PEREGRINO DE LA ETERNIDAD / PILGRIM IN ETERNITY
SOBREVIVIENTE / SURVIVOR
Poesías de RENÉE FERRER
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
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Apoya esta edición: Universidad del Norte
© Renée Ferrer, 2005
Ediciones Alta Voz
25 de Mayo 3499 c/ Cmte. Franco
Teléfono: (595 21) 205 330 Fax: (595 21) 44 15 79
Traducción: TRACY R. LEWIS
STATE UNIVERSITY OF NEW YORK AT OSWEGO
Diseño Editorial: Imprenta Ko'eyu
Ilustración Tapa: Fragmento "Adios, mamá"
Primera edición bilingüe español - inglés.
Tirada: 500 ejemplares
Fecha de impresión: setiembre 2005
I.S.B.N.: 99925-3-473-7
Asunción, Paraguay (206 páginas)
PREFACIO DEL TRADUCTOR
Si el peregrinaje y la supervivencia son temas importantes de los dos poemarios de Renée Ferrer ofrecidos en este volumen, son a la vez aptas descripciones del propio acto de traducir. Completar un proyecto de traducción literaria es rigoroso, y merece por cierto las connotaciones de la palabra "supervivencia." Pero es también un viaje voluntario inspirado por el amor a las palabras, y los que lo emprenden son en verdad peregrinos.
Renée Ferrer, por supuesto, era peregrina de la Palabra poética mucho antes que yo la conociera. Durante más de tres décadas su poesía, narrativa y teatro han sido claves en las letras de su país, el Paraguay, y su obra ha ganado también la admiración más amplia de los literatos de América Latina en general. Hay surcos que no se llenan (poesía, 1965), Cascarita de nuez (poesía, 1978), La Seca y otros cuentos (relatos, 1986), Los nudos del silencio (novela, 1988), Itinerario del deseo (poesía, 1994), Vagos sin tierra (novela, 1999), La colección de relojes (teatro, 2001): éstos y muchos títulos más registran el largo viaje de un talento incansable por terrenos de angustia personal, protesta social y ecológica, indagación erótica, y contemplación metafísica.
Índice del impacto de Renée Ferrer es el hecho de que han aparecido traducciones de sus obras en guaraní (segundo idioma oficial del Paraguay), inglés, francés, portugués e italiano. Me alegro de añadir a esta lista mi esfuerzo, y le agradezco a Renée la generosa colaboración que me ha brindado en el proceso. Su ánimo y su entusiasmo de colega y de amiga han enriquecido incalculablemente la experiencia, para mí y para el lector.
Todos los que aceptamos el compromiso de traducir a Ferrer enfrentamos los mismos dilemas: ¿cómo transcribir estos textos elegantes, límpidos y multifacéticos del castellano a un código radicalmente distinto, y cómo apelar a lectores diferentes sin distorsiones culturales y artísticas innecesarias? Es proverbial en el gremio de los traductores literarios que somos también artistas, y que nuestro oficio requiere libertad de las restricciones de la literalidad. El lector bilingüe verá las muchas libertades que me he tomado, con la completa aprobación de la autora, para aproximarme a la visión del original. Desde luego, este desafío se ha multiplicado con la inmensidad de tal visión, literalmente cósmica en su alcance. Renée concibió estos dos poemarios como obras parejas, y he tenido en cuenta esta relación en la labor de traducir. Peregrino de la eternidad (Pilgrim in Eternity) (publicación original en español 1985) sigue la voz poética desde la vastedad externa del espacio interestelar hasta la vastedad interna de la hojita más pequeña, y hasta la enormidad de la pregunta: ¿dónde está la Meca de tanta andanza humana? Sobreviviente (Survivor) (publicación original en español 1985) plantea la trágica posibilidad de que nosotros, los peregrinos, simplemente vayamos a borramos, dejando inconcluso nuestro viaje y disminuyendo para siempre el cosmos donde viajamos. En Peregrino... /Pilgrim… notará el lector tres secciones: "Venimos de la eternidad/We Come from Eternity," "Volvemos a la eternidad/We Return to Eternity," y "Estamos en la eternidad/We Are in Eternity." El tiempo como lo vivimos es para Ferrer inseparable de la eternidad; de hecho, es parte de ella. De ahí que Peregrino... / Pilgrim... y Sobreviviente/Survivor se leen mejor corno un conjunto. El desastre poetizado en la segunda colección no es solo una incineración del tiempo cronométrico humano; es una ola en la infinidad del Ser.
Por intrépida que sea en la experimentación poética, Ferrer es también una consumada practicante de formas tradicionales como el soneto. De hecho, sus esfuerzos para reavivar estas especies en peligro la colocan cabalmente en la milenaria tradición hispánica del Marqués de Santillana, Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Quevedo, Sor Juana, Unamuno, Darío, y Martí. No nos cuesta imaginar la admiración de un Garcilaso o de una Sor Juana ante tales versos de Ferrer como:
La enredadera que el ocaso aquieta
va perdiendo las flores de su altura
empañando la brisa de violeta
y dejando en la noche, sin premura,
sobre las piedras de la plazoleta,
una alfombra de muelle singladura.
(Peregrino... , "Atardecer")
En éstos y muchos versos más de este volumen, los predecesores de Ferrer reconocerían la música de las palabras castellanas que viene cobrando fuerza desde hace mil años.
Por supuesto, colocar a Renée Ferrer dentro de una tradición no disminuye de ningún modo la visión asustadoramente contemporánea de su poesía. Considerados en conjunto, Peregrino... y Sobreviviente son la expresión más fuerte posible del potencial redentor y destructor de la humanidad contemporánea. En estas obras nos reconocemos a nosotros mismos; reconocemos la particularidad del ahora que estamos viviendo. Somos testigos de ese ahora, como viene manando del pasado y como, igual que un río en el desierto, se sublima en la atmósfera de un porvenir posible y aterrador.
La inteligencia en una hoguera fue vencida.
Ardieron la belleza,
la palabra,
el sonido.
Con dolor se aprenderá todo
nuevamente
en otro mundo errático y vacío.
El ingenio del hombre tiene gusto a ceniza.
Computadoras, técnica, artefactos,
máquinas que ayudaban a hablarnos desde lejos,
a escribir un deseo en otras latitudes,
son ceniza en el aire enajenado,
cenizas los colores y la forma,
el andamio de notas y silencios,
el verbo, el pensamiento.
(Sobreviviente, XIII)
El marco referencial de Sobreviviente es obviamente un cataclismo nuclear imaginado, tema que pesaba mucho sobre la mente colectiva de los 1980 cuando se publicó el original en castellano. Poco importa que nos obsesione menos el espectro nuclear en estos días. Tristemente, la década actual no ha hecho sino permutar y multiplicar los posibles Armagedones que enfrentamos. Calentamiento global, muerte de océanos, terrorismo, choque de civilizaciones, desorden civil, guerra: Sobreviviente ahora puede leerse en múltiples contextos. La caja de Pandora contiene muchos horrores, y hoy en día son muchos los jinetes del Apocalipsis.
El mito del Tiempo Final, sin embargo, nunca existía para agobiarnos de inevitabilidad, y particularmente en la forma en que Renée Ferrer lo presenta. La tendencia del lector, en vista del final abrumador del volumen, será entristecerse profundamente, pero yo quisiera sugerir que esta poesía no necesita leerse como una novela, en la que la conclusión dicta la impresión dominante de uno. Estos versos tratan tanto del saboreo de la vida como de especulaciones sobre su fin apocalíptico. En la poesía, pasado, presente y futuro son simultáneos. Al experimentar la escena aplastante que marca el final de Sobreviviente, el lector debe con toda urgencia visitar de nuevo las vibrantes pulsaciones líricas de ambas colecciones, y alegrarse:
Taciturna la luz
medita sus relieves
mientras el reposo
adormece las ondas.
(Peregrino... , "Cavernas")
Un aroma jugoso
se libera en volutas blanquecinas.
Es aliento de nabos,
de papas, de alcauciles....
Ese vaho...,
de mantel me contagia
y de pan me apacigua.
(Sobreviviente, XIV)
Soy la luna trenzada en el encaje
del lapacho florido
(Peregrino , "Llamada")
Alégrese el lector, repito, no sólo de la vitalidad terrestre expresada en tales palabras, sino también de las palabras, mismas, de su poder de significar, y de su música. Alégrese de la imaginación humana que transforma en arte nuestros temores y anhelos más profundos. Alégrese, en fin, de su peregrinaje como lector, como me he alegrado del mío como traductor.
T L.
Oswego, Nueva York. 11 de mayo, 2004.
RECONOCIMIENTOS
Expreso mi calurosa gratitud para todos los que, directa o indirectamente, han ayudado a dar a luz este libro: para el Dr. John Lalande del Departamento de Lenguas Modernas de la Universidad Estatal de Nueva York en Oswego por animarme en cada etapa del proceso, para la Dra. Betsy Partyka por ser pionera en la traducción de otras obras de Ferrer, para Marta Ferrer, hermana de la autora, por largas horas pasadas en reproducir el manuscrito, y para mi esposa Audrey y mi hija Megan por el amor que me sostiene en este trabajo y en todo lo que hago.
Sobre todo, sin embargo, le agradezco a Renée Ferrer por permitirme esta vislumbre privilegiada de su ingenio creador, y por fiarse de mi capacidad de articularlo auténticamente ante el público anglohablante. Gracias, Renée, por tu constante colaboración en este proyecto, y por los muchos años que he disfrutado como amigo y colega tuyo.
T L.
TRANSLATOR'S PREFACE
If "pilgrimage" and "survival" are title themes of the two collections of Renée Ferrer's poetry offered in this volume, they are likewise apt characterizations of the act of translation itself. To finish a literary translation project is rigorous, to say the least, and certainly deserves the connotations of the word "survival." But it is also a voluntary journey inspired by the love of words, and those who undertake it are indeed pilgrims.
Renée Ferrer, of course, was a pilgrim of the poetic Word long before I met her. For over three decades her poetry, fiction, and drama have been central to the literary life of her native Paraguay, and her work has also earned admiration in the wider company of Latin American writers. Hay surcos que no se llenan (poetry, 1965), Cascarita de nuez (poetry, 1978), La Seca y otros cuentos (short stories, 1986), Los nudos del silencio (novel, 1988), Itinerario del deseo (poetry, 1994), Vagos sin tierra (novel, 1999), La colección de relojes (drama, 2001): these and numerous other titles record the long journey of a restless talent through personal anguish, social and ecological protest, erotic exploration, and metaphysical contemplation.
One index of Renée Ferrer's impact is the fact that translations of her work have appeared in Guarani (Paraguay's second official language), English, French, Portuguese and Italian. I am happy to add my effort to this list, and grateful to Renée for the generous collaboration I have enjoyed in the process. Her encouragement, partnership and, indeed, friendship have enhanced the experience immeasurably, both for me and for the reader.
All who take on the commitment of translating Ferrer face the same dilemmas: how to render these elegant, limpid, multifaceted Spanish texts in a radically different code, and how to appeal to a different readership without unnecessary cultural and artistic distortions. It is proverbial among literary translators that they are themselves artists, whose craft requires freedom from the restrictions of literalness. Bilingual readers will notice the many liberties I have taken, with the author's full blessing, in order to approximate the vision of the original. Of course, the challenge has been multiplied by the immensity of that vision, literally cosmic in scope. The poet conceived these two collections as companion works, and 1 have kept this relationship in mind in the work of translating. Pilgrim in Eternity (Peregrino de la eternidad, 1985) follows the poetic voice from the outer vastness of interstellar space to the inner vastness of the smallest leaf, and to the enormity of the question: where is the Mecca of all our wandering? Survivor (Sobreviviente, 1985) posits the tragic possibility that we, the pilgrims, will simply blot ourselves out, leaving our journey unconcluded and the cosmos, our traveling ground, forever diminished In Pilgrim... the reader will note the division into these sections: "We Come from Eternity," "We Return to Eternity," and "We Are in Eternity." Time as we live it is for Ferrer inseparable from eternity; indeed, it is a part of it. This is why Pilgrim and Survivor are best read together. The disaster portrayed in the latter is not just an incineration of human clock time; it is a ripple in the endlessness of Being.
As fearless as she is in poetic experimentation, Ferrer is also an accomplished practitioner of traditional forms such as the sonnet. Indeed, her efforts to revive these endangered species place her squarely in the millennial tradition of the Marqués de Santillana, Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Quevedo, Sor Juana, Unamuno, Darío, and Martí. We have no trouble imagining the admiration of a Garcilaso or a Sor Juana, were they to read such lines of Ferrer as:
La enredadera que el ocaso aquieta / When twilight spreads its calm the lofty vine
va perdiendo las flores de su altura / sheds one by one its flowers from their height,
empañando la brisa de violeta / veiling the breeze in a mist of violet wine
y dejando en la noche, sin premura, / and laying without baste upon the night,
sobre las piedras de la plazoleta, / where cobbles of the square recline,
una alfombra de muelle singladura. / a Carpet running soft its course in fading light.
(Peregrino..., "Atardecer') (Pilgrim..., "Evening")
In these and many other lines from this volume, Ferrer's predecessors would recognize the music of Spanish words that has been gathering force and nuance for a thousand years.
Of course, placing Renée Ferrer within a tradition in no way detracts from the startlingly contemporary vision of her poetry. Taken together, Pilgrim in Eternity and Survivor are the strongest possible statement of contemporary humanity's redemptive and destructive potential. In her work we recognize ourselves, the particularity of the now we are living. We witness that "nowness," both as it wells up from the past and as it sublimates, like a river in the desert, into the atmosphere of a possible and terrifying future.
Intelligence met its defeat
in fire.
Beauty, words, sound
were immolated
in the pyre.
All will be re-learned
in pain
in other words, empty and arbitrary.
Man's genius tastes of cinders.
Computers, skills, artifacts,
machines that helped us talk across distance,
that helped us write desire in remote latitudes,
are cinder in alienated air,
cinder the colors, cinder the forms,
the scaffolding of notes and silences,
discourse, thought.
(Survivor, XIII)
The referential framework of Survivor is obviously an imagined nuclear cataclysm, much on our collective mind in the 1980's when the Spanish original was published. It hardly matters that we brood somewhat less these days about the nuclear genie. Sadly, the current decade has only permuted the possible Armageddons we face. Global warming, death of oceans, terrorism, clash of civilizations, mass civil disorder, war: Survivor can now be read in many contexts. Pandora's box has many horrors, and nowadays there are many horsemen of the Apocalypse.
The myth of the End Time, however, was never meant to overwhelm us with inevitability, and particularly as Renée Ferrer presents it. The reader's tendency, in view of the volume's stark ending, will be to emerge from the experience profoundly saddened, but I would suggest that this poetry need not be read like a novel, in which the conclusion dictates one's dominant impression. These poems are as much about the savoring of life as they are about apocalyptic speculations of its end. In poetry, past, present, and future are simultaneous. Having experienced the bleak scenario that marks the end of Survivor, the reader is urged to re-visit the vibrant lyrical pulsations of both collections, and be glad:
Taciturn the light
ponders its patterns
while waves in their pool of repose
settle into sleep.
(Pilgrim..., "Caverns")
A moist aroma
escapes in white wafts.
Breath of turnips,
potatoes, artichokes...
Its billows...
infect me with tablecloths,
pacify me with bread.
(Survivor, XIV)
I am the moon woven in the lace
of a lapacho blooming
(Pilgrim.... "Cal]")
Be glad, I repeat, not only of the earthly vitality expressed in the words, but of the words themselves, of their power to signify, and of their music. Be glad of the human imagination that renders art from our deepest fears and yearnings, and revel in your own pilgrimage as reader, as I have in mine as translator.
T L.
Oswego, New York, May 11, 2004
ACKNOWLEDGMENTS
My heartfelt thanks go out to all who, directly or indirectly, have helped to bring this book into being: lo Dr. John Lalande of the Department of Modern Languages of the State University of New York at Oswego for his kind encouragement at every stage of the process, to Dr. Betsy Partyka for the example of her pioneering efforts in translating other works by Ferrer, to, the author's sister, for long hours spent in reproducing the manuscript, and to my wife Audrey and daughter Megan for the love that sustains me in this and everything else that I do.
Most especially, however, I wish to thank Renée Ferrer for allowing me this privileged glimpse of her creative genius, and for trusting me to impart it authentically to the English-speaking public. Thanks, Renée, for your steadfast collaboration in this project, and for the many years I have enjoyed as your friend and colleague.
T.L.
VENIMOS DE LA ETERNIDAD / WE COME FROM ETERNITY
PLANETA TIERRA
Permaneces
en tu órbita interminable tras el sol
como regazo que acuna
los delirios de la carne apaciguada,
las lagunas torrenciales
de las agoreras vicisitudes del sueño.
Entre tantos planetas,
mi destino.
Refugio de mi amargura,
isla de mi silencio,
manantial y desierto.
Antes que el infinito
apagara tus alas,
paloma incandescente,
estabas ya destinado para albergarnos.
Oh raza de abominable perversidad
y alado sacrificio.
Los huracanes del tiempo
esparcieron tus cenizas y dormiste largamente,
en helada mansedumbre, tu quietud.
Pero estalló la aurora
y se hizo la vida,
la más bella y dolorosa,
la más pródiga y fecunda,
hija de la alegría.
Amamantaron tus rocas
nuestro aliento,
tus posadas cobijaron nuestro andar,
se llenaron de antorchas tus contornos
y nuestra sangre, desde entonces,
ardientemente, comenzó a peregrinar.
1979
PLANET EARTH
You abide
in your unending circuit of the sun
like a bosom cradling
ecstasies of pacified flesh,
surging lakes
of errant prophetic dreams.
This planet among so many,
my destiny.
Asylum from bitterness,
island of silence,
source, desert.
Before infinity
snuffed out your wings,
you, bright dove,
were fated already to harbor
our race of rank offense
and soaring sacrifice.
Time's tempests
scattered your ashes and long, long you slept
in meek icy stillness.
But dawn broke
and life, joy's prodigal daughter,
fertile, fraught
with pain and beauty,
was
Your breasts of stone
spurred our breathing,
your hollows gave lair to our walking,
torchlight’s filled your surfaces
and ever since, our blood
has burned its way in pilgrimage.
ORIGEN
Comencé con el tiempo
en las colinas de un astro intemporal
para ser peregrino taciturno
de la eternidad.
Mi ser se fue poblando
de esquemas fugitivos
y con los años, dolientemente,
retorné a la inmensidad.
Bregando hacia la aurora paso a paso
fui dejando alforjas de ser y olvido
para encontrar delante en los caminos
más recodos que andar, nuevos destinos.
¿Qué fui en la distancia elemental,
que ya no tengo
de aquel primer latir ningún recuerdo?
Solo escalar y escalar
encadenada al cuerpo,
levantando al caer la frente al viento.
Si el hombre solo fuera llamarada,
una vida que deja interrumpida,
un cuerpo que se pudre y se termina,
qué triste su destino, qué mezquina
su limitada dimensión.
ORIGEN
Beginning with time
on the hillsides of a timeless star
I became a silent pilgrim
in eternity.
My life became a habitat
for passing schemes,
and passing years returned me
suffering to this vastness.
I fought my way to morning
shedding saddlebags of being and oblivion,
only to find the road snaking
before me to unmet destinations.
What was I in that elemental distance,
that I remember nothing
of that first pulsation?
Climbing, only climbing,
chained to my body,
raising my collapsed brow to the wind.
Were man but a flame,
a life left unconcluded,
a body that rots and ends,
how sad would be his course, how arid
his impoverished profile.
PEREGRINO DE LA ETERNIDAD
para don Félix Azcurra
Islas surcando el infinito,
embriagadas de inmensidad.
¡Qué largos caminos te conectan,
cuán breves se tornan hacia atrás!
Esperanza de ir hasta Tu encuentro
-peregrino de la eternidad-.
Saber que caemos y en el tiempo,
fuertes, nos podremos levantar.
Certeza de que un día no tendremos
ni el vestigio de la mezquindad.
Intuición de mundos sin rencores,
astrales colinas sin maldad.
Cual lluvia de luz el pensamiento,
al alma desciende sin hablar.
Amores profundos que tuvimos,
qué grato volverlos a encontrar.
Paloma, la vida entre las tumbas,
ceniza que vuelve a flamear.
PILGRIM IN ETERNITY
for don Félix Azcurra
Islands furrowing the infinite,
drunk with immensity.
How long the paths that lead to you,
and how brief in hindsight.
Hope of gravitating to You
-a pilgrim always in eternity-.
Knowing that we fall and time
restores our strength to rise.
Certainty that some day not one trace
of meanness will remain within us.
Premonition of worlds without rancour,
astral hills without evil.
Thought like a rain of light
falls unspeaking on my soul.
Depth of love we once had,
joy of finding it again.
Dove, life winging among tombs,
ash from which fire springs anew.
IGUALES
Entrelazados en el silencio,
debemos entenderlo:
somos iguales todos,
creados para un norte incandescente
con la misma arcilla de los tiempos.
Diferentes, tal vez,
en el matiz que ponen los defectos
o el distinto color de nuestros cuerpos.
Sentirse acantilado que no rompe
el soplo huracanado de los vientos.
Oh error trascendental que nos denigra.
Qué tristemente lejos de la aurora
boga este barco nuestro hacia las sombras.
Debemos entenderlo, alma pequeña,
estamos destinados a arrancarnos
esta adherida imperfección doliente,
perderla por caminos siderales,
ahogarla en torrentes ancestrales
hasta que sepultemos los rencores
en los pozos oscuros que separan
la vida de la nada.
En la quietud íntima del ser,
reconozco de otras multitudes
la ronca soledad;
EQUALS
Entwined in silence,
we should understand this:
we are equal, all of us,
formed for an incandescent destiny
out of the selfsame clay of time.
Different, perhaps,
in the nuance of our flaws
or the varied color of our flesh.
To feel ourselves a rock unbroken
by the ramming of the hurricane:
this is the error that demeans us.
Oh sadly far from dawn
we oar our boat in deepening night.
This we should understand, small soul:
we are fated to tear out
this appendage of pain and imperfection,
to shed it along constellated paths
and drown it in ancestral torrents
till we bury bitterness
in the dark wells that divide
life from nothingness.
In the still heart of being,
I recognize the harsh solitude
of others in their swarms;
VOLVEMOS A LA ETERNIDAD / WE RETURN TO ETERNITY
MUERTE
a la memoria de mi padre
Muerte,
qué triste es la muerte.
Esa lúgubre emboscada entre las sombras
aguardando el instante irreversible.
¡Qué espesa soledad la de la muerte!
El eco retumbante del recuerdo,
el gesto arrancado a la sonrisa
brevemente recobrada y ese lento, lento,
deambular por lugares conocidos
donde duelen tu rostro, tus detalles,
la ausencia de tus manos moldeando
en la frente la caricia.
¡Qué desgarro en el alma roturada!
Esa declinación de tu presencia
buscando otros caminos.
Lejanía total de tus palabras.
Ese olvidar y sumergirse
en el abismo sideral de tu vacío.
1979
DEATH
in memoriam my father
Death,
sadness of death.
Joyless stalking among shadows,
planning, awaiting, the irreversible instant.
Thick solitude of death!
Pulsing echoes of memory,
gestures torn from smiles
momentarily recalled; slow, slow
roaming of familiar geographies
where pain wells up from your face, your features,
your tics and foibles, the absence
of caresses sculpted by your hands against my brow.
This ripping in the soul!
Slow eclipse of your presence
in search of other paths.
Absolute distance of your words.
Slow passing from memory, sinking of the self
in the interstellar void
of your emptiness.
ESTAMOS EN LA ETERNIDAD / WE ARE IN ETERNITY
POEMAS
Los poemas caen sobre mí
como lluvias torrenciales,
como partes de un astro visionario
que vuelven a nacer entre mis manos,
como ríos anhelantes de su cauce
a través de mi carne.
Caen en mí
cuando las horas parten
y no estoy en mi cuerpo sino llena
de sed y de distancia
en el tránsito alado de los pájaros.
1980
POEMS
Poems fall on me
like torrential rain,
like fragments of a visionary star
reborn in my hands,
like rivers seeking their channel
through my flesh.
They fall on me
when the hours depart
and I'm not in my body
but rather filled with thirst and distance
in the winged traffic of the birds.
DESAMPARO
I
Quiero hundirme en la arena blanda, oscura, de un río,
sumergirme en su cauce, en su aroma de estío,
penetrar la corriente de transitar constante,
su silencio de guijos remotas, un instante.
Acallar con mi canto las congojas del alma.
Recostarme en las horas hasta alcanzar el alba,
porque ansío un remanso que cobije mi llanto,
subterráneo vestíbulo para guardar mis ansias.
Quiero hundirme muy hondo, muy hondo en el ocaso
llevándome hasta el fondo de ese lecho de espumas
las tristezas que empaÑan el alma cuando siente
la soledad inmóvil, que trastorna y abruma.
II
¿Qué es el hombre, perdido, solitario, vagando
de galaxia en galaxia, de sollozo en latido,
si no tiene unas manos trémulas, aguardando
el momento preciso de llenar su vacío?
¡Qué tristes soledades, qué negras espesuras!
Las manos extendidas suplicando una ayuda
y nadie que recoja la queja enmudecida.
Solo somos entonces fría piedra esculpida.
1981
ABANDONMENT
I
I want to sink in a river's soft dark sands,
to submerge myself in its bed, its smell of summer,
to penetrate a moment the ceaseless traffic of its current,
its silence of pebbles polished in distant water.
To drown in song the afflictions of my soul,
recline within the hours until 1 grasp the dawn,
searching for a quiet pool to shelter my lament,
a niche beneath the ground to hold my fears.
I want to sink deep, deep in twilight
and carry with me to the bottom of its foamy bed
the fright which shrouds the soul when solitude
covers it unmoving and unmoveable.
II
What then is man, lost, solitary, drifting
from galaxy to galaxy, from lash to lament,
if he has not hands shaking and extended
to cull the single moment that will fill his emptiness?
Desolate solitude, dense blackness!
Hands reaching for a comfort
whose mute complaint no one is there to hear.
That is when we are nothing but cold, sculpted stone.
PLEGARIA DE UN NIÑO
para César Enrique, José Rodrigo, Eva María y Juan Pablo
No me trunques la vida.
Aunque tú no me quieras,
déjame volar para aportar al mundo
la grande o pequeña dimensión
de mi alma
inacabada aún, inacabada.
Tú no tienes derecho a suprimirme,
tú no eres mi dueña,
solo el arco a través del cual
una flecha se lanza
hacia las profundidades de la vida.
Y si me esperas ...
Si, generosa y egoísta, decides esperarme,
deseando que llene tus ansiedades,
te lo agradezco,
con la infinita gratitud
del que recibe
la más rotunda oportunidad
que da el destino.
Pero recuerda que soy una persona distinta;
dolientemente me formarán los días
y de ti recibiré tan solo
la tibia caricia que mitigue
esa dulce y angustiante
realidad de existir.
Seré tu compañero,
pero vengo de otra dimensión,
para otros fines;
no solo a darte dicha
sino a crecer en la línea
de mis propios caminos.
Aunque te duela verme remontar el vuelo
hacia los arrecifes de los sueños,
déjame hacerlo.
Respétame
porque soy, como tú,
un ser indivisible.
Bajo este cuerpo frágil que me acuna,
bajo mi torpe y pequeña humanidad de niño,
mi alma prisionera te pide respeto.
Tras mis palabras simples
se escurren, vacilantes,
mis pensamientos.
Ámame,
no porque te haga falta,
sino porque, indefenso,
me haces falta.
No me ames solo a mí
sino a todos los niños
para que yo aprenda a amar
a todos los hombres.
No tuerzas los senderos de mi sencillez
bajo el vendaval de la materia.
Dame tu tiempo límpido y sonoro,
las tardes soleadas a tu lado,
los días
que, una vez, serán recuerdo.
Muéstrame que me quieres
negándome aquello que no debo tener.
No me atormentes con el silencio
de tu fatiga.
¡Háblame, por favor!
Yo sé que a veces tú no puedes,
pero trata.
Soy pequeño.
Necesito de ti, de tu sonrisa,
desesperadamente necesito
que me aceptes como soy,
y me ames
hasta el fin de los tiempos.
CHILD'S PRAYER
for César Enrique, José Rodrigo, Eva María, and Juan Pablo
Don't cut off my life.
Even if you don't want me
let me fly, to give the world
the great or small dimensions
of my soul
yet incomplete.
You have no right to hold me back,
you are not my owner,
but just the bow
from which is shot an arrow
toward the depths of life.
And if you wait for me...
If, generous and selfish, you decide to wait,
wanting me to fill your anguish,
I thank you,
with the infinite gratitude
of one who receives
fate's richest
opportunity.
But recall that I am a separate person;
painfully my days will shape me
and from you I will receive
only a warm caress to mitigate
the sweet excruciating
blows of living.
I will be your companion,
but I come from elsewhere,
for other purposes;
not just to bring you joy
but to grow in the labyrinth
of my own paths.
Even if it hurts to see me taking flight
toward the reefs and shoals of my dreams,
you must let me do it.
Respect me,
because like you, I am
an indivisible creature.
Beneath this cradle of frail flesh,
beneath this awkward small humanity of childhood,
my captive soul begs you for respect.
Behind my simple words
my thoughts scurry and slip,
unsure of themselves.
Love me,
not because you need me,
but because, defenseless,
I need you.
Don't love me alone
but all children,
so I will learn
to love all human beings.
Don't twist the path of my simplicity
in the tempest of materialism.
Give me your time, clean and resonant,
sunlit afternoons at your side,
your days
which, when the time comes, will become remembrance.
Show me your love
by denying me that which I shouldn't have.
Do not torment me with the silence
of your weariness.
Please speak to me!
I know sometimes you can't,
but try.
I am small.
I need you and your smile,
desperately I need
you to accept me as I am,
and to love me
until time ends.
SOBREVIVIENTE / SURVIVOR* - 1985
*. Este poemario obtuvo el primer premio en el Concurso de Poesía convocado por “Amigos del Arte,” en 1984. / This collection of poems won first prize in the poetry competition sponsored by “Amigos del Arte,” in 1984.
I
Acurrucado y solo.
Los brazos aferrados a las piernas
en un páramo de aves abrasadas.
Aterido y helado
el corazón. Transidas las arterias
por un dolor antiguo y sin embargo inédito.
Estrenando el horror,
a pesar del horror
de los siglos repitiéndose.
Sumido en una cóncava, interminable espera.
Fetal hasta los huesos
bajo el gris desconsuelo de la luna.
Torrenteras de sal en sus mejillas,
y un vidriado paisaje de rescoldo y ceniza
en el aposento de las órbitas.
Aferrado al espanto de vivir todavía
va dejando las aguas de su cuerpo
en brocal de silencio.
Ante sus ojos secos estertoran
ciudades derribadas,
humareda,
y sobre el aire tenso
un sabor incisivo
a metal retorcido, a polvo vegetal,
a pájaro sediento.
Hoy deambula entre ausencias desde su lecho inmóvil.
Ausencias que le hablaban tan sólo hace un momento
de ir a un bar por la noche
o confundir los cuerpos
bajo el blanco arrebato de las sábanas.
Desmesuradas cuencas
donde a beber no llegan ni siquiera los cuervos.
No hay cuervos ensañados sobre la muerte aislada.
Todo es muerte y silencio.
Sólo muerte y silencio.
En la vastedad desconsolada
del planeta
una queja gastada se ha quedado sin voz.
A lo lejos, errante, va un tumulto de sombras
que no le dicen nada,
o todo lo repiten;
y en el centro preciso de una distancia insomne,
acurrucado espera:
el reverso de la vida, la consumación,
la caridad del olvido.
I
Crouched and alone.
Arms clinging to legs
in a wasteland of scorched birds.
Numb, frozen
bis heart. Arteries shot through
with an ancient but unpublished pain.
Debut of horror,
despite the repeated
horror of centuries.
Sunk in concave endless waiting.
Fetal to the bone
under the comfortless gray of the moon.
Torrents of salt on his cheeks,
and a glassy landscape of embers and ash
in the gallery of orbits.
Clinging to the shock of living still
he sheds the waters of his body
in a well of silence.
Before his arid eyes razed cities
sound their death rattle.
Wafts of smoke,
and on the tense air
a cutting taste
of twisted metal, pulverized plants,
thirsty birds.
Today he roams among absences from his motionless bed.
Absences that were talking just a moment ago
about heading out to a bar at night
or blending bodies
in a white rapture of sheets.
Immense pits
where not even the crows descend to drink.
There is no frenzy of crows on isolated corpses,
for all is death and silence.
Only death and silence.
In the planet's disconsolate
vastness
a spent protest has lost its voice.
Far off, drifting, a tumult of shadows moves,
telling him nothing,
or saying it all again,
and in the exact center of a sleepless distance
he waits, hunched over:
the reverse of life,
the consummation,
the charity of oblivion.
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