RE-CUERDOS QUERIDOS
Cuento de
CHIQUITA BARRETO DE BURGOS
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
Cuento de
CHIQUITA BARRETO DE BURGOS
(Enlace a datos biográficos y obras
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RE-CUERDOS QUERIDOS
Nombre: María Estela Pizuti
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Profesión: Kontador públi ko matriK ulado
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Edad: S incuenta y sinco años
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Lugar y fes ha de nas imiento: Puerto Pinazco, el 24 de noviembre de 1.929.
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Se deklara domiciliada en esta siudad desde el año ses enta. No tiene nungún familiar dire to o indire to desde el fallecimiento de su padre que se llama ba Juan Alberto Pizuti, quien tuvo la desgraciada idea de morir se cuando ella apenas kontaba siete años, según sus propias palabras.
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Kargo: abuso de konfianza y robo.
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Voy tek leando apresuradame te la dek laración , que mas parece una konfidensia interesada a inklinar la balanza de la justi sia, pero yo soy un viejo zorro akostumbrado a lidiar con ladrones y krimi nales y me sé de memoria sus mañas; son o se kreen todos muy vivos, por lo tanto no me dejo impresiona r.
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Aclaración manuscrita entre paréntesis (la máquina de la institución está tan vieja que algunas teclas saltan, y la C directamente no existe, por lo tanto donde es posible sustituir dicha letra por la "s" la "z" o la "k" la sustituyo; con todo si el texto parece una carrera de saltos de hormiga, el Sr. juez que entienda la causa sabrá interpretar el escrito y darle el uso correspondiente. No necesito interrogarla, en la medida que ella habla voy escribiendo textualmente su confesión):
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--Komisario, permitame desahogarme: a pesar de que Ud. es polis ia se me ok urre que tiene algún resto de sensibilidad y talvez pueda intentar kom prenderme. Tiene que entender. Un gesto de amor y fideli dad no puede ser interp retado como robo.
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--Dios mío me siento tan mal, tan desolada, sin un alma que me entienda. Es terr ible sentirse kondenada por las miradas duras y los silencios hoskos sin que nadie intente poner oído para esk uchar los motivos profundos que van brotando komo abrojos dentro de una, para explikar y explikarse el absurdo de ser ladrona, como disen que soy.
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--Siempre fui una mujer sola, nunk a tuve familia. Kreí tenerla hasta la muerte de papá, que ok urrió kuando yo era muy niña.
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--Nunk a sospeché que aquella hermosa y herméti ka mujer de gras ioso andar de palo ma que era la es posa de mi padre no fuera mi verdadera madre, pero eela no esperó que mi deskonsuelo mudo le llegara al alma y talvez trepara hasta el manantial de su ternura desbaratando su koraje y antes de que mi orfandad buskara refugio en su regazo me vomitó la inkreible verdad. Antes que el kuerpo de mi pro genitor se enfriara de la gran fiebre que le kostó la vida, ella, esa mujer a quien llamaba mamá, me comunikó que yo no llevaba su sangre, que no me sintió latir en sus entrñas ni mi boka tuvo como alimento sus peshos, y por lo tanto muerto mi padre no existía, según su pareser, motivo alguno para seguir kar gando konmigo, que lo úniko que tenía de bueno y oportuno esa muerte era que ella se iba a librar de mi; que hubiera sido mejor que me muriera yo: una pulga molestosa. Todo eso me dijo con el mismno tono de voz kon que me enseñó el "padre nuestro".
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--Rekuer do aun su boda movíendose despazio dejando salir las pala bras komo mashukadas, para explikarme sin pri sa que de bia marsharme de la kasa, porque ella no estaba atada a mi por ningun diminuto kariño y era mejor que me fuera antes de que komensaran a llegar los vesinos. Me eshó suavemente como si me despidiera para alguna fiesta infantil.
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--Rekuerdo también que entendí muy poko el signifik ado de todo lo que me desía, pero si tuve claro que debía dejar la kasa.
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--No lloré. Todas las penas y las preguntas se me juntaron en el pesho y quedaron ahí dando a mi respiración un ruido de fuelle que lastimaba mis oídos.
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--Fuí al kuartito que me pertenesió hasta ese dia y junte mis kosas en un a bolsa, y antes de partir me azerque al ataud y le miré largamente a papá que parezía tranquilamente dormido, me llené de su olor que aun no habia kambiado, hasta que mis ojos kayeron sobre el anillo que llevaba en el pulgar; sin pensarlo dos veses se lo arranque y salí, rekoguí la bolsa y me marshé alejandome para siempre de la que kreí era mi kasa y mi madre.
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--No se puede Ud. imaginar el deskoncierto, el miedo y la tristeza de una nuiña de siete años sola en el mundo, sin mas herensia que un anillo de dudoso valor.
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--Al segundo día de vagar sin rumbo con el estómago shillando como ranas en presagio de lluvia, se me okurrió venderlo, o kanbiarlo por cualquier resto de komida kuando deskubrí un guayabo kargado de pulposas frutas; devoré esa carne fragante, roja y generosa hasta sentir retortijones en las tripas. Kalmado mi ham bre desidí quedarme con el a nillo. Me di kuenta que ese objeto minuskulo era mi padre, y debía permaneser conmigo para siempre.
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--Kon el tiempo la gran tristeza que me dolía como una llaga sangrante entre el pesho y la espalda fue sustituída por en una espezie de neblina suave que me hacía ver todo desdibujado. Komprendí que teniendo el anillo estaba protegida y fue así.
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--Krecí mudandome de un lugar a otro, fui a la eskuela,estudié y kasi sin darme kuenta konseguí esta profesión. Anduve los kaminos de la vida como si no existieran senderos deskonozidos; supe que no era dificil amarle a las gentes y sentí que también podía ser amada.
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--Me miraba a mi misma, comisario, y me enkontraba igual a otras, pero vivía con una idea fija de que en kualquier momento la persona querida me esharía de su lado y tendría que komenzar todo de nuevo, razionalmente me dez ía que kualquiera está expuesta al abandono o al desamor pero la diferencia era que las otras personas podian disfrutar del momento y yo no, yo deje pasar todos los buenos momentos sis vivirlo, preokupandome siempre del mañana que podía estar vacio de toda presensia, y otra vez me enkontraría con el estómago krujiendo de hambre, los ojos sekos de tristeza y la garganta apretada por preguntas sin naser, y ahora mis seres mas queridos se me fueron yendo y solo guardo de ellas estas kosas que Ud. ve, y ve porque yo le muestro, sino jamas se hubiera enterado. Aquí estan desde el anillo de mi padre hasta la dentadura postiza de mi primera patrona; la pierna ortopédika, de mi kasi segundo padre, la peluka de la mujer fotógrafa que solo tenía kuarenta kabellos lokos, que invenmtó historias graziosas para haserme reír y fotografiar mi sonrisa de niña triste.
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--Nunka hasta hoy hise un paseo por mis rekuerdos amargos.Es komo kaminar deskalsa por un parque lleno de abrojos y aturdida de silensio.
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--Mi primer robo fue este paladar; talvez quise salvar del olvido la hermosa risa de su dueña, fijese komo mantiene la luz irisada del mar y algunas hebras del cabellito dorado, fue de la niña que kuidé kuando yo tambien aun nesesitaba cuidado; kon esta hebilla adornaba sus bukles rubios.
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--Estos objetos me servian de konsuelo por unos días, porque levantados al sielo o apretados a mi korazón tenian la virtud de materializar a sus dueños, asi los tenía por unos minutos, tristes y silensiosos ante mis ojos mirando sin ver y tal vez como el primer día de mo orfandad con tantas preguntas arrolladas en sus gargantas. -Después fue kasi komo una religión: apropiarme de algún objeto sercano a kualquier muerto amado era protegerlos del olvido irremediable y salvarme de este desamparo sin froteras. Asi llene este nisho que Ud. ve, que mandé a fabrikar del tamaño de la pierna ortopédika porque kalkulé que sería el objeto de mayor tamaño de mi ratería fúnebre. Al prinsipio los tenía metidos entre mis kosas o envueltos en diarios viejos, pero kon mi primer sa lario jomo profesional desidí darles un espasio adekuado.
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--No pensé nunka que alguién fuera a deskubrir esta debilidad, manía o defexto mío, como Ud. quiera llamarlo, y ahora que fuí deskubierta sinzaramente me extraña que no me entiendan, jamas voy a merkar con estos objetos, me son demasiado amados, venderlos sería como traisionarme a mi misma. No puedo pretender que siendo polisía Ud. entienda, pero esas gentes que yo amé por el solo hesho de estar serka de quienes yo amaba, también miran sienten y razonan como Ud. y ni siquiera intentan komprender. E mas disen que robo siempre en las kasas que estan de duelo, aproveshandome del deskuido en que se sumen los deudos de un fallesido, y eso no es verdad, primero: porque solo partisipo y akompaño la muerte de personas muy queridas, muy ser kanas a mi amor, habitantes pe rmanentes de mi korazón, Ud. sabe que en zin kuenta y piko de años mueren tantas gentes alrededor de una, pero solo unos pocos dejan esa espesie de manantial ardiente hierviendo en el pesho.
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--Haga Ud. el inven tario de los objetos que estan en este nisho y tendrá el numero esaxto de muertos que akompañé y robé si quiere llamarle robo, para mi son rekuerdos queridos, puentes frágiles suspendidos sobre sanjones de olvido para el trajinar de la memoria.
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Fuente: Revista EXÉGESIS, Año 9, Nº 26, 1996
(Número de Exégesis dedicado a Paraguay)
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Fuente: Revista EXÉGESIS, Año 9, Nº 26, 1996
(Número de Exégesis dedicado a Paraguay)
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