SILLAGES ESTELAS
Poesías de RENÉE CHECA
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE LETRAS del
Edición bilingüe de JOSEFINA PLÁ
Colección Poesía, 39
© de esta edición Alcándara Editora
Edición al cuidado de Josefina Plá,
C.V.M., M.EN.M. y M.A.F.
Diseño gráfico: Miguel Ángel Fernández
Viñeta: Carlos Colombino
Tiraje: 750 ejemplares
Se acabó de imprimir el 28 de noviembre de 1985
en los talleres gráficos de Editora Litocolor
Asunción del Paraguay (122 páginas)
Nacida en Villarrica en 1896, muerta en Menton-Garavan, Niza, en 1963, RENÉE CHECA es posiblemente la menos advertida de las escritoras oriundas del Paraguay; sin embargo, su poesía tiene impulso, clamor entrañable, final redondez. Y en lo que respecta a SILLAGES (Menton, 1933), primer y único poemario de la autora, es una solitaria, barroca y acendrada parábola del amor; el fuego transitorio, la nostalgia, el rostro que ofrece el recuerdo de ciudad en ciudad, el deseo allende el cuerpo. Pero es indudable que el francés, idioma de su escritura, impidió que RENÉE sea estimada entre nosotros como se merece. Por ello, recurrimos al acucioso fervor de JOSEFINA PLÁ para la preparación de esta edición bilingüe, que selecciona buena parte de los poemas de SILLAGES; a las espléndidas y recreadoras versiones al español de JOSEFINA se suma la introducción critica que abre el volumen, en la cual la misma investigadora diseña el contorno vital y estético de la olvidada poetisa, cuya obra entrega hoy ALCÁNDARA en carácter de estricta reparación y homenaje.
ADVERTENCIA DE LOS EDITORES
En esta oportunidad hemos considerado conveniente publicar sólo una selección antológica de veinticinco poemas, de los cuarenta y cinco que integran la primera y única edición de SILLAGES de 1933, en razón de que los textos elegidos constituyen, a nuestro juicio, una muestra suficientemente amplia y representativa del estilo y los rumbos vitales y estéticos de la autora. Los poemas no incluidos, en cambio, son en su mayor parte de carácter coyuntural, y poco agregan a la visión que hemos querido presentar de esta poetisa, tan estimable por muchos conceptos. Noviembre de 1985
RENÉE CHECA: LA MUJER Y LA POETISA
BREVE INTRODUCCIÓN
Como en más de una ocasión he dado a entender, la poesía femenina paraguaya es, a los efectos de la continuidad y la difusión, prácticamente inexistente antes de 1920. Sólo a partir de esta fecha y como consecuencia de hechos de cuyo análisis apenas si he intentado un esbozo en varios trabajos (1) , se produce una explosión literaria -explosión relativa pero calificable de tal ante el previo estatismo-: la presencia de las primeras escritoras y poetisas caracterizadas en continuidad; relativa ésta, también. De estas escritoras, varias aún viven y no han cerrado del todo tampoco, las principales, su ciclo activo.
En esta poesía se da asimismo el fenómeno corriente y repetido en la historia cultural de otros países, por tanto en la ibero-americana, y consiguientemente en la nuestra, de que hechos fermentales -o por lo menos incentivadores de un paso adelante en cada período- se produzcan mediante levaduras importadas, sea con la llegada de elementos foráneos, o por la salida de personalidades locales al exterior.
Una combinación de ambas circunstancias se da en nuestra poética, con personales variantes, en el caso de Renée Checa y en el de su compañera de generación, Nathalie Bruel (2), con muy distintas características y de contenido.
1.- Entre otros, en la INTRODUCCIÓN a VOCES FEMENINAS EN LA POESÍA PARAGUAYA, Alcándara, Asunción, 1982; APORTES Y LOGROS EN LA LITERATURA FEMENINA PARAGUAYA, Centro de Estudios Sociológicos, Asunción, 1980.
2.- Alcándara prepara también la próxima publicación de una Antología de Nathalie Bruel.
LAS RAÍCES
Renée Checa fue hija de franceses que, formando parte de un contingente de colonos de esa nacionalidad, vinieron por su cuenta y riesgo al Paraguay en las décadas finales del siglo pasado. Fue la segunda experiencia francesa en este rubro. La primera fue iniciativa prohijada por el gobierno nacional: la Colonia Nueva Burdeos, resultado indudable de la visita del General Francisco Solano López a Francia en 1854, y memorable ensayo que quizá valga la pena recordar brevemente.
Estos colonos, según un censo de época, fueron 500. Otro censo de 1856 da, como cifras, 380 individuos casados (190 matrimonios) más cuarenta y seis solteros del sexo masculino y diez y seis del femenino. Presumimos que las criaturas completarían el número citado en primer lugar.
Asentada en un área que hoy cubre Villa Hayes, al otro lado del río, la empresa no tuvo feliz desarrollo; la falta de experiencia en tales materias, por uno y otro lado, llevaron la colonia al colapso y con éste al regreso a Francia de una mayoría de los colonos. El gobierno paraguayo indemnizó, según noticias, a los colonos que regresaron. Un cierto número de ellos, sin embargo, continuó en el país, ejerciendo diversas profesiones u oficios: algunos descendientes de esos colonos figuran en la sociedad paraguaya de hoy.
El resultado globalmente poco favorable no animó mucho a nuevos ensayos masivos, sino sólo individuales, hasta transcurridos unos años después de la guerra, cuando un segundo enjambre esperanzado acudió, aunque no en masa sino en grupos, a asentarse en el país, eligiendo para ello una zona en el Guairá, cerca de la antigua ciudad de Villarrica, donde el gobierno nacional, como en ocasión anterior, les señaló en principio tierras a una parte de ellas. Algunas familias se establecieron en Villarrica y localidades aledañas. Una de ellas, Yegros, fundada en 1897, recibió a un núcleo unificado en el que figuraban por lo menos unas cuantas familias llegadas en fecha anterior.
LA BIOGRAFÍA
Antes de empezar con el libro, resumamos lo que por diversas vías hemos llegado a saber de la vida de Renée Checa. Sus padres fueron Ernesto Balansá y Jeanne Boissière. (De acuerdo al uso francés -y de muchos otros países- Renée, "née" Balansá, adoptó el apellido del marido).
Era alta, rubia, de ojos verdes, sumamente atractiva, dice Margarita Balansá. Tenía la silueta "élancée" que parece peculiar de la mujer francesa, como la "donairosa" lo es de la española.
Durante su vida en el Paraguay, niña y joven, tuvo directo contacto con el campo libre y la naturaleza exuberante del trópico, la cual aprendió a amar, y con ella a los animales, especialmente los caballos y los perros. Una fotografía suya, que tuvimos ocasión fugaz de ver, la muestra junto a un caballo negro cuya inteligente cabeza acaricia suavemente. Es el Cambá'i, al cual se refiere un poema suyo, Che Retâ, no incluido en el libro.
De ese amor a la naturaleza; más aún; de su identificación con el paisaje, el acento telúrico y el ritmo vital paraguayo, ha quedado rastro en otros poemas contemporáneos de los del libro, no incluidos en éste y que, por lo demás, añaden poco a los valores de su único poemario.
La reconstitución de una biografía de Renée Checa no ha sido fácil. No se ofrece aquí, por cierto, lo debidamente completa. Recogida a retazos -retazos retaceados- por cauces orales y ya un tanto borrosos; fragmentaria en lo sustancialmente personal, a pesar de la amable colaboración prestada en algunos tramos del trabajo a quien esto escribe por dos parientes de la poetisa, Madó Balansá de Sarubbi y Margarita Balansá de Ocampos. (No es posible silenciar la escasa cooperación de otros parientes de Renée, residentes en Francia, y que quizá hubiesen podido ayudar a una mejor clarificación de detalles).
Esta biografía, pues, apenas acota episodios sueltos, en los cuales además no hay aparentemente situaciones extremas, quiebras, trances aparatosos: nada que la recomiende a lecturas ávidas de sucesos o peripecias emocionantes.
Renée nació en 1896, en el país, por supuesto. Fue el tercero de los vástagos menores de una familia numerosa (al fallecer la poetisa vivían aún seis hermanos). Por haber nacido en el Para guay y por el ambiente en el cual se movió su infancia, aprendió el español, cuyo uso pudo eventualmente perfeccionar más tarde, durante residencias en España; pero que no parece haber conservado hasta el final, ya que sus cartas al Paraguay fueron escritas en francés. Este fue su idioma de hogar, el idioma de la familia trasterrada. Y cuando escribió, lo hizo en francés, no en español; lo cual es lógico, ya que escribía en Francia, y allí esperaba hacer su carrera literaria.
Fue alumna de la primaria en un colegio religioso de monjas en Villarrica.
En el seno del hogar adquirió desde niña el gusto por la lectura y con el algo más que una cultura: la pasión por aquélla. Completó su educación en Francia, en Toulouse, en el Lycée de Jeunes Filles de Tarbes, donde por mucho tiempo "se recordó lo buena alumna y lo encantadora que era” (Datos de Madó Balansá de Sarubbi.). El hecho de haberse elegido esa ciudad para sus estudios parece indicar que la familia tuviese parientes en ella, o por lo menos cerca de ella; y en todo caso amistades o relaciones.
Entre este lapso formativo y su regreso al Paraguay se abre un hiato que no hemos podido llenar con información precisa, a causa de la ya aludida desmemoria en que parece haberse diluido la vida de la poetisa entre sus allegados; o por el poco interés manifestado por otros en esa información.
Parece, y para decirlo me fundo en datos oral es (De la misma) y en vagos rasgos biográficos, que la poetisa deja entrever en algunos poemas, que jovencita -17 o 18 años- amó a un joven, francés como ella de origen. (¿Se conocieron en Francia, cuando Renée estaba en el colegio? No lo hemos podido aclarar, pero parece lo más lógico. No alcanzamos a obtener informes más detallados o precisos). El noviazgo parecía ir por buen camino: ambos estaban realmente enamorados. Pero llegó la Guerra Mundial Primera, y el joven fue al frente...
Cuatro años de ausencia y el peligro interminable acendraron el amor de Renée hacia el joven soldado. Pero en el hombre aquellos cuatro años de enfrentamiento con la muerte, de continuo asomarse al último borde, no tuvieron el mismo efecto. Regresó de las trincheras vivo; pero apagada estaba aquella primera llama de amor juvenil. Sin embargo, Renée no se resignó y recurrió, joven e inexperta, a ingenuos ardides, que aunque antiguos no han dejado hasta hoy de tener vigencia para la mujer novata en las amorosas intrigase. Quiso, en suma, reanimar la apagada llama en el hombre (o quizás tratar de olvidar), flirteando con otros pretendientes; entre ellos uno cuyo conocimiento se realizó, no sabemos (otro hiato) en qué circunstancias: Felipe Checa. El ex pretendiente, no obstante, se mostró indiferente a estas maniobras femeninas. Fue Renée la derrotada. Y siguiendo esa misma riesgosa línea ingenua, llegó hasta el final: se casó con Felipe.
Renée, en tal caso, se habría casado sin auténtico amor, en un verdadero suicidio afectivo. Que fue así, y que llevó durante el resto de su vida el peso de aquella que no fue una traición a su primer amor, pero sí una traición a sí misma, parecen probarlo, conforme a lo dicho, detalles de sus poemas.
Felipe Checa era de familia española. Siguiendo siempre informes orales, esa familia poseía extensas propiedades en Extremadura (de donde, como Viriato Díaz Pérez y los Molano, procedía). Pero no hemos podido tampoco averiguar en concreto si se casaron en Francia o en el Paraguay; aunque sí parece seguro que residió en el país de 1921 a 1924. Ya hemos dicho que los datos que sobre el se nos dan son escasos. Provisionalmente lo identificamos con el Felipe Checa rotulado como "anarquista", que figuró alguna vez en las tertulias de los hombres del 98 en Madrid. Por supuesto, anarquista idealista, como lo fueron Nakens y Barrett: cándidos creyentes en que el hombre lleva en sí todas las posibilidades para el buen gobierno individual y colectivo sin necesidad de otra rienda. Anarquista o no, no cabe duda de que era un derrochador que, en pocos años, dilapidó la fortuna de la cual era poseedor (Hay una curiosa analogía, en lo que a este rasgo dilapidador respecta con la conducta de los hermanos Molano. también extremeños, "satélites oscuros" de las tertulias del 98. Un Molano estuvo en el Paraguay, en fecha no precisada. Lo conocimos en 1927.). Un Felipe -o Ulpiano- Checa (1846-?) que podría ser el padre, o muy cercano pariente del marido de Renée, fue artista de cierto relieve, como se deduce de conservarse de él un cuadro en el Museo del Prado (Se intitula "La Invasión de los Bárbaros". Este pintor se especializó en la pintura histórica.). Es todo lo que hemos podido averiguar de la ascendencia de Checa. Cansinos Assens, que tan minucioso se muestra al describir a los numerosos asteroides del sistema solar del 98, no menciona, que sepamos, a ningún Checa. Por otro lado, éste aparece en los cenáculos de Madrid, avanzada ya la época (1925 en adelante).
El matrimonio se realizó entre 1921 y 1924; parecen indicarlo las fechas que separan dos poemas: Nocturno paraguayo (de indudable inspiración local, como Incendio tropical) e Islas, fechado en Río. La primera parece tener un trasfondo nupcial; la segunda nos muestra a Renée ya viajera.
No hemos podido pues dar ni con la fecha exacta de la boda, ni si ésta tuvo lugar en la Argentina o en el Paraguay; pero, de acuerdo con lo expresado, ello debió suceder en 1921 o 1922; y también es seguro que los recién casados pasaron acá una temporada bastante larga, parte de ella al menos, en una estancia en Caraguatay.
¿Fueron estos viajes un resultado lógico de las andanzas de Felipe? ¿O sólo etapas de un prolongado viaje de bodas? ¿Tal vez consecuencia de una vida de negocios? ¿O tuvieron sencillamente por objeto, algunos de ellos por lo menos, conocer las regiones de las cuales procedían sus familias y donde seguramente ambos tenían parientes?. (Renée por lo menos los tenía numerosos, en Francia: su marido, en España). Preguntas a las que no hemos tenido respuesta
No podríamos precisar si ya por 1930 Felipe Checa tocaba ya el fondo de su caja fuerte; pero a partir de cierta fecha se radican en Menton Garavan, Niza, en donde están fechados los restantes poemas de Renée. Y en donde, según referencias orales, en épocas posteriores, razones económicas la llevaron, para subvenir a las exigencias de la vida, a criar perros de raza. Sin embargo, aún tenemos noticia de algún breve desplazamiento, dentro de Francia: en 1935 está fechada la dedicatoria que hace de su libro al General Estigarribia, desde Bagnêres de Bigorre, villa francesa de la costa atlántica y estación de veraneo. Y en 1960 señala su residencia en un hotel de Cannes.
Posiblemente también, para entonces, la resignación que hasta esa altura había cubierto con un velo más o menos opaco la vida interior de la poetisa, se resquebraja y deja rezumar la nostalgia, la insatisfecha sed de amor, la angustia en suma del hecho irreparable: el amor perdido.
El matrimonio no tuvo hijos; y este vacío contribuyó a hacer más angustiosa la soledad de la poetisa. Observando sus poemas notamos el crescendo de esa angustia, que coincide con la intensificación del llamado erótico que se traduce, ocasionalmente, en acentos de una sinceridad, digámoslo así, física, que quizá jamás hubiera alcanzado de haberse casado con el que amó, hubiese vivido en el Paraguay o no. Estos poemas fechados en 1924, 25. 26, hacen de Renée, sin duda alguna, la primera poetisa erótica local. Un título que ella sin duda no hubiera soñado nunca reivindicar,
El libro se edita en Paris en 1933. Es la fecha de los últimos poemas en él incluidos. A partir de entonces, la poetisa se llama a silencio hasta el final, si descontamos algunos poemas dedicados al Paraguay, que no se encuentran por supuesto en el libro, ni tampoco figuran entre sus más felices expresiones.
Renée Checa fallece el 2 de diciembre de 1963.
Del señor Felipe Checa, nada se sabe en esos años, aunque el matrimonio seguía su curso; y al fallecer Renée aparece, junto con los hermanos de la poetisa, en la esquela de defunción. Nada tampoco hemos podido saber de su vida en años posteriores.
RENÉE VIAJERA
Como se ha dicho antes, ya en Europa y en los primeros años de casada, viajó Renée incesantemente a varios países. No fueron estos muchos, pero en cada uno demoró lo bastante como para fijar residencia. En España, para comenzar. Lo cual confirma la amplitud de recursos del marido quien, por lo demás, y como ya sabemos, fue persona dispendiosa.
La mayor parte de ese tiempo, sin embargo, residieron en Francia. Poco en París, si es que podemos situar en esa capital los dos poemas que indican como lugar "Jardines franceses" en 1930, sin indicación de ciudad, siendo así que todos los demás poemas ofrecen ese dato. Las fechas de los poemas, en efecto, permiten reconstituir con cierta exactitud los lugares de residencia más o menos prolongada y los períodos cubiertos por cada una de esas etapas, en el itinerario de una vida viajera que se prolongó unos once años. Este itinerario, jalonado por los poemas, se establece así:
En 1922, Renée, casada, se halla en el Paraguay.
En 1924 la hallamos en Río (¿breve estada?).
En Marruecos; Tánger, Tetuán, en 1925. Hasta 1926.
En Madrid en 1926 y 1927.
En Cannes en 1928.
En Madrid de nuevo en 1929.
En Niza este mismo año.
En Provenza (no indica localidad) en 1929.
En Menton Garavan en 1930.
En Madrid en 1930.
En Provenza (misma observación) en 1930.
En París en 1930.
En Provenza (misma observación) en 1931 y 1932.
En Menton Garavan en 1933.
Renée, como se desprende de las fechas anotadas, residió en Madrid tres temporadas, de un año más o menos cada una. Allí el matrimonio frecuentó, según se deduce de indicios antes señala dos, las tertulias de Fornos; hizo amistad con algunas personalidades notables: Eugenio D'ors, Antonio Machado. Realizó un largo viaje por Marruecos, visitando varias de sus ciudades y demorándose en ellas lo suficiente como para que Renée pudiera recordar imágenes de tipos, costumbres, paisajes físicos y humanos, que alimentaron su poesía nostálgica o descriptiva.
LA OBRA LITERARIA DE RENÉE
No hay noticia de que antes de 1933 haya publicado Renée algún poema en diarios o revistas (francesas desde luego). Ni tampoco en la prensa paraguaya; el idioma no podía ser obstáculo; por los mismos años (1928-1930) publicaba versos en francés, o traducidos, en EL ORDEN, Nathalie Bruel, residente en Yegros y amiga suya más tarde. Todo este tiempo Renée parece haber permanecido incomunicada con su país de nacimiento: en ningún diario ni revista asuncena aparece su nombre. Sin embargo, durante los años de la guerra del Chaco, en 1935 para ser exactos, Renée remite al General Estigarribia su libro y un poema inédito, ¡AH CHE RETÂ! El General, según se deduce, le escribió una carta, muy "conceptuosa" en términos de época: y la poetisa se sintió siempre muy orgullosa de ello). Pero, que sepamos, ninguna publicidad se dio a ese poema, ni al libro. ¿Quién la persuadió a publicar SILLAGES? ¿Fueron amigos de Menton o de Cannes quienes, conocedores de su poesía, la instaron a publicar? Sólo sabemos lo que el libro mismo nos dice: fue edición de autor de trescientos ejemplares, por Alexis Radier. Y sabemos también que no publicó otro.
Un solo libro: y libro, en realidad, de la época que en el poeta consideramos dentro de los límites de la juventud. (Para conocer su vida posterior a 1933 carecemos también, como hemos visto, de datos particularizados). Apoyándonos en ese silencio editor, extendido a otros planos, podríamos dar a la poetisa como renunciante, ascética, o simplemente desengañada, de la poesía. No ya un libro, ni un poema suyo aparece publicado con fecha posterior a 1933.
Sin embargo, en una carta fechada en 1955, Renée alude a dos libros manuscritos; uno de cuentos o relatos, intitulado CONTES DE CAPRICORNE, compuesto por cuatro relatos, de los cuales dos son de ambiente paraguayo, y dos de ambiente brasileño, y uno de poemas cuyo título no da. Es posible sin embargo que haya formado parte de él MA TERRE GUARANÍ; dilatado poema de casi 100 versos, que no figura en su libro, pero del que fue publicado en el INDICE de Buzó Gómez un fragmento. Y también ¡AH CHE RETÂ! el enviado en 1935 a Estigarribia.
Durante los años de la época 1950-1960 nos consta, aunque no tengamos documentos a la vista, que la poetisa mantuvo correspondencia por lo menos con seis personas en el Paraguay: con Francisco Ortiz Méndez; con Julián Alarcón Martínez, vate encarnaceno; con Nathalie Bruel, su compatriota; con Raúl Amaral; con alguien de apellido Rivarola y una persona relacionada con ALCOR pero cuya identidad no hemos conseguido, aunque quizá se trate del Dr. Ramiro Domínguez, guaireño como Renée. De esta correspondencia, a lo que alcanzamos, nada se tradujo en publicidad para la obra de la poetisa, salvo la inclusión de su poema en el INDICE.
A Ortiz Méndez, Director entonces del Departamento de Cultura de la Municipalidad, Renée le remitió un ejemplar de su libro más dos fotografías y testimonios críticos sobre su obra, de los cuales no tuvo acuse de recibo. Raúl Amaral, investigador del pasado cultural local, interesado en el caso de esta poetisa, cruzó cartas con ella: inclusive me pidió, en 1957, tradujese dos poemas de Renée: Incendio Tropical y Nocturno, traducciones que yo llevé a cabo. Perdidas esas versiones, las rehíce más tarde, con otro propósito.
Todos estos datos, aunque pudieran no ser demasiado interesantes en ciertos aspectos, lo son por lo menos en cuanto que iluminan la actitud de Renée respecto a su poesía. Iluminación indirecta, pero suficiente para dejar entrever que la poetisa, si había renunciado a seguir publicando, no había dejado por cierto de seguir escribiendo.
El éxito de su primer libro, en efecto, debería haberla estimulado a continuar, aún sabiendo los obstáculos que surgen al paso del poeta en busca de editor. Sabemos que el éxito de crítica de un libro no siempre supone éxito de venta (los franceses tienen para este éxito una expresión muy adecuada: "succés d'estime") Tampoco lo contrario. Las críticas favorables no mejoran, entonces lo mismo que ahora, los derechos de autor, dado lo reducido de la edición, como en el caso de SILLAGES (300 ejemplares). Y sobre todo y finalmente, cuando el autor debía pagar de su bolsillo la edición. Sin embargo, lo que cuenta al fin y al cabo, al aparecer el libro, es la recepción de que es objeto; y el libro de Renée la tuvo favorable. La misma publicación por Livrairie de la Nouvelle Revue Française era ya un timbre de honor.
Cabe no obstante, sin mucho riesgo de error, presumir que, agotados ya por entonces los recursos del matrimonio, Renée no podía contar con los propios medios para la edición de otros poemarios. Verdad es que estaban otras vías publicitarias. Para su ingreso en las buenas revistas tenía Renée eficaz recomendación en la acogida crítica a su libro. No habría tropezado con dificultades mayores, creemos, para colaborar en ellas. Pero tal vez le faltó decisión; o circunstancias que no conocemos influyeron para ese silencio de lustros. Carentes de datos directos fiables, este recuento biográfico plantea a cada paso una interrogación.
El hecho de que a partir de esa misma época y según los pocos datos recogidos aquí y allá el matrimonio no se moviera ya mucho de la Costa Azul, tiende a indicar que se había insta lado definitivamente la época de las vacas flacas, y que ello confinó al matrimonio, hasta la muerte de Renée, en ese rincón mediterráneo: en el cual no obstante no faltaban los cenáculos litera-rios ni los periódicos de este mismo carácter, que habían acogido con entusiasmo el libro... En fin, que es cosa de decir como cualquier francés: "C'est le destin...".
Que el silencio de Renée durante ese largo lapso no fue resultado de desgana o de desengaño, lo prueba su reacción ante la solicitud de parte de la Municipalidad asuncena, primero de amigos en ALCOR y de Raúl Amaral luego. Ella no da la imagen de alguien desengañado, aunque sí quizás de alguien tímido e incapaz de adelantarse en iniciativas. Renée acogió las posibilidades referidas con cierta esperanza e ilusión, y debió experimentar desengaño ante el desvanecimiento de las perspectivas.
La dificultad que aquí se evidencia para reconstituir la desgarrada imagen de alguien desaparecido hace apenas veinte años y con parientes en el país, sería una prueba de lo pronto que lo que creímos nuestro retrato -al fin y al cabo, vivir es hacerse uno- se borra de la memoria de los más próximos a nosotros. Los que dijeron amarnos.
A mediados de la década del 50 al 60, Renée -repetimos su testimonio- tenía escrito por lo menos un libro de cuentos: CONTES DE CAPRICORNE; y un poemario. No fueron, pues, las ganas de escribir las que faltaron, sino la posibilidad de editar: aunque la poetisa no haya aludido a ello. En fin -más todavía-hay indicios de que Renée abrigaba la esperanza de conectar con el público de su lejana patria como un postrer refugio sentimental. A un amigo le habla de su deseo de que su poesía alguna vez sea recitada, como de autor anónimo, por un cantor popular...
Como se ve, a pesar de los esfuerzos realizados para obtener referencias biográficas precisas, no nos ha sido posible dar perfiles más coherentes a la biografía de Renée. Quizá por demasiado sencilla. En todo caso, otros con más suerte la puedan completar. Y queda doliendo en el espíritu la pérdida de esos libros inéditos: CONTES DE CAPRICORNE... No cabe duda que se referían a motivos o asuntos paraguayos; es decir, la resurrección de las vivencias infantiles y adolescentes de la poetisa, como una visión nostálgica de su Paraíso Perdido..
CRONOLOGÍA DEL LIBRO
Los poemas del libro de Renée Checa, fechados todos o casi todos con indicación de lugar, no aparecen en orden cronológico (En este libro, sin embargo, se ha preferido reunirlos en tal secuencia, ya que se trata de una selección de los poemas de SILLAGES (N. del E.).), sino reunidos en apartados temáticos, como es corriente en los poemarios. Dentro de esta distribución, las fechas no son casi nunca correlativas: en algunos casos, poemas cronológicamente muy separados coinciden en un mismo apartado.
Las fechas al pie de cada poema permiten, sin embargo, mediante una sencilla reordenación, reconstruir eventualmente y hasta cierto punto, la trayectoria vital en la que cada uno de ellos ocupó un lugar preciso y único. Hasta cierto punto, decimos, pues nada más frecuente en la creación poética que los "saltos atrás"; la reactualización de tal cual estado vivencial que impone su presencia, en un momento dado, como revalidando su papel de sustancia siempre presta a proceso, imposible de obliterar como de prever, alerta al llamado imprevisible, para conjugarse una vez más con los recientes.
De todos modos, los poemas de que disponemos son los únicos documentos válidos para la reconstrucción de una trayectoria. Este libro y sus cuarenta y cinco poemas, junto con algunas cartas y varios recortes de prensa, son el único documento viable que, mediante su reordenación cronológica, permitirá acercarse al recorrido hecho por el espíritu de la poetisa en el tiempo.
Sus poemas más antiguos se remontan a 1922. Aunque no encierran alusión directa alguna temporal o circunstancial, se intuyen fuesen escritos recién casada, y en el país. No da el libro -ni las noticias que hemos podido recoger- razón de otros anteriores. Damos pues por supuesto que esos poemas son los primeros surgidos de su pluma.
Ellos la muestran, desde el comienzo, familiarizada y apegada a las formas métricas y estróficas que mantenían alta la bandera tradicional frente a los movimientos de subversión y sus compensatorios en la poesía francesa, como en otros países. Podemos colocarla dentro de esos términos tradicionales en que se desenvolvió la poesía de la Condesa de Noailles, de Henry Regnier, de Forgues, de Samain y otros colaboradores de la Nouvelle Revue Francaise. Sólo en algunos poemas quiebra esas formas preceptivas para dar en una forma asimétrica y libre, en metro como en rima. Nos la muestran poseedora de un fino oído rítmico y un vocabulario manejado con sobria destreza. A esos poemas, escritos en el Paraguay, sigue uno en Río (1924), luego los escritos en Moruecos, 1925. (Viaje al África; no sabemos si antes o después de visitar Madrid, pero sí antes de quedarse en esa capital). Otros en Madrid, en 1926 y 1928 (1923 y 1927 aparecen vacíos). Hay otros fechados en 1929, 30, 32 en Marruecos, París y Niza. Los últimos llevan la fecha 1933, cuando la poetisa ha cumplido apenas 37 años.
Los poemas de SILLAGES cubren un lapso de once años. (Con sus derivaciones próximas, catorce).
Once años, cubiertos a su vez por cuarenta y cuatro poemas. Si pudiera aplicarse la prosaica estadística en materia poética, resultarían para cada año cuatro poemas. No fue Renée Checa, ni aún en sus años de afán creador más vivo, lo que se llama poeta prolífico. Los poemas dedicados al Paraguay fueron más numerosos de lo que el libro da a entender. Pero de ellos conocemos dos: ¡AH CHE RETÂ! y MA TERRE GUARANI. Pero no los incluyó en el libro.
Hemos sostenido siempre que la poesía es, ante todo, expresión: sólo después se trasfigura en sed de comunicación. (No siempre tampoco; hay quien recata su obra toda una vida). Por eso no quisiéramos se interpretase erróneamente lo que se acaba de decir. Que el poeta piense en expresarse antes que en comunicarse tiene su excepción en ciertas formas precisas: en la poesía de barricada, de panegírico, en la costumbrista. Y la comunicación es propósito que acompaña en su origen a la expresión: esta poesía, si no se comunica, se frustra desde su raíz misma. Pero siempre hemos dudado de la eficacia estética de esa poesía cuya difícil supervivencia es de por sí un calificativo. (Cuando sobrevive, no es por las mismas razones por las cuales tuvo éxito inicial).
Para terminar con este apartado: en una carta dirigida al amigo que no hemos podido identificar, y el cual según se deduce le ofrecía la oportunidad de colaborar en ALCOR, Renée se manifiesta dispuesta a ello, y pregunta "qué género de poesía le gustaría le enviase". Esta pregunta un tanto preceptista nos desconcierta un poco; pero no anula el hecho de que Renée habría mandado gustosa poemas á ALCOR; y creemos poder asegurar que el pequeño estímulo recibido le habría llegado al alma y habría resucitado en ella antiguos fervores. Renée no estuvo callada durante esos treinta años: había seguido escribiendo. Ya hemos dicho que no sabemos qué se hizo de esa obra inédita.
EL MISTERIO POÉTICO DE RENÉE CHECA
Toda vida humana es misterio. Aún la más biográficamente desnudada, aún la más sometida a brutal autopsia crítica. La definición de misterio persiste: sólo en él se justifica. El artista, el poeta sobre todo, intenta sacarse a pedazos esta túnica celadora, que en él adquiere visos de túnica de Neso. Ardiente vestidura de la cual no puede despojarse sin arrancarse a la vez la piel. Y muere sin haber alcanzado a arrancársela nunca del todo. Sin embargo, es su poesía la única vía que tenemos para acercanos un poco a ése que no sólo es un humano desconocido sino, también y sobre todo, aquel, entre esos desconocidos, que nos incita a inclinamos al abismo de ese desconocimiento, que es el nuestro. Porque e1 misterio es el padre de la pregunta. Y la poesía no es respuesta: quien así la imagina, no podrá nunca comprenderla. La Poesía es interrogación. Pero interrogación privilegiada. Al interrogar revela, siempre, algo del autor, del poeta, es decir del hombre por antonomasia.
No será nuevo por cierto lo que vamos a decir, pero sí es olvidado a menudo. Que una vida no es sólo sus actos. Aún el más torpe de los códigos penales pretende establecer, con las llamadas causales, con los términos agravantes y atenuantes -es decir atravesando la "selva salvaggia" de lo intencional- los grados de culpabilidad de un acusado. Un mismo acto puede ser condenable o glorioso, meritorio o degradante. Una misma vida, sacrificada en silencio, puede ser réproba o santa. La vida verdadera del poeta es la que se vive por dentro, no la externa, la aparente. Si esto es verdad para muchísimos de nosotros, para el escritor, para el artista, es la razón: de su ser. Conciliar una y otra podría ser una de las razones del arte, entendido como expresión necesaria.
En alguna parte hemos dicho que, aunque en los raros y en los preciosos momentos de la intuición llevada al límite rozamos a veces la vestidura incandescente del misterio, no alcanzaremos nunca a tener la visión de su rostro terrible y vertiginoso, pero a la par imánico; porque en ese rostro está también el nuestro; "encontraremos al dios, pero no la palabra que lo nombra". Es el atractivo y la tortura de toda creación. Nos acerca para que veamos mejor la lejanía. Nos aproxima al camino para entrever distancias.
Paliar esa contradicción, dar contorno a una visión que es sólo la de nuevas limitaciones, es la aspiración absurda y sin embargo maravillosa de la poesía. Obstinados en esa tarea, nos despellejamos, como ya he dicho. Dejamos en la tarea el alma. Y la recuperamos, más bien dilatada en su misterio que vaciada de él. Una vez más: somos, tras cada "vaciado", no una respuesta sino una nueva interrogante.
No se vea contradicción en lo que sigue: lo prodigioso del "homo poeta" es la multiplicidad y variedad de sus definiciones o respuestas. Más aún: el hombre no puede definirse sino mediante esas contradicciones, y operar con ellas es la misión de la poesía. Pues toda vida es misterio, el misterio es, no el castigo de la poesía, sino su vocación. Y toda vida es, por eso mismo, siempre, destino quebrado.
La literatura en general, pero más directamente, por su esencial naturaleza, la poesía, trata de rescatar de esa quiebra, de ese fracaso, una parte por lo menos; salvar de "la muerte desconocida" esa porción de nosotros que se agota en la sombra interior. En este sentido es que un libro de poemas puede considerarse siempre biográfico. No por cierto en el sentido de sustituto, ni siquiera bosquejo sugerente de la biografía directa: un documento en el cual el lector se crea libre de buscar, y crea hallar (escarmenando a veces con más tosca vulgaridad que sensibilidad), revelaciones lo más escabrosas y sensacionales posibles. Pero es biografía esencial. Tan esencial, que si no lo fuese no tendría razón de existir.
Este libro de versos femenino, y más aún en la época vivida por la poetisa hasta su primero y único poemario, es entonces una biografía en la cual se entremezclan, se superponen, en un proceso sutil de fotomontaje, lo que fue, lo que quiso ser, lo que se soñó ser, lo que no se pudo ser. Lo que fue a su pesar y lo que no se fue, aunque se quiso serlo.
La vida de los santos nos da sus virtudes, "sus triunfos sobre el demonio". Pero las vidas corrientes, ausentes, por definición, del santoral, tienen también sus tentaciones, sus demonios, sus luchas, a tal profundidad a veces, que no alcanzan a rizar el lago de una aparente tersura. (La propia poetisa alude en un poema a las monjitas que desfilan hacia el recreo con tan cándida apariencia, y pregunta si alguna vez no sintieron por azar eso que llaman tentación).
La vida espiritual de la mujer, su esencialidad femenina, se ha visto siglo tras siglo, aun sin ir más lejos de nuestra cultura occidental, sometida a rígidas coacciones, inhibiciones y en general a represiones omnilaterales; y ello ha tenido que reflejarse necesariamente en su escasa producción poética (escasa, en efecto, hasta más o menos la llegada de la primera guerra europea).
En la poesía femenina -el cauce preferido por la literatura de mujer, junto con el "diario íntimo"-, la obediencia a patrones previos, a pautas de conducta impuestas por una sociedad machista, la constituyeron en un "negativo" de las actitudes vitales.
Fue difícil escapar a esta prefiguración en la sociedad cerrada y cuasi patriarcal que fue la nuestra hasta entrado el siglo.
El destino de las poetisas paraguayas contemporáneas de Renée Checa, encerradas en el país, fue terminar en él y dentro de sus limitaciones, con pocas o nulas opciones a una evolución. Renée Checa, formada en el exterior, pudo recoger e instrumentar un poco más de libertad; respirar un aire más amplio. Y se liberó, hasta un límite que no pudo alcanzar, en el contenido, la poesía femenina local contemporánea suya, aunque expresiones aisladas precursoras se dieran desde 1927. Renée llegó al estadio que hemos llamado (APORTES Y LOGROS EN LA LITERATURA FEMENINA PARAGUAYA) de la revelación.
Como después veremos, su poesía, aunque trabada y tejida en su mayor parte con la tradicional rigidez de metro y rima, no se resignó a ser simplemente eco o coro; ni siquiera se mantuvo en el tramo intermedio de la poesía de evasión. En su poesía los temas aparentemente evasivos llevan, como se verá en su lugar, una intensa carga reveladora, merced a la estructura simbólica que la articula desde su profundidad originaria. El tema puede parecer convencional, pero los símbolos denuncian la auténtica carga vivencial.
LOS SÍMBOLOS
Si la poesía, vista desde otro de sus infinitos ángulos experienciales, puede ser definida como la búsqueda del Paraíso Perdido, esta definición se hace categórica en la poesía de Renée. El símbolo de esa poesía, de esa búsqueda, es el "viaje", y su objetivo las "Islas de Oro", sin coordenadas en la inmensidad del mar. Pero dejaremos las consideraciones sobre el particular para más adelante.
La poetisa recurre para externalizarse a objetos o hechos materiales y concretos con los cuales se identifica transitoriamente su YO, reclamando equivalencias en los signos que esos hechos y objetos ofrecen y que se convierten en sus paralelos psicológicos o imágenes traslaticias; son sus parábolas secretas. El estanque, el jardín, el navío, son otros tantos poéticos (es decir, creados) avatares de la poetisa. El estanque - el espejo - la imagen de uno mismo, en ellas buscada o esquivada. El jardín, símbolo de la mujer "en flor", y también de las alegrías del amor. Y el navío, símbolo tremendo al cual nos referiremos enseguida. Son símbolos -ellos y sus derivados- universales: están presentes en los sueños, desde el primer deseo frustrado, en el primitivo y en el niño, o en el adolescente.
Leyendo atentamente los poemas cuyo protagonista es el jardín, o el estanque, o el surtidor (el agua es un símbolo universalmente femenino), se visualiza inmediatamente la imagen de los jardines "art nouveau", a cuya época corresponde la poesía de Renée Checa (aunque sus antecedentes concretos pueden haber sido los jardines versallescos).
La prosapia barroca de estos poemas parece haber escapado a Eugenio D'Ors. Su tendencia a la voluta, lo que hay en ellos de designio fallido y regresado, no es sólo, en este caso, una eventual secuencia estilística, una frase o pose literaria (de ascendencia francesa en el caso de Renée). Es el reflejo exacto de un corazón enjaulado que ensaya una y diez y cien veces su fuga, sabiendo que no llegará jamás a consumarla. La reiteración en sus poemas es un signo de época en una poesía dada, que busca analogías musicales con el leit motiv, o en la fuga. Pero Renée es algo más: esas repeticiones suenan como insistentes golpes de martillo contra el muro de una prisión: idas y venidas en un laberinto sin salida.
Estas repeticiones, de raíz y efecto musicales, denuncian la caída cíclica del espíritu en el signo original del poema. Hay también, disimulado tras el aparato formal, un sentido críptico, de mensaje subyacente, de algo que se desea hacer llegar en secreto; un entrelineado cuya significación, repito, se enmascara para quedar en ritmo y efecto musical, con el encadenamiento de los metros.
La poetisa, como el poeta, aparece a menudo como YO -ego en presente- en sus poemas. En Renée Checa esa aparición se acentúa, "protagonizando" los poemas más confesionales, los más "atrevidos" según terminologías caducas.
Ello sería un signo de crisis en la vida interior de la poetisa. Una crisis cuyos motivos no son fáciles de rastrear. A partir de este momento, la descripción no es en sí misma la protagonista; el protagonista es un estado de ánimo explícito y la descripción es el telón de fondo o sencillamente se identifica con el estado de ánimo; es el equivalente como metáfora de ese estado, del sueño. Y esto es tanto más notable cuando que la palabra sueño rara vez o nunca aparece. Estos poemas ofrecen pocas variaciones en su estructura simbólica. Y esos símbolos se relacionan todos, significativamente, con la presencia obsesiva del agua; pero, especialmente, con el mar.
El mar, que es inmensidad materna, es también la distancia que separa de su patria a la poetisa; la patria a la cual intentan regresar sus ansias de felicidad inalcanzada. Esta patria misma, sólo en dos o tres poemas se ingiere descriptivamente; el resto del tiempo se agazapa, se disimula, tras la figura del país de ensueño. La "Isla de Oro" hacia la cual ni siquiera navegan explícitamente sus navíos, porque la poetisa no les da carta de ruta. Ellos zarpan sin destino señalado: "parten" sin que se nombre su puerto de llegada. Así, tampoco menciona que los barcos lleguen a esa "Isla": quedan lanzados a la inmensidad de un mar sin nombre, sin meridianos, sin puertos. Quizá porque la poetisa sabe que, como las cosas mil veces soñadas, "nunca llegarán", pero tampoco se hundirán: son indestructibles: son el mito.
Una total desconexión, una total desesperanza o renunciación a la realidad de una vida vivida parecen ser el signo de esta poesía, como es concreta la predilección, ya señalada, de esas formas estróficas en las cuales la insistencia, la repetición simétrica representan, por encima de su rol musical o "ritual", por el solo hecho de su elección, la asociación a ciertos "motivos". un detalle más, confesional y revelador de ritmos íntimos, "de mareas" espirituales. En otras palabras, ya esbozadas, ellas representan, formalmente, el regreso a los orígenes musicales de la poesía; pero son también psíquicamente el signo de la reiteración, del regreso sobre sí misma; el repliegue del vuelo. el ensimismamiento del viaje poético que ensayando la liberación, una y otra vez, retorna sobre sí mismo, renuncia a la parábola del vuelo libre, se torna círculo, o quizá espiral recorrida a la inversa.
Los símbolos de esta poesía son, en general y como se ve, simples, transparentes diríamos. Sin embargo, persiste el misterio inseparable de toda vida, aún la aparentemente más diáfana y simple, donde los hechos reiterados y monótonos -que nadie se tomó el cuidado de anotar, porque en ellos nada suscita curiosidad, interés, sorpresa- constituyen, sin embargo, un vocabulario reiterativo de dramas internos. En Renée, volcada la vida hacia adentro, no intenta borrarse por el simple hecho de haber pasado al ámbito de lo imposible. Más bien hace de estos poemas una forma exasperada de supervivencia; pues sólo tiene esa vida para vivirla, debe vivirla intensamente, aferrarse a ella.
Mujer joven y hermosa, femeninamente sensible al latido de aquellos seres que formaron su centro natural afectivo, soñó con el amor y a través de él con la maternidad. No precisamos adentrarnos profundamente en su poesía para describir en ella los símbolos de su sensibilidad, perturbada ante la insuficiente respuesta que da la vida a su pedido, natural y legítimo. Su imaginación erótica se muestra sin embargo menos viva. Quizá a pesar de la acusada sensibilidad, el recato, instintivamente, busca en la expresión de aquélla los signos consagrados por lo simbólico raigal de los mitos perennes y de sus formas temporales y personales, los sueños. Se instala, en suma, inadvertida pero eficaz, la autocensura. Y sin embargo, la pasión física estalla, se hace presencia innegable en más de una ocasión, sin velaturas simbólicas: momentos clímax en los cuales, por un momento, parece retiñir, remoto, un eco de una poetisa a la cual, estamos seguros, jamás conoció: Delmira. Pero son solo breves, fugacísimos relámpagos.
Eugenio D'Ors, a nuestro entender un poco superficialmente -cosa extraña en tan perspicaz pupila- y sólo en base a los poemas que en esa obra se refieren al "viaje" marino y a sus signos -navíos, vela, horizonte, mar, ola, mástil- o quizá a una que otra metáfora en que aparecen "ausentes cocoteros" en Baudelaire, vio en la poesía de Renée algo así como un intento de "continuación" de la de aquél. No prestó atención, evidentemente, al clima espiritual, a la luz y a la música que prenden en este otro periplo profundo, aunque articule su índice externo en esos mismos signos. No hay contagio de Baudelaire, como sugiere D'Ors. Nada más lejano de la poesía de Renée que el espíritu baudeleriano, con su sombrío erotismo propenso a las imágenes de ritos primitivos; con su atmósfera oscura, fatalista, su transcendencia subliminar.
La invitación al viaje de Baudelaire tiene otro sentido, otra propuesta simbólica, otro aire; dentro del intenso, dolorido, nostálgico pero sensual de la poesía de Renée, late otro retiñir vital. Escapó también al ojo crítico de D'Ors lo que en cambio delataría en algunos de estos poemas lecturas de Mallarmé y, antes de éste, de los esteticistas como Leconte de Lisle, y antes y después, de poetas como Verlaine y Valéry de un lado, y de Regnier y Forgues y de la Condesa de Noailles, por otro. Rasgos que no son postizos ni adherencias sino sintonías, coincidencias de temperamento. Si sus signos o sus símbolos coinciden, es por una vigencia interna, identificada con su clima espiritual. Y sucede así también con ése que es sin duda su símbolo capital: "el viaje", "caballo de batalla" de D'Ors; y sus anejos: navío, vela, altamar, vientos...
El "viaje". ¿Cuántas veces ha sido comparada la vida a un viaje? Símbolo erótico innegable (hasta en el lenguaje popular), consagrado desde etimologías clásicas, no es, repito, a mi entender, precisamente una "secuencia" baudeleriana; es el molde que elige, en la intuición masculina como en la femenina, y que se configura imagísticamente en signos diferentes, a su vez calificados por lo específicamente distinto de las respectivas experiencias vitales.
Por de pronto, el recuerdo es un "viaje interior" en el cual, partiendo siempre, no se llega nunca a un final; por eso se insiste una y otra vez en él. El "navío" es imagen perfecta de la mujer gestante en potencia o en hecho, imagen física e imagen espiritual en su misión de portadora de vida: en el cuerpo femenino "navega" la vida de una playa a otra, desde un "puerto" a otro puerto: trayectoria entre dos partidas. Y hasta cuando la imagen parece apartarse del final irreversible del viaje, y se prende a la tierra con signos al parecer estables -el árbol, el palacio- la presencia del símbolo continúa: el palacio abandonado supone la partida del dueño; la puerta que quedó abierta es el símbolo de un regreso que jamás se producirá: ese palacio desierto, "otrora todo él canto", es la imagen desolada de la propia poetisa. La tónica de esta poesía -explícita unas veces, otras implícita- es la soledad. En rigor, este poemario podría leerse como una continuada alegoría; un análisis detenido pondría de relieve su sorprendente unidad, el ensamblaje -no consciente y por eso precisamente valido- de su estructura temática. Partir en imagen universalizada de morir.-para Renée, ese viaje, esa partida tiene la equivalencia simbólica -porque equivalencia semántica- de la muerte. Y en verdad, si vivir es matar cada día en nosotros a alguien que no podría ser, nadie mejor puede dar presencia simbólica a esa equivalencia que la joven ingenua que amó de una vez por todas, para "matar", en ese amor todos los otros a que pudo dar vida. Quizá y aunque se juzgue paradoja, no hay mejor manera de suicidarse que obstinarse en no morir lo suficiente cada día. Es el caso de los grandes apasionados, y fue quizá el caso de Renée Checa.
Naturalmente, llega un momento en que aun las más grandes pasiones -los más voraces incendios del ánimo- parecen apagarse, aplacarse en ceniza. Pero, ni más ni menos que en la realidad ese incendio, aunque apagado, ha hecho su obra; hay porciones del espíritu que quedan devastadas, incapaces de retoñar. Se ha vivido para esa muerte, y ahora no se sabe para qué vivir. Se muere, simplemente, bajo esa ceniza. Han desaparecido ilusiones, se han desvanecido posibilidades: hemos creído atar al tiempo con las cadenas de la idea fija; y cuando el tiempo queda libre, mucho de lo que él pudo traer es ya anacrónico e imposible de atrapar. La poesía muerta en el poeta tiene que nacer de nuevo. Pero si lo hace -y no siempre tiene esa opción- lo hace ya distinta, bajo otra luz, con otros paisajes. ¿Fue éste el caso de Renée? No lo sabremos ya jamás.
JOSEFINA PLÁ
Asunción, noviembre de 1985
AGRADECIMIENTOS
Me hago un deber en manifestar mi gratitud a las personas que con datos diversos han contribuido) para que el perfil biográfico de la poetisa fuese menos fragmentario.
Margarita Balansá de Ocampos, quien proporcionó la fotocopia de SILLAGES, y otros datos valiosos.
Magdalena Balansá de Sarubbi, quien aportó datos personales y fotocopias de cartas, de artículos y notas críticas.
María Covadonga García, quien contribuyó con inapreciables fotocopias.
Víctor Bogado, quien proporcionó los datos que se refieren a la obra pictórica de Felipe Checa "senior".
J.P.
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NOCTURNE PARAGUAYEN
Couchés dans nos hamacs, légers comete des voiles,
Que le vent doux du soir berce, las, par moment,
Eblouis et muets, nous voyons, longuement,
S´allumer, dans le ciel, nos rêves aux étoiles...
La lourde nuit d'été frissonne de sons clairs
Que l'ombre rend précis et le silence aiguise,
Et l'ardente douceur de Fair mou subtilise
Les affluves troublants qui passent sur nos chairs...
La brise somnolente apporte, par bouffées,
L'entêtante senteur des fleurs de l'oranger...
Du jardin endormi sourd l'arôme léger
Des bordures de thym, tout le jour surchauffées...
La grenouille-taureau entame son refrain,
Commete un coup de marteau frappé sur une enclume...
Rouge, sur la hauteur, un feu d'herbe s'allume.
Tel une offrande pure à quelque dieu serein...
Ponctuant le silence, un galop sourd résonne;
Puis un hennissement, bref éclair, fend la nuit;
Et le rire argentin d'une servante, au puits,
Fuse, comme l'oiseau qu'une main emprisonne...
Un désir capiteux flotte dans l'air pesant:
Je ne sais quelle ardeur secrète est dans nos veines...
Le silence, imprégné d'orange et de verveine,
Ex aspère l'attente en ce soir complaisant...
Et voici qu'un peón, sur sa triste guitare,
Prélu de... et son ravage ignore, dédaigneux.
... Aux charmes préparés, sous le choc merveilleux,
Nos nerfs électrisés vibrent de plaisir rare!
Estancia de Caraguatay, Paraguay 1922.
NOCTURNO PARAGUAYO
Desde nuestras hamacas ligeras como velas
que el viento vesperal acuna blandamente
deslumbrados y mudos miramos largamente
nuestro sueño encenderse en la nocturna estela.
Se calofría de sones la noche ensoñadora,
que la sombra concreta y el silencio agudiza;
y la dulzura ardiente del aura sutiliza
los trémulos efluvios que nuestra carne aflora.
La brisa soñolienta nos trae en vaharadas
el perfume obstinado del azahar de nieve.
Del jardín adormido sube el perfume leve
de las plantas de menta, por el sol saturadas.
Ya de la rana-buey el estribillo suena,
tal golpe de martillo resonando en la fragua
En lo alto rojea una hoguera de guadua:
así una ofrenda pura a una deidad serena.
Puntuando el silencio, un sordo galopar;
luego, fugaz relámpago, un relincho ruidoso
y la risa argentina de una moza en el pozo
como un pájaro preso que se ha echado a volar...
Capitoso deseo flota en el aire denso:
no sé qué ardor secreto discurre en nuestras venas.
El silencio impregnado de azahar y verbena
en la cómplice noche exaspera el suspenso.
Y de pronto un peón con su triste guitarra
preludia... y su miseria ignora, desdeñoso.
... Dispuestos al hechizo, al choque prodigioso
eléctrico placer nuestros nervios desgarra.
Estancia de Caraguatay, Paraguay, 1922
INCENDIE TROPICAL
Lumiére, halétements, reflets, vibrations...
Sous le soleil brutal qui terrasse et foudroie,
La plaine est un miroir sans bornes qui flamboie
Ex aspérant le jour de divagations.
Muffles has et flanes creux, cherchant l'ombre propice
Des bosquets, verts ilots dans l'or de la pampa,
Lentement, la manade interminable va,
Les taureaux mugissants, les veaux et les génisses.
Déjà, depuis des jours, l'herbage est chaume sec.
Depuis des mois, il n'a pas plu. L'été torride
A bu l'eau des étangs et, sur la. vase aride,
Le vanneau, tristement, la cogne de son bec.
Vainement le soleil, orange ronde et mûre,
Derrière l'horizon disparaît chaque soir.
Nul souffle bienfaisant ne vient de son espoir
Bercer la palme lourde et courber la ramure.
Unique ébranlement, des vols de perroquets
Frappant l´air de leurs cris éventent la fournaise,
Bruyants pilleurs de fruits semblant être à leur aise
Dans cette incandescence excitant leurs caquets.
Eux seuls sont mouvement dans cette vacuité
Où la faune et la flore, immobiles, sommeillent.
Le moustique lui même et 1e vautour ne veillent,
Oubliant pour un temps toute férocité.
La plaine et la forêt se taisent puissamment.
L'homme dans son rancho, le fauve en sa tannière,
Ne peuvent, sans effort, soulever leur paupière.
La terre s'ouvre et rit de cet épuisement.
Mais, ce soir, une odeur qu'un vent subit apporte
A fait se redresser d'un même brusque élan
Tous ces étres prostrés sous un poids accablant
Qui respirent, troublés, la senteur âcre et forte.
Habitants des llanos, fuyez! Sauve qui peut!
Le dieu rouge et cruel approche. Son haleine
Court déjà, suffocante et fauve, par la plaine,
Héraut prompt et maudit qui precede le feu.
Et, voici que, nimbant sa face de fumée
Por en voiler l'éclat monstrueusement beau,
Il apparaît, géant au magique flambeau,
Projetant des milliers de flèches enflammées...
A son pourpre contact, l'ombre, pleine d'horreur,
Du sol, en un seul bond, vers le zénith recule.
Serpents ignés que mord la flamme qui ondule,
L'herbe, en longs sifflements, se consume d'ardeur.
D'est à ouest l'incendie étale sa conquête.
Clef de voû te infernale et brûlante d'un four,
Gueule d'un dragón d'or au rubescent contour,
Le ciel, penché sur lui, l'ardent foyer reflète.
Un silence, peuplé de plaintes et de cris,
D'obscurs piétinements et de lourds vlouements d'ailes,
Plane, fleuri parfois de gerbes d'étincelles,
De l'éclatement sec d'arbustes rabougris.
Au seuil de la forêt, luisant et sombre porche,
La sève des fourrés, exubérante, bout.
Dominant cet enfer gigantesque, debout,
Un arbre foudroyé brûle comme une torche.
A nouveau, le silence ardent s'est établi.
Il flotte dans le vent un goût de cenare amère.
Le doux mugissement d'un veau cherchant sa mère
Parle d'apaisement, de tendresse et d'oubli.
La palme indolemment se balance à la brise.
Plus pénétrant se fait le parfum d'oranger.
Le coeur de la pampa, d'un rythme plus léger,
Sent de nouveaux ferments renaître la surprise.
Car au ciel menaçant chante l'espoir de l'eau.
Du sol qui maintenant au désert s'apparente
Montera de nouveau la tendre herbe odorante
Que paîtra, aux longs jours paisibles, le troupeau.
Invencible et brutal, le feu qui se nourrit,
Par bonds vertigineux progresse à l'horizon.
' ... Au premier plan, muet, au poing un lourd tison,
Un obscur cavalier tend sa face qui rit...
Paraguay 1922.
INCENDIO TROPICAL
Luces, acezamientos, reflejos, vibraciones.
Bajo ese sol brutal que abate, fulminante,
el llano es un espejo sin límites, llameante,
exasperando el día con sus divagaciones.
Caído el hocico, el flanco escudlido, menguada
sombra busca, en la inmensidad de la pradera,
en la verde isla, inacabable, la manada
-el semental, la cría, la vaca paridera-.
Hace días que el prado, pajonal seco es todo.
Hace meses no llueve El tórido verano
desecó las aguadas. Sediento el tero en vano
picotea obstinado la costra de su lodo.
En vano el sol, naranja redonda y ya madura,
cae tras el horizonte, ocaso tras ocaso.
Ni un soplo bienhechor con grato soplo escaso
a hamacar viene palmas y mecer la espesura.
Única diversión los loros en franquía,
que con su grito aventan ese aliento de homo.
Pilladores de frutos, que parecen, en torno,
en esa incandescencia, cebar su algarabía.
Sólo ellos se mueven en la extensión vacía
en la que flora y fauna sucumben al sopor.
Duerme el mosquito; el buitre cierra el ojo avizor
y por un tiempo olvida la fiera cacería.
Potente es el silencio: reina en selva y llanura.
El humano en su rancho, la fiera en el cubil,
apenas si su párpado abren a la aventura.
La tierra en grietas, ríe un exhausto reír.
Pero esta tarde, súbito, trae el viento aroma espeso
que hace enderezarse en un impulso alacre
a cuanto ser postrado bajo el tórrido peso,
respira ahora temblante ese olor fuerte y acre.
¡Habitantes del llano, huid! ¡Sálvese quien pueda!
El Dios rojos y cruel llega. Su hálito ciego
sofocante y feroz por el llano rueda
veloz, maldito heraldo anunciador del fuego.
Ved ya cómo, nimbando su rostro de humareda,
por velar su esplendor monstruosamente hermoso,
aparece, gigante de la mágica tea,
proyectando a millares sus dardos inflamados.
A su toque de púrpura la sombra horrorizada
en gigantesco salto hacia el cenit recula.
Igneas serpientes en la llama que urente ondula,
la yerba en largos silbos se consume, abrasada.
De este a oeste el incendio su conquista despeja.
Clave infernal de bóveda, devorante, de un homo.
Fauces de un dragón áureo de rojizo contorno,
el cielo sobre él volcado lo refleja.
Un silencio en que gritos y lamentos se crispan;
de pisadas oscuras y de aletazos broncos,
se cierne florecido de gavillas de chispas
al estallido seco de los resecos troncos.
En el umbral del bosque, negro porche encendido,
la savia de la selva, hirviendo se descorcha.
Dominando ese infierno gigantesco, en pie, erguido,
un árbol fulminado arde como una antorcha.
... De nuevo ha descendido el silencio de flama.
Flota en el aire el gusto de la amarga ceniza.
Muge blando un ternero que a su madre reclama;
dice ternura, olvido; paz parece que avisa.
La palmera indolente bajo la brisa ondula;
el olor de azahar se hace más penetrante;
el corazón del llano su latido estimula;
siente, en nuevos fermentos, sorpresas rebrotantes.
Las vísperas del agua, canta el cielo nublado.
Del suelo que ahora vemos pariente del desierto
de nuevo brotaran tiernos pastos, abiertos
en dilatados días al hambre del ganado.
Invencible y brutal el fuego lejos, siempre
vertiginoso, a saltos, prosigue su invasión.
... En primer plano, mudo, en el puño un tizón,
negro jinete a él vuelve un perfil sonriente...
Paraguay, 1922
SUR UN PALAIS ABANDONNÉ (PANTOUM)
Le palais dort, désert, solitaire et muet.
Dés qu'on franchit le seuil un frais silence plane.
Mon rêve se complait dans un jardin secret,
Pour un instant, je suis souveraine et sultane...
Dés qu'on franchit le seuil un frais silence plane.
Les zelliges ont l'air de douces fleurs fanées.
Pour un instant, je suis souveraine et sultane,
Parée indolemment de robes surannées...
Les zélliges ont l'air de douces fleurs fanées.
Le jet d'eau svelte et pur a tu son gai murmure.
Parée indolemment de robes surannées,
J'écoute des chansons Tamour sous la ramure...
Le jet d'eaur svelte et pur a tu son gai murmure.
L'or des plafonds taillés brille en lueurs troublantes.
J'écoute des chansons d'amour sous la ramure,
Dans la brise du soir qui tourne en valses lentes...
L'or des plafonds taillés brille en lueurs troublantes.
Les vers ron gent le coeur des poutres ouvragées.
Dans la brise du soir qui tourne en valses lentes,
Je bois l'ardeur éparse, en subtiles gorgées...
Les vers rongent le coeur des poutres ouvragées.
Un hibou nostalgique hulule en triste note.
Je bois l'ardeur éparse, en subtiles gorgées,
Tandis que pleure en moi une tend esse morte...
Un hibou nostalgique hulule en triste note,
Chantre obscur et jaloux lançant son cri fluet;
Tandis que pleure en moi une tendresse morte,
Le palais dort, désert, solitaire et muet...
Tanger, 1925.
EN UN PALACIO ABANDONADO (PANTOUM)
El palacio dormita, solo, desierto y quieto.
A1 franquear su umbral fresco silencio plana.
Mi sueño se complace en un jardín secreto;
por un instante, soy sultana y soberana.
Al traspasar su umbral fresco silencio plana.
Los celosías parecen corolas macilentas.
Por un instante soy sultana y soberana
e indolente luzco antiguas vestimentas.
Las celosías parecen suaves flores ajadas.
El surtidor esbelto y puro se ha callado.
Indolente luciendo mis galas anticuadas
Escucho las canciones de amor bajo el ramado.
El surtidor esbelto y puro se ha callado.
En tus techos tallados trémulo el oro brilla.
Escucho tu canción de amor bajo el ramado
En la vesperal brisa que en lentos valses gira.
Trémulo brilla el oro en los techos tallados.
Roe el gusano la médula de las labradas vigas.
La difusa ardentía bebo a sorbos callados.
En la brisa del véspero que en valses lento gira.
Roe el gusano la médula de las labradas vigas.
Ulula un búho nostálgico su triste nota incierta.
Bebo en sutiles sorbos la difusa ardentía
mientras en mí solloza una ternura muerta.
Chantre oscuro y celoso que hinca su queja incierta.
Su triste nota ulula un nostálgico búho.
Mientras en mí solloza una ternura muerta.
Duerme el palacio yermo y solitario y mudo.
Tánger, 1925
SUR UN PALAIS ABANDONNÉ (VARIACIÓN)
Le palais est désert où jadis tout chantait...
D'émerau de le seuil déguise son secret.
L'hôte absent a laissé la porte entre-bâillée
Et le lie rre a tissé la fenêtre grillée
Où nul foulard de soie aux tons vifs n'apparaît.
L'hôte absent a laissé la porte entre-bâillée...
Le jet d'eau s'est tari qui coulait en murmures;
Les grands coffres de bois, encerclés de ferrures,
Bâillent sans leurs trésors et les clefs sont rouillées...
Le jet d'eau s'est tari qui coulait en murmures...
Dans le harem secret un hibou morne hante;
Les sentences, aux murs, seules ont l'air vivantes;
Dans le jardin désert tombent les figues mûres...
Dans le harem secret un hibou morne hante...
L'air est vide du cri des pigeons familiers;
Seuls les rats font gémir les muets escaliers
Que la lune balaie de sa traîne mouvante...
L'air est vide du cri des pigeons familiers...
Les plafonds endeuillés pleurent l'éclat des lustres;
Le vieux perron moussu, prisionnier des balustres,
Luit comete un hâvre vert dans l'oere des halliers...
Les plafonds endeullés pleurent l'éclat des lustres...
L'ombre est mystérieuse et le silence épais;
Les versets du Coran disent les mots de paix
Qui fleurisset aux murs que leur sagesse illustre...
L'ombre est mystérieuse et le silence épais...
En l'alcôve un parfum de musc et d'encens flotte;
Dans un coin du jardin une source sanglote;
A l'entour, pas un chant, pas un cri, tout se tait...
Le palais est désert où jadis tout chantait...
Tanger, 192-5.
EN UN PALACIO ABANDONADO (VARIACIÓN)
Desierto esta el palacio, otrora todo él canto.
El umbral de esmeralda disfraza su secreto.
El dueño ausente abierta dejó, al irse, la puerta;
la yedra entretejió la enrejada ventana
donde ya no se asoman los coloridos chales.
El dueño ausente al irse dejó abierta la puerta:
silenció el surtidor su murmullo suave.
Los arcones ceñidos por sus aros de hierro
bostezan sus vacios, oxidadas las llaves.
Calló el surtidor vivo y su murmullo suave.
En el harén secreto, duende tristón, un búho.
En la pared las máximas, sólo, parecen vivas.
En el jardín desierto caen los higos maduros.
En el harén secreto, duende tristón, un búho.
Vació el aire del arrullar de las palomas,
sólo las ratas hacen gemir esos peldaños
que la luna ahora barre con su ondulante cola
El aire, vació de las palomas familiares.
El techo en luto llora el brillo de las lámparas.
El viejo umbral umbroso, preso entre los balaústres
semeja puerto verde en el ocre del pasto.
El techo en luto llora el brillo de las lámparas,
La sombra es misteriosa, y es el silencio espeso
Los versos del Corán, palabras apacibles
nos dicen, en los muros que su sapiencia ilustra
La sombra es misteriosa, y es el silencio espeso.
Flota en la alcoba aroma de almizcle y de incienso.
Del jardín en un ángulo, un manantial solloza.
Ni un canto, ni un susurro. Todo, en torno, es silencio.
Desierto está el palacio, otrora todo él cantos.
Tánger, 1925
TANGER
Des cubes blancs, des cubes bleus,
Eblouissant échafaudage,
Dégringolent, capricieux,
Du Djebel riant à la plage.
Et, tels des pistils précieux
De mosaiques rutilantes,
Les fins minarets, vers les cieux,
Erigent leurs tours vigilantes.
Deci delà quelque palmier,
Au front d'une terrasse blanche
Qu'il couronne d'un vert cimier,
Mystérieusement se penche...
Fourmillantes d'êtres mouvants
Des ruelles fraîches, étroites,
Et des boutiques à auvent
Minuscules comme des boîtes...
Quel miracle s'est-il produit?
Quel est ce pays echanté?
Dans quel corte des Mille Nuits
Est-on donc soudain transporté?
Ce maure assis, noble vieillard,
Sous son haut turban parfumé,
Estée Aladin ou Chariar
En grave marchand transformé?
Tandis qu'il rêve, à son doigt blanc
Brille l'anneau talismanique
De jade, d'or pur et de sang,
Doué d'un pouvoir satanique...
Dans sa claire coge d'osier,
Ce canari qui s'égosille,
C'est Soliman le menuisier
Qui d'un génie aima la fille...
Enigmatique, dans le mur,
Voici d'Ali Baba la porte.
Elle est de bois sombre au coeur dur,
La serrure est massive et forte.
Voilà Charkan, le fier guerrier,
Et, devant son antre sordide,
Messaoud, le Juif usurier,
Trés fier de sa filie splendide...
Voici Tamar aux yeux de nuit,
Boudour, l'amante inconsolée,
Nozhatou, qu'un ennuque suit,
Anis, ombre frêle et voilée...
Vignettes de contes persans
Tant et tant de fois contemplées,
Porteurs d'eau, princes, courtisans,
Houris, conteurs aux peaux hâlées,
Muezzin qui récitá un verset
Tombant sous le ciel étoilé
Du haut d'un albe minaret,
Odeurs de kif, encens brûlé,
Senteurs de menthe parfumée,
De café brûlant et de thé,
Musique étrange et bien rythmée...
Est-ce rêve ou réalité?
C'est Tandiah, mauresque cité!
Tanger, 1925.
TÁNGER
Cubos azules, cubos blancos
Deslumbrantes, de toda laya,
se dejan resbalar por los flancos
del Djebel riente, a la playa.
Y como pistilos preciosos
de mosaicos rutilantes,
los minaretes piadosos
alzan sus torres vigilantes.
Aquí y alld, una palmera
frente a una blanca azotea
como una verde cimera
misteriosa su flabelo ondea.
Hormiguearte, el gen tío espeso;
frescas y estrechas callejuelas;
tiendecitas doquier al paso
como diminutas cajuelas.
¿Qué milagro es este derroche?
¿Cuál esta comarca encantada?
¿A qué cuento de las Mil y una Noche
me veo de pronto transportada?
Este noble anciano cansino
bajo el perfumado turbante,
¿es Shariar, o es Aladino,
transfigurado en comerciante,
mientras sueña que en su blanco dedo
brilla el anillo talismánico
de jade y sangre y de oro hecho,
dotado de un poder satánico...
En el claro jaulón mimbrero
el canario que se desgañita,
es Solimán, el carpintero
que de un gran Genio amó a la hijita...
Enigmática, en ese muro
he ahí de Alí Babá la puerta:
madera negra, de árbol duro.
La cerradura maciza y recia.
He ahí a Charkan, brazo guerrero,
y ante su sórdida morada,
Messud el hebreo usurero,
orgulloso de su hija admirada.
Ved a Tamar, ojos nocturnos,
Budur, la amante inconsolada;
Noshatú, al que sigue un eunuco;
Anis, grácil sombra velada.
Viñetas de cuentos persianos
por tantas veces contempladas.
Aguadores y cortesanos,
hurís, aedos de tez tostada;
nuecín que recita un versículo
bajo la bóveda estrellada
desde ese blanco minarete;
olor a kif, incienso quemado,
olor a menta perfumada,
café caliente, y también té;
música extraña y bien tocada...
¿Es esto sueño o realidad?
¡Es Tandjah, morisca ciudad!
Tánger, 1925
RIEN D'AUTRE QUE LE VENT
Rien d'autre que le vent sur la plaine, et la nuit
D'étoiles brasillante où la lune chemine...
Rien d'autre dans mon coeur que ton nom illumine
Que mon amour croissant, d'autre image que luí...
Comme le sable doux absorbe la marée
Qui le baigne, puissante, aux heures de son flux,
Sans t'avoir appelé, sans résister non plus,
Je suis comme le sable ardente et pénétrée...
Pourtant, comme le flot pour la rive altérée,
Qui sans cesse le boít, mais qui a soif toujours,
Ton amour ne peut pas suffire à mon amour...
La plage, de la vague est-elle saturée?
L´eau fraîche, ni l'amour, ni la possession,
N´assouvissent en moi cette soif innommable
De je ne sais pas quoi d'absolu, de durable,
Qui est tout en un seul, et pourtant, addition...
J'ai soif inmmensément, presque une soif physique
Qui va jusqu'à l'angoisse et jusqu'à la douleur...
Dans la nuit qui me ceint, je suis comme un veilleur
Qui scruterait en vain l'obscurité tragique,
Pour guider vers un port invisible et certain
Son bateau dérivé, sans timon ni boussole.
Que des vents différents pareillement affolent,
Et qui, dans sa terreur, oublierait son butin...
Si je cherche tes yeux, si je presse tes mains,
Si mon corps frémissant recherche ton étreinte,
Et si ma volupté s'achève en une plainte,
C'est que mon rêve, en toi, se prépare un chemin
Vers un autre idéal qui n'a plus rien d'humain!
Tanger, 1925.
NADA MÁS QUE EL VIENTO
Tan solamente el viento, y el llano. En la nocturna
brasa pura de estrellas, la luna peregrina...
Nada en mi corazón, que tu amor ilumina,
sino tu amor; ni otra imagen que la tuya.
Como la arena mansa absorbe la marea
que potente la baña en su flujo colmada,
sin haberte llamado, sin resistir tampoco;
cual la arena, me siento ardiente y penetrada.
Pero igual que la ola a la orilla sedienta
que sin cesar la bebe sin su sed aplacar,
todo tu amor no colma mi ansia de amor violenta
¿La playa acaso puede saciarse de la mar?
Ni el agua, ni el amor, ni aún la posesión
en mí pueden saciar esta sed innombrable
de no sé qué algo más de absoluto y durable
que es todo en sólo uno, y no obstante, adición.
Una sed casi física siento. Una sed inmensa
que llega hasta la angustia, lindera a la agonía
En la noche, mi cerco soy. El insomne vigía
que en vano escruta la sombra trágica y densa,
para guiar a rada invisible y segura
su barco a la deriva sin brújula o timón,
al que vientos opuestas empujan sin perdón,
y olvida su bofn, ya preso de pavura.
Si yo busco tus ojos y te oprimo la mano,
y mi cuerpo tremante tu abrazo solicita
y si mi voluptad termina en un gemido,
¡es porque en ti mi sueño se prepara un camino
hacia otro ideal más allá de lo humano!
Tánger, 1925
OFFRANDE
Je t'offre la magie adorable du soir,
Le reflet du couchant mauve et or, sur la baie,
Le bateau minuscule, à la voile tombée,
Que le vent mol et las ne gonfle plus d'espoir...
Je t'offre cet instant d'accalmie indecible
Et rare, où délivré de toute ambition,
Le coeur, rasséréné, sent ses pulsations
Battre, rythmiquement, avec l'heure paisible...
Je t'offre le dessin pur et mélodieux
Des coteaux améthyste où la lune se lève,
Le resaac onctueux de la mer, et le rêve
Qui flotte en ce déclin du jour, mystérieux...
Je t'offre le meilleur de moi que tu ignores,
La foi que j'ai en toi, ma chair et mon esprit,
Tout mon être qui vibre, espère, doute ou rit,
Et ma muse assouplie aux jeux des vers sonores...
Tout le bon et le beau, je te le donne, ami!
Ce soir, je suis meilleure à la fois et plus tendre...
Mais comment verrais-tu mes mains vers toi se tendre
En un appel muet, dans l'ombre enseveli!
Tout comme le voilier que n'enfle plus la brise
Laisse sa voile pendre et roule sur ses bords,
Ainsi, fait, loin de toi qui l'animes si fort,
Mon âme sans valeur que l'absence a surprise...
Tanger, 1927.
OFRENDA
Yo te ofrezco la magia de la tarde adorable
el reflejo de ocaso malva y oro en la rada
el minúsculo barco de vela derrumbada
al que no da esperanzas ya una brisa mudable.
Te ofrezco este momento de quietud indecible
y raro en que, vaciado de la última ambición,
vuelto a sí el corazón siente su pulsación
acompañando rítmica el instante apacible.
Yo te ofrezco el diseño puro y melodioso
de las lomas violetas donde la luna asoma
la untuosa resaca del mar; el sueño toma,
que en este caer del día se cierne misterioso.
Te ofrezco lo mejor de mí, que tú aún ignotas;
la fe que tengo en ti, mi espíritu y mi carne;
todo mi ser que vibra, espera y ríe y llora;
y mi musa adiestrada en el sonoro carmen.
Todo lo bueno y bello yo te lo ofrezco, amigo.
Esta tarde soy más tierna y buena. Pero en vano.
¿Cómo podrías ver tenderse a ti mis manos
llamándote, si sólo la sombra es mi testigo?
... Semejante al navío que huérfano de viento
su vela colgar deja, y rolar sobre la borda,
así lejos de ti, que le prestas tu aliento,
esta ánima cobarde que sorprendió la ausencia.
Tánger, 1927
LE CREUX DE TON ÉPAULE
Le creux de ton épaule à ma tête, ce soir,
Et tes bras refermés qui m'enserreraient toute,
Tes lèvres sur mes yeux chassant mon désespoir,
Ta voix bonne apaisant mon coeur et sa déroute,
Comme je les voudrais sentir, entendre, voir,
Tes bras forts et ta voix, tes yeux tendres, ta bouche,
M'isolant de l'instant terrible où tout est noir,
Comme un petit enfant que la nuit effarouche!
Tu me parlerais bas ainsi que bien des fois
Lorsqu'après nos transports sur tes genoux blottie
Contre ton coeur pressée, amoureuse, engourdie,
Respirant ton odeur je me grise de toi.
Tu dirais: "Sois tranquille et repose, ô mon bien,
Je veille et je t'adore et je suis ton esclave.
Qu'il m'est doux de t'aimer! Sens-tu que je suis tien
Et que plus chaque jourma tendresse s'aggrave?".
Sensible à la douceur prenante de ta voix,
Voluptueusement muette, et, submergee
Parees ondes d'amour qui déferlent sur moi,
Je t'écoute, en le fond de mon rêve plongée...
Je t'écoute?...Il fait noir, il fait nuit, je suis seule.
A coups précipités mon sang se cogne aux murs
De sa prison de chair, et le silence obscur
Est une hydre effroyable ouvrant sa large gueule!
Son haleine est l'angoisse atroce et l'insomnie.
Et les songes brûlants formés par mon cerveau
Viennent, hallucinants, se coller è ma peau,
Et je me sens faiblir d'une lente agonie...
Et l'aube chase l'hydre, et les songes sont morts...
J'en demeure au matin froide et toute meurtrie;
Mesurant ma faiblesse inmense je t'envie
D'être ce que tu es: libre de moi et fort!
J'ai besoin de ton joug et soif de tes caresses,
Je ne veux pas de vie où n'entre leur émoi!
Je t'aime et te désire et l'univers, c'est toi!
Je goûte dans tes bras á ce qu'il tient d'ivresse...
Réponds! Où done es-tu? Que fais-tu? Quand j'attends,
Peut-il donc exister pour toi d'autre problème?
Mon Dieu! Ne sait-fl pas que tendrement je l'aime?
Que cela compte seul, comprendra-t-il à temps?
Le creux de ton épaule á ma tête, ce soir,
Et tes bras refermés qui m'enserreraient toute,
Tes lèvres sur mes yeux chassant mon désespoir,
Ta voix bonne apaisant mon coeur et sa déroute,
Comme je les voudrais sentir, entendre, voir,
Tes bras forts et ta voix, tes yeux tendres, ta bouche!
Oh! t'avoir contre moi, ivre et nu, dans ma couche!
Je t'aime, je suis triste et seule... Tout est noir.
Madrid, 1929.
EN EL HUECO DE TU HOMBRO
... Esta noche en el hueco de tu hombro mi cabeza
y tus brazos haciendo de mi cuerpo prisión.
Tus labios, de mis ojos borrando chispa obsesa;
y tu voz levantándome el caído corazón.
¡Ay! sentir, escuchar, mirar tus fuertes brazas
tu voz, tu boca y tu mirada que enamora;
como a un niño pequeño que la noche apavora,
del instante en tiniebla soltándome los lazos.
Me hablarías como antes tantas veces me hablabas,
tras los transportes ciegos, en tu regazo quieta;
y contra ti apretada, mimada y soñolienta
respirando tu aroma, de ti yo me embriagaba.
Tú me dirías: ¡tranquila, mi bien! reposa, lasa.
Yo velo, yo te adoro; por tu esclavo me doy...
¡Qué dulce me es amarte! ¿Sientes lo tuyo que yo soy?
¿Que crece mi ternura a cada día que pasa?
Sensible al dulzor de tu voz enterneciente
voluptuosamente callada y sumergida
en las ondas de amor que de mí hacen rompiente,
te escucho, en lo más hondo de mi ensueño embebida.
¿Es tu voz? Sombra espesa es la noche. Estoy sola.
Mi sangre en oleaje loco golpea los muros
de su prisión de carne; y este silencio oscuro
es una hidra espantable que en sus fauces me inmola.
Su aliento es el insomnio y la angustia atroz, mía.
De mi febril cerebro las visiones quemantes
a pegarse a mi carne vienen alucinantes,
y desfallezco en una demorada agonía.
El alba ahuyenta la hidra, y es de los sueños muerte.
Me enfrento a la luz, fría, sin fuerzas, macerada.
Al medir mi flaqueza, te envidio, avergonzada,
porque tú eres libre de mí, y eres fuerte.
Necesito tu yugo y de ti tengo sed.
No deseo una vida si en ella tu amor no entra.
Te deseo y en ti mi universo se centra;
y en tus brazos compruebo lo que es su embriaguez.
¿Dónde estás? ¡Dime! ¿Qué haces? Cuando yo te reclamo,
¿puede haber para ti llamado que más sientas?
¡Mi Dios! ¿No sabe acaso cuán tiernamente lo amo?
¿Y comprenderá a tiempo que tan sólo eso cuenta?
... Esta noche en el hueco de tu hombro mi cabeza,
y tus brazos haciendo de mi cuerpo prisión.
Tus labios de mis ojos borrando chispa obsesa;
y tu voz dulce alzandome el caído corazón.
¡Ay! Sentir, escuchar, mirar el fuerte nudo
de tus brazos y ojos, tu boca de bondad
En mi lecho tenerte, ebrio de amor, desnudo...
Te amo; estoy triste y sola. Todo es oscuridad...
Madrid, 1929
MÉLANCOLIE
Il pleut, il pleut, le vent sanglote
Sous le ciel, avec des hoquets;
A son cou, pantin qu'il ballotte,
Mon coeur pend, dolent affiquet.
Feu joyeux qui flambez dans l'âtre!
Cortez-moi doux corte d'antan,
Ranimez la danse folâtre
Des histoires du bon vicux temps.
Contre le vent, contre la pluie,
Malgré le ciel houleux et noir
Et ma gaîté qui s'est enfuie,
Qu'il soit plus fort, votre pouvoir!
Mais, c'est songeuse et d'un oeil triste
Queje vous contemple, ce soir.
Du bel été, rien ne subsiste;
Que reste-t-il de notre espoir?
Que reste-t-il du coeur de chêne
Qui se consume lentement?
L'acte change et change la scène;
Qu'il est loin le premier serment!
Le matin riait...? Le soir tombe!
On arrive sitôt parti,
Mais c'est toujours à une tombe,
Pleins d'espoir, que l'on aboutit...
Feu joyeux plein de promesses,
Vous vous taisez, maintenant
Que sous vos rouges caresses,
Tout est réduit â nèant...
Sous la cendre, meurt la flamme.
Voici l´hiver, de nouveau.
Qui soufflera sur mon âme
Quand je serai au tombeau?
Feu triste, mourez dans l’âtre!
Adieu, rêves triomphants!
La vie est une marâtre
Qui dévore ses enfants-
Provence, 1930.
MELANCOLÍA
Llueve que llueve, persistente.
Solloza el viento: lloro hipante.
De su cuello, muñeco bailante,
mi corazón dije es, pendiente.
Fogata alegre de la llar
cuéntame algún buen cuento añejo,
reanima la danza sin par
de los cuentos del tiempo viejo.
Contra la lluvia y viento fuerte,
el cielo tormentoso, esquivo,
y mi júbilo fugitivo,
¡que tu poder sea más fuerte!
Mas sólo triste y pensativa,
esta noche miraros pueda.
¿Qué resta de la belleza estiva?
¿De la esperanza, qué nos queda?
¿Qué es de esa médula de encina
que se consume en rito lento?
Cambia el acto: la escena termina.
¡Qué lejos el primer juramento!
¡Reía el alba? Es tarde fosca.
Apenas partidos, llegamos.
Siempre es el término una fosa
donde, esperanza y todo, damos.
Llama feliz, toda promesas
por fin ahora te ves callada,
cuando bajo las rojas pavesas,
todo se ha reducido a la nada.
Bajo la ceniza, la llama
muere. He aquí Invierno otra vez.
¿Quién soplará sobre mi alma
cuando bajo tierra yo esté?
Triste llama, muere en el llar.
¡Adiós mis ensueños de fiesta!
¡La vida es una madrastra, presta,
siempre, a sus hijos devorar!
Provenza, 1930
C´EST LA PLUIE EN PLEURS
C'est la pluie en pleurs, chère aux coeurs meurtris,
Qui coud tristement la terre au ciel gris!
Tout est ruisselant, les fleurs abîmées...
Aux raids ronds et chauds, dessous les ramées,
Les nus oisillons en sont tout marris...
C'est la pluie en pleurs, chère aux coeurs meurtris!
Tout est ruisselant. Les fleurs abîmées,
D'onde et de parfum, lourdes, sont pâmées,
Au jardín verni qui se plaint d'oiseaux...
Le vent maraudeur comete les roseaux,
Rabat sur le sol d'errantes fumées...
Tout est ruisselant, les fleurs abîmées!
Au jardín verni qui se plaint d'oiseaux,
Les doux pas aimés se noieront bientôt.
Tout est effacé de mouillure grise...
Seuls luisent, bombés, le coeur des cerises
Que merles goulus piqueront tantôt,
Au jardín verni qui se plaint d'oiseaux...
Toat est effacé de mouillure grise...
Aussi dans le coeur tout se cautérise...
L'amour est navré... mais pourquoi, pourquoi,
Tout au fond de lui, jeune, cet émoi?
Etre aimé toujours, la folle entreprise!
Tout est effacé de mouillure grise...
L'amour est navré, mais pourquoi, pourquoi?
Oh! sa solitude et son désarroi!
Il pleut doucement sur sa violence,
Il pleut tristement... Silence, silence!
Laissez-la pleurer sur elle et sur moi...
L'amour est navré... mais pourquoi, pourquoi?
C'est la pluie en pleurs, chère aux coeurs meurtris..
Tout est ruisselánt, les fleurs abîmées,
Au jardin verni qui se plaint d'oiseaux...
Tout est effacé de mouillure grise...
L'amour est navré... mais pourquoi, pourquoi?
Menton-Garavan 1933.
LLUVIA LLORONA
Lluvia llorona, cara al corazón en duelo,
que cose tristemente la tierra con el cielo.
Empapa el agua todo; las flores vense ajadas
en los nidos redondos, bajo las enramadas,
ateridos desmayan los desnudos pichones.
Lluvia a raudales, cara al corazón en duelo.
Está todo empapado; las flores vense ajadas.
Pesadas de perfume y agua caen desmayadas.
En el jardín con voz de pájaro llorando
depredador el viento las cañas va contando
y abate el vuelo torpe de la humareda errátil.
Está todo empapado y las flores ajadas.
En el jardín que por sus pájaros solloza
Las huellas del amado pronto serán borradas.
Todo se va esfumando en esta gris aguada.
Sólo lucen redondas las cerezas rosadas
que golosos los mirlos pronto picotearán
en el jardín que por sus pájaros solloza.
Todo se va borrando bajo la gris aguada
y en el alma la herida será cauterizada.
El amor sufre, pero porqué, porqué; ¿por dónde
en su hondón juvenil esta emoción se esconde?
¡Ser amado por siempre! Ansia descabellada...
Todo se va borrando bajo la gris aguada.
El amor sufre; pero porqué; ¿por qué, Señor?
¿Por qué esta soledad y desesperación?
Sobre su violencia deja caer mansamente
su tristeza la lluvia. Silencio, por favor.
Dejad llore por ella y por mí largamente.
El amor sufre; pero porqué, porqué, Señor.
Es la lluvia llorona, cara a las almas tristes.
Empapado está todo, y las flores, ajadas,
en el jardín que con sus pájaros solloza.
Todo se ha ido borrando bajo la gris aguada.
El amor sufre... ¿pero por qué, porqué, por qué?
Menton-Garavan, 1933
INDICE
ADVERTENCIA DE LOS EDITORES,
ADVERTENCIA DE LOS EDITORES,
RENÉE CHECA: LA MUJER Y LA POETISA, por JOSEFINA PLÁ
AGRADECIMIENTOS,
*. NOCTURNE PARAGUAYEN, / INCENDIE TROPICAL, / ILES, / VIENS, LES FLEURS DU PALMIER, / SUR UN PALAIS ABANDONNÉ , / SUR UN PALAIS ABANDONNÉ (VARIATION), / MOGHREB, / TANGER, / RIEN D'AUTRE QUE LE VENT, / LISON, / A CHRYSIS, / PETITES NONNES, / L´ÉMIR A RENVOYÉ JONGLEURS ET BALLERINES, / OFFRANDE, / VOICI LES GRANDS MATS..., / LE CREUX DE TON ÉPAULE, / PARTANCE, / REMINISCENCE, LAISSE LÀ TES SOUCIS, / DÉSIRÉ DU SOIR, / MÉLANCOLIE, / SUR LE VIEUX MUR, /PAS DE PIERRE..., /MARINE, / C'EST LA PLUIE EN PLEURS, /APENDICE DOCUMENTAL - I, II.
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