras, cordilleras, donde, en cada pendiente,
La libertad aguza sus lanzas para herir,
Mientras sus campeones, entre el eco rugiente
Del combate, vigilan sin comer ni dormir,
Que la paz os devuelva la verdura hoy marchita
De vuestras empinadas cumbres, cuando el cañón
Hostil ya no resuena, y a la presente cuita
Reemplace del trabajo prolífico la acción.

Mujeres paraguayas cuyo gentil semblante
Nos revela a los ojos que por primera vez
Os miran, la bravura que hay en vuestro talante
La espartana energía que hay en vuestra altivez

Que pueblo que ha criado tales hijas debiera
Desesperar? Y qué hijos que hubisteis de nutrir
Lograrán resignarse jamás a la extranjera
Sumisión y ante un trono, cobardes, sucumbir

No serán ciertamente quienes aquí, agrupados
En torno a sus fogatas, en este anochecer
Sobre la serranía, se preparan callados
Para la nueva lucha que el día ha de traer
Y alientan en sus pechos heroicos la esperanza
De escarmentar al triple conquistador audaz,
Para entonar mañana sus himnos de bonanza,
De reconocimiento, de júbilo y de paz.

Que así sea. Y ahora, con amarga tristeza
Debe partir -el alma llena de gratitud-
Quien admiró tu clima, tu cielo, tu belleza
Oh, esmeralda preciosa del hemisferio sud!
Debe volver al suelo de sus mayores- suelo
Que habitan hombres libres y donde todos ven
Ansiosos los estragos de este implacable duelo
Y a Dios por ti suplican y te desean bien!
.
Junio de 1869
.
MARTIN T. MAC MAHON
.
Fuente:
HARPER´S NEW MONTHLY MAGAZINE
HARPER´S, NUEVA REVISTA MENSUAL.
Nº CCXXXIX – Abril, 1870 – VOL. XL.
IMPRENTA MILITAR.
Asunción - Paraguay

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